ESTUVIERON EN LA PRIMERA LÍNEA DE LUCHA CONTRA EL VIRUS

ESTUVIERON EN LA PRIMERA LÍNEA DE LUCHA CONTRA EL VIRUS

"El Covid cambió nuestra posición de médicos: no importaba qué hacíamos, la gente se moría igual"

Son profesionales del Hospital Pintos de Azul. Convivieron con la pandemia desde el primer momento. Al hablar del tema, reviven la angustia e impotencia de aquellos días que parecen tan lejanos y, sin embargo, no lo son: "Sabemos que ese dolor no lo vamos a sacar. Veíamos que los pacientes fallecían a pesar de que uno intentaba todo, fue mucha angustia". Para las familias, también "el tema del Covid cambió el tema de la muerte", porque no hubo "una manera de despedirse, de estar un último minuto. No los podían ver durante la enfermedad y ni siquiera cuando los enterraban, fue algo muy difícil para la gente despedirse de esa manera".

Por: Marcial Luna
20 de noviembre de 2022

Son médicos jóvenes, algunos de ellos inclusive están culminando la etapa de residencia. Estuvieron en la primera línea de lucha, en la etapa más difícil de la pandemia de Covid. Recientemente, presentaron exposiciones en dos congresos, uno de ellos de alcance nacional e internacional.

EL TIEMPO los convocó para conocer detalles de los trabajos producidos, junto a la doctora e instructora de Clínica Médica del Hospital Pintos de Azul, pero también para dialogar sobre otras cuestiones de fondo. Y, además, plantear un aspecto: ¿Cómo marcó a cada uno el caso del Covid, mientras día a día el virus arrasaba terreno, dejando un reguero de dolor, impotencia y, muy a menudo lamentablemente, muerte?

De la entrevista con este diario participaron los médicos Daniela Bianchi Pintos, jefa del Servicio de Clínica Médica del Hospital Pintos e instructora de residencias de clínica médica; Bernardo Quattrocchio, médico especialista en clínica médica; Paz Marinaro, médica residente; Pamela Chaves, médica residente; y Florencia Fortunato, médica especialista en clínica médica.

Explicaron que se realizaron dos congresos. Uno en el Hospital Municipal Héctor M. Cura de Olavarría, que se organiza todos los años en la vecina localidad. Ello ocurrió el 28 de octubre y los médicos azuleños presentaron allí tres casos clínicos, y además participaron de diversas charlas que organizó el congreso, puntualmente sobre "Los diferentes aspectos del dolor", puntualizó Bianchi.

Las tres presentaciones fueron realizadas por los doctores Quattrocchio, Marinaro y Chaves.

Quattrocchio indicó que "el mío era sobre un caso de Lupus, una enfermedad reumatológica autoinmune; el de Paz era sobre la enfermedad de Addison -un caso visto en el hospital-; y el de Pamela era sobre un caso de Porfiria aguda, que es una enfermedad poco frecuente y tuvimos un caso acá en Azul, de una paciente".

Al respecto, la doctora Bianchi comentó que "el Hospital Pintos se está adentrando en esta enfermedad, porque son pocas en Argentina las personas que la tienen y entonces como ahora hay dos pacientes en Azul, tenemos que estar al tanto de los tratamientos. Tenemos un contacto en Buenos Aires, en el Hospital de Clínicas, que es donde está el centro de referencia de Porfiria y ahora habrá una jornada de actualización, por lo que va a viajar un profesional del Hospital Pintos para participar de esa jornada".

Paz Marinaro intervino para indicar que "la idea es presentar casos, por lo general, poco frecuentes; cómo se hace el diagnóstico, cómo se presenta el paciente, para compartir con el resto de los colegas que concurren a esas charlas o jornadas, y también para formarnos nosotros. Son enfermedades puntuales y entre todos los que participan, es una forma de nutrirse entre los profesionales, en este caso, en cuanto a enfermedades poco frecuentes".

Luego de las exposiciones, llegó una nueva posibilidad. El Congreso Nacional de Medicina Interna, organizado en la UCA, del 8 al 11 de noviembre. "Hubo jornadas, con invitados nacionales e internacionales, y dentro de esas jornadas están las jornadas de los residentes", puntualizó Bianchi.


