En diálogo con el ciclo radial Tiempo de Radio el azuleño Adrián Acosta contó su historia de vida y la de su hija Justina y remarcó la importancia de poder levantarse todos los días y empujar un poquito esos límites que nos imponemos como sociedad en relación a las cosas que pueden hacer o no las personas con algún tipo de discapacidad.

En el comienzo de la charla el hombre recordó que su hija Justina que hoy tiene doce años nació con un quiste en su panza y antes de cumplir un año fue operada en el Hospital Garrahan: "Después de la intervención hizo un broncoespasmo y no reaccionó bien a la anestesia y los médicos nos dijeron que por ese motivo le podían quedar algunas secuelas, porque estuvo mucho tiempo sin oxígeno".

"Con el tiempo nos fuimos dando cuenta que tenía problemas de aprendizaje y nos dábamos cuenta que chicos de la edad de ella estaban muy acelerados y ella se había quedado. De hecho, ella empezó a estudiar en una escuela normal, pero el equipo de docentes nos dijo que tenía que ir a una escuela especial y tuvimos que meterle para adelante con eso" agregó.

En este punto Adrián recalcó que en el año 2018 comenzó a incursionar en lo relacionado con el ciclismo en tándem, para poder hacer posible el deseo de Justina de andar en bicicleta como el resto de los chicos y chicas de su edad.

"Le quisimos enseñar a andar en bicicleta con mi mujer, pero fue imposible y ahí se me ocurrió recurrir al tándem. Ya lo había visto una vez en internet y me las ingenié y lo hice como algo natural para poder pedalear con mi hija" expresó y siguió: "Justina siempre es feliz cuando salimos a andar en bici juntos, pero al principio cuando salíamos a la calle todo el mundo nos miraba y nos sacaba fotos. O frenaban al lado nuestro en los autos y nos preguntaban si nos podían filmar, era algo muy novedoso".

En ese sentido el vecino contó que cuando se enteró de lo que fue la reciente visita de Juan y Santiago Zemborain, creadores de la asociación civil Empujando Límites, que promociona y brinda clínicas en todo el país sobre ciclismo adaptado y en tándem, no dudó en acercarse primero a la charla que brindaron en AECA y más tarde a la bicicleteada que se realizó a beneficio del Centro de Día Vivencias y Cadral.

"Fuimos y escuchamos su historia y fuimos a la bicicleteada que se hizo y charlando con Juan él me motivó aún más para seguir con esto del ciclismo. Si bien yo tengo un tándem de paseo, a mí me gustaría tener un tándem montan bike para salir a bicicletear por caminos rurales. Porque Justina puede hacer de la bicicleta un deporte, porque de hecho le hace bien porque es una chica con problemas de diabetes y tiroides y el deporte le sienta muy bien" resaltó.

En otro tramo Adrián reconoció que pedalear en tándem puede resultar en un primer momento dificultoso, pero solo es cuestión de acostumbrarse: "Es pesada porque son dos bicicletas y cuando salimos a pedalear Justina contribuye y cuando deja de pedalear me doy cuenta en seguida. Acá en Azul me sentía un poco solo porque no veía a nadie andar en tándem y cuando hablé con Juan el me motivó y hasta le trasmití mi idea de poder hacerme otra bici y prestar al que la necesite la que tenemos hoy".

"Todavía la gente te ve en un tándem y no termina de entender de que se trata, pero como me lo dijo Juan el otro día, la gente tiene que comprender que atrás de un tándem siempre hay una historia" agregó.

Por último, Acosta contó que este fin de semana había sido invitado a una bicicleteada que va a tener lugar en Sal Isidro, lugar donde residen Juan y Santiago Zemborain y remarcó: "Vamos a hacer lo imposible por estar y la idea es que nos presten un tándem allá para no tener que llevar el nuestro y nos vamos a interiorizar sobre cómo se manejan ellos con el tema de los grupos".