MARTIN MASSON

MARTIN MASSON

"Nos enferma la manera en la que interpretamos los eventos que suceden a nuestro alrededor"

Así lo expresó quien estudia y se capacita a diario para comprender la relación entre el Espíritu, la mente, el cuerpo y sus emociones y como influye en el comportamiento de lo que creemos que somos.

4 de marzo de 2024

El objetivo es encontrar respuestas y soluciones a nuestros problemas ya sean de salud, de relaciones interpersonales (pareja, hijos, laborales, sociedades, deportes, empresas, sistemas) , de sentido de la vida, de espiritualidad. En diálogo con EL TIEMPO afirmó, entre otras cuestiones, que "mi enfermedad fue mi gran maestro".

Cada vez se recurre más a las terapias complementarias a la medicina y es cierto que hay muchas, cada uno trata de encontrar el método que le ayude a resolver algo en un determinado momento, desde un profesional, una creencia, una terapia de cualquier índole o un cóctel de todas a las que tenga acceso.

En Azul quien parte de la base de descreer de todo para aprender a observar el comportamiento humano en su medio ambiente es Martín Masson.

Dialogó con EL TIEMPO sobre este método de aprendizaje que inició con Enric Corbera y que se comprometió tanto hasta el día de hoy que lee entre 5 y 7 libros por semana y viaja para practicar y desafiar sus conclusiones en distintas culturas, tiene una práctica de más de 3 mil personas con las que tuvo distintas charlas.

Es importante resaltar que comenzó a analizar el funcionamiento del cerebro y la mente a raíz de patologías crónicas, además de haber protagonizado trece accidentes.

"La gente me conoce más por la biodescodificación"

En primer lugar, Masson comenzó la charla contando que "inicialmente estudié con Enric Corbera sobre lo que él llama bioneuroemoción, luego me dediqué a observar a la gente y el ecosistema que los rodeaba durante 2 años, para lo cual caminaba hasta 12 km por día por distintos lugares en la ciudad de Azul. Lo siguiente que hice (y sigo haciendo) fue relacionar eso con la naturaleza, somos parte de ella. Después vinieron los libros para corroborar si lo que veo tiene un asidero científico y espiritual".

Aunque explicó que "la gente me conoce más por biodescodificación, que es un término que es más conocido con el cual tampoco me identifico. Estamos acostumbrados a poner nombre a todo, de hecho es la base y razón de las lenguas, por eso no importa con qué término me relacionen, lo que importa es que les sirva".

"Mi área de estudio es el Todo, que de alguna manera es lo que se perdió con la especialización del trabajo cuando el Hombre se unió en comunidades, dice y ejemplifica, desde el Todo lo que se hizo y hace es fragmentar en áreas de estudio o de acuerdo a las historias, culturas, creencias, ideologías,etc. que crean formas de interpretar los hechos de maneras distintas".

"Tomando el fútbol sería un conocimiento específico, un deporte especifico, en si un Todo, ahora cada club desarrolla una interpretación de lo que es el fútbol y eso lo define como club, cada uno tiene su estilo de juego, una normativa, tiene su color de camiseta que lo distingue del resto. Entonces yo lo que hago es no meterme en la interpretación de cada uno que es correcta en sí, sino que fui a la esencia del fútbol -de fútbol no sé nada-, pero básicamente la esencia de eso es entender el comportamiento humano. Pero para entender el comportamiento humano tenés que terminar entendiendo también el funcionamiento del universo".

Del mismo modo, sostuvo que "y trascendiendo el universo tenés que trascender lo que es lo espiritual y por eso quería salir de las creencias, entonces no puedo especificar 'yo soy esto'. Estoy dentro de la cuestión, o sea me enfoqué en lo holístico, por poner un nombre por el significado que tiene la palabra Holos que significa básicamente Todo, y yo me enfoco en todo, no me enfoco en una actividad específica, no estudio lo segmentado si bien lo analizo más ampliamente".

