HOMICIDIO EN VILLA PIAZZA NORTE . "Quiero que se haga justicia, que pague quien realmente lo hizo"

Entrevista y nota: Fabián Sotes

De la Redacción de EL TIEMPO

"Quiero que se haga justicia, que pague quien realmente lo hizo. Yo tengo fe que el fiscal Peiretti va a hacer bien su trabajo y que se va a hacer justicia".

Al final de una entrevista con EL TIEMPO, Evangelina Soledad Basualdo dejó expresado ese anhelo, tanto suyo como de los demás miembros de su familia, para que la investigación iniciada por el asesinato de su hermano Carlos Oscar Romero -ocurrido en horas de la noche del pasado sábado 12 de julio en una casa de Villa Piazza Norte- finalice con los dictados de veredictos condenatorios para quienes o para quien fue el responsable de ese crimen.

"Lo que pido, lo que quiero, es que se haga justicia. Si fueron los dos -afirmó con relación al varón y a la mujer demorados en un principio por lo sucedido-, que paguen los dos. Y si fue ella sola -dijo al aludir a Rocío Ayelén Rodríguez, quien es la única detenida desde el pasado martes por el homicidio-, que pague ella".

Pero a través de su testimonio, Basualdo todavía no descarta que en lo que pasó con su hermano -que tenía 32 años cuando fue ultimado de al menos tres puñaladas en la casa donde se domicilia la mujer acusada- haya estado implicado Adam David Mansilla.

Tal lo que este matutino ha venido informando con relación al crimen, ese hombre -de 33 años y amigo de la víctima- también estaba presente en la vivienda donde reside la ahora única imputada cuando este hecho se produjo.

Pero el martes pasado recuperó la libertad, a diferencia de lo sucedido aquel día con la joven Rodríguez, para quien fue ordenada su detención ya como la única acusada de este asesinato. Un hecho por el que continúa en la Subcomisaría de Chillar, a la espera de ser llevada a una cárcel por esta investigación penal que la involucra.

Hace cinco días el magistrado Federico Barberena -que desde el Juzgado de Garantías 1 entiende durante la instrucción de esta causa- había dado lugar parcialmente a lo pretendido por el fiscal Adrián Peiretti, a cargo de la instrucción del sumario iniciado por el crimen de Carlos Oscar Romero.

Considerando diferentes elementos reunidos en esa investigación penal, el titular de la UFI 13 les asignó un accionar "conjunto" a Mansilla y a Rodríguez en lo que es considerado este homicidio simple.

Por ese motivo había solicitado que las aprehensiones de los dos, demorados por la Policía el mismo día del hecho, fueran convertidas en respectivas detenciones.

Pero tras descartar la existencia de un accionar en conjunto por parte de ambos sospechados, el magistrado Barberena sólo ordenó el dictado de la medida cautelar para la joven y no hizo lugar a la detención de Mansilla, quien el martes pasado recuperó la libertad tras permanecer en la Seccional Primera local de Policía, primero en carácter de demorado y después como aprehendido, desde que el asesinato de Romero ocurriera.

Evangelina Basualdo, la hermana del hombre asesinado en Villa Piazza Norte. "Yo tengo fe que el fiscal Peiretti va a hacer bien su trabajo y que se va a hacer justicia", le dijo a EL TIEMPO durante una entrevista. NACHO CORREA

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Evangelina Basualdo vive en el Barrio del Carmen con su esposo y sus dos hijos, en una casa ubicada en el mismo predio donde Romero se domiciliaba, pero en otro inmueble, junto a la madre de ambos.

El pasado 12 de julio estaba en la casa de su suegra cuando aquel sábado por la noche unos vecinos "me llaman diciendo que a mi hermano le habían pegado una puñalada en Villa Piazza".

No bien enterada de lo ocurrido, ella regresó a su domicilio y en moto se fue, sin saber bien dónde quedaba, hasta la casa convertida en escenario de este crimen, situada sobre las calles Corrientes entre Industria y De las Postas.

En medio de la desesperación que la invadía en ese entonces por lo que le habían dicho, no le costó demasiado llegar hasta la vivienda donde se domicilia Rodríguez -la joven que está detenida por lo sucedido-, que en ese entonces ya estaba llena de patrulleros y de policías.