La doctora Pamela Chaves expone en el Congreso Nacional de Medicina su investigación sobre Covid, de acuerdo con registros del Hospital Pintos de Azul.

Allí se expusieron dos casos, uno de ellos relacionado con aspectos de la pandemia de Covid. Esta presentación estuvo a cargo de Pamela Chaves. Indicó, en tal sentido, que "la idea en cuanto a mi trabajo empezó porque, dentro de lo que es nuestra residencia, tenemos que hacer trabajos de investigación. Uno por año. El trabajo que hice fue sobre las internaciones por Covid que hubo en el año 2021. Teníamos un cupo limitado de camas para poder internar; había pacientes sospechosos, pacientes positivos. A veces tardábamos mucho tiempo, muchos días, en poder tener un resultado positivo, por lo que quedaban ocupando las camas. Y también había en ese momento mucha desconfianza en cuanto al test rápido. El de PCR era lo ideal, pero había ciertos requisitos en cuanto a síntomas; se necesitaba sí o sí que el Hospital de Niños estuviese disponible. Si era fin de semana, había que esperar a la semana. Lo mismo si era feriado; por eso con el test rápido era más fácil".

Luego puntualizó que "La idea del trabajo era comparar la sensibilidad y la especificidad de ambos test durante el diagnóstico. Se tomaron las fechas de enero a junio del año 2021, de los pacientes internados solamente, que fueron 553. Se tuvo en cuenta la edad de los pacientes, los síntomas, los días de hisopado, es decir desde que empezaron con los síntomas hasta que se hisoparon, las comorbilidades. Y la idea era esto: saber con cuánta menor cantidad de días de síntomas, cuál era el test más rápido y mejor. Es decir, saber si se podía utilizar sólo un test rápido, y no esperar la cantidad de días que necesitaba la PCR. Y así liberar las camas lo más rápidamente, con respecto a los sospechosos que eran negativos".

"En un estudio observacional de este tipo -agregó la doctora Pamela Chaves- la conclusión fue que sí, que tenía una buena sensibilidad el test rápido. Siempre es más específico y lo ideal es el PCR, pero el test rápido también funcionaba".

Además, "hay que tener en cuenta que la población que se evaluó para este trabajo es la internada, con comorbilidades; no era la población que en general se ve en la calle".

Y recordar que "no estaban las vacunas en ese momento. No entró en el estudio porque era algo muy reciente".

Un caso de Fiebre Hemorrágica

La doctora Paz Marinaro explicó que "el otro caso clínico que se expuso en este congreso fue el que hice sobre un paciente que, en el Hospital Pintos, se le hizo diagnóstico de Fiebre Hemorrágica Argentina. Era un paciente oriundo de Brasil que llegó acá a trabajar en Los Teros [el parque eólico] y empezó, en ese momento, cuando consulta la guardia externa, con síntomas muy similares al Covid, en el mes de mayo del 2020, cuando estábamos iniciando pandemia".

Destacó que "los síntomas eran muy similares a los de Covid, con cefalea, dolor articular, dolor de garganta, fiebre de seis días de evolución. Se le hizo PCR al ingreso, por lo cual quedó aislado. Dio negativo. Se le volvió a repetir a las 48 horas por un problema en el interrogatorio con el paciente -un viaje a Ezeiza que no había referido en su momento-, se lo volvió a hisopar y a dar negativo. Pero sus valores de plaquetas empezaron a disminuir, de glóbulos blancos; se le hizo en su momento serología para hantavirus, para leptospirosis, para fiebre hemorrágica, para dengue. Viruela había tenido en el 2017. Siguió bajando sus valores y él refirió luego, aunque tarde en el interrogatorio, que en su lugar de trabajo había roedores, así que, entre la clínica, los datos de laboratorio y el interrogatorio, se le pasó igual el plasma para fiebre hemorrágica y se lo derivó enseguida al Hospital Italiano. Y llegó a los dos o tres días la confirmación del diagnóstico. En el Hospital Italiano lo único que hicieron fue mantenerlo en observación 48 a 72 horas, y volvió a Brasil".

Quattrocchio mencionó un aspecto fundamental en torno a esta enfermedad y es que "para la fiebre hemorrágica hay vacuna, que es obligatoria para los trabajadores rurales o que se manejan en ese ámbito. Es una sola dosis y dura toda la vida. Este señor no estaba vacunado y trabajaba en Los Teros justo en un área donde está el roedor que transmite el virus de la fiebre hemorrágica".