Amplió "era como antiguamente los médicos de la familia sabían de todo un poco, pero tomaban en consideración variables que hoy no se toman en cuenta desde las especializaciones. Lo que se hizo fue fragmentar el todo para intentar estudiar y comprender mejor lo específico, entonces ahora te duele la garganta y vas a un otorrinolaringólogo, te duele un hueso y te vas a un traumatólogo y si no tenés una discoordinación en el cuerpo vas al neurólogo".

"Gracias a esa enfermedad crónica inicial empecé a transformar mi vida"

Acerca de cómo llegó a estudiar, Masson especificó que "llegó gracias a trece accidentes que tuve en mi vida y tres enfermedades crónicas, pero cuando arranco sólo tenía dos enfermedades crónicas. Siempre decía 'es mucho más fácil resolver algo físico con la recuperación física ' y le temía más a la cuestión de enfermedades, porque no era algo que yo pensaba que lo pudiera resolver a fuerza de voluntad. Había algo que era mucho más complejo".

Del mismo modo señaló que "por eso gracias a esa enfermedad crónica inicial empecé a transformar mi vida, desde mi trabajo hasta todas las áreas. Me dediqué toda la vida al rubro agropecuario porque mi padre murió joven y yo tenía 18 años, entonces me preparé para eso y en definitiva determiné viviendo la misma vida que vivió mi viejo, tuve la misma cantidad de hijos, mi mujer y yo tenemos la misma diferencia de edad que tenían mi papá y mi mamá; o sea todo igual. Hasta que llego a los 44 años en el 2014, largué todo por varios eventos complicados que tuve y ahí dije 'que sea lo que Dios quiera'.

"Al principio no la pasé nada bien, imaginé que se iban a dar una serie de cuestiones que no se dieron obviamente y gracias a que no se dieron esas cosas, tuve que ir aprendiendo", relató.

Asimismo precisó que "siempre hay una cosa que tengo muy en claro que es de las adversidades uno aprende, pero de las cosas fáciles no se aprenden nada. Entonces tuve toda una temporada que me llevó un par de años en las que caí abajo y no sabía para dónde salir y ahí toqué fondo y rebote. Y fue cuando me enfoqué en aprender algo diferente a lo que ya sabía porque eso es lo que me llevó al fondo".

Retomando el qué es tocar fondo, apuntó que "yo tenía un ruido en la cabeza que no podía no podía manejar. Era un estado de imposibilidad de poder ver una salida y cuando toco fondo fue cuando no le encontraba el sentido de lo que es la vida empezás hasta pensar en el hecho de que si no tiene sentido la vida y la vida es un sufrimiento la 'solución' es perder la vida".

Continuó "en ese momento empecé a prestar atención a las preguntas que me empecé a hacer, si perder la vida fuese una solución me hubiese pasado en los accidentes, pero de alguna manera no fue así, tal vez, hay algo en mí que tiene ese poder de resiliencia. Entonces me enfoqué en la resiliencia y la resiliencia es que tengo la capacidad de encontrarle una solución a lo que yo creo que es un problema y hoy lo único que estoy haciendo es enfocarme en el problema".

Entonces, "fue lo que determinó que para encontrar la solución es tener que ser muy abierto de cabeza y empezar a observar esas cosas que jamás observaste y eso determinó el empezar a aprender cuestiones totalmente nuevas para mí de las cuales no sabía de su existencia.

Es decir mi enfermedad fue mi gran maestro".

"Aprender a observar"

Prosiguió recordando que "concurrí a una charla que vino a dar la Lic Susana Ajeitos, de Tandil donde yo creí que no iba a haber nadie y estaba lleno de gente. Ella si dio una charla sobre Biodecodificaicón y eso fue un poco el puntapié. Después la fue a ver y ella me habló de -para mí en ese momento- de marcianos y platos voladores temas de los cuales no creía absolutamente nada, y no lo entendía, porque nunca fueron un tema de interés para mí . Entonces le pedí que me diera material de lectura para poder entender, pero le pedí que sea medio variado pero de tintes científicos".