La hermana de la víctima de este crimen recordó que mientras se dirigía hasta esa casa se cruzó con una ambulancia del SAME. Y que en ese momento ella pensó que, si efectivamente era su hermano el herido, lo estarían llevando al Hospital Pintos.

"Entonces me fui para el hospital. Pero cuando llegué la ambulancia no estaba", recordó sobre aquella angustiante situación que protagonizó.

Estando en el Pintos se encontró con unos vecinos suyos, quienes tenían internado a un familiar y la vieron exaltada y preocupada.

Por intermedio de ellos luego pudo dialogar con una empleada del hospital en la Mesa de Entradas, quien le informó que la ambulancia no había traído a ningún herido.

En ese entonces ella supo también que, a causa del incidente en Villa Piazza Norte, una persona estaba muerta.

"Me dijeron que a esa persona la habían apuñalado y que era de apellido Rodríguez", contó Basualdo.

Pero más allá de que el apellido que le dieron a la joven en el hospital no era el de su hermano, ella -ante la presunción de que efectivamente se trataba de él- volvió a la casa donde ese hombre fue ultimado a cuchilladas.

Ya cuando regresó a esa vivienda, acompañada en su moto de una de las conocidas suyas que encontró en el Pintos, lo primero que hizo fue entrevistarse con un funcionario policial que estaba en el lugar, a quien le refirió que ella era la hermana de la víctima.

"Ese policía me dijo que el fallecido era de apellido Romero. A mí ahí se me cayó el mundo", recordó e hizo alusión a un video que después circuló por redes sociales, donde la voz que se escucha -mientras también llora y grita desesperadamente- es la suya.

En un principio, a Basualdo los policías no la dejaron ingresar al inmueble donde ya estaba muerto su hermano.

"Yo intenté que me dijeran qué había pasado. Y me respondieron que había dos demorados" que resultaron ser Rodríguez y Mansilla. Este último, "el amigo desde chico de mi hermano".

"Yo me desesperé -contó- y empecé a pedir a los gritos que por favor me dejaran identificar el cuerpo. Pero me dijeron que tenía que esperar a que llegara el Fiscal".

Tiempo más tarde dejaron que la joven se acercara hasta donde yacía Romero, tirado boca arriba cerca de la puerta de la vivienda y rodeado de manchas de sangre producto de las tres puñaladas que recibió.

Todas esas heridas estuvieron localizadas en el costado izquierdo de su cuerpo: una en la pierna, otra en el brazo y la tercera -considerada vital, según la autopsia- fue la provocada a la altura de su torso, que interesó varios de sus órganos y le desgarró la arteria aorta.

"Me dejaron acercarme. No mucho, pero al ver las zapatillas y el pantalón que tenía puestos enseguida supe que era mi hermano el fallecido", relató la joven.

Para ese entonces, otra hermana de Basualdo y de la víctima también estaba en la escena del crimen. "Lo único que atiné a decirle a ella fue que le avisara a nuestra madre. Le tuvo que ir a decir, no nos quedaba otra que decirle. Y todavía hoy mi mamá sigue destrozada".

La última vez que la joven había estado con su hermano fue, en horas de la tarde, aquel mismo sábado en que después sería asesinado con lo que - según lo investigado- resultó ser una cuchilla que policías recogieron en la casa donde este homicidio se produjo.

Se conocían

Surgido de lo que Basualdo también contó, hay otro dato que no es menor en la investigación iniciada por lo ocurrido: Romero y Rodríguez se conocían.

Según la joven dijo, su hermano solía ir a la casa de la ahora detenida. Una mujer con la que desde tiempo atrás él mantenía un vínculo; aunque la hermana de Romero aclaró que no estaban en pareja porque él siempre decía que "tener novia era para renegar".

"Por lo que la gente comenta, en la casa donde ella vive era habitual que se hicieran jodas. Dicen que había muchas juntadas, que circulaban las drogas y el alcohol", afirmó Basualdo sobre el lugar donde este crimen se produjo y Rodríguez vivía con sus tres pequeños hijos.

