En la propia Agencia Federal de Inteligencia (AFI). "Ahí están los elementos de prueba", afirmó a EL TIEMPO Omar Menchaca, actualmente jubilado, ex fabriquero de Fanazul, vocero y uno de los referentes de la lucha iniciada luego del cierre del 28 de diciembre de 2017 por determinación del gobierno nacional que, por entonces, encabezaba el presidente Mauricio Macri.

"Lo pasé muy mal. Incluso recibí amenazas de muerte. Primero en el parabrisas del auto, después por teléfono. Me pincharon los teléfonos, el fijo y el celular. Tuve un perseguimiento, también, una noche, cuando salía del acampe. Una EcoSport me siguió, me escabullí y los pude perder. Eso fue tremendo para mí. Me persiguieron porque yo era vocero, me llamaban del programa de Víctor Hugo [Morales]; hicimos cinco salidas en su programa. Por eso creo que, los que me persiguieron, me quisieron asustar. Así estuve un año", explicó.

En octubre pasado "estuve en la AFI, por el tema de la persecución, ya que me sacaron hasta fotos. Hice varias denuncias [en Azul], pero quedaron todas en la nada.

Omar Menchaca reveló que, "ni bien terminó el gobierno macrista, a mediados de 2019 me llamó el secretario del diputado nacional [Rodolfo] Tailhade, que es el que investiga estos temas, y me preguntó si yo estaba dispuesto a ser querellante en la causa, porque nos habían perseguido a los trabajadores de Fanazul. Le dije que sí. Al poco tiempo me llamó la doctora [Cristina] Caamano, porque en ese momento estaba ella a cargo de la AFI [actualmente lo está Agustín Rossi] y fue quien me dijo que habían encontrado cosas que confirmaban que me habían perseguido. Tuve amenazas telefónicas y espionaje, del macrismo hacia mí", describió el ex fabriquero.

En cuanto a las amenazas, este diario publicó lo ocurrido. El hecho se produjo el 17 de octubre de 2018. Menchaca había estacionado su auto en Burgos y 9 de Julio. Al regresar, halló un papel sujeto a uno de los limpiaparabrisas. "Dejate de romper las pelotas con Fanazul y basta de hablar mal del Gobierno de Mauricio Macri, porque te va a pasar lo mismo que a Santiago Maldonado", fue la leyenda impresa digitalmente que halló el ex fabriquero. Además de radicar la denuncia en la Fiscalía de turno, entre otras gestiones, se solicitó una audiencia con el ministro de Seguridad bonaerense en ese momento, Cristian Ritondo. Nunca recibió respuesta.

Hoy repasa esos momentos, durante el diálogo con este diario. "Eso es lo que a mí me pasó, durante el gobierno anterior, por haber sido el vocero de mis compañeros. Se cree que en los próximos meses va a haber novedades. Justo ahora, en enero, está la feria, así que no hay movimiento", puntualizó Menchaca, para agregar: "Eso se tramita en Juzgado Federal y se estima que, seguramente, va a pasar a [los Tribunales de] Comodoro Py, por lo que me dieron a entender que mi caso dormirá 'el sueño de los justos...'", remarcó.

De todos modos, "yo inicié las acciones, civil y penal, pero hay que esperar. Si bien no tengo muchas esperanzas, lo hice igual, porque lo que me hicieron a mí, en un gobierno democrático, es totalmente ilegal".

Principalmente, fue vocero del grupo de fabriqueros ante los medios nacionales que tomaron nota de la situación que se vivía en Azul, luego del cierre de la planta Fanazul determinado por el gobierno de Macri.

