23 de abril de 2023
José Luis Colotto es el creador de los productos aunque su musa y quien comenzó con la elaboración de preparados magistrales fue su mamá María Teresa Silveyra de Colotto. Él continuó, los sacó al mercado, gustó pero le faltó algo con lo que actualmente cuenta: un equipo.
Si bien dicen que el talento no se busca, lo que sí se buscan son objetivos claros en la vida, la voluntad -una herramienta infalible- y un espíritu de trabajo que fue "heredado" de su mamá María Teresa Silveyra de Colotto.
Resulta que José Luis Colotto cuando era joven decidió seguir los pasos de su madre, estudió farmacia y se inclinó por las preparaciones magistrales, más precisamente por la cosmetología.
Por el año 2006, con la ayuda, el acompañamiento moral, emocional y hasta económico de su entonces esposa, Mariana Mocciaro, logró sacar al mercado cuatro o cinco productos MARIA T pero hubo obstáculos que le impidieron continuar en el mercado. Aún así José no bajó los brazos y unos años después gracias a una colega amiga y un laboratorio de primera, pudo seguir.
Hoy trabaja con sus hijos, Martín y Sebastián, su sobrina Dalila y mucha gente más que lo apoya en este sueño convertido en realidad.
Colotto no solo demuestra -como él dice- que nada es imposible sino que es digno de admiración, es un ejemplo de que teniendo proyectos concretos y una importante cuota de cultura del hacer, los sueños se cumplen, se les brinda oportunidades laborales a la juventud y todos, en el mismo barco, no sólo impiden que se hunda sino que hacen que ese mismo barco llegue a todos lados.
En este marco EL TIEMPO dialogó con Colotto quien recordó sus inicios en esta actividad, en qué se especializó, cómo fue inspirado por su mamá y cómo les legó a sus hijos el valor de la cultura del trabajo, entre un sinfín de cuestiones que él comenta.
El recuerdo de María Teresa
En principio explicó que "la farmacia tiene bastantes aristas, es decir el farmacéutico puede dedicarse a la industria farmacéutica, a la industria cosmética, a la farmacia hospitalaria, a la docencia, a la gestión en alguna institución como puede ser una cooperativa, una droguería. Fundamentalmente dentro de la farmacia privada, que es la que más conoce, es la farmacia donde el 90% de los farmacéuticos están, el 80 ó 85 o 90%, dentro de ese ámbito uno puede desarrollar la actividad propia que ha estudiado".
Continuó "a mí siempre me gustó y lo heredé de mi madre quien también era farmacéutica, María Teresa Silveyra de Colotto. ¿Por qué insisto en María Teresa? Porque va a ser muy importante su persona y lo que ella me inculcó. De hecho, estudié la misma carrera que ella pero más que nada me 'contagió' la conducta en el trabajo, la honestidad, que son los valores que hay que tener, que son importantes y, sobre todo, saber mantenerlos en la vida".
En esta misma línea prosiguió "otra de las cuestiones es querer la farmacia y quererla en el sentido de alguna manera poder divertirse, de estar feliz con lo que uno hace, de crear. Cuando mi madre me introduce en el ámbito de la preparación magistral, o sea de hacer recetas que salen del esquema solamente de ir al laboratorio que prescriben los médicos, desarrollé lo que ella había comenzado y fui aún más allá. Aproveché que todavía residía en La Plata, para viajar a Buenos Aires y hacer cursos de cosmética".
La importancia de la capacitación
Este apasionado de su trabajo describió "la cosmética es crear. Es maravillosa. Es un ámbito realmente muy lindo. Uno crea a través del desarrollo de un producto, una idea, en base a distintos activos y materias prima."
Puntualizó que "es un abanico de posibilidades realmente importantísimas. Uno se va relacionando porque lo logra la misma situación. A medida que uno se va capacitando y va haciendo cursos, va conociendo empresas. Porque existen cursos muy importantes de cosmética que se hacen en Buenos Aires, porque la verdad que Dios está en todos lados, pero atiende en Buenos Aires. Así que me asocié con la Asociación Argentina de Químicos Cosméticos".
Ofreció tal concepto: "es una asociación que nuclea toda el área cosmetológica: desarrolladores, los creadores, tanto sea de perfume, color para el cabello, shampoo, todo. Desde ahí bajan los cursos, los congresos y toda la información que uno debe tener de último momento, lo que va a venir, la tendencia, el avance de la química y de la cosmética. Entonces uno siempre va a estar muy informado y nutrido de esta información. En cambio, si no lo haces, es muy difícil meterse en el campo".
