UNO TIENE 35 AÑOS DE EDAD Y EL OTRO, 25 . Los acusan de herir a policías durante un violento enfrentamiento y están detenidos

Desobediencia, resistencia a la autoridad, atentado a la autoridad agravado por poner manos en la autoridad, robo y lesiones leves (tres hechos), son los delitos que "en concurso real de acciones" les atribuyen a título penal a dos mayores de edad que están detenidos.

Uno de 35 años y el otro de 25, ambos habían sido arrestados luego de que protagonizaran junto a más personas gravísimos incidentes en Cacharí este fin de semana que pasó, cuando se enfrentaron con efectivos de seguridad que durante lo que fuera aquella gresca resultaron heridos, lo cual sucedió después de que también les terminaran sustrayendo sus armas de fuego reglamentarias.

El mayor de los imputados que tiene la investigación penal que se inició por lo que pasó fue identificado como Sergio Rafael Arriola, oriundo de la ciudad de Lanús. En tanto, el otro acusado de la comisión de los mencionados episodios delictivos es un joven llamado Juan Carlos Zavala.

Ayer, las aprehensiones de ambos fueron convertidas en respectivas detenciones por Federico Barberena, el magistrado a cargo del Juzgado de Garantías 2 con asiento en los tribunales de Azul.

Esas medidas de coerción, por las que transitoriamente los ahora encausados permanecían privados de la libertad en la Seccional Primera de Azul, habían sido solicitadas por David Carballo, el fiscal que lleva adelante una investigación penal por lo sucedido.

Gravísimos incidentes

De acuerdo con lo que se refiere en las actuaciones penales, los hechos por los que desde ayer Sergio Rafael Arriola y Juan Carlos Zavala permanecen detenidos se produjeron en la vecina localidad perteneciente al Partido de Azul el pasado sábado poco antes de la hora 23. Y tuvieron como víctimas a tres agentes policiales que desempeñan tareas en la Subcomisaría de Cacharí.

Aquel día, alertados por un llamado telefónico que daba cuenta de un conflicto vecinal, efectivos de seguridad se hicieron presentes en las inmediaciones de una vivienda situada en Calle 12 y Martín Mundet.

Una vez presentes en ese lugar, varias personas que se encontraban allí -entre quienes estaban los ahora detenidos- se enfrentaron con el personal policial, resultando heridos tres de esos agentes: dos varones y una mujer.

Con relación a lo sucedido, en la causa se señala que en un principio Arriola y Zavala "se resistieron al accionar policial"; y que pese a escuchar la voz de "alto Policía", ambos no acataron tal orden.

En esas circunstancias, se refiere también en el sumario, los imputados comenzaron a atacar a uno de los agentes que resultó herido, a quien le aplicaron varios golpes de puño, haciéndolo caer al piso y sustrayéndole una escopeta calibre 12/70 que el uniformado portaba. Con ese policía tirado en el suelo, sus agresores continuaron atacándolo mediante patadas, se señala de acuerdo con lo averiguado.

Lejos de calmarse la situación, posteriormente otro agente que desempeña tareas en la Subcomisaría de Cacharí también resultó lesionado este sábado que pasó cuando intentó defender a su compañero. Ese efectivo de seguridad recibió varios golpes de puño en su cabeza y el rostro, sufriendo diferentes heridas.

Además, de lo sucedido fue víctima una oficial Principal, a quien -se refiere textualmente en la causa penal- "Arriola y Zavala empujaron y golpearon en la cabeza, en el rostro y en las manos" hasta hacerla caer al piso y provocarle heridas con ese agresivo accionar.

En las actuaciones que se confeccionaron desde la Subcomisaría de Cacharí se señala que los ahora detenidos y más personas actuaron "con saña contra el personal policial", ocasión durante la cual los efectivos de seguridad sufrieron las lesiones por las que después tuvieron que ser hospitalizados.

También se menciona que las agresiones incluyeron que los involucrados en este enfrentamiento les dieran a los policías "golpes de puño, patadas en el cuerpo y en la cabeza mientras se hallaban en el piso". Además, los atacaron con "la tonfa reglamentaria" que le había sido quitada a uno de los uniformados.

En ese contexto se ubica también lo que fueron las sustracciones de las armas de fuego a los efectivos de seguridad: la ya referida escopeta y una pistola con la cual, mientras se producía un forcejeo con el agente que la portaba, se efectuaron tres disparos, sin que ninguno de los involucrados en lo ocurrido haya sido alcanzado por alguno de esos proyectiles.

El feroz enfrentamiento incluyó que fuera rota la llave de encendido de un móvil policial en el que los agentes habían llegado hasta el sector de la vecina localidad donde este conflicto se produjo. Y al menos uno de los agresores logró meterse al interior de uno de los móviles que acudiera en respuesta a un llamado por lo que, en un principio, al parecer era una disputa vecinal. Además, fueron dañados los vidrios de uno de esos rodados en que los efectivos de seguridad se movilizaban.

Los policías que resultaron heridos durante la gresca habían declarado en el marco del sumario penal que ahora se instruye, identificado a los dos mayores de edad que están detenidos como quienes formaron parte de ese grupo de personas que los atacara.

La actitud hostil de los involucrados en esta gresca, entre quienes también hubo mujeres, no pudo ser controlada por los agentes que intervinieron en lo ocurrido, quienes en inferioridad numérica terminaron heridos, sin que tampoco disparos con postas de goma efectuados con esa escopeta que después le fuera quitada a uno de ellos sirvieran para disuadir a los participantes en estos gravísimos incidentes.

Las lesiones que los funcionarios policiales sufrieron -dos sargentos y la ya mencionada Oficial Principal, respectivamente llamados Nahuel Gastón Sosa, Ignacio Ghisolis y Natalia Duca- implicaron que algunos de ellos tuvieran que recibir puntos de sutura por esas heridas que presentaban, las cuales en las actuaciones penales se menciona que fueron calificadas todas como "leves".

Las armas de fuego sustraídas a los efectivos de seguridad posteriormente pudieron ser recuperadas. Mientras que la pistola estaba en poder de uno de los ahora detenidos, la escopeta fue hallada en una alcantarilla, "previo haber sido escondida allí por el encausado Zavala", según se refiere en las actuaciones penales.

El dato

Arriola y Zavala habían optado por negarse a declarar cuando los indagaron en sede judicial desde la fiscalía donde se está instruyendo un sumario penal por esta gresca. El Juez de Garantías que ayer convirtió a las aprehensiones de ambos en detenciones debe resolver en los próximos días también con relación a pedidos de excarcelación para los dos acusados que fueran presentados desde la Defensa que ambos tienen en esta causa.