"Mi hermano no era novio de ella; pero la conocía. Iba a verla y a veces se quedaba a dormir en su casa. La frecuentaba, por decirlo de alguna manera", refirió para después decir que no tiene conocimiento de si Mansilla también tenía algún tipo de relación con la ahora detenida por este asesinato.

"Yo a ella no la conocía, sólo la había visto cuando mi hermano publicó una vez una foto con ella en un estado de WhatsApp en su teléfono. Pero él no decía que era su novia ni nada", aclaró.

Evangelina Soledad Basualdo con su hermano Carlos Oscar Romero, el hombre muerto a puñaladas el pasado sábado 12 de julio. FOTO: EVANGELINA BASUALDO

"Eran amigos"

A través de su testimonio, Evangelina Basualdo hizo alusión también a que su hermano y Mansilla eran amigos desde hacía mucho tiempo. Una situación, reconoció, que años atrás había derivado en que los dos y un varón más fueran condenados y recibieran diferentes penas por el "homicidio en riña" de un joven.

El hecho data como sucedido en septiembre de 2010 en el Barrio Urioste de Azul, cuando en ese entonces Romero tenía 17 años de edad y los demás condenados por aquella muerte, 18.

Volviendo al asesinato de su hermano, la entrevistada aseguró no entender los motivos por los cuales Mansilla -ahora el principal testigo de lo ocurrido hace ocho días en la casa de Villa Piazza Norte donde la joven Rodríguez se domiciliaba con sus tres pequeños hijos- optó por negarse a declarar el pasado lunes ante el fiscal Peiretti, cuando aún permanecía aprehendido y el titular de la UFI 13 le asignó también responsabilidad penal en lo sucedido con la víctima del segundo de los homicidios que se registran en Azul durante lo que va de este año.

"Él estuvo en el momento del hecho", dijo en alusión a Mansilla. "Y si vos no tenés nada que ver, vos declarás cómo pasaron las cosas. Vamos a la realidad, no te vas a comer un garrón por otra persona".

Según refirió también la joven, ese hombre era habitual que continuara viéndose con su hermano, ya que vive cerca del domicilio donde Carlos Oscar Romero residía junto con su mamá, en el Barrio del Carmen.

Al respecto, Basualdo recordó que una vez que su hermano recuperó la libertad por aquel "homicidio en riña" por el que fuera condenado siendo menor de edad -situación por la que estuvo preso durante unos dos años en un instituto que está en Mar del Plata- "volvió a encontrarse con Mansilla".

Aquello sucedió luego de que ese otro azuleño también cumpliera condena en una cárcel -en un juicio abreviado había sido sentenciado a cuatro años de prisión- por el crimen de Leandro Martín Staheli, sucedido el 6 de septiembre de 2010.

"Desde ese entonces tuvieron relación como amigos", señaló la joven para indicar que esa amistad entre los dos, iniciada cuando eran chicos y retomada una vez que recuperaron ambos sus respectivas libertades, en algún momento volvió a verse interrumpida.

"Hubo una circunstancia donde también se pelearon y Mansilla le sacudió tiros a mi hermano", algo que también fue denunciado, según dijo ella.

Sobre los motivos relacionados con ese incidente entre los dos, la joven no pudo precisarlos. Y durante la entrevista los asoció a que Mansilla "se drogaba o se alcoholizaba, le pintaba enroscarse y en ese momento le buscaba problemas a mi hermano. Llegó hasta sacudirle tiros, a ir a buscarlo a mi casa con un arma. Esas denuncias están hechas".

"Con el paso del tiempo mi hermano se alejó de él. Pero después volvieron a tratarse y era algo habitual que los dos estuvieran juntos. Por eso ni mi familia ni yo todavía entendemos por qué él no dijo nada cuando el otro día lo llevaron a declarar", afirmó con relación a esa audiencia a tenor de lo que establece el artículo 308 del CPP a la que Mansilla fuera sometido en sede judicial el lunes pasado. Una indagatoria en la que, mientras seguía aprehendido, contando con el derecho que le asiste y asesorado por el defensor Oficial Diego Prado optó por no decir nada ante el fiscal Adrián Peiretti sobre lo que había sucedido con su amigo Carlos Romero.

