LA HAZAÑA DE LOS TORINO
Toda disciplina deportiva tiene su combinado, una representación que une a través de la camiseta. El automovilismo suele carecer de esta condición. Sin embargo, este país vivió un momento muy particular, con una delegación notable, con deportistas talentosos, entre ellos el azuleño "Cacho" Franco, mecánicos y automóviles que terminaron transformándose en orgullo de la industria nacional.
19 de agosto de 2024
El martes 20 del corriente mes se cumplirán 55 años del inicio de la epopeya de los Torino en Alemania. De la mano de Juan Manuel Fangio, quíntuple de la Fórmula 1, se armó un verdadero seleccionado nacional del automovilismo que compitió en las 84 Horas de Nürburgring, donde la marca del Toro, como representación de la industria nacional, terminó asombrando al mundo, tres días después.
La delegación estaba bajo la dirección general de Fangio y se la denominó como "La Misión Argentina". La misma estuvo integrada por Carlos Lobbosco (coordinador general), Oreste Berta (jefe técnico), Tibor Teleki (asesor de Relaciones Públicas), doctor Lino de las Heras (médico) y Rodolfo Ruatta (coordinación administrativa).
Los pilotos elegidos fueron: Eduardo Copello, Jorge Cupeiro, Rubén Luis Di Palma, Oscar "Cacho" Fangio, Carmelo Galbato, Néstor García Veiga, Gastón Perkins, el azuleño Oscar "Cacho" Franco, Eduardo Rodríguez Canedo y Alberto "Larry" Rodríguez Larreta.
Para este grupo de corredores, la "maratón de la ruta" se inició el 20 de agosto de 1969, a las 1 de la mañana, a través de Willy Gillard, presidente del Royal Motor Unión y director de la competencia, quien bajó la bandera para dar inicio a la 39° edición de dicha competencia, una de las pruebas más duras y exigentes del mundo.
Ante la mirada de miles de europeos, los tres Torino, que se habían ubicados primeros en la línea de largada, lugar que les correspondía únicamente por la numeración que se les había sido asignada para la competencia, largaron tras la baja de la bandera y comenzaron a competir contra 64 máquinas de distintas partes del mundo. En ese sentido, los integrantes de la Misión Argentina que tuvieron la responsabilidad de liderar la carrera fueron Jorge Cupeiro, con el auto N° 2 y Alberto Rodríguez Larreta, "Larry", con la cupe Nº 3. Mientras que Carmelo Galbato, con el N° 1, quedó detrás del Ford Capri N°7 y el Poche N°11 conducido por Willi Kauhsen.
De esa manera, los esfuerzos y sueños de la Misión Argentina se ponían en juego en las siguientes 84 horas. Además, a la distancia, tanto Azul como el resto de las ciudades de Argentina, estuvieron pendiente durante tres días y medio de lo que sucedía en Nürburgring, pero lo que nadie se había imaginado es el papel que los tres Torino con la inscripción "Industria Argentina" desempeñarían frente a las marcas más reconocidas del automovilismo mundial.
Al completarse la primera vuelta, los Torino figuraban en los seis primeros puestos; si bien era solo el comienzo, nadie iba a imaginar que uno de los tres estuvo a punto de festejar en el escalón más alto del podio.
En esa época, a fines de los '60, lo realizado en Alemania se vivió como si la Selección argentina hubiera ganado un Mundial de Fútbol ya que la gente estaba más atenta que lo habitual a los informes del deporte motor.
Vale recordar que debido a la extensión del histórico circuito alemán, también conocido como "El Infierno Verde", cada vuelta demandaba entre 13 y 14 minutos, dependiendo de si era de día o la noche, y de la lluvia. Los turnos eran de una hora y media por piloto, con lo que cada uno daba unas cinco vueltas. A las tres horas de carrera y con el segundo piloto en cada Torino, los autos número 2 y 3 estaban primero y segundo en la general.
