26 de diciembre de 2025
A fines del Siglo XIX preocupaban en Azul las constantes epidemias. En buena medida los casos se relacionaban con el agua contaminada que la población consumía. En 1898 ya se evidenció interés legislativo por la problemática, así como también la necesidad de contar con agua corriente segura. Luego de cuatro décadas se logró avanzar en la construcción del tanque ornamental de Obras Sanitarias de la Nación.
En 1888 era intendente municipal César Adrogué y una de las preocupaciones más importantes de la sociedad, en ese entonces, eran las frecuentes epidemias que se abatían sobre la ciudad; por esos años se soportaban hasta tres distintas epidemias durante un mismo año. Estaba establecido que el agua de consumo debía buscarse en pozos semisurgentes que superaran la primera napa, a la que se consideraba contaminada por los pozos ciegos existentes y, por ello, la Municipalidad de Azul ya tenía instalada una red de agua corriente que abastecía un pequeño sector aledaño al flamante Palacio municipal inaugurado en el año 1884; en él se había instalado un tanque y una maquinaria accionada a vapor tomaba el agua de la segunda napa freática y la distribuía por esta red domiciliaria.
El 21 de noviembre de 1898 el Concejo Deliberante autorizó al Ejecutivo a practicar los estudios necesarios para la instalación de aguas corrientes en la ciudad. Los concejales ya estaban informados de los beneficios que brindaba a los pobladores contar con la provisión de agua segura en sus casas, pues ello evitaba numerosas enfermedades trasmitidas por el agua contaminada que se extraía de la primera napa, a la cual se volcaban las aguas de los pozos negros o ciegos.
Las distintas noticias publicadas por los diarios que en Azul se editaban a finales del Siglo XIX y en la primera mitad del XX nos dan un panorama de cómo se implementó el servicio de agua corriente, y cómo fue progresando el tendido de la cañería, lo cual constituye una importantísima conquista para la salud pública.
El 24 de marzo de 1895, el Concejo Deliberante integrado por Carlos Clou, Ferrer, Lavalle, Fernandez, Arbuco y Castañares, bajo la presidencia del Intendente Dr. Narciso S. Mallea, declara abierta la sesión y se procede a discutir en particular el proyecto de presupuesto y cálculo de recursos para el ejercicio del corriente año, el que fue sancionado definitivamente en la siguiente forma:
"Azul, marzo 24 de 1895. El Honorable Concejo Deliberante ordena los impuestos municipales para el año 1895, regirán en la forma siguiente: (entre los cuales se encuentra en el capítulo:)
"Aguas corrientes:
Art. 6º) Casas de familia, mensualmente 5.00
Art. 7º) Establecimientos públicos, con excepción de las escuelas 8.00
Art. 8º) Casas de negocio en general 10.00
Art. 9º) Hoteles y cafés de primera clase, cocherías y caballerizas 12.00 (publicado en El Imparcial del 1 de abril de 1895)
Esta ordenanza impositiva nos informa que en el año 1895 existía en Azul un servicio de agua corriente que se solventaba con lo que por esta norma se les cobraba a los usuarios del sistema.
El 20 de marzo de 1896 "El Imparcial" escribe que en Azul las aguas que se extraen de los pozos que llegan a la primera napa son malas, pues en análisis realizados se encuentran materias orgánicas, y ellas son las responsables de enfermedades como el tifus y casos de fiebre tifoidea. "Asimismo, es aconsejable tratar las aguas con cal o con solución de bicloruro al 4 x mil".
El 19 de mayo de 1899 los vecinos que viven en la calle San Martín entre Burgos y Buenos Aires (hoy De Paula) han solicitado a la intendencia la prolongación de la cañería de agua corriente y muy especialmente del propietario de la casa donde funciona la Escuela Nº 2 (publicado en El Imparcial de la fecha).
El 31 de mayo de 1899, a moción del Presidente del Concejo Deliberante, se solicita al Ministerio de Obras Públicas una comisión de ingenieros que levante los planos y haga los estudios necesarios para dotar el servicio de aguas corrientes y cloacas complementarias a la ciudad (publicado en El Imparcial de la fecha).
