Aunque el consumo de cigarrillos bajó estadísticamente en nuestro territorio, existen aspectos que aun preocupan a los especialistas. Uno, entre los más importantes, es el desarrollo que ha tenido el cigarrillo electrónico (o vapeador), a pesar de estar prohibido en Argentina. Durante una entrevista con EL TIEMPO, el doctor Fernando Inza aseguró que ese artefacto que se ha -lamentablemente- popularizado "triplica la posibilidad de ser fumador" en la población juvenil, en tanto a los adultos los convierte en "fumadores duales".

¿Ha disminuido el consumo de cigarrillos? Inza, actual integrante de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria, confirmó que "la última encuesta seria que se hizo, fue en el 2018. Es la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR). Se hizo en el 2005 y en el 2018; y hay comparativa". Detalla, entonces: "En adultos, bajó el consumo -aunque no parejo- de un 30% a un 22%; y en los jóvenes, bajó de 24% a 18%".

Señaló al respecto que "no fue pareja la disminución. Por ejemplo, los varones bajaron más el consumo que las mujeres. Los que más bajaron fueron los de 18 a 50 años. En cambio, los de 65 años para arriba aumentaron, que es algo lógico porque casi todos son adictos ya. Poseen una carga tabáquica larga, se hacen adictos, sobre todo la nicotina que tiene un poder de adicción muy importante. Entonces, los de más de 65 no pueden bajar si no es con un control de adicción, con tratamiento". Remarcó que "al de 18 a 50 se le hace más fácil, porque la carga tabáquica es menor".

El neumonólogo azuleño aseguró que "bajó la edad del consumo", en tanto apuntó que "la estadística actual no coincide con esa disminución, porque se sigue considerando la pandemia más importante que hay en el mundo moderno, que implica 8 millones de muertos en el mundo. En Argentina, son 45 mil argentinos muertos, por año. Y se calcula que 6 mil muertes por "fumador pasivo". Es la pandemia "prevenible" de muerte prematura. Por ejemplo, ¿la gente cuándo se tiene que morir en Argentina? ¿73, 74 años? Ese es el promedio. La mitad de los fumadores se muere prematuramente. Se calcula que baja la expectativa de vida entre diez y quince años".

Vulnerables

Inza, ex presidente de la Sociedad de Neumonología de la Provincia de Buenos Aires, se preguntó ¿cómo puede ser que baje el consumo y que se den esos números? Y planteó una respuesta: "Lo que ocurre es que, el daño del cigarrillo es que tiene un período de incubación muy largo. Nosotros estamos asistiendo ahora lo que ocurría hace diez, quince o veinte años. Quizá dentro de quince o veinte años la patología baje, si sigue la bajada del consumo".

Ciertamente, "hay problemáticas muy puntuales". Por ejemplo, destacó Inza, "los adolescentes. Como esto es a nivel mundial, que el consumo esté bajando, en general, las empresas del tabaco se empezaron a quedar con el negocio del cigarrillo electrónico [o vapeador, como también se lo conoce]. El marketing del cigarrillo electrónico, con muy buenos influencers, con aromatizantes, con todo un cuentito bien organizado, lo lanzan como la alternativa más saludable para fumar, comparado con el cigarrillo tradicional".

"Pero, en realidad -subrayó el doctor Inza-, es el gancho, encubierto, para que los adolescentes sean fumadores en el futuro. Porque ya se sabe, por estadísticas serias, que triplica la posibilidad de los adolescentes de terminan fumando los cigarrillos tradicionales. Es el comienzo para meterse".

Confirmó asimismo que "los cigarrillos electrónicos están prohibidos en nuestro país y en treinta y dos países más. Tienen nicotina adentro. Y la nicotina es una sustancia adictiva. Para colmo, como no está regulado, porque es un negocio clandestino, no se sabe cuánta nicotina tiene adentro. No hay una regulación de miligramos. Entonces esta es la situación: el adolescente, vulnerable; la nicotina, con daño cerebral; más la adicción; más todo lo que tienen los cigarrillos electrónicos -porque estamos hablando de formaldehido, de que es cancerígeno, acetato, metales como cromo, plomo; sustancias que están haciendo daño pulmonar -ya hay 2800 casos publicados en Estados Unidos de EVALI, que provoca el vapeo-; están apareciendo daños pulmonares importantes por vapeo".