Destacó que "yo necesito conocimiento científico para poder comprender las cosas, no quiero lo deglutido, me gusta la esencia y ahí es cuando este empiezo a leer, tiempo después entendí algunas cosas de las que ella me dijo en ese momento. Pero para mí seguían siendo más creencias porque no tenía el conocimiento suficiente. Si uno no tiene conocimiento de algo no te queda otra cosa que creer, por ejemplo, si se te rompe el auto y vos no sabes nada de mecánica, tenés que creer en el mecánico, si vos no sabes de medicina o del cuerpo humano, tenés que creer en el médico, entonces si no sabes nada de Dios tenés que creer en las religiones, yo me base y me enfoqué en tener el conocimiento, entonces desde el conocimiento podía borrar las creencias que yo tenía de determinadas cosas".

Apuntó "hace años un día estaba haciendo ejercicio, o sea, empecé a hacer este curso, y había que esperar un tiempo hacer el tercer modulo en los cursos de Enric Corbera. Después de de hacer los dos primeros cursos y lo que hice fue me dediqué a caminar por todos lados en la ciudad. Caminaba, 14, 15, 16, 20 kilómetros por día en por distintas calles por distintos lugares por los cuales nunca había pasado. Lo único que hacía era observar a la gente".

"Eso me llevó a entender de que había algo en nuestro organismo, que lo que hacía era copiar todo lo que alguien hacía al lado nuestro. Entonces aquellas personas que más observamos somos las personas que más copiamos y así empecé a entender un poco cómo funciona el cerebro. Entonces me inscribí en cursos en distintos cursos del funcionamiento del cerebro y eso me llevó paralelamente a la lectura de filósofos griegos, historia, libros medios raros de de la biblioteca de Alejandría. Uso el término 'raro' porque para mí en ese momento era como era como leer libros de los extraterrestres. Pero todo ese tiempo, casi de dos años estuve haciendo eso de caminar y caminar y observar o meterme en lugares".

Nuevamente ejemplificó "me metía en una casa de lotería y me quedaba un par de horas solo observando la gente que entraba, cómo interactuaba, al día siguiente volví a la misma hora y me quedaba en el mismo período y después de una semana la gente ni se daba cuenta que estaba yo ahí adentro".

"Entonces un día cuando estaban las personas, me arrimé a un señor que iba todos los días y jugaba al 16, apostaba la misma plata a la misma lotería, y le dije 'le va a jugar al 16, le va a apostar a la lotería tal y a la lotería tal y le va a jugar tanta plata'. Y el tipo estaba ahí con el resto de la gente y había dos o tres personas más en la cola y entonces uno me dice de 'a qué número lo voy a jugar yo', y le dije 'vos le vas a jugar al 32' y todos me miraban y me decían 'sos adivino por qué no me decís qué número va salir?'. Y yo les dije 'no soy adivino, es que hace una semana que estoy viniendo todos los días, a la misma hora, me paro en el mismo lugar y ustedes no me ven y lo que yo les digo es lo que ustedes repiten todo el tiempo sin darse cuenta".

O sea "vienen a la misma hora, dicen la misma palabra juegan al mismo número, entonces para mí no es una cuestión de adivinación, es una cuestión de aprender a observar".

"Ahí me di cuenta que uno cuando funciona en modo rutina no presta atención. Uno va manejando, por ejemplo en trayectos enteros y ni siquiera recuerda por donde pasó, es nuestro piloto automático manejando por nosotros y mientras tanto nosotros, estamos en cualquier lado. Toda esa serie de descubrimientos me llegó a replantear entonces cómo funciona la mente".