Del mismo modo continuó "una vez que estuve formado donde tiene que haber una buena base, es decir cualquier estudio de chico, de ahí me enfoqué. Yo estaba abocado en mi farmacia, pero dentro de la farmacia, en las recetas magistrales y a su vez en el rubro cosmética. Me gustó esto, me gustó la cosmética, entonces empecé a hacer cremas, productos, los probé, los regalé a la amiga de mi señora, a gente conocida, pero es distinto cuando uno lo quiere sacar al mercado".
El mercado: difícil de conquistar
En segundo lugar, Colotto explicó qué significa impulsar un producto al mercado.
"Si no tenés ayuda de gente que conoce, no es tan fácil. No es fácil porque para hacer las cosas bien no las podemos hacer en el garaje de casa o detrás de la farmacia. Si el producto lo quiero sacar al mercado, cambia el esquema de lo que es un preparado magistral que tiene una receta médica, una preparación ya personalizada. Esto es un producto que sale en otra escala, o sea, en más cantidad y que lo tiene que hacer un laboratorio autorizado", señaló.
Pero José Luis tuvo lo que él considera "la suerte" de conocer una colega farmacéutica: "la azuleña Carola Espínola, la hija de Armando Espíndola de la Farmacia López. Ella estudió en Buenos Aires, le gustó mucho la cosmética, pero se quedó a trabajar allá. Yo le conté lo que quería hacer, le di los productos para que los pruebe y le gustaron; en ese momento eran tres, cuatro, no más, y ella me dijo, 'yo te ayudo a sacar el producto al mercado'".
Continuó "en ese momento ella dirigía un laboratorio que podía trabajar para mí, que son los terceristas, es decir trabajan para terceros, en este caso yo sería el tercero. Puse mi fórmula a disposición, ellos me la elaboraron, me generaron primero un patrón, me gustó lo que hicieron, coincidió con lo que yo quería impulsar al mercado. Y ahí comenzó todo un trabajo de aprobación de producto, la parte legal, o sea, los registros, cómo se va a llamar el producto, la marca, el registro de la misma, que ahora cuento cómo se llama. Entonces, empieza a caminar en otro mundo que nada que ver, no es la farmacia".
Resulta que el objetivo de José Luis era devolverle a su mamá lo que ella le había ofrecido.
"¡Y lo quería hacer en vida!, que ella pudiera verlo. Entonces le puse el nombre de ella: 'MARIA T', que es María Teresa. Y tuve la oportunidad de sacar los productos al mercado, estos tres o cuatro, con la ayuda de Carola y del laboratorio que dirigía. Poder mostrarle a mi madre el producto que llevaba su nombre fue muy emocionante. Incluso hubo justo un evento que se hace todos los años a través de la cooperativa ACOFAR en Mar del Plata y tuve la oportunidad de tener un stand y participé por primera vez. Estoy hablando del año 2006", expresó con una gran sonrisa.
Prosiguió admitiendo que "después de ello llegaron los palos a la rueda y es que por más que se tenga un producto de muy buena calidad, de muy buena materia prima, que guste y todo, no es tan fácil introducirlo en el mercado porque hay que competir contra otras marcas que ya están impuestas, que tienen otro volumen económico. Se necesita también de un equipo que yo no tenía, realmente no lo tenía. Yo pensaba que yo sólo podía hacer todo: comprar la materia prima, relacionarme con el laboratorio que me lo va a hacer, y además el costo, porque tenemos que hablar de otra escala, ya se fabrican mil, dos mil, tres mil unidades, con lo cual te incluís en un mundo que hay que estar preparado y tomar esa decisión. Yo la tomé, pero lamentablemente me faltó la pata de la mesa que es el marketing o la comercialización. Uno puede hacer todo ese proceso y además también comercializar. Y si uno pone un producto en algún lugar y piensa que porque está ahí solo, se va a vender, está equivocado".
Asimismo sostuvo que "a mí me faltó ese conocimiento. Después que salí con la línea 'MARIA T', la marca registrada del producto cae en el año 2010, 2012, y decidí no continuar. Más aun cuando seguía trabajando en la farmacia".
Destacó que "la desilusión fue enorme porque algunos distribuidores, a quienes yo les había llevado esos productos que les gustaron no lo vendieron y me los devolvieron todos. O sea, tuve una pérdida económica enorme. Consulté previamente y algunos me dijeron, 'mirá, lo que pasa es que vos pretendés hacer toda una cadena que vos solo no lo podés lograr'. Entonces, yo dije ya está, perdí. O sea, esta ilusión, este sueño, todo esto que quería vivir con poner un producto al mercado, que el producto se venda, que a la gente le guste, no fue tan fácil".
