Por Laura Méndez de la Redacción de EL TIEMPO

Quique Nacif es azuleño, actualmente vive y trabaja en Viena, Austria. Está desarrollando un proyecto en el que trabaja actualmente, comercializando productos mejoradores de suelo para el agro, que conservan la humedad y aumentan la eficiencia en el uso de agua. Está casado y tiene dos hijas. Es primo de un nieto recuperado. Recuerda Azul con mucho afecto.

Como todos los miércoles "presentamos" a un trotamundos que no para de darle satisfacciones a los azuleños con su representación, en este caso, en el país europeo.

"Vivir mil vidas"

-¿A qué edad te fuiste de Azul y qué sueños te llevaste en la valija?

-De Azul me fui a los 18, en febrero del 93, después de terminado el secundario, con ansias de conocer el mundo y sueños de hacer mil cosas, vivir mil vidas. También me llevé varios miedos en la mochila, residuos de la infancia en dictadura, que la vida me permitió ir dejando atrás.

-¿Qué estudiaste?

-Varias cosas, hasta que encontré lo mío. Pasé por distintas universidades, hice varios cursos de ingreso y primeros años, en biología, música, turismo. Terminé estudiando Ciencias Políticas y Derecho Internacional público en Inglaterra, un gran privilegio que me dejó con una buena educación.

-¿Dónde te fuiste en un principio y como se fue dando todo para que actualmente estés en Austria con semejante proyecto?

-De Azul me fui a La Plata, hice el ingreso a Biología en el Museo. A los seis meses me fui a Buenos Aires, donde viví hasta el año 99. En julio de ese año me fui a vivir a Inglaterra con mi mujer, a quien había conocido el año anterior durante un viaje de mochilero, en tren por Europa. Tuvimos la gran suerte de conocernos en Venecia. El año pasado volvimos a pasar por juntos por ese lugar, veinte años después, casados y con dos hijas. Las vueltas de la vida son curiosas, impredecibles.

Un proyecto entre Argentina y Austria

-Contame sobre el proyecto. Sé que tiene que ver con el control de la energía atómica y biotecnología. ¿Cómo es eso?

-Trabajé varios años en la Organización Internacional de Energía Atómica, que tiene sede central en Viena, como asistente de un equipo de científicos. Aprendí muchísimo. Dejé la OIEA hace casi dos años para dedicarme completamente al proyecto en el que trabajo actualmente, desarrollando y comercializando productos mejoradores de suelo para el agro, que conservan la humedad y aumentan la eficiencia en el uso de agua. Aunque parezca raro, hasta en países como Austria y Alemania hay problemas de sequía y los agricultores y silvicultores tienen gran necesidad de soluciones técnicas a estos problemas. Este proyecto también tiene una pata en Argentina, de la mano de "Tato" Valicenti, gran amigo de toda la vida, azuleño radicado en Buenos Aires.

-¿Cuándo te fuiste hubo quienes te abrieron puertas, te tendieron una mano o te fuiste abriendo camino solo?

-Desde que tengo recuerdos, siempre tuve la suerte de haberme cruzado con personas maravillosas que me cuidaron, me dieron una mano, un empujoncito, una palmada en la espalda o una patada en el traste, y cada uno a su manera, y en muchos casos sospecho que hasta sin saberlo, me ayudaron a encontrar el camino a seguir. No se me ocurre como podría haberme abierto camino solo, sin el sostén de una larguísima lista de personas en mi familia, en la escuela, amigos, compañeros, maestros, músicos, entrenadores, profesores, colegas y jefes en los varios laburos por los que pasé. Mi vieja y "Beto", su marido, son incondicionales. También mis suegros.

-¿A qué edad se despertó tu vocación?; ¿recordas algún momento en particular?; ¿alguien que te orientó?

-En mi caso, la vocación no la descubrí hasta hace cuatro o cinco años, cuando empecé a laburar en el proyecto en que estoy metido. Hasta entrados los cuarenta, y ya papá, no sabia cual era mi vocación. Lo curioso es que el trabajo actual me permite unificar los distintos intereses e inquietudes que he tenido a lo largo de la vida, como la biología, el interés por el medio ambiente, la ciencia y la técnica, la política y el desarrollo, y me permite aplicar habilidades y conocimientos recolectados a lo largo del camino.

"Azul es una constante inmutable"

-Por otro lado, quiero saber ¿qué es Azul para vos?

-Azul es sobre todo el lugar donde vive mucha gente muy querida, familiares y amigos de la infancia y adolescencia. En mi memoria, Azul es una constante inmutable. La barra de amigos, la 14, y los asados eternos, las clases de bajo con Quique Ferrari, los ensayos con amigos y el Azul Rock, los paisajes y el cielo de la llanura pampeana, los llevo para siempre en el corazón. Hace un par de años pase un verano en Azul con mi familia, lo pasamos genial. También tengo un grupo de queridos amigos de la diáspora azuleña en Europa, cada tanto nos juntamos, son encuentros maravillosos.

-¿Venís con frecuencia?

-A Azul, no tanto como me gustaría. A Buenos Aires voy una vez al año, y trato de pasar por Azul cada vez que estoy de aquel lado del charco, pero no siempre lo logro. Tengo familiares muy queridos en San Juan, de donde es mi viejo, y donde pase los primeros años de mi vida, asÍ que intento repartir las visitas.

-¿Tenes familia acá?

-En Azul tengo tíos y primos muy queridos. Mis viejos y hermanos viven en Buenos Aires desde hace años. Tengo también tíos y primos en Tandil y La Plata y, como te contaba, muchos familiares en San Juan.

-¿Sentís que tus sueños se volvieron realidad?: ¿a nivel laboral, personal y demás?

