En el Centro de Contención "Agustín Gambier" -ubicado en un predio de la localidad de Abasto, en La Plata- permanece un azuleño que está próximo a cumplir los quince años y que, a pesar de su corta edad, es señalado como el autor de varios delitos. Algunos de ellos, de extrema gravedad.

Hacia ese centro de contención había sido trasladado el pasado viernes 3 del corriente mes por personal policial, en el marco de lo que dispusiera Javier Barda, el juez de Garantías del Joven perteneciente al Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil.

En respuesta a una solicitud de la fiscal -también del Fuero de Menores- Mariela Viceconte, ese magistrado se pronunció a favor de ordenar una denominada "medida de seguridad restrictiva de su libertad ambulatoria" para el chico.

La decisión, de tipo "provisional y preventiva", apunta -entre otras cuestiones- a intentar ponerle un freno al accionar delictivo que el adolescente viene desarrollando desde tiempo atrás, a través de la comisión de diferentes ilícitos sucedidos en Azul.

Por esos catorce años de edad que actualmente tiene, el chico continúa siendo no punible para el Régimen Penal de Minoridad, por lo que hasta que no cumpla los dieciséis, y si es que sigue cometiendo delitos, no podría -por ejemplo- permanecer en el Centro Cerrado de Contención "Leopoldo Lugones" que tiene su sede en Azul.

Mientras tanto, el Gambier aparece como un espacio de contención para este adolescente, quien desde hace rato es un verdadero dolor de cabeza para autoridades de diferentes sectores del Estado.

En ese contexto, todavía se continúa buscando poder apartarlo de ese accionar delictivo que comenzara a desarrollar desde corta edad, inmerso en una situación donde prácticamente no hay ningún familiar ni institución que puedan contenerlo y rescatarlo -de una vez y para siempre- de ese estado de vulnerabilidad en el que continúa y lo lleva a delinquir.

Al menos, treinta días

En el escrito que presentara ante el Juez de Garantías del Joven para que se hiciera efectiva esta medida, la Fiscal solicitaba que el menor permaneciera en el Gambier, al menos, unos treinta días.

Esa petición la fundamentaba en "la gravedad" de los varios hechos que el adolescente venía cometiendo. Y estaba basada -además- en que ni sus progenitores ni otros familiares más directos asumían la custodia y tutela del chico.

Al respecto, se citaba como ejemplo lo que había pasado con el menor luego de que fuera retenido el pasado miércoles 1 de este mes, tras ingresar con un mayor de edad con fines de robo a una casa en Villa Piazza Centro, lugar donde ambos convirtieron en víctima de aquel ilícito a un vecino de 77 años al que atacaron a golpes.

Ese día, estando en la comisaría primera, al chico sus padres no fueron a retirarlo nunca.

Viceconte refería en su pedido que tampoco sirvieron hasta el momento, para al menos paliar esta situación con el adolescente, un total de nueve medidas "de abrigo" tomadas desde el Servicio Local de Protección de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes para con él. Y en el escrito, la titular de la UFI 17 daba cuenta de "las múltiples" causas penales en las que este chico figura mencionado como autor de varios ilícitos, a pesar de que no es punible por su edad.

"La personalidad y conflictividad del joven, el contexto familiar en el que se encuentra, el consumo de sustancias psicoactivas y las nueve medidas de abrigo que le fueron impuestas con anterioridad" -sostenía la funcionaria judicial- seguían colocando al menor en una "situación de vulnerabilidad" que se buscaba mitigar con esa cautelar que pidió y a la que el Juez de Garantías del Joven diera lugar.

Otro hecho

Cuando finalmente el adolescente pudo ser retirado de la comisaría tras su retención por aquel hecho ocurrido en Villa Piazza Centro a principios de este mes, en un principio fue remitido a un hogar de menores donde ya estuvo en ocasiones anteriores.

Pero el pasado viernes 3 -mismo día en que horas más tarde sería trasladado al Gambier- cometió otro hecho que terminó convirtiéndose en una nueva razón para ordenar esa llamada "medida de seguridad restrictiva de su libertad ambulatoria".

De acuerdo con lo informado, se trató de un episodio de índole sexual en el que como víctima figuró otro menor alojado en ese hogar con asiento en Azul al que fuera llevado el adolescente.

Por aquella situación se inició un sumario penal; y en el marco de la instrucción de esa causa voceros judiciales señalaron a EL TIEMPO que al chico que figura como víctima le había sido recibida una declaración por medio de la Cámara Gesell.

Los ilícitos más recientes que le atribuyen en carácter de autor al adolescente que fue llevado a La Plata hace nueve días habían implicado que también le tomaran una declaración en sede judicial. Fue en la UFI 17, a través de una audiencia de características similares a aquellas a las que son sometidas las personas que sí son punibles, lo cual sucede en el caso de los mayores de edad y -para con los menores- cuando tienen 16 ó 17 años.

Durante la referida audiencia, el chico declaró. Y a través de lo que dijo intentó desligarse de los hechos más recientes que le imputan. Entre ellos figuran el intento de robo al vecino en Villa Piazza Centro y el abuso sexual en el hogar de esta ciudad donde estuvo alojado hasta que se ordenara su traslado al Gambier.

La medida

El juez de Garantías del Joven Javier Barda concluyó, al ordenar su traslado al Gambier, que actualmente el chico "detenta un marcado desprecio por el devenir de su futuro y derechos de terceros, apartándose, en efecto, de toda norma de comportamiento social".

Dicha conducta quedaba evidenciada en "la repetición de hechos de distinta naturaleza" que a pesar de su corta edad ha cometido, "entre los cuales quedan comprendidos aquellos de extrema gravedad".

El magistrado consideró que, en un principio, no se podía establecer "un plazo determinado" de duración de esa medida restrictiva de la libertad que ordenara para el adolescente. Y dispuso que, "hasta tanto se encuentren dadas las condiciones para adoptar una medida sustitutiva que revierta su actual situación", en ese contexto de encierro en el que ahora permanece tiene que ser evaluado por un psiquiatra y un psicólogo.

Esos profesionales deben, concretamente, determinar varias cuestiones que fueron enumeradas en lo resuelto: si el chico "reviste alguna patología o trastorno de su personalidad; sí resulta peligroso para sí o para terceros"; si es necesario que sea sometido a un tratamiento "psicológico y/o psiquiátrico"; si tiene "problemas de adicciones" y -posteriormente a practicadas todas esas evaluaciones- si finalmente "se encuentra en condiciones de reinsertarse en la comunidad".

El dato

No es la primera vez que el menor está en el Gambier. A ese instituto platense había sido llevado en agosto del año pasado tras cometer otro ilícito de gravedad, sucedido cuando en la calle atacó a golpes a un hombre con una manopla de hierro y lo lesionó en la cabeza y el rostro para robarle dos cigarrillos. Entre varios hechos en los que ya figuraba como autor en aquel entonces, al chico se lo señalaba como quien cometiera en septiembre de 2021 otro episodio de extrema gravedad en perjuicio de una vecina de 81 años. A esa jubilada -ya fallecida- la había atacado a golpes para robarle. Y cuando ingresó a su casa con la excusa de pedirle un vaso con agua intentó, también, someterla sexualmente.