En el marco de la tramitación de un juicio abreviado, tres años de prisión de ejecución condicional fue la sanción que a modo de condena una jueza le impuso a un hombre que en noviembre de 2019, durante un incidente sucedido en su casa de esta ciudad, intervino para defender a su familia y terminó matando a tiros con un revólver al ex concubino de su hija, informaron fuentes judiciales a EL TIEMPO.

Al momento de ocurrido aquel hecho, que tuvo como escenario el interior de un inmueble ubicado en Villa Piazza Norte donde reside el encausado, quien después se convertiría en la víctima de este homicidio había ingresado por la fuerza a esa casa tras vulnerar una custodia policial y estaba agrediendo a la hija del azuleño condenado en este proceso abreviado.

"La situación de extrema vulnerabilidad que le ocasionó vivir en un clima frecuente de violencia familiar y ver a su hija padecer la misma por parte de la víctima" -se menciona en el fallo- fue una de las circunstancias atenuantes valoradas por la Jueza que intervino en este proceso para imponerle la referida condena al declarado autor de los delitos de homicidio cometido con exceso en la legítima defensa y portación de arma de fuego de uso civil sin la debida autorización legal, en concurso real entre sí.

Llamado Víctor Ulises Nievas y actualmente de 76 años de edad, había resultado aprehendido no bien este hecho se produjo en horas de la noche del 28 de noviembre de 2019 en una casa situada en una de las esquinas de las calles Corrientes y Comercio.

Al mismo tiempo, la víctima de lo que luego sería este homicidio -que se llamaba Rodolfo David Mugueta- fue trasladada gravemente herida al Hospital Pintos como consecuencia de los disparos que recibiera y derivaron, tres días más tarde, en su deceso.

Nievas nunca llegó a estar detenido por aquel hecho, ya que al día siguiente de llevado a cabo su arresto recuperó la libertad, quedando en ese entonces caratulada esta causa penal de la misma manera en que ahora derivó en su condena en esta instancia.

Aquella medida se hizo efectiva tras haber sido indagado en los tribunales de Azul por el fiscal que instruyó este sumario penal: Adrián Peiretti, el titular de la UFI 13.

Ese mismo funcionario judicial intervino ahora en el acuerdo suscripto con Mariana Mocciaro, la defensora Oficial de Nievas; en la previa a que se presentara formalmente el pedido para la tramitación de este proceso ante el Tribunal Oral en lo Criminal número 2 con asiento en el segundo piso del Palacio de Justicia.

La magistrada Inés Olmedo intervino en este juicio abreviado, dictándole a Nievas la misma pena que a modo de condena acordaran las partes.

Además de esa atenuante ya referida, la Jueza valoró para el autor de este homicidio dos circunstancias más: que carecía de antecedentes "condenatorios" y "el buen concepto del que goza con relación a su comunidad".

Aquello que pasó

Hace hoy exactamente dos años, cuando habían transcurrido unos minutos de la hora 21 Víctor Ulises Nievas estaba junto a demás miembros de su familia en su casa de la calle Corrientes, en Villa Piazza Norte, cuando imprevistamente, de manera violenta y vulnerando una custodia policial que había en ese inmueble ingresó Rodolfo David Mugueta.

Mugueta era el ex concubino de una de las hijas de Nievas, que también aquella noche estaba en la casa donde reside su papá.

De acuerdo con lo investigado, el hombre que después se convertiría en la víctima de este homicidio comenzó a agredir a su ex pareja, todo lo cual sucedía mientras el encausado estaba presente.

Aquella grave situación de violencia de género derivó en que el ahora condenado decidiera intervenir en lo que estaba sucediendo. No sólo para defender a su hija, sino también para hacer lo propio con los demás integrantes de su familia que presenciaron toda esta violenta y dramática escena.

Según después contaría una vez que al día siguiente de ser arrestado declaró cuando fue indagado en sede judicial, esa noche tomó un revólver que desde hacía mucho tiempo tenía guardado en el cajón de una mesa de luz. Y portando el arma de fuego sin la debida autorización -el otro delito por el que ahora fue condenado- se dirigió hacia ese lugar de la casa donde el agresor se encontraba. Creyendo, diría también en aquella declaración que le tomara el Fiscal que instruyó este sumario penal, que cuando Mugueta ingresó por la fuerza, al vulnerar la custodia policial se había apoderado del arma de fuego que portaba ese efectivo de seguridad, algo que finalmente no fue así.

En el fallo se señala que el ahora condenado, "excediéndose en la defensa de su integridad física y la de su familia", disparó en tres ocasiones hacia la ex pareja de su hija, utilizando para ello un revólver calibre 32.

Uno de esos balazos había impactado en el rostro de la víctima, a quien -una vez trasladada al Hospital Pintos- los médicos que la atendieron constataron que también presentaba más lesiones de arma de fuego a la altura del pecho.

Mugueta tenía 43 años cuando el primer día del mes de diciembre de 2019 falleció a causa de aquellos disparos que recibiera, deceso que se produjo mientras estaba internado en el centro asistencial municipal local.

El 28 de noviembre de aquel año, cuando se había metido por la fuerza en la casa de Nievas, estaba vigente para él una medida cautelar que le impedía mantener contacto alguno con la hija del ahora condenado, quien lo había denunciado por violencia de género días antes, luego de que ambos se separaran.

