14 de febrero de 2023
Lo aseguró el secretario académico de la Facultad de Derecho, Gerardo Cebonara. Actualmente funciona en las unidades de las unidades carcelarias de Azul -52 y 7-, y en las tres de Sierra Chica: 38, 2 y 27. El ex líder de la barra brava de River, Alan Schlenker, actualmente en la unidad penal de Rawson, estuvo en la cárcel azuleña, donde inició sus estudios de Abogacía y rindió seis materias. Días pasados solicitó su traslado a nuestra ciudad para poder continuar sus estudios, ya que asumió su propia defensa.
El caso de Alan Schlenker, el ex líder de la barra brava del club River Plate conocida como "Los Borrachos del Tablón", hoy vuelve a relacionarse con Azul. Actualmente está alojado en la cárcel de Rawson, condenado por ser "instigador" del asesinato de Gonzalo Acro -otro hincha "millonario"-, por lo que cumple una pena de prisión perpetua que concluye en veinticinco años puesto que ya lleva cumplidos diez años tras las rejas.
Schlenker tuvo su paso por la Unidad 7 de Azul, desde donde pudo iniciar la carrera de Abogacía, a través de un programa que lanzó la Facultad de Derecho de la UNICEN (Universidad Nacional del Centro) en el año 2003.
En efecto, Schlenker rindió y aprobó seis materias de Derecho en la unidad penitenciaria con asiento en Azul y, actualmente, asumió su propia defensa en la causa. El ex líder de la barra brava de River Plate, días pasados, realizó formalmente su pedido para poder regresar a la Unidad 7 de Azul y, de esa manera, retomar sus estudios, puesto que es donde existe un centro universitario. Por otro lado, Schlenker también dirigió la huerta en la unidad carcelaria azuleña.
Para conocer cómo funciona el programa de tutorías de Unicen, EL TIEMPO dialogó con el secretario académico de la Facultad de Derecho, Gerardo Cebonara, quien explicó que se trata de un programa de educación en contexto de encierro que está vigente desde hace dos décadas.
-¿Cómo surgió este programa?
- Ese año [2003] la Facultad comenzó con este modelo de enseñanza. En ese momento Soledad Kelly, que era estudiante, fue graduada, hoy docente de la facultad y es Defensora Pública en materia penal, y empezó junto a la gestión de ese momento un proyecto de educación en contexto de encierro que, básicamente, era llevar la carrera de Abogacía a las unidades penales, para las personas privadas de la libertad, que están atravesando un proceso o cumplen una condena en esos penales. De esa fecha no se ha discontinuado nunca el programa, que ya lleva veinte años, con diferentes coordinadores que fueron pasando, pero con una impronta muy fuerte e importante que le dejo Soledad Kelly. A partir de 2013, el programa fue cambiando porque el volumen y la estructura que requería era otra; ya teníamos cinco unidades, cuando había arrancado solamente con dos. Hoy las unidades que tienen el programa son las unidades de Azul, 52 de mujeres y 7; y las tres de Sierra Chica: 38, 2 y 27.
-¿Otras facultades tienen este tipo de programa?
- Entiendo que años después se sumó la Facultad de Sociales de Olavarría y, más recientemente, la carrera de Arte de Tandil hace algún tipo de actividad en contexto de encierro, pero no la carrera. Nosotros ofrecemos la carrera de Abogacía y la Tecnicatura en Gestión Pública en contexto de encierro.
-¿Cómo disponen de esa actividad y cómo se articula?
- Para desarrollar esa actividad disponemos de dos coordinadores: uno para Azul y otro para Sierra chica; y son el nexo permanente y dependen de la Secretaría de Extensión. El plan de estudios puede ser cursando o se puede rendir libre. En contexto de encierro se estudia libre, el coordinador va y lleva el material, hace tutorías. Van a la cárcel. Cada una de las Unidades carcelarias tiene su centro de estudios universitario donde funciona la facultad. Ese espacio que el sistema penitenciario ha cedido, ahí funciona la facultad. Entre otras cosas, conversan sobre las materias, muchas veces van docentes, y una vez que el estudiante está preparado se presenta a rendir.
-¿Cómo es la instancia de rendir, propiamente? ¿Dónde se realiza el examen?
- Antes de la pandemia, se pedía autorización para que el recluso saliera a rendir y rindiera en la facultad. Se pedía autorización primero en el Ministerio de Seguridad en provincia de Buenos Aires, luego al Juzgado y, una vez que se tenía la autorización, al complejo penitenciario que ese estudiante podía salir a rendir. El Complejo tiene que disponer de móviles, personal y combustible, lo cual el margen de falla del sistema era muy grande. Las autorizaciones llegaban una hora antes de rendir y no se podía hacer, o llegaba y no había móviles. Eso, lo que género, es que un estudiante que venía preparando la materia durante cuatro meses, perdía la posibilidad de rendirla, se frustraba la posibilidad. En pandemia pudieron sumarse a la virtualidad, se equipó a los centros de estudio con computadoras -que consiguió la Secretaría de Extensión-, la situación fue bastante complicada. Una ONG que consigue y repara computadoras también nos ayudó y donó diez, más algunas que mandaron del Ministerio de Justicia de la provincia de Buenos Aires logramos dotar de equipos para que puedan estudiar. Hay otra cooperativa de Tandil, que se llama Retro, que colabora muchísimo con equipamiento informáticos. Tienen acceso a las plataformas de la facultad y a las aulas virtuales y participan de esa forma.
-¿Cuántos alumnos tienen hoy el programa?
- En la Unidad 7 hay entre diez y doce personas estudiando Abogacía. En la Unidad 52 hay cuatro personas, porque algunos estudiantes obtuvieron la libertad, en la unidad 27 hay dos estudiantes; en la unidad 2 hay treinta personas, y en la Unidad 38 entre cinco y ocho estudiantes.
-¿Qué experiencia le deja todos estos años en este trabajo? ¿Ve que hay un cambio?
- Sí, claro, lo que cambia a una persona que estudia. Los cambios que se ven son increíbles. Cualquier persona que se quiere tomar en serio y aprovechar lo que la universidad pública les da en contexto de encierro es un cambio fenomenal. Ya el paso por una carrera universitaria, el tener que leer autores clásicos, determinadas cuestiones de Filosofía, de Derecho, de Historia, ya va permeando de otra forma y va haciendo cambios. Muchos lo aprovechan muy bien. Otros no pueden, o los trasladan de un día para otro y no pueden tener la continuidad pedagógica.
-¿Ese es el caso de Alan Schlenker?
- Ese es un caso, sí, estudiaba acá. Pero también su causa es bastante compleja. Si es cierto que estudiaba acá, dio varias materias y dicen que está pidiendo el traslado [desde Rawson hacia la Unidad 7 de Azul].
-¿De qué se ocupa la Secretaría Académica?
- Nos ocupamos centralmente de gestionar la actividad académica, la carrera de los estudiantes y algunas otras actividades que tienen que ver con la universidad, pero más de carácter recreativo. Por ejemplo, el ciclo de cine, o por ejemplo la profesora Silvina Del Bueno tiene un proyecto hace once años en la Unidad 52 de mujeres sobre teatro leído. La universidad, desde el programa contexto de encierro de la Facultad de Sociales, hace diferentes actividades culturales, teatro, mosaiquismo.
-¿Qué sensación se lleva de estar en contacto con los estudiantes, ahora que la virtualidad también les da una herramienta de consulta más fluida?
- Yo los veo que están muy contentos, agradecidos. Estudian un montón, rinden bien, son muy respetuosos.
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