ENTREVISTA CON PATRICIO "PATO" DUHALDE

ENTREVISTA CON PATRICIO "PATO" DUHALDE

Un universitario azuleño ganó importante concurso internacional de ingeniería naval

Junto a uno de sus compañeros de la UTN Mar del Plata obtuvo el primer premio de diseño "Dr. James A. Lisnyk" de la SNAME norteamericana. El proyecto presentado fue el "Buque de Misión Litoral", una patrullera que tiene como misión la defensa, protección y control de la Zona Económica Exclusiva argentina hasta la milla 200 por el tema de los pesqueros ilegales. EL TIEMPO entrevistó al joven azuleño para conocer todos los detalles de este trascendente hecho.

Por: Marcial Luna
26 de septiembre de 2022

La UTN de Mar del Plata realizó esta semana un posteo en su tuiter que, automáticamente, generó una oleada de salutaciones, dirigidas tanto a los involucrados en el concurso como a la propia universidad: "Enrique Luis Liccardi Sañudo y Patricio Duhalde, dos estudiantes de la carrera de Ingeniería Naval de nuestra facultad, ganaron el Concurso Internacional de diseño "Dr. James A. Lisnyk" que entrega la SNAME (Society of Naval Architects and Marine Engineers) con sede en Huston (USA). Nuestros estudiantes se midieron con proyectos provenientes de universidades de todo el mundo, públicas y privadas".

Luego se explicó que los estudiantes "diseñaron un buque de defensa" que tiene algunas especificaciones fundamentales: doble propulsión, más autonomía y menos emisiones.

En diálogo con EL TIEMPO, el azuleño Patricio "Pato" Duhalde, quien ya concluyó estudios en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) de Mar del Plata, dijo que "nos enteramos" recientemente de haber sido premiados. "El 15 de agosto nos tendrían que haber dado los resultados finales, pero no nos llegó nada. El 26 de agosto me llamó Quique, mi compañero, llorando casi, pidiéndome que revise el "spam" del correo electrónico, pero le pregunté y me terminó diciendo "¡Ganamos, ganamos!"".

Naturalmente, la noticia no fue fácil de asimilar en ese primer momento. "Yo no caía. Estaba absorto, leí el e-mail, pero tampoco caía", explicó.

Ahora, cuando han pasado algunos días de esa primera conmoción, el azuleño admitió que "en lo personal, estoy muy contento que haya ganado nuestro proyecto, en la primera vez que lo presentamos".

Afirmó además que, "personalmente, porque yo me dediqué a la parte de ingeniería y que en el mundo valoren así un proyecto mío, es algo muy lindo. Es lindo que lo reconozcan. Y sentir también que alguna gente que por ahí no te valoraba en el puerto, ahora te empieza a valorar, aunque por ahí no está bueno que te valoren en el éxito, ¿no? Lo importante es que te valoren por cómo sos, por cómo fui como estudiante".

Patricio Duhalde aseguró: "Estoy orgulloso como azuleño, aunque desconozco si hay algún azuleño que sea ingeniero naval, que trabaje de esto o haya estado en esto", en tanto expresó que "siento que hice un poquito por el país, por Azul, también por mí, por mi familia. Y lo que hice, en definitiva, fue aplicar los conocimientos que adquirí durante la carrera".

En ese contexto, y por todo el trayecto recorrido hasta que finalmente se pudo presentar el proyecto y concursar -aspectos que Patricio comenta en esta entrevista, a continuación-, es que sostuvo con firmeza: "Creo que lo importante es no aflojar, no rendirse, seguir adelante a pesar de todo, siempre con el objetivo en mente y dar lo mejor de uno".

A Estados Unidos "tenemos que ir el 29 de septiembre a recibir el premio. La idea era viajar antes del 26, que es la Convención Marítima, y estamos a la espera de la visa para poder sacar los pasajes", dijo, poco antes de recibir noticias confirmatorias en cuanto a la visa.

100% azuleño

Patricio Duhalde nació en Azul el 16 de diciembre de 1991; es decir, el mismo día del cumpleaños de nuestra ciudad. No deja de ser este un dato por demás significativo. Recordó con alegría que "me hacían un desfile en mí honor todos los años" por esa particular coincidencia.

