Por Laura Méndez de la

Redacción de EL TIEMPO

Hace dos semanas que el Padre Rafael Diaz, después de cuatro años en la Iglesia Catedral realizando un excelente trabajo junto a Marcos Ferreira, ganándose el cariño de la feligresía, fue trasladado a Laprida. En reemplazo del Fray, llegó Eduardo Campion, de Urdampilleta, partido de Bolívar.

El Fray realizó una descripción de su actividad en la Iglesia Catedral y las parroquias.

Por su parte Campion quien ya había estado en 1994 en Azul, en Lourdes más precisamente explicó cómo se siente en esta ciudad, el volver y habló, entre otras cuestiones, de las clases sociales y la pandemia.

"Memoria y acción de gracias"

En primer lugar el Fray Díaz expresó que "ante todo se impone una gran acción de gracias a Dios mi Padre por sus caminos insondables y misteriosos por los cuales va permitiendo nuestro crecimiento como personas y como hijos suyos".

Agregó que "el pedido de mi obispo de asumir el servicio pastoral en la Catedral me sorprendió totalmente ya que todavía me faltaba un año para completar el tiempo previsto en la parroquia de Benito Juárez, donde disfrutaba intensamente de la misión recibida. Sumado a mi corta experiencia de sacerdote diocesano, llegué a Azul en obediencia a lo que se me pedía, con temor y temblor, pero renovando mi confianza en el Dios que nunca me ha abandonado. Me reencontré con rostros y corazones que había conocido en los dos años que había vivido en la comunidad acompañando al Padre Juan José Sarasola; muchos feligreses y hermanos de la Renovación Carismática que me ofrecieron su cariño y colaboración".

Sacerdotes con los que compartió trabajo y evangelización Alpha

Sobre la dinámica del templo en Azul sostuvo que "la vida de la parroquia es intensa y variada en sus frentes pastorales. El templo parroquial y sus seis capillas, cada una con su vida y desafíos propios. El primer tiempo compartí la misión con el p. Oscar Forquera y luego con el Padre Marcos como vicarios, sumada la colaboración del Padre Juan Alberto Ceverio. Con cada uno de ellos aprendí y disfruté de sus carismas personales, los que hicieron mucho más llevadera la exigente tarea pastoral. Mi gratitud a ellos por su cercanía, paciencia y trabajo compartido".

De la misma manera precisó que "como frentes que pude animar con más dedicación fueron los cursos de evangelización Alpha, iniciativa novedosa en la parroquia, que nos dio tantas alegrías de ver regresar al encuentro del Señor a personas que estaban alejadas de la fe por diferentes motivos. Nos permitió plasmar un modelo de Iglesia "hogar", donde la hospitalidad y la escucha, los gestos de amor y el servicio son los que vehiculizan el mensaje del Evangelio".

"También pudimos dar a luz la iniciativa de los pequeños adoradores, un sueño realizado de ver a los más pequeñitos de la Iglesia (niños entre 3 y 7 años) encontrarse con el abrazo amoroso de Jesús. En la catequesis pudimos tomar la difícil decisión de que los encuentros fueran los domingos a la mañana, para que la celebración de la misa no fuera un 'opcional' sino el corazón mismo del crecimiento en la fe de quienes van haciéndose amigos de Jesús. Los frutos de esta experiencia se vieron en la perseverancia lograda al pasar de la comunión a la confirmación", sostuvo.

Fundación de Centro de Orientación Familiar

El Padre Rafael continuó con las actividades que realizó durante estos años que "como un pequeño aporte a las tantas necesidades que tienen las familias en este tiempo, pudimos concretar un convenio con la Universidad Austral para abrir en Catedral un Centro de Orientación Familiar (COF). Allí un grupo de personas con capacitación en escucha y orientación reciben a quienes acuden buscando luz para sus diversas problemáticas".

Otras de las cuestiones que apuntó fueron las misas carismáticas.

Se colmaba de gente el templo, incluso llegando a quedar afuera cuando el Fary presidía estas misas.

"El acompañamiento a la Renovación Carismática fue intenso y exigente pero con hermosos frutos en cada una de las misas celebradas, a las cuales también acudían hermanos de otras localidades, buscando 'levantar el corazón hacia el Señor' en medio de sus duras pruebas", contó.

Al mismo tiempo especificó que "lo más 'secreto' y fecundo han sido la largas horas dedicadas a la atención personal, ministerio de la consolación, donde recogiendo las lágrimas de tantos hermanos para luego entregarlas en la misa diaria, me permitió entrar en el terreno sagrado de los corazones heridos para anunciar el Amor del Corazón traspasado de Jesús".

