5 de noviembre de 2023

MEMORIA EMOTIVA

MEMORIA EMOTIVA . Pablo Oliveto, un guerrero del ring

Por Juan José Zurro - Especial para EL TIEMPO

La gran figura que se proyectó a finales de los '90 fue Pablo Ernesto Oliveto. Nacido el primero de abril de 1982, es hijo de Antonio Oliveto, aquel recordado boxeador azuleño de la década del '70 y principios de los '80. La historia de Pablo con el boxeo arrancó luego de que una lesión lo alejara del fútbol. Con 16 años y sin haber practicado nunca boxeo, apareció por el Club Lilán, donde su padre daba clases de este deporte.

En ese entonces ya entrenaba en aquel club su hermano mayor Ariel, junto con Frías, Fabbri y Panario. Después de tres meses de practicarlo, enganchado con la gimnasia y los guantes, Oliveto hace su presentación como boxeador amateur. Fue en el Club Cemento Armado, donde empató. Sus cualidades eran la rapidez, el contragolpe y el "ir al frente". Su hermano mayor Ariel ya por entonces se destacaba como boxeador amateur.

En la primera parte de su carrera amateur, su padre fue su entrenador y acompañante. Viajaron por todos lados. Con resultados más que positivos en lo deportivo, pero con algunas desavenencias en la paga. Un ejemplo de su valía arriba del ring lo demostró en Pigüé, cuando viajó con solo cinco peleas como amateur, y esa misma noche le cambiaron el rival y tuvo que pelear contra el experimentado Matías Ferreyra. Fue un festival con poca gente, y le avisaron que había poca paga o que directamente se suspendía. Los Oliveto optaron por recibir poco dinero y enfrentarse a Ferreyra. Si bien fue una derrota por puntos en un fallo polémico, el probarse y estar a la altura de un rival que ya estaba en la selección nacional (campeón argentino) fue una satisfacción para el boxeador azuleño.

A los 19 años dio el salto y se radicó en Buenos Aires, donde vivió durante seis años. El primer día de entrenamiento en la Federación Argentina de Boxeo (FAB) fue duro: hizo guantes con profesionales y recibió bastante. Sin embargo, la primera experiencia no doblegó su voluntad. Instalado en una pensión en Almagro a la vuelta de la FAB, Oliveto tuvo su debut en Capital Federal y ganó por nocaut, por ese entonces como amateur. De allí en más y durante varias peleas, ganó y se lució.

Su técnico en ese momento era Lorenzo Beneventano, a quien conoció en Buenos Aires. Años duros de extrañar mucho a la familia. Oliveto hizo más de 90 peleas como amateur, y su máximo logro fue entrar en la Selección argentina. Su performance fue tan buena que, en los torneos selectivos en la FAB, donde se peleaba todos los días, fue campeón en el primero en el que participó. Luego, en el segundo torneo fue subcampeón, en el tercero de nuevo campeón y en el cuarto subcampeón. De ahí entró al conjunto nacional y le llegó la posibilidad de competir en el exterior: los Juegos Odesur 2002.

En aquel torneo realizado en Brasil (fueron sedes cuatro ciudades: San Pablo, Río de Janeiro, Curitiba y Belém), Pablo logró la medalla de plata. En el prestigioso torneo el oro fue para Patrik López, de Venezuela, y el bronce, para Lennon Allen de Guyana. Oliveto compartió equipo con los mejores boxeadores argentinos amateurs de ese momento: Reveco, Labarda, Priotti, Amilcar Funes y Santiago Acosta.

El salto al profesionalismo

Después de esta experiencia internacional, siguió formando parte de la Selección argentina por un año más. Llegaba el momento de pasar al profesionalismo. Volvió a mudarse a Almagro, a vivir en el departamento de un amigo. Seguía bajo la dirección técnica de Lorenzo Beneventano, con quien debutó en el profesionalismo el 12 de abril de 2003, cuando venció por puntos a Guillermo Lezcano en la FAB. Las siguientes dos peleas las realizó en mayo y junio del mismo año, en el mítico Luna Park, siendo parte de jornadas donde se disputaban títulos del mundo.

En su primera noche en el Luna Park, venció a Alejandro Ontivero por nocaut en la jornada que Héctor "el Artillero" Velazco se coronaba campeón del mundo frente al húngaro Andras Galfi. Y su segunda presentación fue en la noche de Omar Narváez frente al mexicano Everardo Morales, en otra velada mundialista.

La próxima pelea en su récord fue en Uruguay, en el Hotel Conrad de Punta del Este, donde la empresa Luna Park organizó un festival con dos figuras del momento: "Pigú" Garay y Marcos Silvano Díaz. En ese evento Oliveto empató con el uruguayo Santos Galli. Cerró aquel año presentándose en Azul: el 21 de noviembre le ganó al boxeador de Morón, Gustavo Díaz, en el gimnasio del Colegio Sagrada Familia.

El 2004 lo arrancó con dos derrotas ante Guillermo de Jesús Paz y Hernán Valenzuela, en Mar del Plata y en la FAB, respectivamente. Hubo cambio de técnico. Después de tanto tiempo con Beneventano, Oliveto se contactó con Carlos Martinetti, exboxeador devenido en entrenador, junto con los campeones mundiales "Látigo" Coggi y Sergio Víctor Palma. El gimnasio del equipo Martinetti se encontraba primero atrás del Shopping del Abasto y luego en Córdoba y Suipacha en el microcentro porteño.

Allí Oliveto cambió no solo de compañeros, sino que también adoptó una nueva forma de entrenar en conjunto con la infraestructura que tenía el equipo Martinetti: médico, masajista y menos boxeadores que en la FAB. Esto implicaba que los entrenadores trabajaran en forma más personalizada con sus pupilos.