Retomando lo ocurrido en la exposición, Marinaro explicó que "los evaluadores, al término de la exposición, realizan consultas. En mi caso me preguntaron si de Los Teros salieron otros pacientes con Fiebre Hemorrágica Argentina. Por lo menos a nuestro Hospital llegó esa sola consulta".

En tanto, la médica e instructora de residentes Bianchi dijo que "es importante destacar, como docencia desde el Hospital Pintos, que el hecho de participar en congresos, exponer trabajar, hacer esos trabajos tiene que ver con el área de investigación dentro de la Medicina. La Medicina no es sólo asistencial. Esta área es muy importante porque es lo lleva a uno a exigirse, a seguir actualizándose. Esto se comparte con colegas, se va enriqueciendo mutuamente, quienes exponen y quienes participan de la jornada. En el Congreso Nacional estuvieron los mejores expositores del país, entonces todo el tiempo uno está escuchando, aprendiendo, volvemos recargados y pensando cómo mejoramos nuestro Hospital Pintos. Cómo cambiamos nuestra realidad con respecto a lo que son las nuevas normativas. Así que desde el área de docencia siempre estamos tratando de que la gente participe en este tipo de congresos y conferencias. Y hay de muchas especialidades: de traumatología, de enfermería, de medicina interna que es nuestro caso. Y para los residentes que exponen, es una experiencia única, presentarse frente a colegas de todo el mundo, y hacer una exposición oral sobre un caso, en una cuestión importante en su formación".

La doctora Florencia Fortunato comentó que "pude participar de la conferencia de un médico colombiano que habló de lo que se llama "las guías de mejoramiento" de la medicina, que son mundiales y como "mandamientos" con las cosas que no hay que hacer y que empeorarían la calidad de atención de un paciente, y a la vez las cosas que mejorar esa calidad de atención".

En tanto, Bianchi asistió "a una que hablaba de la interacción entre clínicos y quirúrgica, que en nuestro Hospital es algo que está muy separado, si bien se hacen interconsultas cuando el paciente lo requiere. Pero lo que se ve en el mundo ahora es la coparticipación de clínicos y cirujanos, todo el tiempo; no esperar a que llegue una pregunta puntual sobre algo que le ocurre a un paciente. Eso mejora la atención del paciente, porque es un modo global de la atención".

Al ser consultada por este diario sobre esa coparticipación si se va a implementar en el Pintos, dijo que "yo lo plantee a la Secretaría de Salud. Además, con cuestiones que no requieren recursos especiales o que uno piense, no, acá no tenemos recursos, sólo es cambiar la forma de pensar, que a veces es más difícil de conseguir".


Las doctoras Pamela Chaves, Florencia Fortunato y Paz Marinaro, durante el 30° Congreso Nacional de Medicina.

La pandemia

Todos ellos, de una u otra forma, convivieron con la pandemia Covid en el ámbito hospitalario desde el minuto uno. Inclusive, como indican en sus testimonios, la experiencia comenzó antes, en tiempos en que se hablaba de la amenaza cuando no se sabía si, efectivamente, había desembarcado en el centro bonaerense.

El doctor Bernardo Quattrocchio dijo que, "personalmente, cuando comenzó la pandemia, en marzo del año 2020, yo era residente de tercer año. Fue toda una experiencia, pero también desde la incertidumbre; porque era un virus que no conocíamos y fuimos aprendiendo muchas cosas. Desde la atención del paciente, el uso de elementos de protección -barbijos, guantes, camisolines y todo eso- y también todo lo que se generaba en el paciente y la familia. Todo el sufrimiento; ver tantos pacientes que andaban mal y que fallecían a los pocos días de internación".