El 14 de Octubre de 1899 el Presidente del Concejo Deliberante, Dr. Ángel Pintos, recibe una nota del Ministro de Obras Públicas de la Provincia, Dr. Saldías, quien le comunicaba lamentar la tardanza en responder la solicitud de enviar Ingenieros para practicar los estudios para la ampliación de la red de agua corriente e iniciar la instalación de desagües cloacales, de acuerdo a las órdenes impartidas por el Ministerio, pero se comprometía a que en breve llegaría a esta un ingeniero encargado de la citada obra. (El Imparcial)
El Concejo Deliberante resolvió establecer el agua corriente en el mercado, el cual estaba situado en la esquina de la Av. 25 de mayo y Bolívar, y se lo conocía como Mercado El Porvenir (publicado en El Imparcial del 4 de febrero de 1900).
El 11 de febrero de 1900, en un extenso artículo, "El Imparcial" decía que comprendían que la implantación del agua corriente representaba un esfuerzo notable para la Municipalidad, pues se trata de una obra de aliento; pero es de bajo costo el modificar las actuales cañerías y comenzar a ampliarla poco a poco, como los recursos municipales lo permitan.
El 24 de febrero de 1900 la Comisión de Higiene, en su informe al Intendente Municipal Alejandro Brid, concluye, entre una de sus observaciones, que debe dotarse de agua corriente, limpieza, arreglo de letrinas y pintura al Mercado Municipal. (El Imparcial)
El 11 de marzo de 1902 se informaba que en breve estaría concluida la obra que abastecería de agua corriente al Mercado Municipal, quedando por colocar las máquinas necesarias. (publicado en El Imparcial).
El 15 de junio de 1902 el proyecto presentado por el senador azuleño para que se destinara la suma de $40.000 para la construcción de la red de aguas corrientes en Azul, no fue aprobado. (El Imparcial)
El 22 de julio de 1902 el Ingeniero José C. Sagastume, procedente de la ciudad de La Plata, se presentó en la Municipalidad para dar una conferencia sobre el agua corriente; la misma versó sobre los beneficios, costos de instalación y forma de financiación. (El Imparcial)
El 4 de octubre de 1902 el Concejo Deliberante sanciona una ordenanza que, en doce artículos, reglamenta la construcción de pozos semisurgentes, debiendo -quienes deseen construirlos- solicitar un permiso municipal, debiendo construirse los mismos con un revestimiento impermeable. La Municipalidad controlará el lugar donde se realizará la perforación y los materiales a emplearse, debiendo tomarse el agua de la segunda napa. Si no se cumplen estas normativas, no se permitirá la habilitación del pozo. Los propietarios de las casas con pozos semisurgentes debían, en el término de seis meses, adecuarse a la norma y en el articulado se preveía que los pozos que no estuvieren construidos de acuerdo a esta norma podrían ser clausurados por la Municipalidad. (El Imparcial)
El 31 de octubre de 1902 se han terminado las instalaciones para surtir de agua corriente al mercado municipal y muchas familias residentes en este barrio aprovecharán para proveerse de agua potable. (El Imparcial)
El Dr. Ángel Pintos fue un fuerte impulsor para que la red de agua corriente y la red cloacal abarcara toda la ciudad y no solamente las manzanas del centro.
A pesar de lo necesario que significa para la salud de la población contar con agua corriente y cloacas en toda la ciudad, esto ocurre luego de muchas idas y vueltas por distintos acontecimientos, en el año 1945, debido a la creación de la comisión Pro Construcción de las Obras Sanitarias en Azul presidida por el Comisionado Municipal Dr. Alfredo Ferro, inaugurándose la red del agua corriente, que cubría el 75% de la ciudad en ese momento.
Retomando lo anterior, el 31 de enero de 1903 "El Imparcial" advierte que el agua que la Municipalidad provee a los vecinos abonados al sistema de agua corriente, está contaminada, según lo demuestra un análisis de la misma, a pesar de que la misma proviene de la segunda napa y ello se debe con seguridad a una mala construcción del pozo semisurgente. El agua corriente que se brinda al vecindario entre la que se encuentra la Escuela Normal (en ese entonces localizada en el edificio que lindaba con la Municipalidad y que actualmente ocupa la Plaza de la Madre) no es apta para el consumo, por lo que se deberá hervirla antes de tomarla si no se quieren contraer enfermedades. Esta es la razón por la cual el Dr. Ángel Pintos, en su carácter de Comisionado, se dirigió al Ministerio de Obras Públicas pidiendo su concurso para llevar a cabo una nueva instalación de aguas corrientes, pues es una imperiosa necesidad pública para garantizar la salud y que exigirá un pequeño sacrificio pecuniario.
