Como suele ocurrir con algunos personajes de la historia, a pesar de su trascendencia, muchos de los datos referentes a sus ancestros familiares no resultan fácilmente identificables, por lo menos en forma documentada, aunque algunas tradiciones dan por ciertas noticias hasta el momento no confirmadas con certeza científica, como correspondería a la disciplina histórica, desde que la misma exige rigurosidad irrefutable para dar por válidas dichas informaciones.

Uno de los casos más emblemáticos sea, posiblemente, el de nuestro Libertador, General don José de San Martín, a quien se lo emparenta con don Diego de Alvear ( padre de Carlos María), quien siendo soltero tuvo relaciones con una natural guaraní, Rosa Guarú, que engendró el niño criado por la familia del Capitán Juan de San Martín y Gregoria Matorras, basándose esta teoría en ciertos datos dudosos que algunos autores han recogido, sin poder ser confirmados por evidencias documentales ni de otro tipo más que en una tradición oral de la propia familia Alvear (Hugo Chumbita- Hijos del país: San Martín, Yrigoyen y Perón).

En lo que hace a la genealogía del General Perón se recoge la versión de haber tenido, por lo menos un ancestro azuleño, que lo vincula de esta manera a nuestra ciudad o más bien a nuestro "pago", dato que también es digno de mejor estudio para ser auténticamente corroborado.

En el libro autobiográfico, "Yo, Juan Domingo Perón", en cuya redacción intervienen los periodistas Torcuato Luca de Tena y Luis Calvo, españoles, y Esteban Peicovich, argentino, en su presentación el propio personaje da a conocer sus antecedentes familiares paternos, comenzando por su tatarabuelo, médico, sardo (cuando Cerdeña era dominio español, lo que hace suponer al mismo Perón que el origen de su apellido es español, más que italiano, como puede suponerse; sino "nos llamaríamos Peroni"-afirma.

Este bisabuelo fue el que se afincó en Buenos Aires en 1831, es decir en tiempos de Rosas. Un hijo de este inmigrante fue el abuelo de Perón, también médico muy reconocido, que aparte de ocupar el cargo de Senador fue presidente del Consejo Nacional de Higiene, lo que hoy sería el Ministerio de Salud. (Quizá no sea casual que Perón, siendo presidente, le dio el rango de Ministerio de Salud Pública: "¿Es posible que las vacas tengan un Ministerio y los hombres no?", al parecer dio como fundamento el líder para lograr su propósito.

El padre de Perón fue Mario Tomás, que dejó la carrera de medicina faltándole solo un año para terminarla, pues su afición eran las tareas de campo, lo que lo llevó allí; primero a los pagos de Saladillo y luego en un lugar cercano a Santa Cruz, donde -dice su hijo- hizo la primera clasificación de plantas patagónicas, por su gusto y conocimientos de la botánica, tareas que realizó con un alemán amigo, según se desprende de la misma fuente.

Juan Domingo Perón, de niño.

En el mencionado texto sólo hay algunas referencias a su nacimiento y a su madre.

El médico e investigador sobre la vida de Perón, Hipólito Barreiro, publicó el libro "Juan Sosa, el indio que cambió la historia", y allí despeja algunas dudas sobre los orígenes del tres veces presidente de la República. Por inquietud de Néstor Kirchner, siendo él presidente, se encargó a un grupo de investigadores de la Universidad Nacional de la Matanza que se dedicaran a resolver el problema relativo a su lugar de nacimiento. Barreiro, ante la documentación aportada por dicha casa de altos estudios, sostiene que no fue Lobos donde nació Perón, a pesar que allí hay un museo que se considera como el lugar donde vio la luz, sino en el Partido de Saladillo en la localidad de Roque Pérez, que por aquel entonces no tenía Registro Civil, por lo cual su nacimiento se asentó en la Oficina más, que era la de Lobos (dos años posteriores a su alumbramiento, que fue el 7 de Octubre de 1893 y no el 8 del mismo mes de 1895), como hijo natural de Juana Sosa.

La relación entre Mario, su padre, y quien debía cuidarlo en ese lugar por encargo del progenitor, Juana Sosa (1875-1953) tiene lugar allí (el campo donde tiene lugar el concubinato recibía el nombre de "La Candelaria") naciendo de esa unión, no formalizada en casamiento hasta 1901, dos hijos varones: Juan y Avelino Mario. Más tarde la familia se trasladó al Sur -según Barreriro- Juana Sosa era de origen aonikenk (tehuelche). Esto va a dar lugar a otra polémica entre biógrafos de Perón. Veamos.

