A OCHO AÑOS DE PRISIÓN . Lo condenaron por abusar de una menor

Un juez condenó a ocho años de prisión a un hombre durante un debate realizado en uno de los tribunales orales con asiento en el Palacio de Justicia de Azul, proceso donde el encausado fue hallado autor de un "delito continuado" de abuso sexual cometido en perjuicio de una joven cuando ella era menor de edad, hechos que fueron situados como sucedidos entre 2003 y 2008.

El imputado, que está preso, fue identificado por voceros judiciales como Mario Gustavo Ferraro, un empleado que tiene actualmente 54 años de edad.

Había sido sometido a este juicio en el Tribunal Oral en lo Criminal número 1, debate donde de manera unipersonal intervino el juez Martín Céspedes, quien le dictó la pena ya referida al declararlo autor del delito continuado de abuso sexual agravado por ser la víctima menor de 18 años, aprovechando la situación de convivencia preexistente con la misma, en concurso ideal con corrupción de menores, según se mencionó en la resolución.

De acuerdo con lo que quedara probado, Ferraro cometió estos abusos en perjuicio de la víctima entre los ya referidos años 2003 y 2008, los cuales tuvieron como escenario una vivienda ubicada en la vecina ciudad de Benito Juárez.

En esas circunstancias, se mencionó en el fallo con relación a la existencia material de estos hechos, el hombre "abusó sexualmente en reiteradas oportunidades" de una joven que en ese entonces era menor de edad.

Esos abusos comenzaron cuando la víctima tenía tan sólo cinco años de edad y se extendieron hasta que cumplió los once, consistiendo los mismos "en tocamientos en sus partes íntimas" y otras acciones vejatorias.

En esas ocasiones -además- el encausado "le mostraba películas pornográficas" a la por entonces menor de edad "con el fin de promover su corrupción", se indicó también en la resolución.

El juez Céspedes tuvo en cuenta muy especialmente para dar por demostrada la existencia de estos abusos la declaración que la víctima brindara durante lo que fue este juicio oral, desarrollado en la sala de debates ubicada en el primer piso del Palacio de Justicia de Azul.

A través de ese testimonio, la joven dio cuenta de los abusos que comenzó a sufrir por parte del ahora condenado en esta primera instancia desde que ella era una nena.

También dijo que todo se inició "como un juego", a través de situaciones donde Ferraro "jugaba a ser la momia y ella se tenía que esconder" hasta que él la encontraba y, supuestamente, "le hacía cosquillas"; aunque en realidad aprovechaba para tocar sus partes íntimas.

Además, la víctima dio cuenta de otras situaciones de abuso e hizo alusión a cuando el encausado le exhibía material pornográfico, lo cual sucedía desde que ella tenía diez años.

Recién varios años después la víctima, ya siendo mayor de edad, pudo animarse a denunciar a su abusador.

Aquella presentación se tradujo en el inicio del sumario que ahora derivó en la condena para el encausado a esa pena de ocho años de prisión que actualmente cumple en una unidad penal.

Al testimonio de la joven abusada el Juez lo definió como una "prueba cargosa medular" para dar por demostrado lo sucedido.

Aquellos hechos que la víctima sufrió implicaron que resultara con diferentes secuelas por las que después tuvo que recibir asistencia psicológica.

En el fallo de lo que fue este juicio -donde las partes estuvieron representadas por el fiscal David Carballo y el abogado Sergio Roldán, defensor Particular del condenado en esta instancia- sólo se valoró para Ferraro, como una circunstancia atenuante, que no registraba hasta el momento antecedentes penales computables.

El juez Martín Céspedes ordenó, una vez que esta resolución adquiera rango de firmeza, que al abusador se le tomen "muestras o evidencias biológicas" para "su inscripción en el Registro Nacional de Datos Genéticos vinculados a los delitos contra la integridad sexual", tal como lo estipula le ley vigente cuando personas resultan condenadas por este tipo de hechos.