Recordó que "muchos pacientes llegaban en mal estado, con neumonía por el Covid y fallecían en terapia. Para mí, todo eso, fue fuerte. Ver tantas muertes por día, pero me llevé una experiencia para el manejo de esos pacientes respiratorios; es decir, cuándo un paciente es un Covid leve, cuándo es grave; cuándo tengo que intubarlo y pasarlo a terapia. Fue algo único para mí, en mis pocos años de médico, que son seis. Vivir una pandemia, atender tantos pacientes de Covid por día, tanto en la sala como en la guardia, en los consultorios, fue toda una experiencia para mí. Aprendí mucho. Y compartir con el paciente, con la familia, el dolor. Porque estar grave, estar con falta de aire es algo muy feo para un paciente; hablar con las familias, hacerles entender que el paciente está en el final de la vida. Todo eso fue algo que fui aprendiendo ahí. Cómo comunicar una muerte, una mala noticia o una mala evolución, lo fui aprendiendo ahí".

No dudó en señalar que "fue un año donde todos los días teníamos que dar malas noticias, porque algunos salían adelante de manera espectacular, se iban de alta. Pero otros, con una mala evolución, sobre todo en la primera etapa del 2021, con esa variante de Covid nueva, fallecían jóvenes, personas de treinta y pico, cuarenta años. También esa parte fue muy fea: ver cómo un paciente en dos o tres días se desmejoraba y había que pasarlo a terapia. Fue una experiencia única en todo ese aspecto, no sólo en el manejo de la enfermedad por Covid, sino por la familia, por todo el sufrimiento que trae una enfermedad como esta. Y agradecemos que, con la llegada de la vacuna, la pandemia casi está en el fin. Los cuadros que vemos son leves y ni necesitan internación, y la mortalidad ha bajado muchísimo".

En su caso, la doctora Paz Marinaro destacó que "en el comienzo de la pandemia, yo ingresé a la residencia. Fue mi primer año de residencia. Nosotros generalmente tenemos a nuestro instructor, que tiene ya un plan para nosotros de acuerdo al año que estemos de residencia, por las salas que vamos rotando. Uno cuando ingresa lo hace al servicio de clínica médica, pero yo cuando ingresé, lo hice directamente al área Covid. Estuve unos seis meses haciendo sólo Covid, no con otra patología y manejándonos de acuerdo con lo que íbamos aprendiendo en el día a día con esos pacientes. Por ejemplo, nos llega un paciente con muy baja saturación de oxígeno, había que actuar rápido. En el primer tiempo nos manejábamos con lo que teníamos, con la información que íbamos recibiendo. Para el mismo paciente era una incertidumbre, porque era también algo nuevo; y ellos generalmente la única cara que veían, aunque en realidad eran solamente nuestros ojos, era la nuestra. Entrábamos a la mañana a evaluarlos, pero uno se tomaba un tiempito de más para charlar con ellos. Los partes con la familia eran por teléfono, y cuando teníamos malas noticias, también era por teléfono. Desde nuestro lado también era desesperante no poder ayudarlos; porque uno siempre contiene y les da una palabra de aliento, pero en ese momento, al ser por teléfono, se complicaba. Lo que destaco es que sentí el grupo de clínica muy unido. Estábamos todos rotos, pero entre nosotros podíamos apoyarnos y cuando alguno estaba peor, nos sentábamos a hablar. La verdad es que noté muy unido al equipo. Después empezamos a contagiarnos nosotros mismos".

Quattrocchio intervino para reafirmar: "Sí, era algo inevitable el contagio para nosotros".

Marinaro continuó: "No sólo estábamos en la sala de Covid, sino que además hacíamos guardia externa y allí caían pacientes con otros síntomas y terminaba siendo Covid; hacíamos consultorio de Covid, evaluando pacientes que no requerían de una internación, pero sí una evaluación más seguida, y se los citaba cada 24 a 48 horas para evaluarlo".

Ante ese panorama, "particularmente, lo que yo siento que en ese período me marcó fue el manejo del paciente Covid fallecido; el hecho de ayudar a enfermería a cómo preparar al paciente para que lo vinieran a buscar. Eso también fue algo que me marcó mucho".


En el congreso médico de Olavarría, la doctora Paz Marinaro expuso un caso de enfermedad de Addison.

Al límite de la resistencia física

La doctora Daniela Bianchi sostuvo que "fue una enfermedad que me marcó mucho, porque era una enfermedad nueva, y no estamos acostumbrados a tener cosas nuevas en Medicina; no de esa manera".

El particular caso de una pandemia, que se da cada tantísimos años, ciertamente.