Sin embargo, Colotto hizo un paréntesis opinando sobre la importancia de un equipo. Ejemplificó "por algo ganamos el campeonato del mundo, no lo ganamos porque teníamos solo a Messi, él era parte de un equipo muy importante. Messi fue la figura necesaria y fundamental que otros no tienen o no tenían para ganar el mundial".
Entonces "tuve que conformar un equipo de trabajo".
El equipo de "MARIA T"
En otro tramo de la charla José habló de su equipo de trabajo con el cual sacó al mercado, no solo la línea de "MARIA T", sino también una nueva propuesta.
"Tengo cuatro hijos, Sebastián se está por recibir de farmacéutico, el mayor Martín es ingeniero industrial y decidieron apoyarme en este camino; y también apoyan desde otro lado, Milena que es chica y Camilo, que vive en el exterior. Pero, destacó "ocurrió que me vuelvo a encontrar con mi amiga Carola y me abrió las puertas del primer laboratorio en el que ella estaba. Y me preguntó, 'José, ¿qué hiciste con la línea? ¿Qué hiciste con 'MARIA T'?... y le respondí 'está en el olvido. Me frustré", a lo que me dijo '¿Cómo que fue? Pero si eran buenos los productos.' Carola había cambiado de laboratorio, actualmente está dirigiendo Millanel y es la directora técnica. El laboratorio tiene su propia línea, tiene una manzana en San Martín, es una industria tremenda y hacen de todo, tienen un sector para terceros que necesitaban que gente como yo, que fabrica. Son estrictos, saben, te ayudan, son buenísima gente", contó.
"Carola me dijo 'venite a hablar conmigo y con los chicos que están en la parte de terceros, y vas a ver lo que es, te muestro el laboratorio'. Cuando fui me encontré con los mismos, este laboratorio absorbió el que yo había conocido aquella vez, los mismos chicos que me fabricaban a mí, estaban trabajando ahí adentro. Y Carola era la directora técnica. Me atendieron, me recibieron, me abrieron las puertas. Y coincidentemente a eso, mis hijos me apoyaron. Sebastián se encarga de la logística del producto y yo en Azul desarrollo productos nuevos. Fue un volver a empezar".
Lo que José quiere fervientemente transmitir: "hay una frase que dice 'Impossible is nothing', 'no hay nada imposible'. Así que relancé los productos, pero no solamente los relanzamos, sino que aumentamos la cantidad de productos. Hoy tenemos casi 15 productos en el mercado. O sea, la fórmula sigue siendo la misma de esos productos, la mejoramos con la ayuda de esta gente mejoramos el packaging, que es lo que a veces entra por los ojos".
"Esta empresa no lo manejaría sólo"
José, satisfecho, contento, expresó "Millanell nos brindó todos sus productores de caja, a sus propios proveedores y así entramos en un ámbito totalmente distinto, con los mejores envases que vienen del exterior y la mejor cartonería, viene también del mejor lugar. Además, empezamos a tener personas que se dedican y que están trabajando en el diseño gráfico. Salimos de la escala chiquita a una escala bastante más importante, porque la venta es mucho más grande, entonces necesitamos fabricar más. Me encontré con una industria bárbara, con Carola, una colega divina y la gente que depende de ella, que también son los que te ayudan a estudiar productos nuevos. También los productores de materias prima están ahí, y muchas veces son ellos los que te llaman y te dicen 'José, sale este producto nuevo para los ojos, ¿qué te parece? te mando una muestra, lo probamos, ¿a ver qué tal anda?'. Eso te va relacionando con la gente, vas tejiendo redes que te motivan a ir para adelante". Añadió que "a este impulso se sumaron mis hijos Martín y Sebastián en desarrollo y logística, después unas chicas que hacían la parte de lo que es las redes, Facebook, Instagram, pero después quedó mi sobrina Dalila en comunicación, y gente que está alrededor de ella, en diseño gráfico, en redes, sino esta empresa no lo manejaría sólo".
Productos orgánicos y anticipos
Resulta que de la mano de Martín Dupuy que es abogado y le gusta surfear, hace dos años, unos surfistas de Mar del Plata necesitaban realizar o desarrollar un producto que usan mucho, que es un bloqueante para el sol.