Patrones de comportamiento

Después hizo alusión a los patrones de comportamiento: "Entonces me puse a leer cómo funciona la mente como era la mente consciente, la mente inconsciente, cómo interactuaban, tratar de entender que había más allá del comportamiento que uno tiene. Así fue cómo empecé, fue desde la observación, no desde tener un maestro o tener un curso específico era sólo observar y ver qué es lo que veía".

"Después de un par de años de estar haciendo eso un día me di cuenta de algo, así que parecía muy loco y de hecho era muy loco para mí , me acuerdo que miré para arriba y dije 'bueno Barba o estoy loco o esto tiene algún asidero. Y me acuerdo que dije 'dame una señal, una guía' y obviamente cuando uno pide un mensaje o una guía, tenés que salir de tu casa y salí a caminar para encontrarlo".

"Me acuerdo que ese día me crucé con un cartero sí que no era el cartero habitual de mi casa y para la bicicleta de poner al lado mío me dice 'che ruso alguna vez leíste algo de Einstein'.

"Tiempo más tarde estábamos por Chile y mis hijos a quienes yo les había contado esta situación, salen de una librería y 'papá, papá vení' había un libro justo enfrente de la puerta que decía 'Einstein para perplejos'", aseveró.

"Entonces, cuando llegué ahí dije bien esto tiene conexión con lo del cartero, nunca se me hubiese ocurrido leer Einsten porque creo que no entendería absolutamente nada, pero cuando vi el libro dije, bueno esto está claro".

"Entonces compré el libro y la sorpresa fue que cuando empecé a leer el libro entendía perfectamente que era lo que decía, porque coincidía con lo que yo me venía dando cuenta. Él le ponía dos nombres determinados o específicos yo no le puse ningún nombre, yo sólo lo veía, lo entendía pero sin un nombre.

Y a partir de ese libro ese libro me llegó a otro libro y a otro libro y a otro libro y otro libro y eso hace ya 7 u 8 años que leo entre 5 y 7 libros por semana".

¿Para qué sirve sabercómo funciona la mente?

Con respecto a qué conclusión lo llevó conocer el funcionamiento de la mente Masson, explicó "popularmente uno dice todo pasa por la cabeza. Cuando uno empieza a tratar de entender la mente o como es el funcionamiento de la mente te encontrás con que la mente de alguna manera, lo que hace es recircular pensamientos. Cuando vos encontrás que los pensamientos que uno tiene son circulares y que cada pensamiento crea una forma de interpretar las cosas, crea una forma de hablar o de expresarte y de comunicarte lo que me llevó a acordarme la frase de René Descartes cuando dice 'Pienso luego existo' y entonces dijo 'todo pasa por una gran caja negra, es solo la cuestión mental que genera los pensamientos y los pensamientos generan un patrón de comportamiento. Uno se comporta de acuerdo a los pensamientos, y los pensamientos están basados en las creencias que son las que venimos ancestralmente creyendo, ya sea una creencia religiosa, una creencia política, una creencia social, una creencia moral o una creencia espiritual o creencias familiares. En definitiva el Todo es mente, incluso el cuerpo es solo una reflexión de lo que sucede en la mente. Entonces es donde empecé a tener la conexión directa con lo que eran las enfermedades en el cuerpo, con lo que sucedía como pensamiento dentro de la mente".

Afirmó este concepto diciendo que "me llevó también a estudiar las distintas religiones occidentales y orientales".

Haciendo referencia a por qué las religiones subrayó que "porque las religiones son unas de las cosas más fuertes que manejan todo lo que es creencia. Y las creencias son las que determinan la moralidad de las cosas. Entonces uno va decidiendo, en teoría, entre lo que para uno de acuerdo a su creencia está bien o está mal".

Retomó "entonces eso fue un poco la cuestión de enfocarme más en la cuestión mental, el cuerpo lo entendí, o sea, lo estudié en funcionamiento, cómo funciona el sistema nervioso pero en definitiva todo funciona acorde a lo que sucede en la mente como pensamiento".

