UN CUARTO IMPUTADO SIGUE PRÓFUGO. Tres prisiones preventivas en una causa por abigeato

Asociación ilícita y dos hechos de abigeato agravado por ser cometido por tres o más personas son los delitos que, "en concurso real de acciones", continúan imputándoles a tres hombres que habían sido detenidos semanas atrás.

Todos ellos están sospechados de formar parte de una organización delictiva que realizaba carneadas clandestinas de vacunos, cuyos cortes luego eran comercializados de manera ilegal a un precio considerablemente menor al del mercado oficial.

Voceros allegados a la instrucción de este sumario penal informaron ayer a EL TIEMPO que el Juez de Garantías que entiende en esta causa ya dictó las prisiones preventivas para los encausados, identificados como Ezequiel Enrique Gaitán, Jorge Luis López y Oscar Adolfo Sosa.

Ese mismo magistrado -Federico Barberena, el titular del Juzgado de Garantís 2 con asiento en los tribunales de Azul- había ordenado las detenciones de los tres acusados, a través de una resolución fechada el pasado 29 de diciembre.

Solicitadas por Adrián Peiretti, el fiscal titular de la UFI 13 desde donde se lleva adelante la tramitación de este sumario penal, las detenciones de Gaitán, López y Sosa se hicieron efectivas por aquel entonces e incluyeron que fueran allanados los domicilios en Azul donde esos tres imputados residen.

Los procedimientos, encabezados por policías del Comando de Prevención Rural, habían derivado en los hallazgos y posteriores secuestros de elementos considerados de importancia para esta pesquisa.

Según lo informado a este diario por voceros judiciales, actualmente López permanece alojado en la Unidad 38, una de las cárceles con sede en la localidad olavarriense de Sierra Chica. En tanto, Gaitán y Sosa continuaban privados de la libertad, respectivamente, en seccionales policiales de Saladillo y Suipacha.

Dos carneadas en un mismo campo

Un productor agropecuario azuleño figura como denunciante en esta Investigación Penal Preparatoria, que lo tuvo como damnificado en dos oportunidades por el accionar de esta presunta organización delictiva que al parecer conformaban los hombres a quienes ya les fueron dictadas en primera instancia sus prisiones preventivas.

Esas medidas de coerción, desde la defensa técnica de los encausados, han sido recurridas ante la Cámara Penal y, en consecuencia, hasta ahora no están firmes, explicaron también a EL TIEMPO voceros judiciales.

José Edgardo Garciarena es el propietario de un establecimiento rural denominado "Las Margaritas", un campo de unas setenta hectáreas ubicado sobre la prolongación Norte de la calle Mujica y el Camino Viejo a Ariel.

Meses atrás había denunciado en los tribunales aquellas carneadas clandestinas que se registraron en su propiedad entre marzo y abril del año anterior.

En un principio, en el campo de Garciarena fueron faenados dos terneros. Ambos raza Aberdeen Angus, eran de pelaje negro y pesaban entre 170 y 230 kilos. Y semanas más tarde lo mismo había ocurrido en ese establecimiento rural con dos vacunos más de la referida raza; aunque uno de ellos de pelaje colorado.

Ocho meses después a sucedidos aquellos episodios delictivos, en el marco de las actuaciones penales que se llevaban adelante pudieron colectarse diferentes pruebas que ubicaron a los tres hombres a quienes en primera instancia les han sido dictadas las prisiones preventivas como los integrantes de esta organización delictiva que cometió los ilícitos en el campo de José Garciarena, la situación que derivara en que se hicieran efectivas sus detenciones.

Desde la imputación se continúa sosteniendo que quienes ahora están presos, "actuando de manera organizada, con logística y división de tareas", formaron parte de lo que a escala penal es considerada "una asociación ilícita destinada a la comisión de delitos de abigeato". También, que la modalidad empleada para llevar a cabo aquellas carneadas clandestinas implicaba que los vacunos eran matados mediante el empleo de un arma de fuego y que después los despostaban en el campo donde esos hechos se cometían.

Posteriormente, los acusados cargaban los principales cortes de los animales en la camioneta de uno de ellos, trasladando los mismos hasta la casa en esta ciudad de otro de los investigados, el lugar donde la carne robada terminaba de ser reducida para su posterior comercialización ilegal al menudeo.

Análisis de las comunicaciones de teléfonos celulares hallados en poder de dos de los imputados revelan que cada vez que se organizaban para concretar estas carneadas se enviaban mensajes donde aludían a "salir a pescar".

EL DATO

La investigación penal que se lleva adelante por estos hechos de abigeato tiene un cuarto imputado que sigue prófugo. Voceros allegados a la tramitación de esta causa lo habían identificado como Antonio Verdún. Apodado "Tincho" y de 48 años de edad, por el momento sigue evadido de la justicia. Su detención, al igual que las de los demás acusados, había sido ordenada el ya referido 29 de diciembre pasado. De acuerdo con lo averiguado, el domicilio donde residía en Azul hasta que se fugara, un inmueble situado sobre la calle Cáneva que también fue allanado, era el lugar donde los cortes de los vacunos robados se terminaban de despostar para su posterior venta ilegal.