"Quebranto S", la última antología de Elva Gratas Abot no solo narra parte de su historia, sino que es un ejemplo de vida del amor hacia uno mismo, por ende a sus propias convicciones, elecciones y un trayecto de vida digno de admiración y respeto. Es sinónimo de valentía, de lucha, de experimentar el amor genuino aunque con una mirada crítica de la sociedad. "Quebranto S" no se puede explicar con pocas palabras.

Este libro de 400 páginas se presentará en el Museo Comunitario el próximo sábado 29 a las 19.

Con la humildad que la caracteriza, en diálogo con EL TIEMPO, Elva habló sobre su trabajo, que básicamente es su vida.

Elva es una de las primeras mujeres periodistas en esta ciudad, lleva escritos seis trabajos aunque hace setenta años que escribe, la primera persona en Azul en publicar un libro sobre homosexualidad, la que -junto a Luisa Veltri- fundó la primera familia homoparental y celebró el primer matrimonio igualitario en esta ciudad.

Hoy admite que vive rodeada de amor: "con ocho nietos que son un orgullo, dos hijas que me sostienen y con tres bisnietas, ya de una de más de 20 años y el más chico de 1 año y vivo con mis recuerdos..."

"Rebelde" con causa

En primer término Elva contó que "introduje los primeros poemarios de la antología poética que publiqué hace catorce años como para no escribir más. Pero uno nunca deja de escribir, y de hecho lo seguí haciendo".

De la misma manera señaló que "Azul tiene cincuenta años míos de historia caminando sus calles".

Contó que "tengo una amiga. En los años jóvenes fuimos las primeras mormonas de Azul. Es decir dejamos el catolicismo y nos fuimos a hacer miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Esta amiga se fue a Estados Unidos. Ahí hay dos historias que se bifurcan, yo dejo la iglesia porque quería ser libre. Pasados treinta años mi amiga viene a Azul y me contó su historia, la cual me pegó tan fuerte que no me animé a publicarla y estuvo veinte años en mi biblioteca particular. Hace cinco años que mi amiga me pidió este libro y se lo mando con su sobrina y le envío otro libro que es mi historia con María Luisa: "Amor sin cadenas".

La querida escritora, en forma sarcástica, planteó una interrogante: "en esas dos historias el lector se dará cuenta cuál fue el destino menos doloroso".

Continuó "resulta que llegamos al tiempo de pandemia y tenía mucho material. Por un lado contaba 'Con nombres propios' y 'El invierno de la vida'. Este último libro es la historia del geriátrico San Martín de Porres. Es decir, su dueña quien tiene una muy dura vida, fue la que tuvo internada a mi mamá durante sus últimos años y quien me enseñó y me educó para que atienda a mi madre. Con esto me liberé de ese peso en la espalda que queda cuando los padres se van. Esa historia también descansó en mi biblioteca muchos años".

Retomó "volviendo a la pandemia decidí que era tiempo de publicar todo esto reducida en una antología. Es decir en el libro se encontrarán con tres historias: con 'Quebranto' que fue una novela que publiqué en 1989. Fue la primera vez que en Azul se escribió sobre homosexualidad. Hace muchos años estaba prohibida hablar de homosexualidad, pero hoy no, hay nuevos aires en la patria; entonces pensé 'hay que darle una segunda oportunidad a 'Quebranto' para que exprese lo mismo que en aquellos años pero en otra época'".

Además "está la historia de Águeda que al promediar su vida nonagenaria cambia su destino". Insistió "y la de de las dos historias más que se unen porque rozan la vida de Águeda de manera positiva".

"Es una tontería la resistencia a las elecciones"

Sobre qué expectativa tiene para con la publicación, señaló que "que se conozca la vida de Agueda que es como la de cualquier persona que tuvo su niñez feliz, su adolescencia como todos, dificultosa, que vivió a disgusto de las normas de la sociedad, que logró seguir ese mandato familiar de que hay que casarse, tener hijos, la casita y el autito. Ocurrió que la institución matrimonial está y estuvo en crisis, pero las mujeres ahogaban sus impulsos por necesidad y se sacrificaban por la familia pero Agueda no, no lo hizo. Deja ir al hombre y vive otro destino muy distinto. De ser heterosexual a vivir el amor con otra mujer y sin querer, fundó la primera familia homoparental que en aquellos años, 1970, no se hablaba de eso".

Esa sociedad que te marca la heterosexualidad de un lado y te esconde las otras formas de amar es un abismo y más aun cuando lo estás transitando en tiempos que no son democráticos, cuando las botas mandan y tenes esa familia que queres proteges pero vivis con un miedo tremendo. Todo pasó y Agueda lo puede contar porque va a cumplir 90 años".

Para terminar, Elva destacó que "quiero que la gente sepa sobre estas historias, que los chicos que están felizmente viviendo con tanta libertad sean libres, que luchen por seguir llenando de colores porque es una tontería la resistencia a las elecciones".