Fumadores duales

Para el neumonólogo, "no es un tema menor el de estos cigarrillos electrónicos: tienen acetato de vitamina E que, inhalada, es agresiva sobre el pulmón. Tiene THC, que es Tetrahidrocannabinol. Tiene diacetilo; metales, que son todos sospechosos y que provocan el daño pulmonar, el EVALI famoso. El EVALI es una enfermedad que impacta en los dos pulmones muchas veces, con posibilidad mortal. Es decir, no es una pavada".

Explicó, por otro lado que, "si soy fumador adicto, digo, bueno: voy a fumar el electrónico, así dejo de fumar. Pero, en la práctica, nadie deja de fumar con el electrónico, sino que se convierten en fumadores duales. O sea, fuman el electrónico y fuman el común también. Y es un gancho para los adolescentes porque le ponen aromatizantes, pero hay que protegerlos a los adolescentes".

La situación es para ser observada. "Tal es así que se está metiendo este tema del electrónico, que los adultos fuman 1,1%. Y los adolescentes ya están en el 7% con el cigarrillo electrónico. Entonces, estas empresas están logrando el objetivo de meterse, a través del marketing, con la mentira de que es más saludable".

Inza explicó, puntualmente, que "del electrónico no hay regulación porque está prohibido. Si se consigue es por redes sociales, por vía internet, por amigos o familiares que viajan y lo traen, pero lo cierto es que no está regulado. Entonces, es un peligro. Además, no se sabe qué tiene adentro. Se sabe que tienen nicotina, pero ¿cuánta nicotina tienen? No se sabe, porque hay varios. Y estamos hablando de una población totalmente vulnerable como es la adolescente".

Otra observación que realizó el especialista es que, "ocho de cada diez adolescentes van al kiosco y compra cigarrillos sin problemas, cuando es algo que está prohibido. Es un grupo al que hay que proteger. Creo que los padres se tienen que sentar a hablar con ellos, inclusive por el electrónico, porque es el gancho como para que sean fumadores en el futuro. Triplica la posibilidad de ser fumador".

Señaló, en tal sentido, que "otra población que hay que proteger es a los niños, porque todavía en Argentina, en el 40% de los hogares hay un niño indefenso, recién nacido, en exposición al tabaco pasivo. Y eso implica: bronquiolitis, asma bronquial; tiene relación con muerte súbita; afectación a la embarazada".

Algunas mejoras

Por otra parte, Inza realizó una clasificación. "Están los fumadores duros y los blandos. Es así, a grandes rasgos", en tanto detalló: "Los fumadores blandos son aquellos que fuman en forma social o en forma irregular. Ellos, si tienen una motivación genuina, pueden dejar solos. Pero hay otros que son enfermos del cigarrillo: son los fumadores duros, con alta carga tabáquica, que han intentado cinco, seis veces dejar, pero vuelven a fumar; tienen síntomas de abstinencia. Esos son adictos y necesitan tratamiento".

Aclaró, Inza, que "no son todos iguales. Algunos fuman porque tienen esa necesidad de reclamo orgánico, y otros porque no están motivados para dejar". Recordó, en torno a la problemática del tabaco, que "hace muchos años, desde LALCEC, hacíamos campañas. En esa época se fumaba más o menos el 33% y decíamos cuándo será el día... Y se bajó el consumo, fundamentalmente por políticas sanitarias y leyes sanitarias bien concretas".

Destacó, a modo de ejemplo, que "está la ley 26.687 [sobre "Regulación de la publicidad, promoción y consumo de los productos elaborados con tabaco"] que básicamente reguló las advertencias en las marquillas de los paquetes. Se calcula que un fumador ve a esas imágenes 7.000 veces en el año y es un estímulo emocional para tomar la decisión de alejarse del cigarrillo".

Claro que "se podría avanzar más, porque por esa ley se ocupa el 50% de la imagen [de la marquilla]. Lo ideal es que ocupe el 80%".