Bianchi señaló que "no sabíamos; a los primeros pacientes los tuvimos mucho tiempo internados, por el protocolo que nos bajaba Provincia, el Ministerio de Salud que, en un momento, cambiaba semana tras semana. Estábamos todo el tiempo leyendo los protocolos, viendo cuánto tiempo de aislamiento es ahora, cuándo se hace PCR para darle el alta, porque en ese momento a los pacientes se les daba el alta con PCR, con lo cual estuvieron internados durante toda su convalecencia, aunque ya no contagiaban, pero todavía no lo sabíamos".

Agregó al respecto que "se probaban medicaciones nuevas. Nosotros estamos acostumbrados a dar un tratamiento que sabemos que es eficaz, por estudios, por trabajos, costo-beneficio, ya con todo estudiado en Medicina. Y esto no era así. Ahora probamos con tal cosa o ahora se usa esto, como ocurrió con el ibuprofeno inhalado, que sirvió un tiempo y después ya vimos que no, no funcionaba. Nos hicimos cargo de tantas cosas porque no había otra forma porque no sabíamos de esta enfermedad. Creo que nos llevó al límite de resistencia física, porque había veces que trabajamos los treinta días seguidos. Íbamos a la mañana hasta el otro día a la tarde, y volvíamos a las 6 a hacer otra ronda".

"Lo emocional también -apuntó de inmediato Bianchi-, porque nos damos cuenta que nos cambió nuestra posición de médicos: no importaba lo que hacíamos, la gente se moría igual. No era que con un antibiótico esto se cura. Eran 24 horas de Covid. Desde llegar a nuestras casas, bañarnos y lavar la ropa dos o tres veces por día. En el mismo Hospital se vio cómo funcionaba el área Covid, mientras muchos profesionales, con patologías previas, con miedo, se retiraron. No estaban los médicos de la planta original, ni los enfermeros de la planta original. Hubo muy poca gente. No podía estar la gente mayor de edad, por supuesto tampoco con patologías previas; ellos fueron retirados del Hospital. Entonces, también uno se sentía un poco solo".

La doctora Bianchi admitió que "yo, en algún momento, parafraseaba algo de la película "Los siete magníficos", aunque después se amplió el grupo con los residentes, pero éramos siete médicos, uno para cada día de la semana, para ocuparse del área Covid. No había nadie más".

Otro aspecto difícil del proceso de pandemia es que "estaba el protocolo de "la última cama", cuando se llegaba al momento en que quedaba una sola cama en terapia intensiva. Eso pasa siempre, pero con el Covid se aumentó".

En cuanto a cómo afecta esa decisión que el profesional médico se ve obligado a tomar en circunstancias de estas características, la doctora Marinaro lo refiere: "Yo hasta me llegué a plantear quién soy yo para decidir eso. A quién le doy ese lugar. Si tengo tres pacientes, ¿a quién elijo? Y ¿por qué yo lo elegí? ¿Para qué estudié esto si no lo puedo ayudar?".

El tiempo de la incertidumbre

Por su parte, Pamela Chaves reconoció que "lo primero que sentí fue incertidumbre, porque hablaban de una amenaza que no había llegado, pero ya estábamos a la defensiva y nerviosos por algo que estábamos esperando que llegara, pero que nunca llegaba. Entonces era la incertidumbre: ¿esto es Covid? Sacábamos toda la artillería y no terminaba siendo Covid. Así fue al principio. Una etapa de miedo y de mucha desconfianza. El hecho de entrar a una habitación y hasta tener miedo de tocarse uno mismo porque no sabíamos qué era lo que iba a enfermar. Después uno se saca eso, se empieza a normalizar, ya no tener miedo de estar con la persona en la misma habitación, con guantes, cofia, a veces hasta nos poníamos tres barbijos, casco. Era la presión de estar ahí, si me contagian y yo contagio, no puedo ver a mi familia, no puedo ver a mis amigos, si se mueren por mi culpa. No quería ver a nadie. Durante más de seis meses no vi a nadie. Tampoco quería salir, porque ¿y si contagiaba y te pasa algo? Yo decía: prefiero estar en el hospital".

La doctora Florencia Fortunato recordó otro aspecto, muy presente en aquellos primeros tiempos de la pandemia: "Que te estigmaticen por estar trabajando en un hospital con pacientes Covid. Yo viví la pandemia en otro hospital, en Olavarría, recién hace un año que estoy en Azul".