Es hijo de Osvaldo Duhalde y Patricia Brusa. "El jardín de infantes lo hice en San Cayetano, todo el primario en Escuela Normal, inclusive hasta el octavo año de entonces, y desde noveno me fui a San Cayetano de nuevo. Ahí cursé el secundario y polimodal. Ese colegio tiene orientación en Ciencias Naturales, y yo tengo afinidad con lo que es Matemáticas, Física, Química. La escuela provee esa orientación", indicó, valorizando la educación recibida también en nuestra ciudad (claramente tiene y tendrá un profundo reconocimiento hacia la UTN marplatense por los conocimientos adquiridos en la carrera de Ingeniería Naval, pero se referirá a ello en detalle más adelante, en esta entrevista).

Patricio recordó, de sus tiempos de niñez y primera adolescencia, que "hice desde los seis años karate en el club de pesca La Lisa, con Pedro Prat, primero y después con Gustavo Torchio".

La patrullera

El azuleño de 30 años de edad (su coequiper en este proyecto ganador tiene 35 años) explicó en cuanto a la patrullera, que "es un buque diseñado principalmente para defender, proteger o controlar la Zona Económica Exclusiva argentina, hasta la milla 200 por el tema de los pesqueros ilegales".

Aclaró, en ese punto, que "no es un buque pensado para la guerra, con misiles, con armamento pesado, sino que es un buque más liviano -no sólo porque es en construcción de aluminio-, sino porque está pensado para el patrullaje y control de embarcaciones de pesqueros ilegales, por ejemplo. Esa es la principal función".

"Pato" indicó que, en lo que se refiere a SAR ("Search and Rescue", es decir, búsqueda y rescate), "la función de este barco es asistir si se hunde una embarcación y hay tripulación que cae al agua, o si hay una avería o pasa algo en el mar; como es jurisdicción de Argentina, este buque tiene que poder desarrollar esta tarea, por eso también el alcance de las 8 mil millas náuticas. Por un lado, porque tiene que ir muy lejos para la búsqueda SAR, ya que tenemos una extensión muy grande de agua. La búsqueda SAR va más allá de las 200 millas, ya entra en aguas internacionales; y también porque tiene que hacer largos patrullajes, porque tenemos una costa extensa, al borde de la milla 200, que es donde están los pesqueros ilegales, y donde entran y salen para pescar ilegalmente en nuestras aguas".

Otra de las funciones, "dentro de las principales que tiene el buque, es apoyar la presencia marítima de la Armada, por un lado; aunque no tiene armamento pesado, sino cañones de agua y uno de 40 milímetros para hacer daño a otra embarcación, pero sobre la línea de flotación. Se advierte, no se dispara donde hay personal, sólo avisarles que les van a disparar (como disparo de advertencia), que se corran. Ese cañón de 40 milímetros es más que nada de intimidación. Y tiene un helicóptero que se puede usar para buscar pesqueros ilegales, y las dos lanchas rápidas en popa, en dos rampas, que pueden descargarse a gran velocidad, que sirven para acercarse a los pesqueros ilegales y abordarlos mediante fuerzas especiales, ya sea de la Armada o personal civil entrenado en este tipo de situaciones".

En cuanto al abastecimiento de la base antártica, Patricio indicó que la patrullera "puede llevar dos contenedores con suministros para la campaña que hace la Armada" en la base Marambio.


Origen del proyecto

En relación con el comienzo del proyecto, Patricio recordó que "hace un par de años, justamente cuando empezó la pandemia, más o menos en febrero, mi compañero [Enrique Luis Liccardi Sañudo] que es el que se encargó de traer esta competencia a Mar del Plata, organizó una charla en la Facultad para que vinieran los de la UTN de Buenos Aires, que también tiene Ingeniería allá. Si bien no teníamos tanto lazo con ellos, vinieron a dar la charla. Después empezamos, por iniciativa de la Facultad nuestra, a querer hacer un proyecto que participe de la competición" internacional.

Recordó Patricio que "al principio, yo no era de los principales en el proyecto, porque no era alumno avanzado. En esa época, estaba en cuarto año. Mejor dicho: era alumno avanzado, pero no había hecho las materias de Proyecto, que es de quinto año, y de Proyecto Final, que es de sexto, que es importante precisamente para el desarrollo del proyecto en esta competencia".