Su rol en la vida de las personas

Al hablar sobre cuándo la gente comienza a convocarlo como terapista recordó conmovido "la primera persona con la cual tuve charla fue una chica que me la encontré siete veces, el mismo día, en distintos lugares y la séptima vez me di vuelta, la miré y le dije '¿qué te pasa?' y me dijo 'tengo cancer'.

Le comenté "por ahí tengo algún conocimiento que te puedo llegar a compartir. Pero lo hice solo por el hecho de que ya no lo tomo como casualidad de que nos encontremos siete veces en siete lugares distintos en el mismo día si antes jamás nos habíamos visto. Lo más gracioso del tema es que vivíamos a tres cuadras por una calle que yo pasaba todo el tiempo".

Posterior a ello "siguió" después "fue a través de ella que me llamó otra, la amiga después la otra y así sucesivamente y ahí se empezó a hacer como una bola de gente que me llamaba y como yo no cobraba entonces eso se empezó a hacer cada vez más masivo".

No obstante, contó que "llegó a un punto que yo veía que tenía charlas con tres cuatro personas todos los días y lo hice dos años a ese ritmo hasta que un día me di cuenta que sólo me había estancado en hacer exactamente lo mismo todo el tiempo porque las personas eran las que hacían las cosas distintas, pues yo ya estaba como en un modo rutina donde repetía exactamente las mismas cosas".

"Entonces ahí frené, me volví a replantear y me enfoqué en aprender algo distinto y ahí volví nuevamente a agarrar los libros y empezar y que siguiese cuanto libros apareciese. Leo absolutamente el libro que me cae".

Sobre cuál es la mayor demanda que por la que lo llama la gente, señaló que "en general me tienen asociado a cualquier cuestión de salud, pero la salud trasciende lo que es lo físico. Me ha venido a ver gente con cualquier tipo de cosas como bipolaridad, esquizofrenia, con cáncer, con migrañas o cualquier violencia familiar".

Sobre el cáncer recordó algunos casos "en una época me tocó ver mucha gente con cáncer y siempre eran casos terminales o sea, personas con las cuales yo tenía una charla y a los 20 minutos se morían. E inicialmente yo me preguntaba cuál es el sentido que yo lo vaya a ver, pero siempre iba con idea de que evidentemente algún aprendizaje tenía en eso o de alguna manera había algo que a través mío accionaba para dar algo de paz. De hecho ellos me decían 'ahora me puedo morir en paz'".

"Si nosotros cambiamos la interpretación lo que cambia es la consecuencia"

En otro tramo de la charla Masson, desarrolló que "la gente, en general, me conoce por las enfermedades pero todo lo que creemos que son problemas radican en la forma de interpretar que nosotros tenemos, en el modo en que nos relacionamos interpersonalmente con el círculo ya sea trabajo, amistades y familia y la gran mayoría de las cuestiones surgen a través de lo que son las relaciones más íntimas, es decir las relaciones familiares".

"El enfermo termina siendo aquel que tiene el diagnóstico de enfermo, pero la enfermedad o el origen de la enfermedad está en la manera que él se relaciona con su círculo más íntimo".

"Lo que nos enferma es la manera que interpretamos los eventos que suceden a nuestro alrededor", puntualizó.

A lo que le sucedió "si nosotros cambiamos por conocimiento la interpretación lo que cambia es la consecuencia, el cuerpo es la consecuencia de lo que sucede en la mente, entonces lo que cambia es la consecuencia, pero no porque uno se enfoque en curar la consecuencia ya que para eso está la medicina, lo que uno hace es, con el conocimiento, cambiar la causa".

Ejemplificó "esto es como no sé patear una pelota de fútbol.