A la hora de remarcar algunos de los logros de los últimos años, el doctor Inza señaló que, además, "se mejoró en cuanto a la creación de ambientes libre de humo. En trabajos, transportes públicos. Hace algunos años, se fumaba dentro de los colectivos, recuerdo, y los fumadores decían que el derecho era de ellos de fumar. Ese era el concepto, no el derecho del no fumador de protección de la salud. Aquel era otro criterio que fue cambiando, pero gracias a esa legislación bien concreta: prohibición en transporte público, en ámbitos laborales cerrados, restaurantes; todo eso ayudó mucho. Por lo menos, concientizó mucho".

Por otro lado, incluyó en su análisis el plano de "la promoción, la publicidad de estas nuevas leyes; el aumento de impuestos al cigarrillo, que también hizo que baje el consumo en un 10%. Todo colaboró. ¿se podría mejorar aún más? Sí, porque Argentina, en 2005 se creó el convenio marco que fue el primer convenio en salud a nivel mundial. Eso está ratificado por más de ciento cincuenta países, pero Argentina todavía no lo ratificó, porque muchos senadores dicen que va a perjudicar a las economías regionales [productoras de tabaco], por eso sigue sin ratificar".

Inza afirmó que, "si se ratifica ese convenio -espero que alguna vez-, sería un paso mucho más adelante" en cuanto a "frenar el tema de los 45.000 argentinos que se mueren por año a causa del cigarrillo".

Niños en peligro

Para el especialista en Neumonología "es cierto que bajó el consumo, pero la problemática todavía es muy trascendente. Sobre todo, me preocupa el tema de proteger a los chicos. Y lo digo por la especialidad que tengo, me la paso viendo chicos con asma, bronquiolitis, neumonía. Y cuando pregunto siempre alguien dice que fuma en la casa. Y tiene una relación directa con ese niño".

Ciertamente, explicó luego, "proteger a los adolescentes es otro objetivo, y que los adultos que tienen ese componente adictivo sepan que se los puede ayudar; no bajar los brazos, decir que ya son así, que no pueden cambiar, ni dejar la adicción. Porque no es solamente muerte esto del cigarrillo, porque siempre hablamos de muerte por cáncer de pulmón, de EPOC, de infarto del corazón. Esas son las causas de muerte".

Desde su punto de vista, "lo que hay que entender es que, también, es pérdida de calidad de vida. Algunos dicen, bueno, si me tengo que morir... Morir nos vamos a morir todos, pero el tema es cómo se vive. Cuando vivís, viví bien. Eso es lo que les planteo siempre, porque cuando veo a un EPOC, agitado permanente, en las guardias, con bronquitis recurrentes, no es calidad de vida eso. O las mujeres con el tema estético, o la disfunción eréctil de los varones grandes fumadores -de lo cual se habla poco-; de partos prematuros y de cómo daña le embarazada al bebé. Es decir, no solamente es vida o muerte; sino que, cuando se fuma y si es adicto, ¿qué calidad de vida se tiene?".

Tiempos de pandemia

Al ser consultado sobre la situación en el período inicial de la pandemia de covid-19 y del impacto en fumadores por su problemática pulmonar, Fernando Inza señaló que "nosotros tenemos una encima que se denomina Alfa-1 antitripsina (AAT), que es protectora de distintos tejidos. Los fumadores tienen caída de esa Alfa-1, por lo tanto, son más vulnerables en el pulmón, en el tejido cardíaco y varios otros tejidos. Incluso la mujer parece que es un poco más vulnerable todavía que el varón. Y se notó que un factor de riesgo para terminar mal con el covid-19 fue el tabaquismo. Uno de los factores de riesgo, al menos. No así los asmáticos y eso es algo que llamó la atención. En cambio, el EPOC y el tabaquismo, sí, fue bien concreto, junto a la obesidad, la diabetes, la edad, etc.".

