Es empresario, pero prefiere definirse como un "emprendedor con alta dosis de luchador, tratando de seguir aprendiendo y mejorando día a día como gestor de mi emprendimiento".

Él es Rodolfo "Coy" Marchisio, azuleño de 49 años y perfil extremadamente bajo. De hecho en muy pocas oportunidades da notas y no tiene redes sociales. Actualmente vive en España desde 2001 junto a su esposa Paola Pagliere y tienen cuatro hijos.

Cuenta junto a su socio con una empresa que tiene su propia marca de indumentaria y calzados que se llama Valecuatro (www.valecuatro.com). Distribuye a tiendas en España y demás países del mundo. Este es nuestro elegido de raíces azuleñas para hoy miércoles.

En una entrevista "Coy" hizo un recorrido por su vida, lógicamente de la mano de su carrera, desde que se fue de Azul hasta su actualidad. Un hombre sencillo agradecido enormemente con la vida que logró todos sus objetivos con mucho esfuerzo y que sigue caminando por la misma ruta.

"Constancia, esfuerzo, capacitación y trabajo"

-¿A qué edad se fue de Azul y qué sueños se llevó en la valija?

-Me fui de Azul a los 18 años después de terminar el colegio secundario en el Normal en la promoción del año 1989. Los sueños que recuerdo tener en mi valija a Buenos Aires, creo que fueron los de cualquier chico de esa edad que se va a encontrar con una gran ciudad: lo primero fue poder adaptarme y luego poder conseguir lo que fui a buscar: crecer como persona y lograr ser un profesional.

-¿Dónde se fue y cómo se fue dando todo para que actualmente esté en España con semejante proyecto ya desarrollado desde hace varios años?.

-Desde el primer momento estuve en Madrid ya que trabajaba en una empresa (bumeran.com) en la cual era el Director Financiero y entré justo unos meses antes al proceso de venta de los socios al grupo Telefónica y me tocó vivir todo ese proceso de venta de la empresa, comenzar a trabajar en un gran grupo empresarial y comenzar a vivir en una ciudad que desde chico me encantaba.

-¿Cuándo se fue hubo gente que le abrió puertas, qué le tendió una mano o se fue abriendo camino solo?

-Te diría que fue bastante a pulmón la forma en la que desarrollé mi carrera, mucha constancia, esfuerzo, capacitación y trabajo. Me recibí de Contador Público en la Universidad Católica y ya desde 3er. año de la carrera empecé a trabajar en un estudio contable mediano y luego a punto de recibirme me contrataron en la consultora Pricewaterhouse Coopers donde estuve 6 años trabajando en el área de auditoria, con la suerte de haber podido auditar grandes empresas como Ford y Supermercados Norte que me foguearon mucho y sobre todo me dieron mucha visión desde el punto de vista tanto contable como empresarial. Si pensara en alguien que me tendió una mano, pienso en Luigi Galli (también azuleño) que fue quien me presentó a los socios de Bumeran para sumarme al proyecto y fue quien me aconsejó y ayudó a dar el salto a la empresa privada y que de alguna forma fue lo que me abrió las puertas para trabajar en Europa.

"El trabajo me dio la gran oportunidad de conocer gran parte del mundo y bastante gente"

-¿Cómo llega a invertir en Europa?, ¿por qué decidió este rubro? ¿Por qué decidió otro continente incluso?, ¿qué fue lo que lo impulsó?

-Como te conté, al darse la posibilidad de trabajar en Madrid y ya instalado acá por el año 2001, coincidiendo con la gran crisis que vivía el país con la devaluación del dólar, se me ocurrió con el que hoy es mi socio, de realizar algún negocio con Argentina. La idea inicial fue importar cinturones y talabartería argentina a España. Inicialmente lo tomamos como un hecho aislado de inversión, pero viendo la gran demanda que tenían los productos, fue cuando decidimos armar un plan de negocios que sustentara la idea del negocio, y poder dar el paso de crear una empresa y dedicarnos a tiempo total al proyecto.

Desde ahí te puedo contar muchas cosas, anécdotas y experiencias hasta hoy. Enfocamos nuestro negocio en el mundo ecuestre y fue así como comenzó nuestra experiencia. Aún no teníamos una marca y comercializábamos dos marcas argentinas, hasta que vimos la aceptación de los productos y fue ahí cuando pensamos con mi socio que era hora de crear nuestra propia marca, que se llama Valecuatro (www.valecuatro.com).

Nos dedicamos a recorrer inicialmente España y luego comenzamos a ir por Europa: Francia, Italia, Alemania, Inglaterra. Asistíamos a torneos de equitación, de polo, así como salones de caballos (una especie de Exposición Rural como la de Buenos Aires, pero exclusivamente para caballos, que acá en Europa hay muchísimas).

Hicimos este formato de negocio los tres primeros años pero al tener nuestra propia marca, nos dimos cuenta que necesitábamos más tiempo en oficina, para diseñar, para fabricar, sumar más productos a nuestra cartera de productos y sobre todo para planificar el crecimiento de la empresa y de qué forma. Fue recién ahí cuando comenzamos a abrir nuestros primeros puntos de venta y requería nuestra presencia física. Hoy tenemos tiendas propias y distribuimos a tiendas multimarca también en España y el mundo.

Azuleños: "De pies a cabeza"

-Por otro lado ¿qué es Azul para usted?