"Mi compañero -añadió el azuleño-, si bien trajo la competencia, no era de los alumnos avanzados de la carrera. Quisimos presentar un proyecto ese año y con el tema de la pandemia y quizá por poca dedicación de los compañeros que teníamos, no se dio. Quedamos muy pocos en el proyecto. Creo que cuatro compañeros y, al otro año, sucedió algo parecido. Intentamos presentar algo. Yo todavía no era el más avanzado, el encargado del proyecto y no había tanta motivación en la Facultad".

Es que, en tiempos de pandemia y confinamiento estricto, muchos aspectos que eran habituales en la vida universitaria, se modificaron sustancialmente, como ocurrió en casi todos los planos. Patricio Duhalde puntualizó que "siempre se presentaban proyectos distintos. Estuvimos viendo varios proyectos, analizando distintos barcos y a principios de diciembre [de 2021] nos empezamos a preparar para la competencia del 2021-2022, que es la que ganamos. Ahí sí, logramos anotarnos y entregar el proyecto, en los años anteriores no habíamos llegado a participar. Habíamos empezado, pero nunca habíamos llegado a armar nada".


DATOS TÉCNICOS DE LA EMBARCACIÓN:

Desplazamiento 750,6 toneladas | Volumen desplazado 732,3 metros cúbicos | Eslora total 70 metros | Eslora en flotación 62 metros | Manga total 10 metros | Manga de flotación 8,74 metros | Calado 3 metros | Velocidad crucero 12 nudos | Velocidad máxima 35 nudos | Alcance 8000 millas náuticas | Autonomía 30 días | Complemento 10 oficiales total 40 tripulantes | Propulsión 2 motores diesel de 1326 kilowatts cada uno | Propulsión una turbina de gas de 20 megawatts.

Un claro objetivo

"Personalmente -dijo Patricio Duhalde a EL TIEMPO-, desde que estoy en la carrera, entré en la Armada, pero soy daltónico; así que hice el intento y quedé afuera. También quería ser marino mercante, pero era en Buenos Aires, tenía un arancel elevado todo lo que es esa carrera; es una universidad pública pero la carrera de marino mercante es arancelada".

Del colegio secundario "egresé en el 2011 e ingresé en la Armada. Sabía que era daltónico, pero me la jugué a entrar en la parte de comandos, que está dividida en dos, Tendencia y Comando. Tendencia es la parte administrativa y no hay problema con que sea daltónico, pero en la parte de Comando sí, no podés ser daltónico para ingresar. Hice el intento, quedé afuera. Fui a Río Santiago a hacerme todas las evaluaciones físicas; primero hice los exámenes acá en Mar del Plata, de ingreso digamos, y quedé afuera en Río Santiago por ese tema médico de la vista. Quedé dos años ahí medio perdido, sobre qué hacer. Yo quería algo relacionado con barcos, porque siempre me interesaron, aunque también los aviones, los viajes. Había visto esa carrera en Buenos Aires, pero es una ciudad para vivir. Yo, siendo azuleño, no es lo mismo. No me gustaba tampoco Buenos Aires para vivir y de casualidad había venido a averiguar por Ingeniería Mecánica acá a Mar del Plata y encontré la carrera en la UTN, que no era tan conocida. Eran pocos en Ingeniería Naval. Había pensado introducirme en el tema de los barcos a través de la Ingeniería Mecánica, pero terminé encontrando esta carrera en la UTN. Se estaba armando y en los años que estuve cambió mucho la carrera, mejoró muchísimo su nivel. Si bien no había niveles tan buenos como el de mi jefe actual, sí cambió mucho lo que es el nivel general, está muy elevada la vara también".

El azuleño reconoció que "entré y quedé fascinado con lo que es la carrera y le fui metiendo con los años. Soy un apasionado de los barcos; de los aviones también, pero es algo más difícil en Argentina. Tan apasionado soy que puedo estar todo el día hablando de barcos [se ríe]. La carrera me pareció super interesante".

De todas maneras, aclaró que "me interesa todo: desde planos, hasta subirme a un barco, tener que analizar algo, desarrollarlo, aunque se sabe que es una industria difícil acá en Argentina. Siempre me gustaron los barcos militares, desde chico, así que para el fin de mi carrera yo estaba interesado en hacer un barco militar".

Admitió, en tal sentido, que "por la complejidad y, en su momento, cuando yo entré a quinto año, era un barco muy complejo. No hay barcos fabricados de ese estilo acá en Argentina".