En el diario el Sur digital se publica un artículo que lleva por título "El mito de los antepasados Tehuelches de Perón". En él se inserta un párrafo de uno de los escritores ("el más prolijo y certeros de quienes han escrito biografías sobre Juan domingo Perón, Pavón Pereyra), que afirma lo siguiente:

"De los pagos de Azul provenía la familia de su madre doña Mercedes Toledo, cuyo entronque castellano databa del tiempo de la colonia. También de Castilla la vieja eran los padres de Juan Irineo Sosa, su progenitor, y por lo tanto, castellanos viejos fueron los antecesores de nuestro biografiado."

En dicha testificación Pavón mata dos pájaros de un tiro, como se dice. Por un lado, consiente en el origen azuleño de la madre de Juana Sosa Toledo y, por otro, desmitifica el origen indígena de Perón.

En otra fuente consultada se dice que "La eventual pertenencia de Juan Domingo Perón al pueblo tehuelche por línea materna es materia de debate entre los historiadores." (argentinatoday.org).

En un artículo titulado "La desconocida historia de Juan Domingo Perón", del diario "Hoy en la noticia", se publican testimonios del mismo Perón que al hablar de su madre dice: "Criolla con todas las de la ley-" y párrafos más adelante, el periódico afirma: "Una vez que asumió como presidente, el general se atrevió a contar la siguiente anécdota: "Cuando la vieja ( la madre de Juana) solía relatar que había sido cautiva de los indios, yo le preguntaba: -Entonces, abuela, ¿yo tengo sangre india? Me gustaba esa idea. Creo que tengo, en realidad algo de sangre india. Mírenme los pómulos salientes, cabello abundante. En fin, poseo el tipo indio. Me siento orgulloso de mi origen indio, porque creo que lo mejor del mundo está en los humildes."

Siendo joven oficial, entre 1935 y 1936, como para afirmar ese sentido de pertenencia, publica un libro de toponimia patagónica de etimología araucana, un glosario de términos aborígenes.

Para corroborar este aserto, Barreiro, ya citado, como entusiasta admirador del "primer trabajador", y en un momento su médico personal, sostiene que los rasgos del anciano Perón (murió a los ochenta años, según la real fecha de nacimiento), eran similares a uno de nuestros emblemas del folklore: Atahualpa Yupanqui.

Como aporte personal agregaría que, en oportunidad de visitar nuestra ciudad, Perón se dirigió a la multitud frente a la Plaza San Martín, y, según me contaba un compañero de trabajo -mayor que yo-, que había buscado estar cerca del presidente para corroborar sobre las manchas que Perón tenía en el rostro (muchos le decían "el manchado"), lo cual lo sorprendió porque eran bastantes notables; de la misma forma le admiró la corpulencia y su fisonomía bien "aindiada".

Finalmente, y quizá para despejar dudas o para aumentarlas, que ese es también propósito de la verdadera ciencia histórica ("la verdad de hoy puede que sea la mentira de mañana"), recurrimos a la obra del ya citado Profesor Hugo Chumbita (Ensayos- Emecé- Hijos del país: San Martín Yrigoyen Perón).

Mario y Juana, los padres de Perón, en la casa familiar.

"Juana Sosa, hasta donde se sabe, era de ascendencia indígena: su madre Mercedes Toledo, oriunda de Azul, era hija de Victoria Gauna (1820-1872), quién habría sido de pura sangre tehuelche o aoniken según sostienen miembros de esa etnia. Doña Mercedes Toledo ("mi abuela inmemorial), recordaba Perón, una mujer machaza, que conocía todos los secretos del campo), vivió con su compañero Juan Irineo Sosa en la zona de las quintas de Lobos y tuvieron siete hijos, cuatro mujeres y tres varones; Juana era la mayor de la prole."

Estos testimonios son tomados del citado biógrafo H, Barreriro y él repite la tradición oral recibida de los mapuches D. Collueque, F. Marinao y A Huenchupan. (pág. 214 del libro de Chumbita, ya citado).

Conclusión: por todo lo expuesto anteriormente puede inferirse que la abuela materna de Perón nació y vivió en Azul, ya que más de un testimonio lo afirman, cosa que no resultaría descabellada por la importancia fundamental que el original Fuerte de San Serapio Mártir había alcanzado en la extensión de la frontera hacia tierras pertenecientes, desde épocas muy lejanas, a los naturales del lugar y que en esa línea indefinida llamada de esa forma convivían tanto pueblos originarios, como blancos puros, digamos, mestizos y otras ascendencias raciales que se iban sumándose al patrimonio humano de nuestros pagos.

Estos testimonios tienen como único valor el de rescatar una historia quizá poco conocida por muchos y que ubica, de alguna manera, la ancestralidad de uno de los hombres más relevantes y más controvertidos de nuestra historia Patria.

(*) Profesor en Historia.