DESDE LA CÁMARA PENAL. Por cuantioso robo a un empresario y su novia policía quedó ratificada una prisión preventiva

Un fallo de la Cámara Penal departamental confirmó la prisión preventiva para un joven investigado por un cuantioso robo de joyas y dinero, hecho que tuvo como damnificados en Azul a un empresario y su pareja policía y había sucedido a principios de septiembre pasado.

Luego de lo que fuera su aprehensión en Mar del Plata semanas después de denunciado aquel ilícito, al ratificarse días atrás esta medida de coerción el acusado continúa privado de la libertad en la Unidad 2, la cárcel del Servicio Penitenciario Bonaerense que está en la localidad olavarriense de Sierra Chica, señalaron a EL TIEMPO voceros judiciales.

En el marco de la investigación penal que se continúa llevando adelante por lo ocurrido, el varón para quien su prisión preventiva quedó confirmada había sido identificado como Matías Ariel Lucero, de 26 años de edad.

Considerando que en ese cuantioso robo que le atribuyen había estado implicado también un menor que es hijo del empresario damnificado, esa causa que lo sigue teniendo preso a Lucero se había iniciado desde la Fiscalía perteneciente al Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil que en Azul conduce Mariela Viceconte.

El joven imputado es oriundo del Gran Buenos Aires y, de acuerdo con lo que en su momento señalaran voceros allegados a esta investigación penal, registra antecedentes delictivos.

Por ese ilícito que lo sigue teniendo privado de la libertad, una comisión policial de la DDI Azul había hecho efectivo su arresto durante una serie de allanamientos realizados en Mar del Plata el 27 de septiembre de este año.

Esas diligencias las ordenó el juez de Garantías del Joven Javier Barda por lo que había sido, semanas antes, el robo sucedido en esta ciudad que tuvo como damnificados al empresario y su novia policía.

El hecho que le continúan atribuyendo al joven que permanece en la Unidad 2 está definido a escala penal por los delitos de hurto calificado por el uso de llave verdadera retenida y sustraída y robo simple, en concurso ideal.

Así se menciona en la resolución que desde la Cámara Penal se tradujo en que Lucero continúe privado de la libertad.

Lo dispuesto en esa segunda instancia lleva las firmas de los camaristas Carlos Pagliere (h) y Agustín Echevarría, quienes habían declarado "inadmisible" un recurso de apelación que en favor del encausado fuera formulado por la defensora Oficial Adriana Hernández.

Dicha presentación que no prosperó ante dos de los miembros de la Alzada departamental fue formulada luego de que, en una primera instancia, Federico Barberena -el titular del Juzgado de Garantías 2- convirtiera en prisión preventiva a la detención del joven imputado.

Esa resolución data del 27 de octubre pasado y es la que recientemente terminó siendo confirmada desde la Cámara Penal con asiento en el tercer piso del Palacio de Justicia local.

La apelación que no prosperó

En esa apelación que terminó siendo desestimada por dos de los jueces de la Cámara Penal, la Defensa del acusado afirmaba que el investigado no había sido el probable autor del concurso de delitos que le siguen atribuyendo. Y que debía reducirse la imputación para el joven a un "robo simple", motivo por el cual era solicitada también el cese de su prisión preventiva y su consecuente excarcelación "bajo caución juratoria".

Pero nada de lo pretendido por la Defensora Oficial del encausado prosperó. Y en forma coincidente con lo que resolviera a fines de octubre pasado el Juez de Garantías que entiende en esta causa, desde la Alzada se resolvió confirmar que Lucero siga privado de la libertad.

Entre los elementos valorados para rechazar el recurso de apelación presentado se tuvo en cuenta, tal lo ya mencionado, antecedentes que ese joven registra.