"Si bien se han desarrollado barcos de acá -agregó-, siempre fue con astilleros de afuera. Entonces, no hay tanta información y para corregir el proyecto, en uno como el nuestro, es difícil que te lo corrijan. Ya estando en sexto año y habiendo terminado de cursar las materias, en noviembre del año pasado [2021], ya era otra forma de encarar el proyecto. Enrique tiene familia en la Armada, yo estuve en la Armada, aunque por poquito tiempo, pero quise estar, quise hacer carrera; y empezamos a idear esto: armar una patrullera para la Armada Argentina, muy similares a las que están acá".

Patricio señaló además que, "antes de que compraran estas embarcaciones que están ahora, por lo menos yo tenía idea de armar algo como para proteger la Zona Económica Exclusiva. No es que se nos ocurrió a raíz de que compraron estas que están ahora, sino que la idea venía de antes, pero no estábamos tan avanzados en la carrera para ver cómo encararlo".

Los tiempos exigidos por el concurso se avecinaban como un tornado, para entonces. Patricio recordó que "para el 1 de marzo [de 2022] había que entregar la aplicación y registrarse para la competición los alumnos que iban a estar trabajando, es decir Enrique y yo". Al respecto mencionó que "yo entré como "faculty advisor", que es "consejero de la facultad", que tiene que ser alguien que esté en la Facultad -puede ser un profesor o no, pero tiene que ser miembro de SNAME (Society of Naval Architects and Marine Engineers). Nosotros nos tuvimos que registrar en SNAME, esto es la Sociedad de Arquitectos e Ingenieros Navales. Nos dio una mano el ingeniero Alejandro Vaccari, que es el coordinador de la carrera de Ingeniería Naval de la UTN Facultad Regional de Mar del Plata. Él nos dio una mano para la inscripción, pagó de su bolsillo ese trámite, así que le estaremos agradecidos eternamente por esa actitud".

Cumplido ese paso, "después había que presentar los requerimientos del armador, que es una cuestión muy detallada. Eso logramos hacerlo el 1 de marzo pasado y entregarlo debidamente. Había que empezar con el diseño del buque. Fuimos en poco en paralelo. Yo me dediqué más a la parte de ingeniería del proyecto, que es el desarrollo en general".

El desarrollo

Patricio, en su diálogo con este diario, manifestó que "para el 31 de mayo de este año ya teníamos que tener todo el proyecto armado para entregarlo. Nosotros ya veníamos planteando algo antes, para ganar tiempo. A medida que íbamos haciendo el requerimiento del armador y consultando con gente de la Armada, que tiene contacto con eso, llegamos a desarrollar el barco", dijo con satisfacción.

En cuanto a los requerimientos del armador, explicó que "eso es, si tengo una pesquera y quiero hacer un buque pesquero, vas con tus requisitos. Tenés un permiso pesquero, tenés tanta cantidad de capacidad de bodega, vas a un astillero o a un estudio naval y decís que querés hacer un barco con tales características. Muchas veces lo arman los mismos ingenieros de la empresa. Con esos requerimientos se empieza a desarrollar el proyecto, con una base de datos".

Patricio explicó que, "en este caso, muchos requerimientos son de la Armada, como la autonomía. Muchos requerimientos los sacamos nosotros por la necesidad argentina, como es la de operar en base antártica y un montón de cosas, como figura en el proyecto y es lo que desarrollan las patrulleras que están acá en Mar del Plata".

Otro aspecto, por ejemplo, refiere a "la velocidad máxima de 30 nudos fue más pensando en lo que hay hoy en el mundo construido, pensando más en la competencia, y no tanto en las necesidades de la Armada. Es decir, la Armada no tiene necesidad de ir a tanta velocidad".

Un detalle de la embarcación que "proyectamos es la propulsión. Una vez que entregamos los requerimientos del armador el 1 de marzo, empezamos a armar una base de datos de buques existentes, porque en la ingeniería naval se utiliza mucho eso. Si bien un ingeniero con mucha experiencia puede saber más o menos las líneas actuales de casco, para iniciar un proyecto así, cuando no se tiene conocimiento o se tiene un poco de conocimiento nomás, como nosotros, que somos alumnos de la carrera, se empieza a armar una base de datos de buques similares en el mundo; es decir, de similares dimensiones a las que uno está buscando".