Si yo la pateo de puntín la pelota va a ir con una determinada dirección y con una determinada velocidad. Si yo la empalmo como dicen los futbolistas, sale con una determinada trayectoria, con otra determinada velocidad o si la patean en comba, cambia la trayectoria. Entonces la patada sería nuestro nacimiento. En el momento de nuestro nacimiento es donde va la patada".

Es decir "nosotros somos la pelota que va a ir funcionando, teniendo una determinada trayectoria, que eso es lo que nosotros creemos que es nuestra vida en realidad y lo único que tenemos es la dirección de cómo fue la patada en el momento de nacer. Pero el que pega la patada viene condicionado por la forma en que le pegan. Entonces si todos vienen con comba, saldremos con comba por más que yo le pegue de una manera donde yo quiero que vaya. Ya sea para la derecha o la izquierda porque si yo hago la patada para la izquierda va a ir para la izquierda por más que yo haga el esfuerzo de querer patearla para el otro lado. Por eso si cada jugador pudiera controlar, específicamente, cada patada que da, todos los tiros al arco, serían gol. La cuestión es que no son gol porque uno intenta pegarle de una determinada manera, pero no necesariamente sale como uno cree, sale como de acuerdo a la patada que nos dieron a nosotros al nacer. Entonces uno es consecuencia de una causa y la causa radica en la historia de uno y eso es la historia de nuestros padres, la historia de nuestros abuelos, la de los bisabuelos, de tatarabuelos, o sea, todos vienen con una determinada historia con una determinada dirección con una determinada, puede ser ideología, cultura, forma de ver las cosas y uno mantiene, de alguna manera, esa visión o trata de ir al extremo opuesto. O sea, si no estoy de acuerdo con la manera en que piensa mi madre entonces voy a tratar de irme al extremo opuesto y en el extremo opuesto probablemente me termine pareciendo en determinadas cosas más a mi padre que a mi madre, entonces todo lo que nosotros vivimos e interpretamos siempre está teñido desde dónde venimos".

Es decir, "la gran palabra sería empatía, me pongo en los zapatos del otro porque yo puedo haber nacido en una familia de hippies. Mi visión de hippie, probablemente sea el extremo opuesto a haber nacido en una familia de militares. Los militares, la rigidez y el orden y la norma, y el de hippie el extremo opuesto. Entonces la visión o el punto de vista que puede tener el hippie va a ser el extremo opuesto al punto de vista que va a tener el militar ¿porque son personas distintas?, ¿no?: Porque vienen con un aprendizaje distinto. Entonces eso determina de que uno observa al mundo de acuerdo a sus propias creencias y esas creencias accionan de acuerdo a la cultura o la familia o el lugar de dónde venimos".

"Todo se puede cambiar"

Al final de la conversación se preguntó ¿dónde radica la gran dificultad en cambiar?.

"Es la resistencia que uno tiene a dejar de tener razón, el orgullo, ego. Cuando me aferro a mi propio punto de vista. Entonces lo que sucede es esto cada vez que yo me enfoco siempre de la misma manera lo que me va a pasar es que voy a empezar a experimentar situaciones que lo que hagan es remarcarme mi punto de vista y es decir, '¿ves que tengo razón?'.

"Todo eso lo que lo que lo que representa o lo que significa que estamos haciendo exactamente lo mismo de siempre en el mismo lugar con la misma cultura con el mismo entorno.

Pero en el momento en el que piden ayuda dejan de lado la soberbia o el egoísmo porque están reconociendo que necesitan un cambio".

"Es muy normal o muy común, que la madre en una familia de la madre sea la que pida los turnos de los médicos, o la que pida el turno para la depiladora o que sea la que pida el turno, para la peluquera o lo que sea... Por eso siempre cuando me piden un turno les digo 'dale el teléfono a ellos y ellos decidan si me quieren mandar'. Ocurre que yo tengo que lograr conectarme con el inconsciente de las personas, entonces lo que necesito es que la barrera de entrada sea un poco más flexible".

