31 de enero de 2024
En diciembre de 1904 fue declarada la primera huelga de los obreros panaderos en esta ciudad, pero los conflictos se extendieron hasta el año 1919, en el período estudiado en este artículo del Dr. Zandoná, que incluye también a los trabajadores molineros de Azul. Se observa, entre otros aspectos, la incorporación de nueva maquinaria en las panaderías -de punta, para la época- como un intento para amortiguar los efectos huelguistas.
Por Dr. Jorge Zandoná
Especial para El Tiempo
Esta historia está basada en artículos periodísticos publicadas en los diarios "El Pueblo", "El Imparcial" y "El Ciudadano" -en las fechas que se citan- que en Azul se editaban en ese entonces.
Antecedentes históricos: en el año 1887 el inmigrante italiano Enrico Malatesta, uno de los primeros anarquistas que pisó suelo argentino, ayudó a fundar el Sindicato de Panaderos. Los estatutos de este sindicato sirvieron de modelo para la organización de otras entidades gremiales. Y el éxito de la huelga de panaderos del año 1888 catapultó a las organizaciones obreras a la ideología anarquista.
El 25 de mayo de 1901 se celebró el congreso fundacional de la Federación Obrera Regional Argentina (FORA), integrada fundamentalmente por activistas anarquistas. Esta ola de anarcosindicalistas también llegó a Azul donde, a fines del año 1904, se inicia el primer conflicto gremial enfocado en los panaderos y molineros.
La primera huelga
El 23 de diciembre de 1904, propietarios panaderos se habían reunido tomando diversas resoluciones tendientes a mejorar la situación de los obreros panaderos, en lo siguiente: 1.- Aumento de sueldos según las casas y la clase de trabajo, siendo los aumentos de $ 100 para los maestros, $80 para los amasadores, y $70 y $ 60 para los ayudantes; 2.- Se acordó trabajar de día en los días de romerías y carnaval, y en forma nocturna el resto del año, como se viene haciendo hasta ahora; 3.- De no ser aceptadas estas mejoras por los trabajadores, los patrones harían el trabajo, efectuándose la venta del pan en el mercado.
El 23 de diciembre de 1904 fue declarada la huelga de los obreros panaderos. Se indica que las exigencias son exageradas y las partes deben poner un poco de buena voluntad para llegar a un justo término. Y se dispone: está bien que los obreros hagan valer sus derechos, pero no por ello pidan gollerías. La terquedad no conduce a nada y no entiende razones, se afirma por entonces.
Además, dicen los propietarios: aconsejamos a los huelguistas moderación para lograr las mejoras a las que aspiran.
El domingo 25 de diciembre de 1904 continúa el statu quo, la huelga de los obreros panaderos, aunque entre ellos han intercambiado ideas para conciliar sus pretensiones con las concesiones que ofrecen los patrones panaderos.
Mientras tanto, la venta de pan se hace en el Mercado Municipal, en el horario de 6 a 11 de la mañana y de 4 a 7 y media de la tarde.
El 29 de diciembre de 1904 no hay novedades en la huelga de los obreros panaderos; sin embargo, algunas panaderías siguen elaborando el pan, aunque en cantidades reducidas que no abastece la demanda.
Muchas familias se han visto obligadas a la elaboración casera del pan y la gran mayoría hace uso de la galleta dura.
Si la huelga se prolonga habrá que recurrir a ciudades vecinas para traer pan, pero esperemos que se llegue a un acuerdo equitativo, por lo que hacemos votos en ese sentido.
El 29 de diciembre de 1904 sesionó el Concejo Deliberante, donde el concejal Ramírez presentó un proyecto de comunicación en el que expresaba que el Concejo Deliberante vería con agrado que el Departamento Ejecutivo de la Municipalidad de Azul ofreciera su mediación para arreglar el conflicto entre obreros y patrones. El mismo se aprobó por unanimidad. Mientras se gestaba esta mediación, entraron en huelga los obreros de los hornos de ladrillo de Don Camilo Campagnale, pidiendo aumento de sueldo y disminución de horas de trabajo.
El 1 de enero de 1905 la huelga de panaderos se había arreglado; con la intervención del panadero Cánovas, hubo un acuerdo entre las partes. Hubo mutuas concesiones con buena intención y armonía, volviendo a las buenas relaciones que deben reinar entre las partes y se han unificado los salarios.
El 6 de enero de 1905 se conocen las consecuencias: el aumento del precio del pan, era de preverse. Se indica que una de las consecuencias de la huelga, sería el encarecimiento de este artículo de primera necesidad cuya víctima es el pueblo y el pueblo está conformado por millares de gentes que necesitan vivir del modo más holgado posible del cual los obreros panaderos constituyen una minoría. La Municipalidad debe velar por los intereses de la comuna, que son superiores a los de cualquier gremio aislado, debiendo hacerse cargo de la elaboración de este artículo, con el objeto de darlo al público a precio de costo.
