21 de marzo de 2021
El azuleño Sebastián Vivarelli se encuentra cursando un importante estudio en cine y en su tesis escribió sobre los cines de esta ciudad. La historia del Cine Odeón, relatada por el estudiante, fue publicada en este matutino el 1 de marzo de 2021. Hoy es el turno del San Martín.
Sebastián Vivarelli es azuleño aunque está radicado en Buenos Aires. Es diseñador gráfico, cinéfilo y un apasionado de la escritura. En sus últimos años está cursando cine. Cuya tesis se basa en escribir sobre los cines de Azul.
Comenzó por el Cine Odeón, cuyo artículo fue publicado por este diario el pasado 1 de marzo. Hoy presentamos la historia del Cine San Martín, la cual se transcribe a continuación.
Cine San Martín
El 14 de marzo de 1946 constituyó un hito cultural para Azul: un nuevo cine enaltecía la ciudad. Para celebrar esa noche de gala del San Martín, el director de la sala Juan de Campos eligió una película argentina: La dama duende (1945). Además invitó al evento a Delia Garcés, protagonista principal del film. Si bien la actriz había prometido su presencia, comunicó mediante un telegrama que un problema de último momento impediría su visita.
Además de la proyección de La dama duende, los diarios de la época reprodujeron el programa completo de la función: Noticiario Argentino, Noticiario Pathe New, dibujos animados de Walt Disney y el concierto La Polonesa Heroica de Chopin.
Finalizada la primera parte del programa, Juan de Campos agradeció la labor de los arquitectos Dhers-Garbarini y de la empresa constructora Toscano, Lattanzi y Barbetti. Emplazado en H. Irigoyen 480, el San Martín constituía un cine de primer nivel: contaba con 1300 butacas (plateas, super pullman, pullman y palcos), doble proyector Kalee, equipo sonoro RCA de alta fidelidad, calefacción y aire acondicionado.
Para dar una idea de su escala, basta un párrafo del diario El Ciudadano: "Su gran portada, de más de veinte metros de ancho, hace recordar al Gran Rex de Buenos Aires". A cuatro meses de su inauguración, el diario El Tiempo explicaba los factores del éxito de convocatoria: "La fijación de precios al alcance de todos y excelentes programas cinematográficos para atraer al público".
En 1957 se anuncia la instalación del sistema cinemascope. Si bien el público azuleño lo conocía (el cine Odeón ya contaba con él) la noticia no dejaba de ser motivo de celebración. El diario El Tiempo describía las cualidades de esta tecnología: "La proyección da al espectador la ilusión de profundidad y la impresión de participar en la acción de la pantalla". Para el estreno se programó la película Comanche (1956), destacando su filmación en technicolor.
En 1958 el cine pasa a ser explotado por la empresa Cinematografía Anselmi Diher, exhibidora con un circuito extenso en la provincia de Buenos Aires. El convenio incluía arreglos de la sala, pintura, pantallas y lentes de proyección. En enero del siguiente año, el San Martín organiza el primer Festival de Cine Internacional de Azul. En 1960 la empresa Cinematográfica Azul S.R.L compra el cine San Martín en 20.000.000 de pesos.
En marzo de 1971, con motivo de cumplirse 25 años de su inauguración, se coloca una placa de bronce en el hall y se entrega un reloj de oro al empleado Anibal Pantaleón, quien también celebraba 25 años de trabajo en la sala. Abelardo Toscano, socio integrante de Cinematográfica Azul, destacó la labor desarrollada por la entonces firma Cine San Martín S.R.L., constructora del cine. En 1978, como sucedió en otras salas del país, el San Martín proyectó -en colores- la final del Mundial de fútbol entre Argentina y Holanda, con un éxito total de convocatoria.
La mejor época del San Martín
En una charla de café, Oscar Toscano (hijo de Abelardo Toscano, quien fuera administrador y gerente del San Martín durante años) me cuenta sobre la mejor época de la sala: "El cine vivió una época de esplendor desde principios de los 60 hasta fines de los 70. Se proyectaban tanto películas comerciales como de perfil más artístico, siempre con gran respuesta del público. Algo posibilitado por el costo de las entradas, accesible para todos los niveles sociales.
Los viernes había funciones especiales llamadas "Día de damas", donde se exhibían tres películas argentinas. Entre ellas, destacaban las películas de Luis Sandrini, Tita Merello y Niní Marshall. Los directores preferidos por el público eran Leopoldo Torre Nilsson y Daniel Tinayre. En algunos estrenos, mi padre invitaba a los actores al cine, lo que generaba un lleno total. Algunos de los que se hicieron presentes fueron Luis Sandrini, Armando Bó e Isabel Sarli.
Las películas exitosas que recuerdo son las de James Bond, saga El Padrino, La Novicia Rebelde (1965) y Cabaret (1972). Para esta última hicimos una promoción en la entrada del cine, vestimos mujeres con ropa de época y se repartieron programas al público.
Los miércoles, se dedicaban ciclos a clásicos del cine americano (géneros de comedia, cowboys, guerra). También eran clásicas las matineés dominicales dirigidas al público infantil, donde se proyectaban films de Los tres chiflados y dibujos animados de Disney (siempre eran éxito rotundo).
Durante la década del 80, la cantidad de público decayó y no se lograban los niveles de sala llena (que llegó a ser de 1200 espectadores). En esos tiempos, las películas exitosas llegaban a convocar 700 u 800 personas. El mejor momento del San Martín había pasado".
El ocaso de un gigante
A finales de la década del 80, el auge del VHS y la escasez de público determinan el cierre del cine; en su lugar comenzaría a funcionar la disco Mamut. Quizás lo que mejor describa las sensaciones que provoca el cierre de una sala, sean las palabras de Alberto Clavellino, publicadas en el diario El Tiempo en febrero de 1990: "El San Martín está en pie, orgullosamente, sostenido por el empeño de quienes se niegan a verlo morir. Porque cerrar sus puertas, no es más que eso".
Actualmente el lugar es propiedad de la Municipalidad y en su espacio se proyecta el Centro Cultural San Martín.
Fuentes: Diarios El Tiempo, El Ciudadano y Diario del Pueblo. Material del archivo cortesía de Hemeroteca de Azul Juan Miguel Oyhanarte
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