Por Guillermina Zabalza y María Victoria Schiro (*)

La construcción de las ideas requiere para su concreción de visibilidad y apoyo; así como la Facultad de Derecho fue en sus inicios un sueño de algunos pocos, su materialización y expansión requirió del acompañamiento de actores sociales fundamentales como Diario EL TIEMPO.

Fue así que, a la par de la consolidación de la enseñanza del Derecho, se hizo necesario construir y afianzar un polo de generación del conocimiento jurídico vinculado al ámbito territorial sede de esta Facultad. De esta manera, la enseñanza jurídica conjuntamente con la investigación científica y la transferencia caracterizaron la identidad de los estudios de Derecho en Azul y cimentaron estructuras que perduran en el tiempo y en cuyo seno se desarrollan estas funciones universitarias.

En lo tocante a nuestra experiencia, el Instituto de Estudios Jurídicos y Sociales y el Centro de Estudios Jurídicos de la Persona y la Familia de la Facultad de Derecho potenciaron las posibilidades de profundización sobre la complejidad del mundo jurídico en una intersección continua con las diversas capas de vulnerabilidad que se presentan en la realidad, procurando un continuo diálogo con otros saberes y disciplinas que convergen en el análisis de la persona humana. De esta manera, a través de las diversas líneas de investigación se profundizan sobre los estudios del derecho de las familias, el derecho de las vejeces, el derecho de las sucesiones, el derecho de la salud, entre otras.

La descentralización del saber y la construcción de centros de estudios de manera federal resulta prioritaria en aras de la accesibilidad de la educación, a la vez que potencian la reflexión y creación de contenidos jurídicos, a través de estudios, investigaciones, publicaciones, proyectos de ley, actividades de debate y difusión, etc., teniendo en cuenta las necesidades y posibilidades que existen en la región.

De esta manera, estos centros de estudios a través de sus docentes, investigadores, becarios y estudiantes propician un diálogo continuo y diverso.

En suma, las coincidencias de nuestras narrativas individuales y colectivas no es casual; hace ya varios años comenzó a escribirse una nueva historia en la enseñanza universitaria de nuestra ciudad de Azul y en la región, que fueron plasmadas en la pluma de Diario EL TIEMPO, como actor fundamental de esta sociedad que apoyó la expansión de la educación pública en el Centro de la Provincia de Buenos Aires.

(*) Directoras y codirectoras del IEJUS y Centro de Estudios Jurídicos de la Persona y la Familia, de la Facultad de Derecho de la UNICEN.