Luego, cuando la carrera se acercaba al primer mediodía, con 8 horas y media ya desandadas, el Torino número 2 de Jorge Cupeiro sufrió un despiste a causa de la lluvia. El reglamento no permitía asistencia externa, por lo que, al quedar encajado, debió a abandonar la prueba tras 41 vueltas. Al cumplirse el primer día de carrera, los Torino que seguían en competencia estaban primero y tercero.
En las siguientes vueltas el equipo nacional contó con altibajos y con otro Torino fuera de carrera. El número 1 de Di Palma perdió completamente las luces en plena madrugada, despistándose en medio de la lluvia. Se rompió el carter con una piedra y perdió todo el aceite, provocando el abandono.
Solo quedaba el auto que tenía como a uno de los pilotos al azuleño "Cacho" Franco, quien había recibido la orden de que cuidara el auto y así lograr terminar la prueba. El auto N° 3 se mantuvo hasta las 64 horas en la punta, aun con la consigna de no forzar el ritmo. Precisamente, con Franco al volante se produjo la rotura del escape que ya los había retrasado al segundo lugar. La reparación demandó seis vueltas y dos paradas para terminar el trabajo y dejar el auto en condiciones. Recordemos que el reglamento prohibía un sonido superior a los 83 decibeles, por lo que no era posible seguir sin terminar el reemplazo del silenciador. Y para ello, los argentinos utilizaron de todo y sobre todo de mucha artimaña. Pese a esto, el auto argentino cayó al sexto puesto, que pronto fue quinto por el abandono de uno de los autos líderes.
El trabajo de los tres pilotos argentinos fue heroico ya que el Torino descontaba terreno permanentemente. Sin embargo, estaban a 12 vueltas del puntero, un Mazda. El ritmo sostenido y conservador no fue impedimento para que Franco, "Larry" y Copello descontaran casi una vuelta por hora, a pesar de las señas de Fangio para que aflojaran.
Sobre el final, los pilotos conducían cuatro horas cada uno. Mientras que el puntero empezó a tener problemas y comenzó a retrasarse.
En la mañana del último día, "Larry" lo superó y quedó cuarto a dos vueltas del tercero. Sin embargo, a las 9 de la mañana, los Comisarios Deportivos le comunicaron a Fangio que el Torino se tenía que detener nuevamente por excesivo sonido del escape. Tenían hasta las 11:30 de la mañana para hacer la reparación. La carrera terminaba a las 13. La hazaña de lograr el podio quedaba reducida a un problema de alguno de los tres primeros.
Oscar Mauricio Franco reparó el escape y regresó a la pista para intentar el ataque final. Terminó en la vuelta del tercero, pero no pudo superarlo. En el cómputo final, el Torino dio 334 vueltas, dos más que el auto ganador, un Lancia Fulvia HF. Terminó cuarto por las penalizaciones, pero dio dos vueltas más que todos en casi cuatro días de carrera. Fue una hazaña que perduró en el tiempo, y realzó la valía del Torino y del equipo encabezado por Fangio y Berta. A estos dos últimos, lo alzaron en andas, al grito de "¡Ar-gen-ti-na! ¡Ar-gen-ti-na!
Ahora, luego de 55 años, los tres Torino regresarán a suelo alemán, donde también iría "Cacho" Franco. Sin embargo, aún no hay fecha oficial, pero dicha primicia había sido anunciada a principios de marzo de este año por un grupo de pilotos que participaron de la famosa "Hazaña de Nürburgring".
Por lo pronto, nuestro representante local ya fue agasajado días atrás en Balcarce, junto a "Cacho" Fangio, y el 23 del corriente confirmó su participación a la muestra de Fuel-Art para revivir aquella epopeya de los Torino. La misma comenzará a las 18.30 en la sede de la Asociación Argentina de Volantes (AAV), donde habrá más de 40 obras expuestas y la presencia de la coupé Torino N°2.
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