El mismo día en que iba a recibir su licencia oficial de piloto privado, el abogado azuleño Juan Pablo Rodríguez Montenegro murió, víctima de un accidente ocurrido cuando el avión que conducía se precipitó a tierra y, después de estrellarse, se prendió fuego.

Además de Rodríguez Montenegro, que tenía 34 años de edad, en el hecho falleció quien lo acompañaba en la aeronave y era su instructor en ese vuelo fatal: un inspector de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) de 62 años, a quien fuentes ligadas a la investigación penal que por lo sucedido ahora se lleva adelante identificaron como Ángel Mario Carreia Varale.

Tal lo que EL TIEMPO informara en su página web, en horas del mediodía del miércoles que pasó escenario de este luctuoso suceso había sido la zona rural de Cañuelas. Específicamente, un campo situado a unos dos kilómetros de la escuela de vuelo ubicada en esa ciudad, el lugar donde Rodríguez Montenegro había completado casi la totalidad del curso que iba a convertirlo, de manera oficial, en piloto de aviones.

Según lo señalado en el portal InfoCañuelas, desde la escuela de aviación donde el abogado azuleño cursaba había sido confirmado que al momento del siniestro Cerreia Varale le estaba tomando examen.

Tras haber rendido la parte teórica de esa prueba, la práctica se estaba llevando a cabo el día en que Rodríguez Montenegro iba a recibir su licencia oficial de piloto privado.

El inspector que también murió, luego de haberle tomado más temprano examen a otro aspirante, volaba junto con el abogado azuleño en un ultraligero Tecnam P2002 biplaza cuando sucedió este luctuoso suceso.

"El avión se descolgó, entró en pérdida e impactó con el motor en marcha, aparentemente sin desperfectos técnicos", le había dicho sobre las características que tuvo el hecho al ya mencionado portal digital de noticias Andrés Tonelli, el titular de la escuela de aviación de Cañuelas.

El especialista refirió también que, al momento de la caída del avión, "el inspector estaba tomando prácticas de emergencia. Esto es algo normal en los exámenes. El inspector va haciendo preguntas, le hace hacer distintas maniobras y en un momento le reduce la potencia al motor para ver cómo reacciona el alumno. Si el alumno toma una determinación incorrecta, el inspector lo corrige. Evidentemente, en este caso uno puede especular con que el avión entró en una situación de la que el alumno no lo pudo sacar. Cuando entró en pérdida no tuvo tiempo de acomodarlo".

Norma Pippo se llama la fiscal que quedó al frente de la instrucción de este sumario penal.

Esa funcionaria judicial había estado presente en el lugar donde se precipitó a tierra el avión y se prendió fuego por completo, provocando así de manera inmediata las muertes de sus dos ocupantes.

"Las hipótesis son una falla mecánica o una mala coordinación de las maniobras. Hay testigos que vieron al avión volando a muy baja altura, sobre la ruta, con movimientos oscilantes. La gente de la escuela pensó que eran maniobras para verificar la reacción del alumno en situaciones de emergencia, pero no está claro si fue realmente así", indicó InfoCañuelas que la Fiscal dijo.

El abogado azuleño ya contaba con las cuarenta horas de vuelo que se exigen como mínimo para obtener la licencia oficial como piloto de aviones privados.

En ocasiones anteriores ya había volado solo y el miércoles que pasó, en la previa a que falleciera, también lo hizo antes de comenzar a rendir el examen que acabó con su vida y la de su instructor.

EL DATO

La Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas había expresado también sus condolencias por lo ocurrido a causa de ese accidente donde murieron en Cañuelas el abogado azuleño y su instructor. "Acompañamos a las familias y seres queridos, haciéndonos eco del sentimiento de dolor presente en nuestro colectivo por estas pérdidas", se indicó desde esa entidad.