Aunque su origen no está determinado claramente, este juego está presente en la historia de la humanidad desde alrededor del siglo VI. Las razones de su vigencia están relacionadas con que, además de ser entretenido, es una actividad absolutamente beneficiosa para la enseñanza.

Si te gustan los juegos y su influencia positiva en la educación, estamos seguros de que, mientras esperas ganar el gran premio de tragamonedas, te encantará saber cuáles son los beneficios pedagógicos que tiene el ajedrez.

Breve historia del ajedrez

No existe consenso sobre el origen de este juego. Hay quienes sostienen que se trata de una actividad que deriva del juego persa llamado shatranj, mientras que otros historiadores indican que nació del chaturanga, un juego que se practicaba en el Imperio Gupta en el siglo VI.

Con el pasar de los años, el ajedrez ingresó en territorio europeo a través del Imperio bizantino y también por medio de los árabes, que lo llevaron hasta España, en el siglo IX. Algunos siglos después, específicamente en el XVI, se comenzaron a organizar competencias de ajedrez y el primer campeonato mundial nació en 1886.

En el año 2000, el Comité Olímpico Internacional reconoció a este juego como un deporte, lo que puso de manifiesto su importancia para la historia de la humanidad.

Beneficios del ajedrez en la educación

¿Te has preguntado alguna vez por qué cada vez más establecimientos educativos, de cualquiera de los niveles disponibles de enseñanza, incorporan el ajedrez ya sea a través de torneos o directamente como una materia regular?

La respuesta a esta pregunta es simple: el ajedrez trae amplias ventajas en el plano educativo. ¿No sabes cuáles son los beneficios que aporta? ¡Te los contamos!

Fomenta la creatividad

Cada partida es diferente y, de acuerdo a cómo se desarrolle, puede significar la victoria o la derrota. A medida que el juego avanza, las posibilidades van disminuyendo y, para ganar, es preciso desarrollar una estrategia creativa que permita destacar sobre el oponente.

Pone en funcionamiento ambos hemisferios cerebrales

De acuerdo a una investigación alemana, quienes practican ajedrez utilizan ambos hemisferios del cerebro. El derecho para identificar jugadas y patrones de movimiento y el izquierdo para reconocer cada una de las piezas.

Contribuye a desarrollar la paciencia

Para volverse un experto ajedrecista es imprescindible invertir horas y horas jugando para entender los movimientos de las piezas, los patrones de juego y las estrategias más exitosas en cada uno de los encuentros.

Además, una vez que se inicia una partida, nadie sabe a ciencia cierta cuánto durará, porque, si los participantes son idóneos, puede extenderse durante varias horas. Por lo tanto, practicar ajedrez es una excelente forma de potenciar la paciencia.

Ayuda a desarrollar la concentración

Para aprender algo nuevo hay que concentrarse y, en la medida de lo posible, permanecer en silencio. Cuando se juega al ajedrez, también. Por eso, las personas que lo practican suelen tener la capacidad de concentrarse aún en ámbitos con estímulos simultáneos.