En este caso, explicó Patricio Duhalde, "tuvimos una base de datos de unos quince barcos, de todo el mundo; inclusive la corbeta más conocida que es la clase Visby, que es muy similar a lo que queríamos hacer nosotros, que es una corbeta sueca. Y la particularidad que tenía la base de datos es que no había barcos que llegaran a más de 5 mil millas náuticas".

Aspectos técnicos

Añadió, como detalle importante, que "nuestro barco tenía que tener un rango de acción de 8 mil millas náuticas. Este tipo de buques suele tener o hélice convencional para bajas velocidades -buques que no superan los 22 nudos de máxima-, o Waterjet para buques que viajan a 30, 35 nudos de velocidad máxima".

"Este buque es de 35 nudos -confirmó el azuleño-, pero necesitaba alcance, y es muy difícil de lograrlo con Waterjet, que es de propulsión a chorro como las motos de agua. Por eso decidimos encontrar una solución que es un Codag Warp. Es una configuración, que es combinar turbina de gas con motores diésel. Se llama Warp por el hecho de tener dos hélices convencionales a los costados y una turbina con un Waterjet en crujía, que es el centro del barco. Ese sistema permitía que el buque, navegando con una sola hélice, funcionara con una sola línea de eje, con un solo motor diésel conectado a un alternador, mediante una caja reductora doble".

Detalló otro aspecto del proyecto: "El barco a velocidad crucero de 12 nudos podía producir electricidad para toda la embarcación y navegar a 12 nudos. Una vez que se quería adquirir más velocidad, la otra hélice, que gira loca -digamos- porque no está funcionando el motor, se activa y se empieza a propulsar. Empiezan a andar los dos motores y se llega a unos 22 nudos".

"Pato" prosiguió con los detalles. "Una vez que se quieran superar los 22 nudos, se acopla la turbina de gas con el Waterjet, para llegar a los 35 nudos. Eso permite que tenga un menor consumo en velocidad crucero, porque el Waterjet a bajas velocidades tiene bajo rendimiento y por eso consume más combustible. Entonces, para reducir el consumo y que el buque no sea muy pesado porque cada vez necesitamos más desplazamiento para albergar todo el combustible, es sistema de Codag Warp permite que consuma menos".

Dijo, por otro lado, que "no es tan común ver en este tipo de embarcación tan pequeña este tipo de propulsión y creemos que es uno de los puntos fuertes que nos permitió ganar el concurso; sumado al haber hecho un proyecto en el que todo está fundamentado. Ellos te dan una tabla de puntajes en Excel, en el que hay que cumplir ciertos ítems -planos, cálculos, estimaciones, etc.-, mientras que otras facultades se concentraban en darle más valor agregado al proyecto en cosas que por ahí no pedían".

Patricio afirmó que "nosotros cumplimos con eso que se pedía, con lo específico: 75 puntos son contenido técnico, por ejemplo, planos y fundamento de todo, como estimación de tripulación, costo, análisis de potencia, etc. Hay 13 puntos de documentación, que se refiere a lo completo que está el trabajo, textos y gráficos. Finalmente, 7 por la calidad y originalidad del proyecto, más 5 puntos por completar los requerimientos del armador".

Aclaró, en un momento de la entrevista, que "esta competencia, limita ciertas cosas. Para empezar, [el proyectado] tiene que ser un buque de navegación marítima, de más de 500 toneladas y en lo posible y justificable, un buque característico de la zona, si bien se pueden hacer buques paras afuera. Es decir, nosotros pudimos hacer uno para España o Noruega, pero se busca que sea algo característico para la zona donde uno está estudiando, en nuestro caso Mar del Plata".

"Al estar la base naval, pudimos desarrollar esta patrullera -afirmó el azuleño-. Esas eran las limitantes, además de que sea viable construirlo; porque se puede diseñar un barco de 300 mil millones de dólares, pero no es viable".

Es, sin dudas, el principio de una historia que comienza con haber logrado el primer premio del concurso internacional. Lo que llegará ahora será el viaje a Estados Unidos y la recepción del galardón. Pero, ciertamente, "Pato" y "Quique" piensan a futuro. Así es que evalúan nuevos proyectos: un buque sanitario, también con destino para la Armada, para llevar adelante campañas de vacunación en la zona fluvial, ya que los buques actualmente vigentes y que cumplen con esa misión, tienen más de cincuenta años.

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