Tal lo ya referido, esa situación hace sospechar a los familiares de la víctima del crimen en Villa Piazza Norte sobre la actitud de Mansilla al momento de ocurrido el hecho, que ahora sólo tiene como acusada y presa a Rodríguez, la joven de 25 años de edad.

"¿Por qué te negás a declarar si vos no tenés nada que ver?", se preguntó Basualdo durante la entrevista con este medio. "Si no tengo nada que ver en una pelea o en lo que fuese, yo declaro. Si estuve en el hecho y no tengo nada que ver, yo declaro lo que pasó".

"Supongamos -afirmó también- que fue esta chica, que fue ella sola la que le dio las tres puñaladas. Él estaba en ese momento con mi hermano. Cuando ella le pega la primera puñalada, ¿por qué no se metió a sacarla? ¿O por qué no la empujó y atinó a hacer algo para defender a mi hermano? Mansilla era su amigo, eran amigos...", enfatizó al aludir al vínculo que existía entre ambos varones protagonistas de lo sucedido.

Al menos hasta este jueves pasado por la noche, en ocasión de realizada esta entrevista, la joven señaló que ni sus familiares ni ella habían vuelto a ver a Mansilla después de que recuperara la libertad dos días antes. Y aclaró que no tienen intenciones de dialogar con él después de lo sucedido.

Considerando que era amigo de su hermano, Basualdo recordó que lo vio a Mansilla en la casa de su mamá el pasado viernes 11 de julio.

"Él estuvo un día antes (del crimen) con mi hermano y al otro día estuvo involucrado en su muerte. Y después no declaró, la verdad que no lo entiendo", afirmó la joven sobre aquella última vez en que se cruzó con el ahora principal testigo del asesinato a puñaladas de Carlos Oscar Romero.

Reunión con el Fiscal

El pasado miércoles, un día después de que fuera ordenada la detención de Rocío Ayelén Rodríguez por el asesinato de Carlos Oscar Romero y de que Adam David Mansilla recuperara la libertad, Evangelina Basualdo estuvo en el Palacio de Justicia local reunida con el fiscal Adrián Peiretti.

Durante alrededor de una hora, el titular de la UFI 13 dialogó con ella sobre lo decidido un día antes por el juez de Garantías Federico Barberena, al resolver que por este homicidio sólo continuara privada de su libertad la joven Rodríguez.

Sobre lo decidido por el magistrado garante, Basualdo dijo que le gustaría poder entrevistarse con él para que le expliqué por qué no le dictó también la detención a Mansilla, considerando las sospechas que tanto ella como su familia todavía tienen con relación a su accionar durante el asesinato de Romero.

Al ser consultada sobre el encuentro que mantuvo con el Fiscal, refirió: "Él me comentó que está haciendo su trabajo. Y yo tengo fe que va a hacer su trabajo como debe ser. Obviamente todo esto lleva un proceso, algo que entiendo. También me explicó que quien determinó que Mansilla quedara libre fue el Juez".

Lo concluido por el magistrado Barberena -ya informado a través de EL TIEMPO- indicaba que hasta el momento existen diferentes indicios que ubican a Rodríguez como la única autora del crimen. Y que en esas mismas circunstancias, Mansilla habría evidenciado un accionar emparentado con tratar de auxiliar y reanimar a la víctima.

Versiones de testigos incorporadas a esta causa ubican a ese hombre recriminándole a la joven que está detenida por lo que había hecho. Y también, saliendo a la calle a pedir auxilio porque su amigo se moría.

Además, otro de los elementos que se valora para endilgarle responsabilidad penal en lo sucedido a Rodríguez tiene que ver con un mensaje que por WhatsApp le envió a las hermanas no bien ocurrido este hecho, pidiéndole que fueran a buscar a sus hijos porque ella -afirmaba- había matado a una persona.

"Una clara referencia a que ella habría sido quien acabó con la vida de Romero", había concluido el Juez de Garantías para ordenar su detención, considerando también para el dictado de esa medida cautelar que al momento en que resultó demorada Rodríguez tenía, tanto en sus manos como en las mangas de una campera con la que estaba vestida, manchas de sangre compatibles con ese accionar homicida que le continúan atribuyendo.