Por eso, "creo que cambió todo, en cuanto a la forma de hacer Medicina. Era todo por teléfono. La manera en que uno revisaba era mucho más dirigida. En el hospital se había establecido hasta por dónde teníamos que entrar, por dónde salir, dónde dejar nuestras cosas. Y después el contacto con el paciente, con la familia, eso fue terrible: avisarle a una familia que el paciente va a fallecer, y comunicarlo de una manera tan fría, por teléfono. Sabemos que ese dolor no lo vamos a sacar. Veíamos que los pacientes fallecían a pesar de que uno intentaba todo, fue mucha angustia y algo inevitable transpolar todo eso a nuestros afectos".

Por otro lado, no había antecedentes, al menos cercanos, de una pandemia con estos rasgos. La doctora Bianchi mencionó "la gripe aviar, pero ni se compara con esto".

Paz Marinaro sostuvo que, además, "algo que afectó mucho fue ver que se despedían de la familia como si no los fueran a ver más".

Precisamente, recordó Bianchi, "el tema del Covid además, cambió el tema de la muerte, porque los entierros eran a cajón cerrado. No hubo una manera de despedirse, de estar un último minuto. No los podían ver durante la enfermedad y ni siquiera cuando los enterraban, fue algo muy difícil para la gente despedirse de esa manera de sus familiares fallecidos por Covid. ¿Cómo entender en concepto de muerte, cuando no lo ves muerto? Porque el último contacto era el día en que nosotros les decíamos que lo íbamos a internar al paciente. Después no lo veían más. Si ese paciente llegaba a fallecer, no los veían más".

En cuanto a la actual situación del Covid, la doctora Bianchi mencionó que "internado no hay nadie, pero hemos tenido hasta recientemente. Se internan por otra patología y al hisoparlos dan positivo, pero la patología por la que ingresan no es Covid. Hay una variante nueva de la que se habla, "perro del infierno", en Europa, pero no sabemos si la tenemos en el país". Eso sí, desde hace una semana se habla más asiduamente en países europeos sobre el tema.


Las doctoras Bianchi, Chaves, Marinaro y Fortunato frente a la UCA, universidad en la que se desarrolló el Congreso Nacional de Medicina.

Un peligroso relajamiento

El descuido de una parte de la comunidad con respecto a la vacunación no es un tema menor. Para la doctora Bianchi "hay gente que se ha dado dos dosis y algunos dicen que en la segunda les provocó mucho dolor de cuerpo. Una señora refiere que le despertó una artritis, pero lo cierto es que hay mucha gente que le tiene miedo a la vacuna y entonces no se vuelve a vacunar. O dicen que con dos dosis ya está bien. O relacionan alguna patología que tuvieron después de vacunarse con las vacunas".

El doctor Quattrocchio apuntó, en tal sentido, que "es miedo a lo nuevo, en este caso una vacuna nueva".

Por otro lado, los efectos o secuelas del Covid también deben tenerse presente. Bianchi le otorgó el rango de importancia que amerita el tema: "Inclusive en el Congreso Nacional de Medicina se habló del síndrome post-Covid".

La doctora Pamela Chaves indicó que "las secuelas que se observan son cansancio, falta de aire, tos crónica"; mientras que Bernardo Quattrocchio añadió: "El olfato. Yo, a dos años, sigo con muy poco olfato. Tuve dos veces Covid. En el 2020 lo perdí al olfato. También hay personas que observan dolores musculares, cansancio".

Florencia Fortunato señaló que "hemos visto alteraciones cardiológicas en pacientes internados por Covid, en ritmo cardíaco, taquicardia, arritmia, por eso está recomendado hacer un control post-Covid con Cardiología, Neumonología. En el hospital hay un consultorio".

Recordó, el doctor Bernardo Quattrocchio, que "otros síntomas que puede dejar es insomnio, ansiedad".

La doctora Bianchi, en relación a la participación del grupo médico en ambos congresos, hizo un paréntesis para indicar: "Le agradecemos al municipio, porque nos ayudó para poder hacer este viaje al Congreso Nacional de Medicina. Es algo destacable y que hace mucho no se hacía".

Finalmente, la doctora Florencia Fortunato, subrayó "la importancia de formarse permanentemente, porque el beneficio es para el paciente".


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