LA PRIMERA MUJER QUE ESCRIBIÓ EN EL DIARIO . Poetisa y periodista amada y respetada: Alicia Castro

El 22 de febrero de 2013 falleció la escritora, periodista y correctora Alicia Castro, quien desempeñó tareas en EL TIEMPO durante muchos años.

A ella, en febrero del año pasado, se le rindió un merecido homenaje en la Isla de los Poetas, al igual que al también ya fallecido y entrañable Roberto Glorioso.

En un artículo publicado en esa misma fecha en este diario, previo a su reconocimiento hubo referentes de la cultura de Azul que hablaron de ella.

Elva Gratas Abot la recordó mencionando que "la conocí en la Redacción del diario EL TIEMPO cuando me presentaron como su nueva compañera en el matutino ¡Guaú, qué impresionante....! ¡Era la usurpadora que llegaba a horadar su trono de primera y única mujer en el diario; fue muy fuerte en tiempos de por sí en tiempos difíciles. Y competimos a través de nuestras plumas".

"Lentamente, fue entendiendo que como sostén de familia, al igual que ella, necesitaba trabajar y en las diarias jornadas entrelazamos los nombres de nuestras niñas pequeñas y adolescentes, el de su Alfonsina y los de mis tres L: Leticia, Luz y Laura", decía otro párrafo de aquella evocación.

"Alicia era de un temperamento muy fuerte y de convicciones muy profundas; odiaba la injusticia, como a muchos le pesaba la opresión sentida en el ambiente, con las botas al costado, pero igual no se callaba nada. Nadie podía doblegarla. Nunca esquivó un amague afectuoso de mi parte. Y hubo un nuevo tiempo, el más divertido y placentero, cuando se nos unió Diana Sottile como compañera. Allí sí que copamos la redacción tiempista, fue una época de esplendor que seguramente ninguna de las tres olvidará", señaló la querida Elva en aquel escrito para recordar a su compañera.

Por su parte, Luis Librandihabía escrito: "Alicia Castro había nacido en Buenos Aires el 22 de febrero de 1944. Cuando contaba con cuatro años de edad su familia se radicó en Punta Alta, donde comenzó a cursar los estudios primarios. En 1950 se trasladaron a Azul. De niña concurrió a la Escuela Nº 17 'Bartolomé Mitre' hasta terminar el ciclo primario de entonces. Luego cursó dos años del secundario en el Colegio Nacional 'Esteban Echeverría', donde tuvo la suerte de ser la alumna de María Alex Urrutia Artieda. La admiración de la adolescente hacia la rica personalidad, la frondosa cultura y la exquisita sensibilidad de la escritora se afianzó en los momentos compartidos. Porque con frecuencia visitaba la antigua casona de la calle Uriburu, hoy De Paula, para aprender junto a María Aléx el misterioso oficio de darle un nuevo destino a la palabra".

"A comienzos de la década del '70 se sumó, como una colaboradora más, al grupo integrado, entre otros por Haydée Diéguez de Vázquez, el Dr. Julio Cordeviola, Roberto Glorioso, Gladys Barbosa y Gustavo Pablo Borghi en la redacción de la revista de doña Emilia Bettinelli de López Claro, PAN Arte y Letras, donde una de sus tareas consistía en leer y escribir posteriormente los comentarios de los libros que llegaban a la actual Casa-Museo López Claro, en la Avenida Mitre", decía aquella nota escrita por Librandi.

"Luego de haber sido corresponsal en nuestra ciudad del diario El Popular de Olavarría, colaboró como cronista y redactora en la revista Contraste y estuvo en la redacción de la revista Savia, junto a Alicia Sosa. Colaboró asiduamente en el Diario Pregón, participó en la difusión de la revista cultural Lluvia de Vidrio de Javier Belecco y, en el último tiempo, en MovieGraf, sin dejar de escribir notas periodísticas y culturales para distintos medios", se refería también en cuanto a lo que fue su rica y extensa labor periodística.

En 1998, por gestión de Roberto Glorioso y Juan Miguel Oyhanarte, pudo tener su primer y único libro, llamado Tiempo sin Memoria, con ilustración de tapa de Ricardo Bevacquay, en su interior, con dibujos de Raúl Gallardo y Flavio Fiorenza; mientras que Florángel Turón se encargó del tipeado, corrección y prólogo de lo que fue su ópera prima literaria.

También fue promotora de los tarjetones del 105° Aniversario del natalicio de María Aléx y para los encuentros de Otoño Azul.

Todo este trabajo se realizaba desde su Almacén (Literario y Artesanal) HAZA, como a ella le gustaba llamarlo.

Su gran amigo Edelmiro Menchaca Bernárdez, cuando Alicia falleció, le dedicó las siguientes palabras: "Una mano aprieta el pensamiento y otra sofoca el corazón limitando las palabras, demorando los dedos en la escritura. Quiero rescatar tu nombre del silencio, quiero honrar tu sentido de la amistad más allá de los abrazos, quiero reivindicar tu sentir de poeta hecho grieta y sombra, dulce y dolorosa, para asir momentos de la vida".

"Ya me voy...Sólo estoy despidiéndome de lo que no puedo llevarme: las lágrimas, el perfume del jazmín del cabo, el olor de la gramilla recién cortada, los rayos de sol que se filtran por las persianas, mis años de la escuela...".

"Partiste de madrugada, cuando la luz amenazaba entreabrir la puerta de una nueva jornada. Generosa hasta el último instante, apretaste tus labios para ahorrarnos una pizca de amargura. Te aseguraste el vuelo en un puñado de cenizas para montar el viento de las sierras y esconderte en el aire tenue de la isla que guarda nuestro parque".

"Y cuando el silencio se convierte en quietud insoportable, cuando el silencio se agita, se revuelve y se vuelve impotente convulsión interna, sólo se me ocurre una certeza: es justicia que tu nombre esté grabado en la Isla de los Poetas. Y entonces cuando alguien al pasar, aún sin conocerte, lea 'Alicia Castro', sabremos que el silencio es menos fuerte y el olvido también sufre sus derrotas".