"Lo que me hicieron a mí, en un gobierno democrático, es totalmente ilegal", aseguró Menchaca en su diálogo con EL TIEMPO. ARCHIVO NACHO CORREA

Anticipo del fin

Recordó que "incluso en oportunidad en que el Director [de Fabricaciones Militares] fue a la planta, charló con nosotros, con las jefas y los jefes, se preguntó qué opinábamos. Y la verdad es que el más pesimista era yo, porque ya me la veía venir. Hablo desde lo personal: cuando ganó Macri, esa misma noche que había gente festejando, yo lo hablaba en casa y le dije a mi familia: 'Me quedo sin trabajo, pronto'. Yo era muy pesimista con respecto a eso, porque ya las había pasado. Desde cuando nos pasaron a Fabricaciones Militares, que fue antes de 1991. También viví eso, lo del 91, cuando nos despidieron también con un gobierno neoliberal, en ese caso de Menem. Y en 1996; aunque yo no estaba, pero mis compañeros pasaron por lo mismo".

El abrupto cierre de la fábrica ocurrido el "Día de los Inocentes" de 2017, con el despido de los fabriqueros, se mantendrá en la memoria de Omar Menchaca, adherido con firmeza. "En lo personal lo pasé mal, porque yo me quedo sin trabajo ya cumpliendo casi 59 años. ¿Y dónde me van a tomar, no? Por dos cosas: una, porque ya no había trabajo y era grande de edad; y, segundo, por ser sindicalista, porque acá te tildan enseguida cuando sos sindicalista. Si bien yo ya no estaba en la comisión, pertenecía al comité mixto de seguridad de ATE dentro de fábrica, pero no teníamos fueros. Ya en aquel momento veíamos que la situación venía mal y mis compañeros delegados me pidieron si podía ayudarlos. Pero la pasé mal, y muchos compañeros míos también. Yo veía cómo se desmembraban familias al no conseguir trabajo", aseguró.

En ese sentido mencionó que "muchos se sumaron en la lucha, después, en el acampe, y algunos empezaron a tener problemas familiares porque, lógicamente, había que darle de comer a la familia y no podían sostener el acampe. Se tenían que ir a hacer cualquier cosa, toda changa que saliera. Realmente yo tuve el apoyo de mi familia, pero fue muy duro también porque mi hija se quedó sin trabajo. El padre de mi nieta, la más grande, se quedó sin trabajo también. Prácticamente fue una familia desmembrada laboralmente, por eso fue muy duro y no se lo deseo a nadie. Yo estuve dieciocho meses sin trabajar y realmente la pasé mal, en el sentido anímico; en lo económico también golpeó, pero al menos mi señora tenía su trabajo. Pero se me desmoronó todo, porque tuve que ayudar a mi hija, que se había quedado sin trabajo. Sin dudas, fue un momento durísimo para casi todos los que estábamos ahí, en la lucha. ¿Cómo se empieza de nuevo? ¿Cómo se puede solucionar ese problema, que era grandísimo?", eran preguntas de la situación límite de ese momento, tanto para Menchaca como para muchos de sus compañeros de trabajo despedidos de Fanazul.

"Nosotros, los voceros del grupo, gracias a Dios pudimos jubilarnos; porque es innegable que el gobierno de Macri nos quería sacar de encima para que la termináramos con la lucha, si bien estuvimos dos años y pico. Y nos fuimos. Porque un ciclón nos agarró, un diciembre, y se llevó el acampe [instalado el veredón municipal], por lo que lo levantamos prácticamente a la fuerza; porque al llevarse el viento la carpa, ya no la levantamos más. Así fue ese primer tramo, terrible".

Menchaca: "Yo soy muy pesimista, porque, desgraciadamente, Fanazul está en manos del gobierno que venga". ARCHIVO NACHO CORREA

Una esperanza

Luego, "con el cambio de gobierno [al asumir el presidente Alberto Fernández] para nosotros vino una ilusión. Porque en un momento dado, el 1° de mayo de 2018, vino quien en ese momento era diputado, Agustín Rossi, y me acuerdo que lo fui a ver al Partido Justicialista. Habló ahí. Lo conocía de cuando había estado en Fanazul, le habíamos entregado una nota junto con Claudio Pais y allí se pedía que nos pasaran a planta permanente, cuando él era por entonces Ministro de Defensa. Eso yo se lo reclamé y recuerdo que me llevó abrazado, desde el Partido Justicialista hasta el acampe, y me dijo que recordaba esa nota, 'pero nos faltaron cosas, te pido disculpas, pero te prometo que si ganamos las elecciones vamos a reabrir Fanazul', me dijo. Le pedí que se lo dijera a los compañeros y compañeras que estaban en el acampe y así fue, se los dijo. Y con el cambio de gobierno, al entrar el peronismo, fue una esperanza para todos nosotros. En ese momento yo ya estaba jubilado, y fue una alegría porque sabíamos que se podía reabrir Fanazul, cosa que ahora están queriendo hacer", en referencia a la posible reapertura de la fábrica con parte de su producción, a fines de marzo de 2023.