Asimismo manifestó que "sí me ha pasado, muy pocas veces, de estar con personas y dice 'yo no opino igual que vos' a lo que respondo 'es que yo no estoy opinando, vos viniste acá para que yo te dé un conocimiento, después con el conocimiento hace lo que vos quieras'. Eso sería la postura del ego, la postura de que 'yo sé lo que creo que sé, entonces sigo manteniendo mi propio punto de vista', pero lo que hago es cerrar la puerta a poder escuchar y aprender algo distinto".

A lo que agregó que "a eso se le llama resistencia y la resistencia de mantener mi propio punto de vista es lo que hace mantener la misma sintomatología o los mismos problemas, porque en definitiva el común denominador de todos los problemas que uno tiene en la vida es siempre uno".

"Muchas veces me vienen con temas de parejas, les hago hacer un paseo por las distintas parejas que tuvieron a lo largo de su vida y lo que les digo es 'el único común denominador que existió en cada pareja fuiste vos, con lo cual evidentemente hay un patrón de comportamiento que tenés de acuerdo a cómo pensas y cómo interpretas las cosas que hace, que se repite indistintamente, con qué personas te vas a encontrar".

"'Entonces ahí es cuando uno se frena y dice wow, entonces a quién le ha dicho la culpa bien por más que le quieras echar la culpa a todo el mundo. Cuanto más culpas a la gente es más intenso el sentimiento de culpa que vos tenés pero la forma de supervivencia es proyectándoselo a otro'. Entonces me trato de liberar de mi propia culpa. Por eso acusamos y por eso decimos 'es culpa de fulano, es culpa de mengano, es culpa del Gobierno, es culpa de no sé qué, y la pregunta es ¿qué es lo que estoy haciendo yo para contribuir con ésto?".

"Entonces eso sería una mirada introspectiva así como Ghandi tenía una frase que decía 'transformate vos en aquello que quieras observar en el mundo' y John fitzgerald kennedy decía 'no te preguntes qué es lo que tu país puede hacer por vos, sino que es lo que vos podés hacer por tu país'".

"Cambia la situación en vez de estar enfocado en todos los derechos que tengo, de hecho es una cuestión muy difundida políticamente. Todas las instituciones, gremios y los que se nuclean, precisamente, para defender sus derechos y no para defender sus obligaciones. Esto se trata precisamente de que tengo que entender que si yo quiero un derecho junto con el derecho, tengo una obligación".

Por ejemplo "podemos creer de que el agua el acceso al agua potable es un derecho universal o es un derecho humano. Es correcto porque necesitamos el agua por qué, porque nosotros somos agua 75% de nuestro cuerpo es agua. Entonces no es que sea un derecho. Nosotros ya somos agua, pero la pregunta de es junto con el derecho al agua tengo la obligación de mantener el recurso, de no malgastarlo".

"Nosotros funcionamos de esa manera lo que hacemos, es que todo eso que ya tenemos pierde valor porque ya lo tenemos y en qué nos enfocamos nos enfocamos en aquello que no tenemos solo porque no lo tenemos. Muchas veces el estado de enamoramiento es algo fantástico, ¿qué es lo que me desarrolla ese estado de enamoramiento?: el hecho de no tenerlo. O sea, estoy en proceso de conquista y no lo tengo, pero en el momento que lo tengo y ya lo toco y lo repito, empieza a perder valor y a medida que vamos perdiendo pierde valor y lo que hacemos es empezar a funcionar de manera inconsciente, o sea en piloto automático y perdemos la noción de lo que ya tenemos".

Y desplegó "si tenemos la panza llena no nos quejamos, nos fijamos a ver cuál es la procedencia de los alimentos, pero a partir del momento de que tenemos asegurada la panza llena, empezamos a seleccionar los alimentos, las vacas hacen lo mismo, los perros y los gatos también. Eso es biología pura".

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