Al respecto, en lo resuelto en esta segunda instancia se refiere que el 3 de abril de 2018 Lucero, en un Tribunal Oral en lo Criminal de Mar del Plata, había sido condenado a una "pena única de seis años y seis meses de prisión" por dos hechos definidos por el delito de "robo doblemente agravado por ser cometido en poblado y en banda y por el uso de arma de fuego cuya aptitud para el disparo no pudo ser acreditada". Una situación que, de volver a resultar condenado ahora por ese robo sucedido en Azul a principios de septiembre pasado, indefectiblemente derivará en que la sanción que reciba sea una pena a cumplir y "con la posibilidad de ser declarado reincidente", se mencionó.

"Lo antes señalado me permite razonablemente colegir que, en caso de condena, se impondrá una sanción de magnitud, lo cual se erige en un serio indicio de que el imputado en libertad intentará eludir la acción de la justicia", escribió el camarista Pagliere (h) en un tramo de lo resuelto para confirmar la prisión preventiva de Lucero.

Un robo de magnitud

Además, y al igual que en lo sostenido en un principio por el juez de Garantías Barberena, para dos de los actuales miembros de la Cámara Penal se constituyeron en circunstancias que servían para ratificar la medida cautelar para el imputado las características del ilícito materia de esta investigación.

Tal lo que este diario informara, aquel hecho había ocurrido el pasado 2 de septiembre y tuvo como escenario un departamento donde vivían el empresario -que no es oriundo de Azul y se dedica a la compra y venta de vehículos automotores- y una policía de la Bonaerense que es su pareja.

Ambos se fueron de vacaciones a Brasil. Y el hijo del hombre, en ese momento de 16 años, había viajado desde Mar del Plata a esta ciudad para quedarse en el inmueble donde su padre residía con su novia, ubicado en un complejo habitacional que está sobre la calle Prat.

En esas circunstancias se produjo el ilícito por el que Lucero sigue preso, quien de acuerdo con lo investigado había venido con el menor desde la ciudad ubicada en la Costa Atlántica para llevar a cabo este cuantioso robo.

Según lo que se sostiene desde la Acusación, Lucero y el adolescente pergeñaron "un plan común" para cometer aquel ilícito, que incluyó que vinieran de Mar del Plata "aprovechando que los moradores de la vivienda no se hallaban en el lugar por encontrarse de vacaciones, sumado a la circunstancia que uno de los intervinientes en el hecho resulta ser el hijo de una de las víctimas, quien tenía acceso a la morada".

Esas situaciones continúan siendo consideradas como "agravantes del suceso" y, según se sostiene, impactarán en el dictado de una pena elevada por el delito atribuido a Lucero en caso de que resulte condenado.

También sigue siendo mencionado como de "magnitud" el perjuicio patrimonial que la pareja sufriera, teniendo en cuenta los elementos de los cuales se habían apoderado quienes concretaron este robo: dos camionetas (rodados que el empresario damnificado tenía a la venta y después la Policía recuperó, uno abandonado sobre la Ruta 226 en el tramo que une Azul con Tandil y el otro en Mar del Plata): grandes sumas de dinero en pesos, dólares y euros; joyas y demás elementos personales de los damnificados, entre los cuales figuraron prendas de vestir y calzados de primeras marcas.

Además, a la mujer policía -que desempeña tareas en el Comando de Prevención Rural local- le habían sido robados un chaleco antibalas y su arma reglamentaria que, en la previa a irse de vacaciones, había dejado en el departamento donde vive con su pareja.

Ambos elementos después los agentes de la DDI pudieron recuperar, una vez que en Mar del Plata aprehendieron a Lucero a fines de septiembre pasado.

La pistola y el chaleco la policía los dejó dentro de una caja fuerte que los autores de este ilícito violentaron, apropiándose en ese entonces también de todo el dinero y las joyas que había en su interior.

El dato

Un reloj con diamantes, una pulsera y aros de oro, cheques, 25.000 dólares, 100.800 euros y 300.000 pesos formaron parte del botín del que los autores de este hecho se habían apoderado. Cuando policías arrestaron el pasado 27 de septiembre a Lucero en Mar del Plata, al igual que sucediera con el chaleco antibalas y el arma reglamentaria de la mujer policía pudieron recuperar varias prendas de vestir robadas semanas antes a la pareja en el departamento de Azul.