Se afirma desde la Comuna: "Lo repetimos: los intereses del pueblo están por encima de las disidencias justificadas o no de los obreros y patrones".
La segunda huelga
El 16 de octubre de 1906 está en pie la huelga de obreros molineros. Y en los dos molinos en los cuales trabajan los obreros, quedarán clausurados por tiempo indefinido, en virtud de las exageradas pretensiones de los huelguistas, se indica.
En tal sentido han hecho declaraciones terminantes la casa Luis Dhers y Cia., dueños de ambos establecimientos.
El 17 de octubre de 1906 se informa que los trabajadores obreros han tomado de una punta la cuestión social como si fuese un garrote, y empiezan a sacudir el polvo a los comerciantes, industriales y patrones en general:
"El conflicto ha surgido de golpe y porrazo, pues estas cosas. hace dos meses, nos eran completamente desconocidas. El socialista vindicador ha saltado como el muñequito de las cajas sorpresa, con los brazos en cruz ofreciendo su regazo a las desdichadas víctimas de la explotación patronal. Las doctrinas de la cuestión social son lanzadas en forma de bólido amenazando dejarnos ciegos.
"Parece que los trastornados locales, quieren alcanzar en un solo día las mejoras que a los europeos todavía les cuesta lágrimas, sufrimientos y dolor. Los diarios de la capital federal consignan que en un país donde abunda el trabajo. Quita al problema de la vida todo carácter apremiante. Seguros estamos que los huelguistas de Azul, en su mayoría ya no son tales, con excepción de aquellos (los menos) que aprovechan para holgazanear".
El 20 de octubre de 1906 en la huelga de los obreros molineros, a pesar de ésta, los dos molinos empezarán a trabajar en los próximos días.
El 23 de octubre de 1906 hay una nueva huelga de los obreros panaderos en solidaridad con los obreros molineros, motivo por el cual se reunieron en el Hotel Colón los dueños de las panaderías para analizar el pliego de condiciones presentado por los obreros de sus respectivas panaderías. El resultado de esta rechazó las condiciones exigidas por considerarlas inaceptables. Los obreros pedían aumento de sueldos y la reducción a una jornada laboral de nueve horas para todos los hombres ocupados en las panaderías, además que no se tomase harina de los Molinos Dhers y Cía.
Los patrones consideraron que los empleados se salían del tiesto, por lo que resolvieron no aceptar lo expuesto.
Este rechazo patronal dará por resultado el cierre de las panaderías en el día de hoy dejando a la población sin este artículo. Se dispone que
si no se llega a un acuerdo, intervendrá la empresa molinera a la cual los trabajadores quieren perjudicar con sus imposiciones.
Se asegura en fuentes fidedignas que el Sr. Louge establecería una panificadora mecánica, que daría por tierra con este conflicto, cortando por lo sano y quedando el Sr. Louge dueño de la situación desplazando a los trabajadores que prometen dañarlo con actos de solidaridad mal entendidos, se informa en la prensa local.
El 24 de octubre de 1906 los dueños de las panaderías no aceptaron el pliego de condiciones presentado con los siguientes puntos:
1.- Abolición del trabajo nocturno; 2.- Abono de $ 1.20 para comida y 1 kg- de pan; 3.- Descanso dominical con goce de sueldo; 4.- No dar trabajo a obreros que no pertenezcan a esta sociedad; 5.- Abonar a los ayudantes $ 50 por mes; 6.- Abonar a los maquinistas $ 40 por mes; 7.- No elaborar con harinas de los Molinos Azul y Estrella del Norte hasta tanto no se haya satisfecho el pliego presentado por los obreros molineros; 8.- No despedir a ningún obrero por tomar parte de este movimiento.
Los dueños panaderos resolvieron aceptar la segunda condición y rechazaron de plano la sexta, haciendo causa común con la casa Dhers y Cía.
En virtud de ello dieron por desistidos a los obreros de volver al trabajo y acordaron seguir elaborando pan en su remplazo.
"Hoy habrá pan como de costumbre, solo que no se repartirá, mañana y pasado no habrá elaboración, pero las panaderías estarán abiertas, para la venta al mostrador", se informa. La resistencia de los patrones contra las imposiciones de los huelguistas es unánime.
"El Imparcial", en un largo editorial, expone: "Está muy lejos de nuestro ánimo combatir a los que luchan convencidos que defienden derechos legítimos. Por el contrario, deseamos el triunfo de los batalladores sinceros mediante una acción enérgica, pero racional e inteligente.
