Escribe: Lic. M. Carolina Ponce.

Mat. Prov. 52174.

En los inicios, la primera comunidad de aprendizaje es la Familia. Vamos tejiendo muestras vidas con otros.

¿Qué relación tiene la emocionalidad con los aprendizajes de la vida?

¡El sello a los aprendizajes los pone la emoción! Aprendemos más y mejor aquello cargado de emocionalidad. Aquello que nos conmueve y afecta. Aquello que es importante para cada uno. Lo que es verdaderamente significativo.

Seguramente cada recuerdo que atesoramos está hecho también de alguna emoción: alegría, tristeza, enojo...

Al inicio del desarrollo somos pura emoción, con el tiempo vamos adquiriendo funciones cognitivas complejas, desarrollamos el pensamiento abstracto, pero nunca debemos perder la capacidad de conectar con las emociones que impactan siempre en el cuerpo. En éste sentido se dice que no hay emoción sin cuerpo.

Es necesario saber conectar con la propia emocionalidad y luego también poder conectar con el otro. Ser empáticos, poder comprender al de al lado, al que está cerca. Hoy más que nunca los invito a desarrollar está especie de auto observación emocional para poder crecer mejor, para poder aprender mejor, para poder pensar y planificar mejor. Poder expresarse, poder compartir y decir lo que necesitamos, lo que nos pasa, lo que nos duele, favorece el hecho de no aislarnos, de no quedarnos en soledad y poder resolver dificultades de modo favorable. Tener una mirada más positiva. Es un modo también de obtener más confianza, más seguridad y así construir una buena autoestima.

Una buena autoestima implica necesariamente que tenemos una buena mirada sobre nosotros mismos, que reconocemos nuestras posibilidades. Nos valoramos. ¡Si se piensa con otros es siempre mejor!