Por ese motivo, además, desde la Justicia se había decidido asignarle una custodia policial a la hija de Nievas, teniendo en cuenta que luego de separarse de quien se convertiría en la víctima de este homicidio se fue a vivir a la casa de su padre.

"Yo voy a ver a mi hija, milico hijo de puta ¿A mí quién me lo va a impedir? Y voy a entrar", declaró el policía que estaba en la casa de Nievas como custodia que Mugueta le dijo cuando se hizo presente en ese inmueble, al que ingresó por la fuerza tras forcejar con él y hacerlo caer al suelo.

Aquella noche, el hombre que sería baleado por el padre de su ex pareja había dañado la puerta principal de madera de la vivienda, tras patearla en su parte inferior.

En medio de la situación ya referida, posteriormente al lugar fueron convocados policías y personal médico, iniciándose las actuaciones penales que este miércoles que pasó derivaron en la condena para Nievas.

La ex pareja de Mugueta, en su declaración, había señalado que cuando la víctima de este homicidio ingresó a la casa de su papá se dirigió hasta ella y comenzó a agredirla, tomándola de los pelos y arrastrándola por diferentes lugares, oportunidad en que ella escuchó los disparos, todo lo cual sucedió en momentos que también en ese inmueble había menores de edad.

Al referirse a la calificación penal otorgada a lo sucedido, en el fallo la jueza Olmedo escribió: "Nos encontramos ante una conducta realizada por el imputado Nievas que es ilegítima". Y según afirmó, ese hombre al que ahora condenó actuó "ante el temor que le produjo el ataque por parte de la víctima Mugueta a su hija, a su familia y a él mismo en el interior de su vivienda". También, teniendo en cuenta Nievas "la violencia continua" a la que sometía a su hija su ex concubino y "la diferencia de contextura física que existía entre la víctima y todos los que se encontraban en el inmueble al momento del hecho", circunstancias a las que la Jueza del TOC 2 sumó "el estado de exaltación" que presentaba Mugueta cuando ingresó a la casa; que atacó "al personal policial que ejercía la custodia" de la hija del encausado. Eso hizo que toda aquella grave situación finalizara "con la agresión excediendo su accionar" del ahora condenado, al dispararle con el revólver que portaba.

"Existió una intensificación innecesaria de una acción que comenzó siendo justificada, pero hallándose la victima herida y habiendo culminado el peligro y pudiendo Mugueta ser controlado por el personal policial que ya se encontraba en el domicilio, Nievas continuó disparando, alterado por el estado emocional en el que se encontraba", concluyó la magistrada que intervino en este juicio abreviado.

EL DATO

La pena de prisión en suspenso dictada a Nievas se tradujo en que, tal como sucede en estos casos, le fueran impuestas diferentes pautas de conducta. Dichas obligaciones consisten en "fijar residencia y someterse al cuidado del Patronato de Liberados de Azul, una vez al mes por el término por el tiempo de dos años"; "no cometer nuevos delitos" y "abstenerse de generar nuevos conflictos", pautas que en caso de no respetar implicarán que le sea revocada la condicionalidad de la condena.

Lo que había dicho Nievas

En aquella declaración que brindara en sede judicial al día siguiente de que fuera aprehendido, Víctor Ulises Nievas recordó que el 28 de noviembre de 2019 estaba en su habitación cuando comenzó a escuchar "ruidos y golpes".

También señaló que en ese entonces ingresó una de sus hijas al cuarto para decirle que cerrara todo, ya que Rodolfo David Mugueta había ingresado por la fuerza al inmueble y estaba "rompiendo todo".

Agregó que al salir de su habitación para ver qué sucedía observó al agresor, que tenía a una de sus hijas "tomada del cuello y el cabello" y amenazaba con matarla; intimidación que hizo extensiva a todos los demás que estaban en la casa mientras decía que también iba a prender fuego ese inmueble.

En aquel entonces, creyendo que Mugueta le había quitado el arma al policía que estaba de custodia y redujo para entrar, Nievas declaró que tomó ese revólver que desde hacía mucho tiempo tenía guardado en un cajón de una mesa de luz, el cual -dijo- "ni siquiera sabía que funcionaba".

Con el arma de fuego le apuntó a la ex pareja de su hija para que dejara de agredirla, ya que en ese momento vio que ella se estaba poniendo morada, como si el agresor "la estuviera asfixiando".

Inmediatamente después, cuando el hombre la soltó y se abalanzó sobre él, "ante la desesperación por la diferencia en la contextura física y el estado de agresión que manifestaba Mugueta, cierra los ojos y dispara el arma", sin poder precisar en cuántas ocasiones lo hizo, aunque de acuerdo con el resultado de la necropsia fueron tres.

Instantes más tarde, cuando vio que varios policías ya habían llegado a su casa alertados por ese otro al que la víctima de este homicidio redujo cuando ingresó por la fuerza, hizo entrega del arma de fuego, quedando en ese entonces aprehendido hasta el día siguiente, cuando en los tribunales de Azul declaró y el Fiscal que instruyó esta causa -teniendo en cuenta sus dichos- se pronunció a favor de no pedir su detención.