"No hay que bajar la guardia, eso es lo que hay que advertirle a la población. Y que hay que tener presente que este virus sigue complicando pacientes, pero no infundir miedo", afirmó el doctor Carlos Bravo en diálogo con EL TIEMPO.

Asumió como secretario de Salud municipal en diciembre de 2019 y, como médico y funcionario, vivió la etapa más compleja de la pandemia Covid. En las últimas horas se conocieron definiciones de la OMS (Organización Mundial de la Salud, resolvió mantener el "alerta máximo", descartando, de ese modo, la posibilidad de que se declarase "el fin de la pandemia". En efecto, desde el organismo sanitario mundial se definió que "aún no es tiempo de levantar las alertas".

Al ser consultado sobre este tema, Bravo señaló que "creo que hay que advertir a la población, porque este no es un tema resuelto. Claramente no lo es".

Puntualizó que, "después de tres años, algunas cosas hemos aprendido y seguimos teniendo mucha incertidumbre sobre la respuesta del Covid. Porque, evidentemente, después de los índices de contagio y de la cantidad de gente vacunada, sigue el virus rotando en la población".

Por ese motivo el doctor Bravo afirmó: "Me parece que la luz roja de alarma que tuvimos tan en la mente todos los argentinos, y el mundo entero, creo que, en el fondo, asusta y no es buen conducente asustar tanto a la gente. Está bien advertir, ser precavidos, decir 'esto todavía no pasó', porque claramente los números muestran que no pasó".

"En lugares donde hay aglutinamiento de gente, por ejemplo, hay que seguir siendo precavidos. No volver al encierro, al no circular, no volver a esa historia que, creo, no condujo a buen término", aseveró.

Al momento de recordar el momento difícil en el que comenzaron a adoptarse medidas, entre febrero y marzo del 2020, el doctor Bravo aseguró que esa etapa "fue terrible, una historia durísima; donde perdimos la objetividad médica, muchos dejamos de ser racionales y pasamos a manejarnos por los miedos, por lo que hace el otro, por lo que dicen que hay que hacer otros".

"Tal es así -continuó- que yo, en reuniones de Regiones Sanitarias, escuché a secretarios de Salud -de otros Partidos, de otras ciudades-, médicos, decir 'a mí el Covid no me va a entrar porque pongo una barricada de tierra en la entrada del pueblo'. Llegamos a creer eso. En varias ciudades, acá inclusive, se hicieron aludes, se cortaron todas las entradas, en las no principales se cercó el ingreso. En ese momento había mucho miedo, mucha incertidumbre. No se sabía cómo iba a impactar esto en el sistema de salud".

Un antecedente

Sin dudas se trató, el 2020, de un año atípico por el desarrollo del coronavirus; sin embargo, existió un hecho que puede considerarse como "antecedente". El doctor Carlos Bravo sostiene que el "H1N1 fue un antecedente, en el año 2009. La mortalidad de ese virus en Azul fue dos o tres veces superior a esta, con la diferencia que apareció un retroviral que lo resolvía en 48-72 horas. Por eso es que se resolvió la pandemia del H1N1 con esa medicación. Funcionó perfecto, entonces, todos los pacientes que eran positivos o tenían algún síntoma, se los medicaba y en 24-48 horas estaba resuelto el caso. No recuerdo el número exacto, pero en dos meses fallecieron sesenta personas. Es un número altísimo. Hay antecedentes de pandemia, digamos. Ese fue uno. La medicación se conoció a nivel mundial, se distribuyó; acá se hacía en el Hospital Pintos, en Región Sanitaria y salía adelante el paciente. Esa medicación hoy, está en venta en las farmacias, el Tamiflu; es un retroviral que funciona muy bien para H1N1".

En cambio, observada la situación del Covid, Bravo puntualizó que "en el caso de este virus, no respondió hasta ahora a ningún tratamiento específico. Se está usando una vacuna que, en lo personal siempre digo, estamos en la fase 3, en el mundo experimentando cuánto va a funcionar y cuánto no".

Explicó que "la fase 1 es la de laboratorio, la fase 2 es de experimentación en animales y la fase 3 es cuando se toma un grupo poblacional reducido, se aplica la droga durante un tiempo y se hace toda una secuencia de análisis del resultado de los efectos positivos de esa medicación sobre la patología que fuese, y los efectos adversos. Se hace un seguimiento de esa población reducida".

Sin lugar a dudas, ante el desarrollo del Covid, "como esto apremió, se usó al mundo como fase 3: todos siendo parte de una experiencia mundial con una vacuna. Sobre los resultados ya van a salir trabajos donde claramente van a demostrar la contundencia y efectividad de la vacuna, y los efectos adversos que pueda generar. Es algo muy complejo", subrayó Bravo.

¿Fin de pandemia?

Desde algunos sectores comunicacionales se anunciaba que la pandemia había llegado a su fin y que sólo restaba la declaración formal de la OMS. Sin embargo, el organismo sanitario mundial rechazó de plano esta posibilidad y, como se indicó al inicio de este artículo, se ratificó el "alerta".

