ENTREVISTA . El regreso de un clásico del teatro musical argentino: "Calígula" de Pepe Cibrián Campoy vuelve a escena

Por Laura Méndez

De la Redacción de El Tiempo

Después de 42 años, el emblemático musical "Calígula", con libro y dirección de Pepe Cibrián Campoy y música de Martín Bianchedi, vuelve a subir a escena en una versión completamente renovada, pero fiel al espíritu con que fue concebido originalmente.

La obra relata la historia del emperador romano Calígula, figura central de un poder absoluto y autocrático, y su compleja relación con su hermana Drusila. Juntos, encarnan el dominio total sobre un pueblo sumido en el temor y la sumisión. Pero más allá de lo histórico, "Calígula" es una profunda reflexión sobre temas universales: la locura, la corrupción, la miseria social, la intolerancia, la opresión y la desgarradora búsqueda de lo imposible.

Esta versión de "Calígula" se presentará el sábado 7 de junio a las 21:00 horas en el Teatro Español de Azul, en el marco de una única función organizada por la Fundación del Teatro Español, con el auspicio de la Asociación Española.

Las entradas anticipadas ya se encuentran a la venta en la boletería del Teatro. Los valores son de $30.000 y $25.000, según ubicación.

En ese marco EL TIEMPO dialogó con Pepe Cibrian Campoy quien destacó la importancia de seguir creando lo cual es vital para él y el compromiso social que tiene hacia la comunidad.

"No estoy retirado viendo Netflix"

En principio, Cibrian contó que "toda mi vida pasó y pasa por los teatros. Mis recuerdos son el teatro, cada lugar que he pisado, cada proyecto que he armado, cada proyecto que ha fracasado, que ha triunfado. En Azul no sé cuántas veces habremos ido, ya perdimos los números de las veces que fui. Pero es emocionante volver a ir, volver a presentarme y exponerme".

Hizo hincapié en que "resulta que cada vez que uno estrena, cada primera vez que uno vuelve, se expone porque no es que 'me da igual que vaya bien o mal, ¡no!'".

De la misma manera apuntó que "¿si tiene el mismo peso que antes?, no... no tiene el mismo peso, pues ya tengo 77 años, sigo vigente, sigo luchando, proyectando, no estoy retirado viendo Netflix. Es decir, siempre está ese riesgo, esa prueba de qué damos: ¿gustará?, ¿vendrán?, ¿qué pasará?. Eso es lo que nos pasa a cualquiera. Siempre es un nuevo desafío".

"El amor por la vida es lo

que me lleva a amar el teatro"

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En cuanto a qué lo impulsa a seguir creando, aseguró que "el amor por la vida es lo que me lleva a amar el teatro. El amor profundo es vivir. O sea, para mí vivir es escribir, ensayar, dar espacio a los jóvenes, no puedo quedarme tranquilo en mi casa, ¡me muero!. Me gusta mucho en mi casa, pero más me gusta ir a ensayar, tomar audiciones, estrenar, subir a un escenario".

"Calígula es mi obra preferida"

En otro tramo de la conversación que mantuvo con este diario, el director se refirió a Calígula.

"Calígula es mi obra preferida que nació en el año 83 durante el final de la dictadura. Siento que es la obra donde siendo muy joven me sentí tan comprometido más allá de la literatura o de la dramaturgia o el director, con mi país. Pero es una obra que aunque eligiera como personaje al de Calígula, es una historia que en ese momento me representaba en contra de un poder omnipresente, omnímodo, omnipotente y es una crítica que iba más allá de la dictadura. Pero un día se terminó la dictadura y entonces lo volví a hacer. ¿Pero por qué?, porque sentí que todo lo otro, que no es moco de pavo, era igual. O sea, que no había una gran modificación en comportamientos y actitudes sociales.

Sigue siendo todo muy parecido, que es eso lo que creo que hace vigente a Calígula, es una obra atemporal".

"Pareciera que la vida humana no tiene ningún valor, lo que importa es que el dólar no suba"

En este mismo sentido prosiguió "con esto de la macroeconomía, que no entiendo nada tampoco tengo por qué entender, lo que sí entiendo es que hay gente que tiene trabaja, que los niños están en la calle; eso es lo que me preocupa y que cada uno subsiste dentro de sus posibilidades. Entonces vivimos en un mundo donde parece que esa realidad no es la realidad.

El artista amplió "pero hay personas que trabajan en el Estado y que necesita obviamente ese sueldo para poder comer... o que su madre pueda comprarse un medicamento porque ya no se los dan. Hoy los problemas y las cosas que suceden... pareciera que la vida humana no tiene ningún valor, lo que importa es que el dólar no suba".

Reiteró que "eso es lo que creo que importa, eso es lo que me angustia, que pasará y además los gobiernos pasan, pasaron los dictadores, el gobierno democrático y vendrá otro; y ojalá siga venga algo que modifique. No estoy de acuerdo con lo que pasa. Y tengo todo el derecho a no estarlo. No voto a nadie ya".

Retomó sus alegrías fortaleciendo el concepto de que "me mantiene vivo es que voy a tu ciudad, sigo estrenando en mi país. De hecho nunca me he ido de mi país. Ahora en octubre se estrena una obra mía, que acá todavía no se conoce: 'Los tronos de reinas' en Londres y sinceramente me da alegría, pero me da igual. Me es más importante destinar en mi país. Y no es demagogia, a esta altura ya estoy de vuelta en muchas cosas como para hacer demagogia. Es lo que siento, lo que he demostrado a través de mi vida: un compromiso frente al arte, a la política, a mis ideales, -que pueden estar de acuerdo o no- pero no claudicar. Estoy proyectando más allá de un tiempo que no sé si existe. Pues también tuve dos veces cáncer, me fracturé el cráneo, me caí, tuve seis fracturas en la cara y seguí. Por algo Dios o alguien me habrá acompañado, quizás mis padres, en protegerme de las caídas".

"Pero mientras tanto siento vivo, me siento inmortal. Pero sé que no lo soy. Pero en el momento en que acciono, me siento el hombre más inmortal. Soy feliz, si de momentos gratos se habla, creo que son más los gratos que los ingratos. He tenido relaciones de compañía, de compañeros maravillosos, de pareja, tengo una pareja maravillosa, tengo una casa que amo, puedo hacer teatro como me gusta, puedo tener mis perros que son mis compañeros, puedo viajar, puedo hacer una nota con vos. Todo eso me hace muy feliz y después está lo otro que no me hace feliz, que es una realidad -más allá de una enfermedad que no te hace feliz-, también ver lo que pasa con los jubilados que no me hace feliz".

Sin dudas, el productor teatral es un hombre profundamente agradecido con la vida. Le ha dado mucho más de lo que alguna vez imaginó. Tuvo la oportunidad de hablar en el Senado de la Nación, de exponer sus ideas, y eso ya fue un motivo de orgullo en sí mismo. Pero además, ese momento le valió el máximo reconocimiento, no solo por lo que dijo sobre su ciudad, sino también por haber representado a muchos otros rincones del país. Ese reconocimiento es algo que nadie podrá quitarle: ya le pertenece. Y todo eso, sin dudas, lo hace muy feliz.

"Y ahora pensar que voy a ir otra ciudad y que Dios quiera que funcione, ojalá y sino, pues se irá con otra luego, no pasa nada", culminó Cibrian.