Colotto explicó que "el surfista está mucho tiempo en el agua, expuesto, fundamentalmente la cara. Por lo tanto, necesitan protegerse para no dañar la piel pero tenía que ser un producto, con determinado filtro solar, algo específico y además que proteja la flora y fauna marina. El packaging tenía que ser desechable y sustentable".
"Entonces lanzamos una barrita que tiene distintos colores: blanca, de distintos tonos de piel, uno muy oscuro, mediano y clarito. Tenemos colores para los chicos, verde, amarillo, azul, que son todos naturales y que tienen en vez de un factor de protección solar orgánico, es inorgánico que son sales de cal, de óxido de zinc y de óxido de titanio. Entonces la gente lo usa y la piel actúa como un espejo: el rayo del sol te pega en la piel y rebota, no penetra. Es un bloqueador natural. No daña la naturaleza, es 100% biodegradable y, además, se compone de una crema untuosa que al mismo tiempo hidrata y es resistente al agua. Después nos dimos cuenta que el producto no solo servía para el deportista, el que hace surf, sino para todo deportista al aire libre".
Ejemplificó que "de hecho, las Leonas, el año pasado, lo probaron cuando jugaron el mundial gracias a la azuleña Clara Barbieri. Clara lo llevó a España porque el torneo se hacía ahí. En ese momento teníamos solo blanco, lo probamos y anduvo bárbaro. Esa línea se llama Ozone, la hacemos nosotros, pero es una línea más sustentable y con la que también vamos a sacar nuevos productos naturales".
Anticipó que "se está viniendo el shampoo y el acondicionador sólido, ya fueron aprobados, pero todavía no lo hemos sacado al mercado, estamos trabajando en eso".
Reflexionó que "se viene toda una tendencia en la gente más joven, la practicidad no tener un envase, que el producto sea sustentable. No es exactamente igual, o sea, no es al shampoo al que nosotros estamos acostumbrados, pero se acerca bastante y la tendencia justamente es esa. La industria está buscando productos naturales y amigables con el medio ambiente y cada día salen nuevos activos o materia primaria para mejorar eso. Así que estamos orientados hacia lo que va a venir, a mejorar también la idea de lo que es el refile, el rellenado de producto, que parece una tontería pero es muy importante, porque vos compras un envase de un producto original y después compras el repuesto".
En definitiva especificó que "por un lado existe la marca con sus productos, y su línea madre y después la línea sustentable, que nace a través de estos chicos surfistas que nos tiraron esta idea".
Con relación a si los productos son co stosos, sostuvo que "no, porque la materia prima es de primera calidad porque nuestra idea es mantener una buena relación precio-calidad".
En cambio "nosotros no tenemos la problemática que tienen Eucerin, La Roche-Posay, de importación y exportación, que muchos productos no entran al mercado. Estamos tratando de usar mucha materia prima nacional, de muy buena calidad, porque está certificada al punto de que nuestra materia prima la usan de otros países. Algunas materias son importadas, pero son pocas y podemos fabricar todo. Logramos tener una buena relación de precio, porque como son nacionales, pagamos otro precio a la materia prima. Faltante no va a haber, no pagás dólar, pagás precio nacional, peso argentino".
Consultado donde se consiguen los productos especificó que "a través de las redes sociales (@mariat.boticario en Instagram, mariatboticario.shop su Tienda Online, mariatboticarioarg en Facebook) uno puede pedir el producto directo, y le llega a través de un operador logístico. Hay varias empresas que llegan a tu casa directamente. Después, logramos poner el producto en la cooperativa, en ACOFAR, que es nuestro comprador más importante, distribuyendo en el centro de la Provincia y en toda la costa. Este año fue un boom, porque estuvimos de vuelta el año pasado en el evento de ACOFAR en Mar del Plata. ACOFAR es nuestro mayor comprador junto con algunas otras droguerías de Buenos Aires, como la Suizo, por eso el producto se consigue también en otras farmacias del país y la capital federal. Estamos en Mendoza, en Bahía Blanca, en el sur, en Comodoro Rivadavia, en Ushuaia, en el norte del país, hoy la historia de MARIA T es otra".
Terminó la charla diciendo que "con 63 años soy un apasionado de lo que hago. Es hermosísimo. Y además en esto la veo a mi vieja, con todo lo que me ayudó y con toda esa impronta que me dio. Y bueno, es algo muy lindo. Por eso lo quiero transmitir porque es muy importante".
Teresa conoció los productos "María T" y al año siguiente lamentablemente falleció.
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