En los últimos tiempos "han ido entrando compañeros, de a tandas, pero no va a ser lo mismo que antes... Si bien hay compañeros y compañeras que han regresado, pero ya no va a ser Fanazul lo mismo que antes. Incluso, va a haber una línea sola de producción; por lo menos, por el momento. Dentro de todo, es un aliciente", afirmó.

El escrito amenazante que Menchaca halló en el parabrisas de su auto en octubre de 2018.

Impacto local

No duda en admitir Menchaca, ante una pregunta, que "el cierre fue terrible para Azul, fue un golpe grandísimo para los comerciantes. En aquel momento [2017] nosotros volcábamos, a la ciudad, 6 millones de pesos por mes. Era mucha plata. Y esos 6 millones de pesos ya no se vieron reflejados; incluso muchos comercios chicos tuvieron que cerrar, porque la mano venía mala, no sólo para nosotros, sino también para el sector comercial. Además de nosotros, por ese entonces también se quedaron sin trabajo los trabajadores de Cerámica Valle Viejo, los de la cooperativa Sudamtex... Fue un momento tremendo. Pero lo nuestro, y esto dicho por los propios comerciantes, se sintió mucho. Nosotros, al no tener más sueldo, ya no podíamos volcar nada acá en Azul. Al contrario, tuvimos que salir a pedir. Hubo un empresario que nos ayudó muchísimo, que fue Néstor Sánz Petrello. Tuvo toda la voluntad, hicimos rifas, con eso nos manteníamos; pero no alcanzaba, naturalmente, porque había que repartirlo entre todos" y la situación era desbordante también en ese sentido para los fabriqueros.

En cuanto al acompañamiento recibido en nuestra comunidad, Omar Menchaca confirmó que "los que nos acompañaron fueron los del Frente de Todos. Del GEN el que nos acompañó fue Claudio Molina, no así radicales y el PRO. Les molestaba el acampe, ni nos saludaban cuando pasaban por ahí. El intendente no nos ayudó absolutamente para nada".

Por último, analizando el trayecto histórico de la fábrica al menos desde el retorno de la democracia en 1983, a propuesta de este diario, Menchaca volvió a sostener su postura: "Yo soy muy pesimista, porque, desgraciadamente, Fanazul está en manos del gobierno que venga. Y cuando venga un gobierno de derecha, o neoliberal, lo primero que hará será cerrar Fanazul y desprenderse de todos los empleados públicos. ¿Por qué? Recuerdo al ex dirigente de ATE Ricardo Bello. Él no quería que Fanazul pasara a Fabricaciones Militares, porque no nos quieren. Nunca nos quisieron, pero ocurrió que durante el gobierno de Alfonsín se hizo el traspaso desde AFNE a Fabricaciones, y no tuvieron más remedio que agarrarlo. Por eso, cada vez que viene un gobierno neoliberal, lo primero que hace es querer cerrar Fanazul. Ya había pasado con Menem en su gobierno. Y soy pesimista en cuanto a eso: si se mantiene un gobierno peronista, Fanazul seguramente va a seguir, aunque sea a los ponchazos. Pero si viene un gobierno de derecha, no tengo dudas que mis compañeros y compañeras, el año que viene, se quedan otra vez sin trabajo. Ahí sí, nunca la van a poder abrir. Ya no podrán hacer dinamita, menos trotyl. Está todo desarmado, por eso digo que no creo que Fanazul vuelva a ser lo que fue en su esplendor".