La medida cautelar fue dispuesta para un azuleño de 27 años identificado como Santiago Gustavo Perrone, quien transitoriamente permanece privado de la libertad en la Seccional Primera local, a la espera de que se consiga un cupo para su traslado a la Alcaidía de la Unidad 38, la cárcel del SPB que está en Sierra Chica.

A la comisaría había sido trasladado después de que el miércoles que pasó se constatara que nuevamente había desobedecido una orden que le impedía mantener contacto con su ex pareja, la situación que derivara en su arresto aquel día.

Esa manda judicial, ordenada por el magistrado Federico Berlingieri -el titular del Juzgado de Familia- está vigente desde el pasado 19 de marzo e incluye un lapso de 180 días.

Desde que al ahora detenido le dictaron la prohibición de acercamiento hacia su ex pareja, cuando hace tres días lo arrestaron no fue la primera vez que vulneró esa "perimetral".

En las actuaciones penales por estos hechos, que lleva adelante Marcelo Fernández desde la fiscalía especializada en Violencia Familiar y de Género, existen elementos que señalan que el joven había vulnerado esa prohibición de acercamiento hacia su ex pareja en más oportunidades.

Al respecto, cuando policías del Comando de Patrullas de Azul lo arrestaron el miércoles que pasó en horas de la tarde en inmediaciones de la casa de su ex pareja, la mujer víctima señaló que ese mismo día, pero por la mañana, también "había ido a molestarla".

Demás hechos por los que el azuleño permanece detenido se relacionan con lo sucedido durante los pasados días 23; 24 y 26 de marzo, cuando en varias oportunidades llamó por teléfono a su ex pareja, algo que también tiene prohibido hacer de la mano de la medida todavía vigente y que el mes anterior le fuera dictada por el titular del Juzgado de Familia.

En tanto, otro episodio por el que ahora continúa privado de la libertad había sucedido el domingo pasado, cuando poco antes de la hora siete el joven se hizo presente una vez más en la casa de su ex pareja.

En esa oportunidad, tras golpear las ventanas y la puerta de la vivienda, terminó también dañando una de esas aberturas del inmueble.

Cuando el miércoles Perrone fue arrestado, los policías que hicieron efectiva esa medida lo hallaron discutiendo con su ex pareja en las inmediaciones de la casa donde la víctima de estos hechos de violencia de género vive, a quien desde la Justicia le fue entregado tiempo atrás un botón antipánico que aquel día había accionado.

El testimonio de la joven sirvió para conocer sobre esas varias ocasiones en que su ex pareja vulneró la medida por la cual ahora está detenido. Además, afirmó que en otras oportunidades el encausado se ha hecho presente, al parecer para continuar hostigándola, en el lugar donde ella trabaja, desde donde después se iba en la previa a que llegara la Policía.

Cuando el fiscal Marcelo Fernández pidió que la aprehensión de Perrone fuera convertida en detención, en el escrito formulado ante el Juzgado de Garantías 1 a cargo de la magistrada Magdalena Forbes indicó que este conflicto familiar "es de larga data".

En ese contexto, el titular de la UFI 1 hizo mención a la existencia de más causas que se tramitan desde la Secretaría Especializada en Violencia Familiar y de Género que también involucran al imputado.

Además, refirió que tiempo atrás Perrone había sido condenado en un Juzgado Correccional con sede en los tribunales de Azul por ilícitos de similares características a los investigados ahora, los cuales también había cometido en perjuicio de su ex pareja.

Tras su aprehensión, en la indagatoria el joven dijo que el miércoles pasado había llevado a uno de sus hijos a la casa de su ex pareja porque el nene tenía que ir al baño, sin haber tenido intención alguna en ese entonces de molestar a la víctima de estos hechos de violencia de género.

Pero esa versión fue considerada como una "excusa" por la Jueza de Garantías que ayer viernes le dictó la detención.

"La excusa intentada por Perrone no puede erigirse en exculpatoria de las violaciones rutinarias de la orden de prohibición de comunicación que dispusiera el Sr. Juez de Familia", mencionó la magistrada Forbes en lo dispuesto.

Si bien los delitos que le imputan al joven contemplan penas que no superan los tres años de prisión, la medida cautelar por la que ahora permanece detenido estuvo enmarcada en dos circunstancias.

Una de ellas es la condena que el encausado registra, una sanción que ya adquirió rango de firmeza. La otra es "la imposibilidad del sistema estatal -hasta ahora- para impedir que Perrone siga hostigando a la víctima de estas actuaciones y violando reiteradamente la ley y las órdenes judiciales expresas para lograr su cometido", escribió la titular de Garantías 1 en lo resuelto ayer viernes.

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