Para terminar, expresó que "toda la misión realizada hubiera sido imposible sin la ayuda de muchos hermanos que pusieron su tiempo y su corazón al servicio de la misión. Lo pude agradecer en una carta que dejé a la comunidad de Catedral antes de mi partida. Hoy vuelvo a hacerlo a cada uno de ellos desde este medio. ¡¡GRACIAS!!. A quienes no pude ayudar como lo necesitaron, a quienes escandalicé con mis gestos o palabras, a quienes no supe pastorear con el corazón del Señor, un sincero ¡PERDÓN!. A todos un pedido, el mismo que el Papa Francisco hace siempre: ¡RECEN POR MÍ!, y por la comunidad de Laprida que me ha recibido con mucho amor. Los abrazo y bendigo".

"Es muy linda gente la de Azul"

Por su parte Eduardo Campión es oriundo de Buenos Aires y criado en Urdampilleta. Así que tanto el padre Marcos como Eduardo son del partido el Bolívar.

Manifestó que "mi sacerdocio viene de primero estar en Azul en Lourdes, después Roque Pérez, después a Olavarría, volví a Roque Pérez, volví a Olavarría y Lamadrid y hace dos semanas que estoy en Azul".

En cuánto cómo lo recibió Azul mencionó que "muy bien, yo esperaba más frialdad porque ya había estado dos años en el año 94 y tendía una idea diferente estar en la parroquia del centro como menos comunidad, más elitista y me encontré con otra realidad. Es muy linda gente la de Azul. Vine con cierta inquietud, como dije en la primera homilía pero me ayudó muchísimo el Padre Marcos, que ya conoce. Entonces él es mi referencia, si no hubiera tenido a Marquitos... porque soy distraído. Con él ya recorrimos varios barrios pero sólo tengo un panorama general, un vistazo, pero ha sido una gran compañía".

"Tres mundos distintos"

Consultado con qué realidad se encontró desde el año 94 hasta la actual, expresó que "tengo un juicio muy superficial, cuando estaba en Lourdes atendía sólo ese barrio, pero todos los barrios son distintos: San Francisco, Lourdes y Luján en el Barrio Pinasco son tres mundos distintos, que es un reflejo de lo que está pasando en Latinoamérica".

De igual manera amplió que "hay muchas diferencias sociales y cómo tenemos que trabajar para los que más tienen colaboren con los que menos poseen. Y más ahora con la pandemia, no sólo algo material sino un trabajo. Cada uno analizar si está en condiciones de dar un trabajo, por ejemplo".

Retomando los barrios, "en San Francisco sé que hubo hechos violentos pero es gente buena, no hay que meter a todos en la misma bolsa. Lo mismo pasa con la juventud, como dicen muchos 'la juventud está perdida' y no, yo también estaba perdido en mi juventud, ellos quizás están haciendo un proyecto de vida de manera distinta. Pero no creo que la juventud esté perdida".

También recordó que cuando era seminarista el Barrio San Francisco de Asís era mucho más chico y "se está haciendo un trabajo muy lindo en la escuela. Hay una linda comunidad".

Además aclaró que "estoy hablando de un juicio muy rápido.

En general lo que intento es no cambiar mucho al principio las estructuras porque quiero ver lo bueno que hay y fortalecer, primero eso y después ver. Sí reconozco que cada uno tiene una impronta, a mi me gusta lo misionero. El salir. Me gusta ser misionero en su lugar".

En cuanto a las misas carismáticas expresó que cuando se vuelvan a oficiar tiene intenciones de convocar al Padre Rafael porque "se llenaba la capilla y eso es un don que lleva él". Acerca de las medidas con las misas que estableció el Gobierno, opinó que "me parece demasiado estricto, nosotros transmitimos en vivo, pero yo alcancé a celebrar alguna misa. Pero siempre, cada uno que quiere estar cerca de Dios tiene la posibilidad de hacerlo, pero no es lo mismo, cuando se dice '¿cuándo nos vemos?' porque es una necesidad el contacto personal. Ni internet, ni WhatsApp reemplaza eso".

Yo creo que el cuidado debe ser personal, insistir en el cuidadod e cada uno, la responsabilidad ante el COVID-19 es de cada uno.

Pandemia

Sobre la pandemia opinó que "se extendió mucho, creo que hay que aferrarse a Dios. La pandemia no es un castigo de Dios, en todo caso quizás son errores humanos, de la naturaleza, en la forma de vivir. Para los que tenemos fe, hay que ponerse en manos de Dios, hay seguridad ahí, que no quita que ocurran cosas externas. Pero sí cuando uno está bien transmite eso para los demás. Cuando nosotros estamos más afirmados a Dios transmitimos eso mismo y ayudamos a nuestro ambiente a estar mejor predispuesto a enfrentar situaciones nuevas y complejas. La fe nos ayuda a vivir en este mundo con más fortaleza".

Para culminar enfatizó en que "la pandemia para muchos ha sido un tiempo de reflexión. Con todo lo que tiene la ciencia, no lo ha sabido manejar, pero es una oportunidad para la mayor búsqueda de Dios".

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