Por Rafael Torres.

Agencia General Alvear.

Sin nada que envidiar a los documentales que habitualmente se ven en canales relacionados a la vida salvaje, un video que circuló por las redes mostrando a un hombre que con mucha frialdad, concentración y manejo de la situación, capturó una serpiente yarará adulta, utilizando para dos pinzas para atraparla y luego depositarla en una lata con cierre hermético. Quien llevó a cabo esta tarea se llama Daniel De Fazi, un bombero voluntario que se especializó en atrapar estos reptiles cuando se acercan a los lugares donde puedan ocasionar algún incidente. Este última captura ocurrió hace unos días en las afueras de Balcarce, una de las zonas donde esta especie tiene su hábitat, como también en diversos lugares de la Argentina.

"Esta actividad la inició mi papá"

Las imágenes, vistas en Facebook, nos llevaron a contactarlo para que nos cuente un poco más sobre su particular actividad y cuál es el destino de los ejemplares que captura.

"Esta actividad la inició mi papá. Hace más de 50 años que venimos capturando serpientes que están en riesgo de producir un accidente a una persona o a un animal o que pueda ser sacrificada por la gente", expresó De Fazi al iniciar el diálogo.

Asimismo, aclaró que ellos no salen a capturar ejemplares sino que acuden cuando se los convoca de distintos sectores de la ciudad y alrededores, alertándolos de la presencia de una serpiente. Para ello se han brindado cursos e información a los vecinos que viven cerca de las sierras y también a los muchos deportistas de aventura que tienen como lugar de esparcimiento y de práctica esos lugares.

"Esta gente ha recibido los cursos y la información que damos nosotros en forma gratuita y de esta forma han ido tomando conocimiento de cómo aislar al animal hasta que nosotros podemos llegar y capturarlo antes de sacrificarlo", continuó.

El destino de los reptiles

Las serpientes capturadas, alrededor de 30 a 35, entre los meses de octubre a abril, son llevadas a un serpentario donde son cuidadas y alimentadas. Pasado un tiempo los ejemplares son llevados al Instituto Malbrán, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, lugar especializado donde se les extrae el veneno -sin sacrificarlos-, para luego fabricar el suero antiofídico que sirve para contrarrestar los terribles efectos que tiene una mordedura de yarará en un ser humano.

"Hoy en día se ha descubierto que los componentes del veneno de serpientes, arañas o escorpiones, se utiliza para la fabricación de medicamentos contra distintas enfermedades", amplió sobre el tema De Fazi a la vez que dejó en claro que su tarea no ocasiona ningún impacto negativo en lo ecológico con la captura de los ejemplares y que sólo lo hacen por temporada y ante el llamado de vecinos y, ante la consulta sobre si en alguna oportunidad fue mordido por una víbora, la respuesta fue negativa.

"Estos animales no permiten un error"

De Fazi -junto a un colaborador- atiende diariamente el serpentario que cada quince días debe ser limpiado y desinfectado. Para esa tarea debe extraer una a una cada serpiente para luego proceder a retirar la viruta y lavar el lugar con productos específicos, lo que implica una alta concentración y conocimiento de los movimientos de estos reptiles. "Estos animales no permiten un error" dijo.

"Nunca hemos tomado una serpiente con las manos, siempre utilizamos los ganchos. Y después si la usamos la mano para que el animal no se lastime o no se estrese tanto", manifestó el servidor público, y explicó que "una víbora muerta a nosotros no nos sirve".

Qué hacer ante una mordedura de yarará

El experimentado bombero voluntario y cazador de serpientes, también dio precisiones sobre cómo actuar ante una eventual mordedura. En este sentido aseguró que "no hay que cortar, tampoco succionar la herida, ni realizar torniquetes", sino "todo lo contrario: hay que dejar la herida limpia, libre, no frotarla con alcohol porque ya el veneno ingresó. Lo único que hay que hacer es sacar toda prenda que ajuste en el miembro afectado. Si fue en una mano, si tenemos anillo o reloj, alguna pulsera, debemos sacarla porque nuestro sistema inmune va a reaccionar y va a enviar líquido al lugar afectado para atacar esa toxina que ingresó y, entonces, esa mano se va a inflamar. Luego hay que trasladar al que sufrió el ataque lo más rápido posible a un centro asistencial".

En su vasta experiencia, De Fazi, ha retirado ejemplares del interior de viviendas, llegando a desarmar una cocina para poder capturarlos. "Las serpientes anticipan el mal tiempo y buscan refugio, si encuentran una puerta abierta ingresan", finalizó su charla con EL TIEMPO.

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