Una fábrica estratégica emblema de nuestra ciudad, con más de 70 años de existencia. Fanazul es industria nacional para la defensa y soberanía de nuestro país. Contando con la única planta de TNT de Latinoamérica (producto utilizado para la carga de proyectiles para nuestro Ejército), y con otras cuatro plantas productivas funcionando y con contratos nacionales e internacionales firmados para la venta de nuestros productos a la hora del cierre de la planta. Y sin embargo nada de eso fue tenido en cuenta, ni les importó. Ni el rol estratégico, ni la industria nacional, ni la Soberanía, ni mucho menos sus trabajadores.

El plan lo venían pergeñando desde meses antes, cuando asumió como interventor de Fabricaciones Militares el Ing. Luís Riva, quien fue nombrado para ser el ejecutor del cierre.

En diciembre del 2017 fueron despidiendo compañeros de las distintas fábricas militares (Villa María, Fray Luís Beltrán, Río Tercero y Jáchal), y sólo restábamos nosotros acá, y así fue que el 28 de diciembre del 2017 cuadruplicaron la guardia de policía federal que nos habían impuesto un tiempo antes en fábrica. Y sin mediar palabra alguna y mostrando un desprecio humano brutal, fue que ese día los trabajadores nos subimos a los colectivos de Fanazul por última vez, sin tener idea alguna de que ya no podríamos volver a nuestra fábrica, porque con la cobardía de los funcionarios a nivel nacional, provincial y con la complicidad del Ejecutivo local, con un intendente Bertellys que prefirió ponerse del lado que más le convenía, desmintiéndonos a los trabajadores públicamente y burlándose de todos nosotros. Todo el frente Cambiemos intentó justificar mentirosamente el cierre que jamás pudieron explicar.

La del 28 de diciembre es una fecha muy dolorosa: por la magnitud de lo sucedido, y porque a pesar del acompañamiento de gran parte de la sociedad con masivas movilizaciones en aquel momento y junto a acciones políticas y solidarias del Frente de Todos, y fuerzas políticas, organizaciones sociales y sindicales... Nada pudo evitar el muro de invisibilidad mediático nacional que el gobierno de Macri compraba con pauta oficial.

Y es por eso que cuatro años después de todo lo sucedido, de las 220 familias que perdieron sus trabajos y vieron arruinadas sus vidas de un día para otro, sin razón alguna más que la del capricho de un modelo político- económico que destruyó cientos de miles de puestos de trabajo, priorizando el endeudamiento y la fuga de capitales, y sustituyendo la producción nacional por la importación.

Los modelos de país a los que aspiramos como sociedad quedan explícitamente de manifiesto, y por la misma razón es que luego de todo el daño realizado, la promesa y el compromiso de nuestro espacio político, el Frene de Todos, fue quien vino a recomponer nuestra historia. A recuperar una fábrica devastada, la cual hoy piensa en volver a producir y exportar explosivos, aportando además divisas para el desarrollo de nuestra Nación.

Poniendo en valor el significado de la industria. Por una Patria justa, libre y soberana.

Y para que como sociedad, entendamos el significado y el valor de las fuentes de trabajo, y del impacto y las consecuencias que traen estas decisiones, porque lo que significó la desesperanza y la incertidumbre del cierre de Fanazul nos afectó como pueblo, y debemos ser los responsables que esas historias no se repitan.

Hoy la esperanza, la ilusión y las ganas de volver a poder producir se renuevan y recuperar la identidad de clase, va de la mano a la ilusión de ver a nuestra ciudad de que pueda crecer, y ofrecer un futuro prometedor para las próximas generaciones.

Frente de Todos Azul