¿Mito o realidad? Al dejar de fumar, ¿se limpia el pulmón? El médico azuleño aseguró que, "hay varias cosas que se reconstituyen. Primero, lo que más se nota, es que el cigarrillo va generando adentro una intoxicación con monóxido de carbono, desplaza al oxígeno en sangre; entonces algo que se nota cuando se deja de fumar es las ganas de hacer cosas; o sea, la dinámica. La tos y ese catarro que tienen a la mañana los fumadores con bronquitis crónica, se va bastante rápido, en meses. Algunos aumentan un poco el catarro, las primeras semanas, y después, si se lo evalúa al año, por ejemplo, ha bajado notoriamente lo que es sibilancias, tos, catarro. También al año el riesgo cardiovascular baja al 50%. Se restituye la piel. Tienen menos taquicardia, menos acidez; la presión, baja. Es una serie de cosas favorables, sobre todo, por dejar de fumar a tiempo".

Mencionó, en tal sentido que, "cuando viene un EPOC a verme, y me llega con oxigenoterapia, ya es como una etapa tardía; o con un cáncer de pulmón avanzado. No hay que llegar a eso. Hay que tratar de tomar conciencia".

Tres personalidades

En la entrevista con EL TIEMPO, Inza observó otro aspecto particular del tema abordado: "Ahora es interesante esto: cuando dejan de fumar, algunos lo hacen después de muchos años de adicción. Quedan personalidades psicológicas que hay que tenerlas en cuenta, porque después queda el fumador frente a la vida. Uno lo puede ayudar, porque hay medicación, hay tratamiento, que ayudan en el envión inicial para que dejen, pero después de seis meses, quedan ellos frente a la vida. Entonces, hay tres personalidades interesantes".

"Primero está el nostálgico -describió Inza-. Es el que dice que dejó de fumar, pero "perdí un amigo, perdí un compañero...". Es como que idealiza. Si me preguntan a mí qué es un cigarrillo, digo: es un palito blanco que tira cuarenta sustancias cancerígenas, tres mil tóxicas. Pero el nostálgico habla como si el cigarrillo fuese una persona. Esa nostalgia hace que cualquier circunstancia de la vida -me chocaron el auto, tuve problemas en la familia, etc.- tiene el vínculo, porque es pro-cigarrillo. Él está convencido que es un amigo. Ese es muy probable que vuelva a fumar".

"Después está el soberbio. El que dice que dejó de fumar porque dice que lo maneja y que, "si tengo unos problemas, bueno, pego unas pitaditas nomás, total lo controlo". Falso control y es probable que también vuelva a fumar", definió.

La tercera personalidad, "que es la mejor" de acuerdo con su análisis, es el "adecuado". "Es el que dice: "yo dejé de fumar" pero reconoce que "es bravo esto, mirá cómo te va enganchando, no te vas dando cuenta y después toda tu vida empieza a girar en torno al cigarrillo". Primero, reconoce que él no puede controlar la situación y después empieza a ser pro-salud. Es cuando reconoce: "dejé de fumar y tengo más respiración, las piernas me duelen menos, mirá cómo me concentro mejor, mirá cómo duermo más tranquilo. Tengo menos catarro, menos taquicardia". Es decir, empieza a valorar, no se le pasa de largo, la cantidad de beneficios que le trae el dejar de fumar".

Indicó también que "muchas veces se escucha sobre "el placer de fumar"; pero hay que contrarrestar con el placer de no fumar y sentirse bien, que ciertamente es muy saludable y muy placentero. Porque el tema del tabaco es un engaño: ese placer que se menciona, es momentáneo. Son las primeras pitadas con la descarga de dopamina. La dopamina da sensación de gratificación, de bienestar, pero es un ratito. A la hora y media, cuando se va el efecto de la nicotina y la descarga de dopamina, el fumador está mucho peor en ansiedad, en cuestiones emocionales, que al comienzo. Es un traidor el cigarrillo. Son todas cosas momentáneas pero que, en el largo plazo, afecta mucho la calidad de vida".

Finalmente aseguró que, "de esas tres personalidades, el que cambia cognitivamente, el que tiene chance de seguir siendo no fumador, es el "adecuado". Los otros dos, el "nostálgico", el "soberbio", es probable que vuelvan a fumar".