La presente huelga de panaderos obedece a un acto de solidaridad gremial y no obedece a causas personales de los obreros panaderos, sino al deseo de hacer causa común con los huelguistas de los molinos recientemente clausurados. Por lo que esta huelga es contra los propietarios de los molinos harineros.
"El libro Solidaridad de Fourier, ha sentado mal a los huelguistas azuleños, cuyas fuerzas son muy escasas para enfrentarse al capital.
"La introducción de algunas máquinas para modernizar la industria será la única ventaja que sacará Azul de estos desgraciados conatos de vindicación obrera".
El 27 de octubre de 1906, a cuatro días de iniciada esta huelga, en todas las panaderías se elaboraba el pan a despecho de la misma.
Algunas panaderías han debido tomar nuevo personal en remplazo de los huelguistas, y en otras trabajan los patrones.
A raíz del conflicto los patrones panaderos expresan lo siguiente:
"Los Dueños de las panaderías, en vista de las desmedidas exigencias de los empleados, han resuelto definitivamente no acceder a las mismas, y reanudar desde hoy la actividad normalmente. La población no carecerá de este alimento, pero deberá concurrir a la panadería para proveerse, pues queda suspendido el reparto domiciliario por tiempo indeterminado.
"En cuanto a los obreros que quieran volver a su trabajo, podrán hacerlo arreglando sus condiciones con el propietario de la panadería".
El 30 de octubre de 1906 se puede dar por fracasada la huelga de obreros molineros y panaderos, pues todas las panaderías reanudaron sus actividades y ayer [29 octubre] comenzaron a trabajar los molinos.
Y estaba entendido que esta vez los obreros tendrán que levantar la bandera de parlamento que es lo mejor que pueden hacer.
El 18 de diciembre de1906 las asociaciones patronales se han reunido declarando que estrecharán más sus vínculos con los obreros, si cabe, los lazos de solidaridad que los une. Panaderos y molineros han remplazado la mayoría de su personal.
El 11 de marzo de 1907 la Panadería el Cañón, situada en la calle Burgos y Corrientes, publicaba las causas que la obligaron a cerrar, durante varios días, fue motivada "por la falta de compromiso de varios colegas de mantener la unión entre todos ante las exageradas pretensiones de los gremios. Fiel a nuestra palabra preferimos cerrar nuestro comercio por todos estos días durante los cuales llegamos a un acuerdo con nuestros empleados firmando el acuerdo que nos propusieron, y lamentamos la poca firmeza y seriedad de estos colegas. De La Fuente y López".
El 29 de septiembre de 1907 la Panadería El Cañón, situada en la calle Burgos y Corrientes, avisaba a los clientes que podían ofrecer facturas elaboradas con todas las reglas higiénicas, contando para ello con selecto personal, y sin haber aumentado ni un centavo los precios de ninguno de los artículos y contando con dos jardineras abocadas al reparto.
El 15 de marzo de 1915 en los salones del diario "El Ciudadano" se realiza la reunión donde se crea la "Sociedad Cooperativa Azuleña de Panificación y Consumo", quedando constituida una comisión para la presentación de los estatutos, que se discutirán en asamblea y otra comisión de propaganda.
Las bases de la institución quedaron establecidas, acordándose un capital de cincuenta mil pesos distribuido en 500 acciones de diez pesos cada una. La proyectada institución nació con los mejores augurios lo que predice un buen resultado.
El 28 de abril de 1915 a las 20.30 se reunirá en el local del Centro de Comercio en Colón y Alsina, el Directorio provisorio de la "Sociedad Cooperativa Azuleña de Panificación y Consumo" para tratar asuntos relacionados con la instalación definitiva de la Sociedad.
El 23 de diciembre de 1915 se cita a Asamblea Ordinaria para el día 08 de enero de 1916 a las 21 horas en el cinema Social en calle San Martín 575.
El 24 de mayo de 1916 aparece la siguiente propaganda de la panadería "Francesa", de Ricardo Albarrán:
"Dispuestos a introducir en nuestra plaza la panificación mecánica, libre de toda manipulación, hemos adquirido en Buenos Aires la conocida Máquina Amasadora 'Pappaseit', triunfo de la industria nacional, patentada en la República Argentina y fabricada en Rosario de Santa Fe, la que suprime en absoluto toda antigua y antihigiénica elaboración personal, sin excluir de ella la conocida 'amasada' ¡con los pies y con las manos!...".
También informa: "Invitamos al público a que visite nuestra panadería y presencie el funcionamiento de la máquina adquirida. Con ella quedan suprimidos todos los gérmenes patógenos a consecuencia de los cuales muchas enfermedades se transmiten por medio del pan. Esto interesa al público. Belgrano 371. Facturas de todas clases. Se reparte a domicilio. Pedidos por teléfono [Unión Telefónica] 275. Nota: desde la fecha hemos resuelto vender el pan de segunda a 0,18 centavos el kilo".