-Azul es mi lugar en el mundo, es el lugar que llevo en el corazón, el lugar el cual me llena el alma, donde tengo mi familia, mis amigos, mis recuerdos, el Club de Remo, Alumni y tantas cosas más.

-¿Viene con frecuencia?

-Ahora desgraciadamente mucho menos de lo que me gustaría, exceptuando este tiempo por la pandemia, pero teníamos planeado un viaje para el cumpleaños de 50 de mi hermano Leopoldo en mayo y lógicamente no pudimos ir. Vamos tal vez una vez al año o tal vez menos. Hoy se nos complica bastante porque tengo 4 hijos de distintas edades (15, 11, 6 y 5) y el calendario escolar nos permite ir solo para Navidades, lo cual solo disponemos de 20 días y se nos hace un poco corto para estar allá. De todas formas, siempre estamos pensando con mi mujer ir todo lo que podamos.

-Sé que tiene parte de su familia, así que imagino que extrañará.

-Si, estoy casado con Paola Pagliere, también de Azul y tiene bastante familia allá así que te imaginaras que se extraña mucho la familia, amistades... pero bueno ese es el mayor costo de oportunidad al estar en el exterior y eso lo tuve claro desde el primer momento que estuve acá.

-¿Siente que sus sueños se volvieron realidad? ¿a nivel laboral, personal y demás?

-Si creo que si, he tenido la gran suerte de formar una gran familia con Pao y nuestros cuatro hijos. Siento que es lo más importante que puedo haber construido y el mayor desafío que tengo: para educarlos y acompañarlos en su crecimiento. Desde el lado laboral ha sido una mezcla de suerte, visualización de oportunidades, arriesgarse y dar todo de uno por el proyecto que teníamos en mente y creo que la clave ha sido la capacidad de trabajo que hemos tenido con Juan (mi socio).

-Cuando se presenta con gente que no conoce, ¿es habitual que diga que es de Azul y que le pasa con eso?

-No hay momento que no lo diga y lo hago con muchísimo orgullo (varios de mis amigos argentinos que viven en Madrid me dicen "el azuleño"). Soy muy agradecido por todo lo que me dio la ciudad, crecí, me eduqué, viví de los mejores años de mi vida, mi esposa es de Azul...que más le puedo pedir....

Siempre que leo en notas a dos personas azuleñas y grandes deportistas a los cuales admiro muchísimo que son Fede Delbonis (al cual me une una grandísima amistad) y Matías Almeyda, me hacen emocionar con el cariño que hablan cada vez que pueden de la ciudad. Ellos han dado a conocer a Azul en Argentina y en el resto del mundo. Yo siento exactamente lo mismo que ellos. Aunque estemos por el mundo sabemos que nuestra raíz es Azul.

-Me imagino que en este mundo de la moda conoce gente de todo el mundo. ¿Tiene amigos de dicho ambiente o los sigue teniendo acá?

-Gracias a Dios el trabajo me dio la gran oportunidad de conocer gran parte del mundo y bastante gente, lo cual siempre digo que soy un afortunado en ese sentido porque te permite conocer otras culturas, otras formas de vida y uno aprende y crece pudiendo vivir esas experiencias. Pero en Azul tengo muchos de mis amigos aún y es un gran motivo para seguir en contacto con la ciudad. No los nombro porque gracias a Dios son muchos y no quiero quedar mal con ninguno (risas)

Sugerencias de un humilde trabajador

-¿Si tiene que sugerir ítems para hacer un negocio y vivir el resto de tu vida con el, qué recomienda o que fue lo que le sirvió a usted? Es decir ¿perseverancia, habilidad, carisma, qué más?

-Un poco de cada una de esas cualidades son parte de la fórmula a mi entender. No es que yo las tenga, pero dada tu pregunta, pienso que necesitas un poco de cada una. Pero creo que lo más importante en la vida es la actitud. Siempre comento que una palabra casi igual a la actitud es la aptitud y solo cambia por una letra pero con un significado totalmente distinto.

Siempre me quedo con la actitud porque es el motor que te lleva a donde querés llegar.

Si tenés aptitud (sos habilidoso, inteligente, carisma, etc) pero no tenés esa actitud necesaria para lograrlo, creo que podes quedar en el camino o para mí no es suficiente. Para mí la cualidad más grande es la constancia, el trabajo y sobre todo trabajar duro...y lógicamente que si tenés muchas de las habilidades mejor aún.

Siempre recuerdo las palabras de mi abuelo Jacinto cuando me fui a estudiar a Buenos Aires...me dijo así de simple... "Coy, para terminar la carrera se necesitan dos cosas. Constancia y buena salud...". Bastantes simples sus palabras y cuánta sabiduría me transmitió con ese consejo.

-¿Le gustaría volver a Azul definitivamente? ¿Con qué proyecto?

-Me encantaría volver a Azul, pero hoy con Pao ya no pensamos solo por nosotros, hoy pensamos en nuestros hijos, ellos ya tienen a sus amigos, a sus compañeros de colegio, sus colegios y nos debemos a ellos. Ahora es momento que crezcan, acompañarlos en su formación y cuando llegue el momento o tengan oportunidad de hacerlo, sean ellos mismos quienes decidan dónde quieran vivir. Recién ahí veremos si pudiéramos plantearnos de pasar algunos meses del año en Azul, pero por ahora nuestro lugar sigue siendo Madrid aunque somos azuleños de pies a cabeza.