Al ser consultado el doctor Bravo sobre cuál sería, en todo caso, la situación "ideal" para determinar, efectivamente "el fin de la pandemia", el profesional sostuvo que esa "situación ideal es que no haya una distribución unívoca, en todo el mundo, de este virus; que haya una incidencia estacional, determinada en cantidad de casos por año, que es la lógica de esperar pero que no supere eso".

Al respecto añadió que "lo que este virus ha hecho -porque H1N1 sigue habiendo en el mundo, pero con una incidencia muy reducida y está dentro del espectro de las virosis anuales- es algo diferente: no hay estación que lo contenga y sigue teniendo rebrotes en diciembre, en marzo, en junio; es decir, sigue siendo muy difícil sacarlo de la definición de 'pandemia', por esto que menciono. Y por eso se dice que tiene una incidencia de casos que supera la normal de cada época del año".

Por ese motivo, explicó Bravo, "creo que no está mal decir que la pandemia no está resuelta y que está bien advertir a la población. Pero, por la experiencia que yo viví, creo que extremamos medidas que no fueron conducentes a la salud de la población", como por ejemplo, el confinamiento obligatorio.

"De eso estoy totalmente convencido de que no fue bueno, que a la gente no le hizo bien; que vemos claramente, porque nosotros hicimos un seguimiento -al menos mientras estuve en la Secretaría de Salud municipal-, estuve en la radiografía de los mil casos, prácticamente era cero el contagio en la calle, en los negocios. El 99,99 por ciento se producía dentro del hogar; en reuniones del grupo familiar. Nosotros tomamos medidas de confinamiento que, obviamente, estaban dirigidas desde el Ministerio de Salud, pensando que con eso íbamos a reducir significativamente el impacto de la enfermedad en la sociedad", fundamentó.

Un nuevo agresor

El doctor Bravo, en la entrevista con EL TIEMPO, admitió que "a mis pacientes les digo siempre: este es un agresor nuevo que apareció en la Humanidad y está a respuesta inmune de nuestro organismo. Cuanto más virulento es el agresor, más complicados estamos. Cuanto más fuerte es nuestra inmunidad, más defensas tenemos en superar la enfermedad".

Sin dudas, agregó luego, "el virus fue muy agresivo en su primera instancia. Las primeras cepas fueron muy agresivas, y después yo creo que la agresividad del virus se ha ido atenuando; amén de que la inmunidad ha ido subiendo".

También es indudable que el virus "va mutando; inclusive apareció la cepa Manaos que creíamos que sería mucho más agresiva, porque empezó a darse una mortalidad que parecía que iba a superar a las previas, pero eso no sucedió".

Bravo puntualizó que "ahora se están conjugando muchas cosas. Primero, hay una altísima cantidad de población infectada que ha hecho inmunidad; más la 'vacuna'. Creo que hoy el impacto de la enfermedad está mucho más reducido por esta secuencia de cosas".

Recordó, en tal sentido, que "siempre decíamos que, con la 'inmunidad de rebaño', que era cuando el 60-70 por ciento de la población este inmunizada, la posibilidad de que el virus circule era menor. Sin embargo, hoy está esa inmunidad y el virus sigue circulando; y haciendo rebrotes".

La vacuna como una herramienta

"No es que no crea en las vacunas", respondió Bravo ante una pregunta de EL TIEMPO. Explicó que "nosotros mismos decíamos que había que vacunarse, al principio, porque esa era la solución. Después seguía el virus y decíamos, bueno, falta la segunda dosis, por eso está ocurriendo esto. Poníamos la segunda dosis y seguía apareciendo, entonces era porque faltaba la tercera... En lo personal, creo que no hemos sido claros en decir que la vacuna no es la solución, sino una herramienta, y que está en fase experimental. Entonces, aseverar con total certeza que esto es útil, sirve, no tiene riesgo, es inocua, yo creo que desde el punto de vista médico es una imprudencia. Hay que decirle la verdad a la gente: esta es la herramienta que tenemos hoy disponible; creemos que los efectos adversos son pocos, pero no tenemos la certeza hasta que no termine este proceso de fase 3".

Y, en cuanto a los efectos adversos, el doctor Bravo sostuvo: "Por ejemplo, en Azul no hay un centro de denuncias o de seguimiento de complicaciones de vacunas Covid. Nadie llama, de ningún lugar, a preguntar qué dosis se aplicó, cuánto, ver si apareció algún síntoma, complicación o reacción alérgica, algún evento no habitual en la salud. Yo tengo paciente a los que les han aparecido efectos adversos post-vacuna, pero no puedo decir al 100 por ciento que es por la vacuna. Vemos eventos que no es habitual ver en gente de determina edad. Por eso yo soy precavido: creo que personas de la tercera edad con comorbilidad sí o sí hay que vacunar, absolutamente; pero también creo que a los chicos no hay que vacunarlos, porque la incidencia de complicaciones de esta enfermedad en niños y jóvenes menores de quince años es absolutamente baja. Y como todavía no tenemos claro el abanico de eventos adversos que puede dar la vacuna, estoy sometiendo, por una supuesta complicación -que es bajísima-, con un producto al que todavía no le conozco los efectos adversos. Por eso me parece muy arriesgado. Sí a personas mayores de 70 años con comorbilidad: en esos casos sí sugiero que se vacunen".