La tercera huelga, en 1919
El 20 de agosto de 1919 los obreros panaderos, en una reunión realizada, acordaron presentar a los patrones un petitorio consistente en un aumento de cincuenta centavos, sobre lo acordado para la mantención, disponiendo para el día 21 a las 11 horas la respuesta. Suponemos, expresaba "El Ciudadano", que los patrones accederán a este pedido ya que es notorio como se agranda el encarecimiento de la vida, aunque para ello deban recurrir a elaborar unos panes diminutos.
Luego se indicó: esta tarde se reunieron patrones y obreros logrando acordar que el aumento fuera de treinta centavos. Por lo tanto, los panaderos subirán el precio de la galleta a 40 centavos el kilo.
El 21 de agosto de 1919, no obstante haberse llegado a un acuerdo en el día de ayer, los obreros panaderos no aceptan el aumento de 30 centavos, insistiendo en su petitorio original de 50 centavos. Este cambio fue rechazado por los patrones por lo que los obreros. Se declaran en huelga desde esa noche y los dueños de las panaderías informan al público que suspenden el reparto a domicilio.
El 25 de agosto de 1919 el Partido Socialista, en cuya sede se reúnen los obreros, les recuerda a los patrones que muchos obreros panaderos por un mes de trabajo a razón de 12 a 14 horas diarias perciben una remuneración de 94 pesos, de las cuales se descuentan 3 pesos para el seguro por accidentes, quedando una suma de 91 pesos que incluyen el pan y la comida.
"Estas son las excelentes condiciones de las cuales alardea la patronal", se afirma.
"El Ciudadano" aportó información sobre las remuneraciones mensuales, con un día de descanso semanal de lo que ganan antes de la huelga:
-Maestros: $ 144; amasadores: $ 124; ayudantes: $ 109; maquineros: $ 99.
Ofertado por la patronal, que rechazan los obreros:
-Maestros: $ 174; amasadores: $ 154; ayudantes: $ 139; maquineros: $ 129.
Al no aceptar esta propuesta, los obreros no están disconformes con la propuesta: lo que no aceptan es trabajar por día como pretenden pagar los patrones.
El 27 de agosto de 1919 los patrones habían decidido elaborar pan a partir de hoy, pero debieron desistir por no contar con los operarios suficientes, a pesar de haber traído ocho de la capital. Los patrones, en solidaridad con sus colegas, no fabricarán pan hasta que todos estén en igualdad de condiciones. "El Ciudadano" se pregunta: ¿Por qué el Sr. Intendente no interviene en este conflicto?
El Sr. Chatelain informa que acaba de recibir en su establecimiento una máquina especial que fabrica el pan sin manipulación alguna y libre de los zarpazos de las huelgas. "El Ciudadano" fue hasta el establecimiento del Sr. Chatelain y "efectivamente vimos una hermosa amasadora marca SIAM que será armada por los mecánicos provenientes de Buenos Aires. Ello permitirá la elaboración de un excelente producto que ofrecerá al público azuleño. Esto le significó una inversión de $3.600 lo que importa un paso adelante en el renglón de progresos industriales de nuestra ciudad".
El 28 de agosto de 1919 se propuso realizar en horas de la noche una reunión de patrones y obreros a los efectos de lograr un acuerdo entre las partes
El 1º de septiembre de 1919, a pesar de la huelga de los obreros, los patrones resolvieron fabricar pan como en tiempos normales y salvo se presente algún inconveniente continuaran haciéndolo hasta que se solucione el conflicto.
El 11 de septiembre de 1919 continua la huelga por el desacuerdo entre patrones y obreros, consistente en que los primeros se niegan a firmar el pliego de condiciones que quieren imponer los segundos, aunque aceptan lo que los obreros piden. Sin embargo, el abastecimiento del pan es normal por lo que puede darse por terminada la huelga que ha durado 20 días, pues al final los obreros consiguieron las mejoras y los patrones se salen con la suya al no firmar el pliego de condiciones que se les exigía.
Posteriormente, el 3 de marzo de 1927 el Poder Ejecutivo nacional en acuerdo de ministros dispone por decreto la aplicación en la Provincia. Se trata de la Ley 11.338, que prohíbe el trabajo nocturno en las panaderías. Por este decreto se reglamenta proporcionalmente aquella aplicación hasta que la Legislatura dicte la correspondiente Ley Provincial.
Y se indica q ue tal reglamentación entrará en vigencia a los 45 días de su publicación en el Boletín Oficial.
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