-Si, y más aun. Tengo una familia con la mujer que amo, que me quiere y me banca como soy, y me dio dos hijas maravillosas, que me alegran y resignifican la vida y me vuelven loco al mismo tiempo, y un laburo que me permite llevar a cabo ideas y proyectos donde aplicar la creatividad y el esfuerzo. La frontera entre los sueños, los deseos y lo posible parece cada vez más difusa, cosas impensables o imposibles a los 18 años, forman ahora parte de mi vida cotidiana. También se expande el deseo de contribuir mi granito de arena para que este mundo sea un lugar mejor. A veces fantaseo con como seria un diálogo si se cruzaran en un bar el "Quique" de 16 años con el de ahora, si se reconocerían, si se pondrían de acuerdo. Me gusta pensar que si, aunque sospecho que tendría larguísimas intensas discusiones.

"Estamos en un momento de cambio radical en el mundo"

-¿Proyectos a corto y mediano plazo?; me imagino que la pandemia trajo quietud o no en lo que haces. Contame al respecto

-Proyectos tengo en este momento quizás mas de lo que es saludable, desde que me largué a la actividad privada, las posibilidades se multiplican de manera increíble. Creo que estamos en un momento de cambio radical en el mundo. Los desafíos del crecimiento poblacional y la crisis climática causada por el calentamiento global generan también una gran actividad creativa. La pandemia actual indujo políticas que hace unos meses hubieran parecido completamente descabelladas, en Austria tanto como en Argentina. Esto demuestra que el limite de lo que creemos posible se puede mover, el campo de juego se puede expandir. Las posibilidades son ilimitadas. En mi caso personal, no afecto mayormente mi actividad laboral, si en que muchas reuniones se hacen ahora de modo virtual. Pero si en lo personal, sobre todo en no poder viajar a ver a mis viejos, hermanos, familiares y amigos.

-Me imagino que en este mundo has conocido gente de distintos países culturas, ¿manejas otros idiomas, de hecho en el país donde vivís se habla alemán?

-Si, tengo la suerte de tener en mi vida personas de todos los continentes. Mi familia es bilingüe, en casa hablamos castellano y alemán. Varios años de estudio y laburo en Inglaterra y en la ONU me dejaron con un buen manejo de ingles, mi idioma de trabajo diario. Mi equipo de trabajo, al que es un verdadero privilegio pertenecer, por la calidad de la gente, es internacional y multidisciplinario, mis socios en la nueva empresa son un austriaco crecido en Málaga, un científico de Zimbabue que trabaja desde años en la Universidad de Viena, y un ingeniero vienés. También tenemos un agrónomo austriaco y un experto en recursos renovables serbo-croata. En nuestras reuniones de laburo se mezclan alegremente tres idiomas, y nos entendemos de maravillas.

-¿Te gustaría volver a Azul definitivamente?; ¿con qué proyecto?

-Cada vez que vuelvo de pasar tiempo en Azul, vuelvo con laguna idea de proyecto. El que mas me atrae desde hace varios años, y alguna vez espero concretar, es el de plantar un viñedo en la Boca de la Sierra para hacer vinos blancos al estilo austriaco, creo que el clima y el suelo dan para algo interesante. Mi cuñado en Austria es un viñatero genial, su bodega ha ganado varios premios, y le gusta la idea.

También jugamos con Luzia, mi mujer, que trabaja en la prensa, y un par de amigos periodistas en hacer algún proyecto de medios en Azul, publicar una revista, por ejemplo. Otra cosa que me gustaría seria hacer un tour con Vienna Celtic, mi club de rugby acá en Viena. Por ahora, son solo sueños, pero uno nunca sabe.

-Sos primo de un nieto recuperado. Contame sobre esta experiencia, cómo es la relación con él. ¿En qué te cambió?

-Gracias por esta pregunta Laura, la mejor que me hiciste. Mi primo Sebastián (estuvo desaparecido para mi familia desde su nacimiento en 1978 hasta el año 2007. Sebastián nació durante el cautiverio clandestino de sus padres, Adriana Tasca y Quinto Casado, hermano de mi vieja. Adriana y Quinto siguen desaparecidos, no sabemos que fue de ellos, sabemos que Adriana estuvo en La Cacha y Quinto en la ESMA, nada más. Mi familia busco siempre a Sebastián, mi vieja estuvo muchísimos años vinculada a Abuelas de Plaza de Mayo. Mi primo Mario Pichi Frías, también hijo de padres desaparecidos, sigue buscando a su hermana aun no recuperada. La degradación institucional y social que produjo la ultima dictadura es incalculable, mi familia aun vive en carne propia los efectos de ese capitulo negrísimo de nuestra historia.

Para mi, antes de conocerlo, Sebastián era una historia, un mito familiar; a decir verdad, nunca pensé que lo iba a conocer, que en realidad existía. Mi primer encuentro con Sebastián fue maravilloso para mi, desde el primer momento sentí una familiaridad, afinidad y conexión asombrosa. Compartimos gustos musicales, entre otras cosas. Tengo el gran privilegio de tenerlo en mi vida, es uno de los tipos que mas quiero en el mundo, padrino de una de mis hijas, y amigo del alma. Es un tipo con mucho sentido común, gran profundidad de pensamiento, y sentido de humor. Su hija Vicki estuvo en casa justo antes que empezara la cuarentena, en febrero, con mi vieja, se lleva fenómeno con las mías. Haber recuperado a Sebastián, que esté presente en la vida de mi familia, que haya formado su propia familia, es para mi un antídoto muy poderoso al cinismo, y la falta de perspectiva, horizontes y fe que vivir en la década de los noventa en Argentina instalaron en mi, y que me costó años de trabajo de higiene mental desactivar.

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