Una nueva presentación en el Luna Park para vengarse de su derrota ante Valenzuela: lo vence el 26 de mayo de ese mismo año en la velada en la que "la Tigresa" Acuña derrotó a la colombiana Daysi Padilla por el título del mundo en juego.

Para finales de 2004 y todo el 2005 hubo presentaciones en Azul, Chivilcoy, Avellaneda y Bragado, con victorias y derrotas. En este último, Oliveto apareció en la tapa de una revista de boxeo local llamada Mago Box, en Azul. El objetivo de aquella revista fue brindar información boxística de las ciudades y localidades vecinas, así como también repasar historias de boxeadores locales. Su director fue Alejandro Olivera, más Gastón Torrens en prensa y Patricia López en diseño gráfico.

Se le presentó una nueva posibilidad de ir a pelear al exterior, esta vez a Paraguay, donde enfrentó al brasileño Fabiano Paiva. Fue una victoria por nocaut en una lúcida actuación. Tuvo dos victorias más en presentaciones hechas en Azul; en River (versus Mario Alegre) y en Azul Athletic (Fabián Ruiz), en las cuales el público acompañó en cada una de esas jornadas y en las que Pablo tuvo como sponsor a la panadería Los Pinos y a la panadería Norte.

Pasaron seis meses hasta su siguiente pelea. Unos días antes de que empiece el Mundial de Fútbol de 2006, a Oliveto le salió una pelea en el país organizador: Alemania. Hasta allá fue, precisamente en mayo para enfrentarse (y perder por puntos) ante el local Vitali Tajbert en Múnich. La experiencia de aquellos días fue positiva. Pudo ver cómo se entrenaban en ese país, algo que él repitió al momento de hablar de entrenamiento: "Allá en Alemania los amateurs peleaban el sábado y el martes ya estaban guanteando". Hacia Alemania fue acompañado del promotor Santos Nicolini. Ocho meses después, en enero de 2007, se presentó en Azul y derrotó a Humberto Lauría, quien tenía 22 peleas ganadas. Ganó por puntos en decisión unánime.

Durante el lapso 2007-2008 realizó seis peleas más en variados escenarios. En Daireaux y Miramar enfrentó a Carlos Ahumada y Nazareno Ruiz. Y pudo viajar a Rumania, Sudáfrica y Australia. En Rumania perdió contra Cristian Hodorogea, en Sudáfrica contra Malcom Klassen y en Australia contra Lance Gostelow.

A la distancia de cada uno de esos lugares se le sumaban las dificultades logísticas. Por ejemplo, en Australia se enteró de que tenía que viajar solo a Ezeiza. Y si bien fueron derrotas, de todo lo malo siempre sacó algo positivo: fijarse en los entrenamientos europeos, tratar con mánagers y arreglarse solo en el extranjero. En su viaje a Rumania conoció a Leonard Dorin, aquel formidable campeón del mundo rumano que supo vencer a su amigo Raúl Balbi.

Abajo del ring, su otra labor

De nuevo en Azul, comenzó a dar clases de boxeo. Primero estuvo en el Club Boca Juniors y luego inauguró su propio espacio en la calle Arenales casi Mitre. También dio boxeo social junto con la Municipalidad de Azul. En aquel gimnasio de la calle Arenales nacieron varios prospectos que él apoyó y acompañó: "Chilo" Martínez, Gonzalo Cepeda, Federico Agustín, Jesu Cosentino, Marcos Alfaro, Kevin Bosso y Aarón Vera. Y también hubo muchas chicas que se acercaron al gimnasio y terminaron combatiendo bajo sus órdenes, con su escuela de gimnasia de boxeo y guanteos.

No solamente preparaba a amateurs, sino que también muchos de sus alumnos fueron personas que se acercaron para conocer y aprender este deporte.

El año pasado lo encontraba trabajando y entrenando en el Club San Lorenzo de esta ciudad, junto con Carlos Olivera y Juan Amundarain. Y tras 15 años con su compañera Natalia Baigorria, con quien tuvo a sus hijos Zoe, Franco y Serena, hoy Pablo apuesta al boxeo con su nuevo proyecto, más el boxeo social. Además, trabaja en una empresa de transporte y logística de cargas.

A la hora de los recuerdos, rememora los entrenamientos en la Federación Argentina de Box, donde hizo guantes con Pepe Balbi, "La Hiena" Barrios, Koyac Silva y César Cuenca. Con todos a fondo y tratando de estar al nivel. El mejor recuerdo en cuanto a técnica es para Alberto "Negri" Siccurella, tremendo boxeador argentino radicado en España, de quien Oliveto recuerda que "sacaba manos que no las veía, era increíble".

Tras su pelea en Australia en septiembre de 2008, volvió al boxeo en mayo de 2011. La cita fue en Azul, en River, con un lleno total. Aquella noche venció a Gustavo Díaz, en lo que fue su última presentación en la ciudad. Le quedaba una presentación más: casi un año y medio después perdió por nocaut en Caseros frente a Elías Vallejos, en un combate donde comenzó bien, pero ya cortado y tras un cross en la sien, optó por no seguir.

Tras más de noventa combates como amateur, en los que fue medalla de plata en los Juegos Odesur y varias veces campeón argentino amateur, y luego como profesional, con veinticinco combates, la campaña de Oliveto en 2023 sigue dando que hablar. Varias presentaciones en EE.UU y el sueño de la pelea despedida. Lució su gran boxeo por Brasil, Paraguay, Uruguay, Alemania, Rumania, Sudáfrica y Australia. Deja su huella año tras año formando jóvenes que luego siguieron su camino en este deporte. Pablo Oliveto es una destacada figura del boxeo azuleño, como lo fue su papá, Antonio Oliveto.


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