El 6 de mayo de 1903, por un desperfecto en la caldera del motor de las aguas corrientes -que ha trabajado más de quince años sin descanso-, se verá interrumpido el servicio, estimándose en unos ocho días el tiempo que demandará repararlo. (El Imparcial)
El 20 de mayo de 1903 se anunciaba que el día anterior se había normalizado el servicio de aguas corrientes, una buena noticia para los vecinos que disfrutan del mismo. (El Imparcial)
El 27 de abril de 1904 el periódico "El Pueblo" publica: "Aguas Corrientes un problema de Alta importancia", porque "en la actualidad Azul no tiene agua potable pues las que se filtran a través de la primera napa están mezcladas con filtraciones de caballerizas, letrinas, etc. Son pesadas, salobres y el vehículo de fiebres y desarreglos gastrointestinales, que achacan o matan a los habitantes de la ciudad. Tenemos esperanza de morir de viejos, más que de ver planteado un buen servicio de aguas corrientes. Sabemos que el Intendente tiene un proyecto, sería de desear que el gobernador de la provincia tomara cartas en este asunto. El Dr. Francisco Uriburu (hijo) prometió en el mes de mayo ppdo. que intervendría ante el gobernador de la provincia para que el Departamento de Ingenieros hiciese el estudio para establecer el agua corriente y nivelación de desagües".
El 15 de mayo de 1904 "El Pueblo" informa que un diario de Buenos Aires publica que el Intendente Municipal de Juárez trata con una casa de la capital los materiales para la instalación del agua corriente. "Este es un ejemplo que deberían imitar las autoridades azuleñas, pues Juárez tiene mucho menos población que Azul, o es que no hay una cabeza que tenga algo diferente a la miga de pan o al aserrín y presente un proyecto para el agua corriente, aguardamos esperanzados una reacción".
El 18 de mayo de 1904 "El Pueblo", en su editorial, toma el tema de las aguas corrientes y expone que "no es la culpa de las actuales autoridades que hasta ahora no contemos con el servicio de aguas corrientes, pero son los responsables directos de su inacción a este respecto, pues en el lote de responsabilidades en común no se salva ninguno. Por lo menos con nuestra prédica defendemos nuestros hogares de la ancha brecha que las enfermedades infectocontagiosas y las epidemias abren en la niñez azuleña".
El 20 de mayo de 1904 "El Pueblo", en un nuevo editorial expresa: "Al Fin se nos ha oído, pues los Sres. Concejales azuleños han sentido el aguijón de este diario y han votado un proyecto para el establecimiento de las aguas corrientes".
Un Intendente dormido
El 22 de mayo de 1904 "al intendente municipal por quedarse dormido le soplaron la dama", publicaba "El Pueblo", refiriéndose a que mientras se encontraba en su estancia gozando del Dolce far niente, un concejal pescador le presentó el proyecto de su autoría sobre el establecimiento del servicio de aguas corrientes.
El 5 de junio de 1904, con la Presidencia del Sr. Eufemio Zabala y García, se aprobó en general y en particular el proyecto de aguas corrientes, que resolvió:
1.-Dotar de aguas corrientes provenientes de las napas semisurgentes a la ciudad de Azul.
2.- Autorizar al Dto. Ejecutivo que haga practicar la realización de los estudios necesarios, para poder en el más breve plazo llevar a cabo tan anhelado pensamiento.
3.- Los gastos que demanden dichos trabajos se pagarán de rentas generales.
El problema continuó durante varios años. En efecto, el 23 de septiembre de 1942 "Diario del Pueblo" ilustra mediante una copia del "proyecto del Tanque Ornamental a construir por Obras Sanitarias de la Nación como luciría el mismo en la Av. Catriel entre Bolívar y 9 de Julio".
El 1 de octubre de 1942 "El Tiempo" da a conocer, en un extenso editorial, las obras de saneamiento que se están implementando en Azul, descriptas por el Ingeniero Mario L. Negri, Director Técnico de Obras Sanitarias de la Nación. En la misma se adjuntan planos de los pozos en construcción y del Tanque que está próximo a construirse.
El 30 de noviembre de 1942 "Diario del Pueblo" ilustra los progresos en la instalación de la red de agua potable por parte de Obras Sanitarias de la Nación. Con los años, la red se iría extendiendo a diversos sectores de la ciudad de Azul.
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Con los primeros indicios ya en 1899, la problemática continuó reflejada en los diarios hasta principios de la década del '40. Falta de inspecciones, pésimas condiciones de higiene, venta de alimentos adulterados, medidas de peso falseadas, fueron algunos de los múltiples aspectos denunciados en la prensa local.
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