Nuestra Parroquia desde el inicio estuvo dedicada a Nuestra Señora del Rosario como Fundadora y Patrona.

En 1934 fue publicado el libro "La Parroquia de Azul, un siglo de vida de cristianismo y de civilización" escrito por Monseñor Luis J. Actis y más cercana a esta fecha, la profunda y devota investigación llevada a cabo por Norma Iglesias. Algunos de los datos mencionados a continuación provienen de esas fuentes.

Un dato interesante de las connotaciones Marianas en la Diócesis de Azul está evidenciado en la presencia en varios escudos episcopales de tres rosas plateadas que simbolizan a Nuestra Señora del Santo Rosario, patrona de la diócesis. Es ella quien asiste al obispo en esta misión.

Estas tres rosas plateadas las encontramos en los escudos episcopales de Monseñor Cesar Cáneva (1er. obispo), Monseñor Antonio Plaza (2do. obispo) y de Mons. Emilio Bianchi Di Cárcano (4to. obispo) y en los escudos de los edificios eclesiásticos como de la Curia Episcopal y del Seminario Diocesano.

El padre Eduardo Martini, de nacionalidad italiana, llegó a Azul en febrero de 1862 permaneciendo al frente de la iglesia hasta mayo de 1872. Incorporó la imagen de madera policromada de la Virgen del Rosario, traida desde Italia.

La imagen fue coronada el 20 de mayo de 1865, fecha que figura grabada en la Corona.

La coronación de la Virgen tiene el significado de proclamar la realeza de Nuestra Señora.

En el acto de coronarla se proclama:

1. Que la Virgen María es Reina del Universo no sólo en sentido metafórico, sino también en sentido estricto, literal y propio.

El fundamento principal de la realeza de María es su divina maternidad, que la eleva al orden hipostático y la une indisolublemente con su divino Hijo Rey universal.

2. Que María es también Reina del Universo también por derecho de conquista, como Corredentora de la humanidad.

3. Que la potestad regia de María, aunque muy propia y verdadera, no es total y absoluta como la de su Hijo, sino limitada y relativa, o sea recibida y participada de la de Jesucristo.

4. Que en sentido analógico y en plena dependencia y subordinación a la realeza de Jesucristo, corresponde también a María la triple potestad legislativa, judicial y en el reino de Cristo.

5. Que a semejanza y en perfecta dependencia de Jesucristo el reino de María no es un reino temporal y terreno, sino más bien un reino eterno y universal: reino de verdad y de vida, de santidad, de gracia, de justicia, de amor y de paz.

6. Que María empezó a ser reina en el momento mismo en que concibió por obra del Espíritu Santo a Jesucristo Rey; reafirmó su realeza por derecho de conquista con su compasión al pie de la cruz de Jesús; la ejerció sobre la Iglesia primitiva sobre los apóstoles y primeros discípulos del Señor, y sigue y seguirá ejerciéndola eternamente en el cielo sobre todos los seres creados.

Coronándola reina de nuestra Diócesis en particular, los fieles de este pueblo proclamamos el reinado de María en particular sobre los corazones de los hijos de esta tierra y su misión filial.

Gran deleite significó poder contemplar y bajar la Corona de la Virgen con la autorización de nuestro Párroco Padre Rafael Díaz.

Convocamos al orfebre azuleño Cristian Soriano quien procedió a limpiar, pulir totalmente a mano y restaurar una de las ramas de acantos que se encontraba suelta.

De esa forma Cristian confirmó que la corona está íntegramente confeccionada en plata y su peso es de 1 kilo y 230 gramos.

La pieza tiene 41 centímetros de alto, 18 centímetros de diámetro en su base, y una circunferencia de 104 centímetros en su parte más ancha.

Pudimos comprobar que posee un grabado en su base que dice: "Devoción de Pedro Zabala" que es su donante.

Asimismo Cristian pudo constatar que también posee un cuño que dice: "F. Beron".

El mismo buscó en el Diccionario de orfebres rioplatenses encontrando que se trata del orfebre Fermin Beron, oficial platero (1862-1864) establecido en la calle Potosi 272 de la ciudad de Buenos Aires.

La hermosura de la imagen de Nuestra Señora del Rosario, no es simplemente un accidente naturalista, sino que implica siempre el dato de la fe que le da significado.

Así la llamamos "toda hermosa y totalmente cercana a Dios", así buscamos a la "mujer vestida de sol, en la que los rayos purísimos de la belleza humana se encuentran con los sobrehumanos de la belleza sobrenatural", así todas las excelencias que cantemos de la Madre de Dios nos parecen pocas para poder describir la dulzura de su rostro.

Que María Santísima del Rosario, arte y hermosura del mismísimo Dios, nos proteja, nos mire con ternura e interceda por nosotros.

Gestor Cultural Jorge Omar Pérez