De acuerdo con lo investigado, los hechos de abuso sexual que le están imputando a un azuleño que fue detenido este jueves que pasó comenzaron a ocurrir cuando la menor que ahora figura como víctima en una causa penal tenía cinco años de edad.

En ese contexto, han sido ubicados como sucedidos desde el año 2015 hasta fines de noviembre del año pasado. Y en las actuaciones se refiere también que fueron cuatro domicilios diferentes de Azul los lugares donde el imputado cometió, a lo largo del período de tiempo referido, esos ataques de índole sexual en perjuicio de la menor.

Hace tres días, contando con una orden de Federico Barberena -el magistrado a cargo del Juzgado de Garantías 2 con asiento en el Palacio de Justicia local- una comisión policial del Grupo Táctico Operativo de la Seccional Primera detuvo al ahora acusado.

Ese joven tiene actualmente 22 años de edad y fue identificado como Sebastián Daniel Bermay.

Mientras se consigue un cupo en el Servicio Penitenciario Bonaerense para su traslado a la alcaidía de una cárcel de la zona, el presunto abusador permanece alojado transitoriamente en la Subcomisaría de Chillar.

A esa seccional policial ubicada en la vecina localidad perteneciente al Partido de Azul lo trasladaron este viernes que pasó, luego de la indagatoria a la que había sido sometido en sede judicial.

Esa audiencia se desarrolló anteayer en la UFI 6 que conduce Karina Gennuso, fiscal que con diferentes evidencias reunidas en la causa que por este caso de abuso sexual está instruyendo había sido también la que formulara el pedido para que se hiciera efectiva la detención del joven.

Según lo consignado por voceros judiciales a EL TIEMPO, Sebastián Daniel Bermay optó por negarse a declarar en esa audiencia a tenor de lo que establece el artículo 308 del CPP, durante la cual estuvo asistido por una defensora Oficial: Mariana Mocciaro.

Cuando el jueves que pasó el Juez de Garantías ordenó esta detención, a través de lo dispuesto consideró a escala penal esos hechos que le imputan al joven como abuso sexual con acceso carnal agravado por el aprovechamiento de la situación de convivencia preexistente con una menor de 18 años, en concurso ideal con promoción de la corrupción de una menor agravada por la edad y la situación de convivencia.

Tanto desde la Acusación, como después por el magistrado que diera lugar a la aplicación de la medida de coerción para el acusado, esos hechos que le atribuyen al joven que ahora está preso, "por su carácter perverso, prematuro y excesivo, tuvieron entidad suficiente para torcer el biológico, sano y natural sentido de la sexualidad de la menor", se señala textualmente en las actuaciones penales. Y en ese contexto Bermay -a través de la autoría de esos episodios de índole sexual- es sindicado también como quien con su accionar, que se prolongó por alrededor de siete años, "promovió la corrupción de una niña".

Una denuncia

El origen de esta Investigación Penal Preparatoria se remonta a la denuncia que por estos hechos de abuso sexual formulara la madre de la menor que figura como víctima.

Antes de que radicara esa presentación ante la Justicia, su hija le manifestó a esa mujer, luego de que sufriera uno de estos abusos por parte del investigado, que no era la primera vez que Bermay la sometía sexualmente.

Pero de esas situaciones la chica no decía nada por temor, ya que recibía también amenazas por parte de quien la sometía a este tipo de vejámenes. Hechos que implicaron que el imputado -a quien desde el entorno de la víctima consideraban como un miembro más de esa familia, más allá de que no lo es- la accediera carnalmente.

A criterio del Juez de Garantías, de "especial relevancia" en esta investigación penal es el testimonio que la menor brindó -"como adelanto extraordinario de prueba"- cuando declarara "bajo el protocolo que establece el sistema de Cámara Gesell".

Sus dichos sirvieron para contar en esta pesquisa con "un relato pormenorizado de la situación vivenciada por ella a manos del imputado", sostuvo el magistrado Barberena al aludir a una de las evidencias valoradas para pronunciarse a favor del dictado de la medida de coerción para el presunto abusador de la chica.

"La niña -señaló también el Juez garante- fue consistente en manifestar la frecuencia de dichos actos", a través de los cuales Bermay la sometía sexualmente casi a diario. Y su testimonio se constituyó, además, en un elemento para percibir las "consecuencias traumáticas" que en la chica ha tenido ese accionar desarrollado sobre ella por parte del ahora detenido. Una circunstancia que agrava la imputación para el joven que desde hace tres días se encuentra privado de la libertad.

Otra de las pruebas incluidas en esta causa es el informe de un médico que examinó a la menor, dictamen que sirvió para demostrar las lesiones que la chica presentaba a causa de los abusos sufridos, que en al menos una ocasión incluyeron que el ahora detenido la accediera carnalmente con sus dedos.

Esos abusos en perjuicio de la víctima, concluyó el Juez de Garantías, el acusado fue cometiéndolos "progresivamente", teniendo en cuenta que se extendieron por unos siete años. Hechos que, "dada la frecuencia y habitualidad", constituyeron un "sometimiento sexual gravemente ultrajante para la menor".

EL DATO

Un dato surgido de las pruebas incorporadas en la causa penal, y al que hiciera alusión el magistrado de Garantías 2 al ordenar la detención del imputado, tuvo que ver con que los hechos materia de esta investigación habrían comenzado a ocurrir cuando el detenido era todavía menor. Por ese motivo es que la acusación para él quedó acotada a ese lapso temporal iniciado cuando cumplió la mayoría de edad, lo cual sucedió a principios de marzo de 2019. "Corresponde recortar el hecho intimable desde la citada fecha hasta las 19 horas aproximadamente del día 29 de noviembre de 2022", señaló el titular del Juzgado de Garantías 2 en la orden que se tradujo en la detención de Bermay.