Desde su experiencia profesional, remarcó que "a mis pacientes les digo: vitamina C, vitamina D, hacer la vida lo más sana posible, lo más normal posible, y no dejarse invadir por el miedo. Creo que el miedo es terriblemente mal conducente, hace tomar decisiones equivocadas, le genera fobia a la gente... Se han vivido cosas muy terribles acá. La gente haciendo denuncias permanentes, porque en tal lado hay alguien que vino de viaje y está tosiendo... Se han vivido cosas muy duras. Hoy velamos a los que fallecen y antes se había prohibido. Se prohibieron muchas cosas que no debieron haberse prohibido. Que no debimos haber prohibido, porque yo fui parte".

El miedo, mal consejero

El 2020 resultó un año difícil para la toma de decisiones. El doctor Bravo compartió este aspecto y recordó que "el marco de referencia era nacional, nosotros nos guiábamos por lo que decía el Ministerio de Salud, y allí, obviamente con gente súper profesional, se guiaban por lo que decía la OMS y por lo que los medios decían que pasaba en otros lugares. La palabra era 'miedo', no una respuesta racional. Hubo una cantidad innumerable de médicos que no quisieron atender; que donde les decían 'tiene fiebre' directamente no atendían. Y eso es miedo. Hoy el Covid sigue matando gente y, sin embargo, no estamos con la idea de encerrarnos, de confinarnos, que el nieto no bese al abuelo porque si lo contagia lo mata. Eso pasó, entonces el abuelo se moría solo, aislado, sin ver a su familia un año... Y se contagiaron igual. Creo que uno tiene que evolucionar y entender que mucho de eso hicimos porque había conductas conducentes, supuestamente, para proteger a la gente, que todo el mundo las hacía y nosotros no podíamos no hacerlas. Y Azul fue una de las ciudades más abiertas de la provincia de Buenos Aires. Por ejemplo, Los Teros nunca dejó de trabajar. Y el frigorífico, que es exportador, nunca dejó de trabajar. Hubo una apertura muy importante; en ciudades vecinas hubo casos de médicos que, si llegaban por ejemplo desde Azul, no los dejaban entrar. Por eso creo que fue tal el impacto informativo necrológico que la gente se asustó; los médicos se asustaron. Me parece que no tuvimos el equilibrio de decir, bueno, esto es una virosis, es complicada, nueva, mata a mucha gente, pero por otro lado el 85% de la población la pasa sin ninguna complicación. Y ese sigue siendo el número de hoy".

Bravo recordó que "también, algunos se sintieron cómodos confinando; diciendo a vos te autorizo, a vos no, el hecho de tener la varita conducente. Nosotros tuvimos el caso del frigorífico que tenía 700-800 empleados, en aquel momento, sin embargo las medidas se tomaron bien, no hubo focos importantes y la empresa no paró de producir. Y la obra de Los Teros se terminó en plena pandemia, donde venían empresas de todo el país, con un protocolo que, para nosotros, era el más conducente".

Convivencia

¿Será cuestión de convivir con la enfermedad? Ante la pregunta, el doctor Bravo señaló que "ya es así. Desde el primer día en la Secretaría de Salud yo dije que teníamos que aprender a convivir con el virus, porque así lo demuestra la historia de la Humanidad. El virus no va a desaparecer. ¿Qué tenemos que hacer? Apuntar a lo que podamos manejar, a nuestra inmunidad, a que nuestro cuerpo desarrolle la mejor respuesta ante ese agresor y para eso es importante una vida lo más sana posible, tener bien controladas las enfermedades y no infundir el miedo. Creo que hay que concientizar a la población sobre cuáles son las medidas que hay que tomar para prevenir el contagio, para que no se masifique, pero acá durante meses fuimos expertos en tapabocas, en aerosoles, todos los días, a toda hora".

Por otro lado, Bravo mencionó que "las recomendaciones siguen siendo las mismas, pero ahora uno lo que ve es que la enfermedad es oligosintomática, es decir que produce muy pocos síntomas, se ve que el impacto es muy leve en la salud. En diciembre hubo un rebrote, que acá no fue significativo, pero subió mucho el caso del Covid y la mayoría fue leve y mucha gente no sabía que estaba contagiado y que estaba contagiando".

Finalmente, recordó que "el Materno Infantil, paradójicamente el 2020, estuvo vacío. Casi no tuvo pacientes, luego de venir de años de estar lleno por bronquiolitis. Fue algo de lo más llamativo. Claro, una cosa es decirlo hoy, ya con 'el diario del lunes', que en ese momento. Pero, cuando lo analizo, veo que el Hospital Pintos se la bancó, que el sistema de salud respondió".