7 de junio de 2022
A los 64 años de edad sigue apasionado por su actividad en los medios de comunicación. Con más de tres décadas de trayectoria en el periodismo, en una charla con EL TIEMPO destacó dos premisas que siempre siguió: conocimiento y respeto.
Siempre dio gusto escucharlo y aún es una bendición poder seguir disfrutando de su talento y capacidad a la hora de informar sobre las actividades que se llevan a cabo en Chillar.
Su nombre -por si alguno aún no lo conoce- es Hugo Pedro Cabral, un señor periodista con una trayectoria impresionante al que todos los habitantes del pueblo llaman"Peter", apodo que se ganó por su poco apego al inglés.
Es uno de los personajes más queridos por los chillarenses. El mismo que durante varios años supo cumplir su labor en el Banco Provincia hasta jubilarse. Además, tiempo atrás fue ordenado Diácono de la Iglesia Sagrado Corazón de Jesús, donde acompañó a todos los sacerdotes que han pasado por esa parroquia.
Es por eso que "Peter" nunca pasa desapercibido. Los elogios se pueden oír permanentemente en cualquier lugar por el que transite; un síntoma inequívoco de que ha cosechado cariño y admiración.
Sin embargo, el foco de la nota y el motivo de ser entrevistado por EL TIEMPO es sobre su destacada vocación de servicio como comunicador. Su trayectoria comprende alrededor de cuatro décadas, periodo donde nunca dejó de ser la cara visible del informativo "Chillar y su gente", que primero se emitió en el Canal 4 -a través de su fundador Jorge Cuburú- y en la actualidad se puede ver en el 2, "Su Canal Cooperativo", de la CLAPo, la cooperativa que desde 2016 es la titular de esa emisora de TV por cable de la vecina localidad perteneciente al Partido de Azul.
El señor de las noticias
-¿Cómo surgió la idea de sumarse a la TV?
-En primer lugar, ya venía haciendo micros para Radio Azul, a través de Jorge Schechtel, quien en su momento era uno de los coordinadores de la emisora; aunque no recuerdo en qué circunstancias nos contactamos para que sea su corresponsal en Chillar. Creo que sería en los primeros años de la década del '80. Dicha función la cumplí durante muchos años y salía en vivo sobre el final del informativo que comenzaba a las 9 de la mañana. En ese momento ambas localidades tenían su espacio de lunes a viernes. Sin embargo, era complicado comunicarse en ese tiempo, había que ir temprano a la telefónica, pedir la llamada y esperar la respuesta del otro lado. Luego, en 1986, Jorge Cuburú inició el proyecto del canal y me convocó para sumarme al staff. Supongo que Jorge me habrá visto en alguna misa y se le ocurrió invitarme, ya que yo estaba acostumbrado a hablar en público. Generalmente, por la actividad religiosa con el Padre (César) Villamayor. Además, los medios de comunicación me interesaban. Pero cuando me inicié, no tenía ninguna formación. Sólo con la práctica fui aprendiendo.
-¿Cómo fue el paso a paso de la TV en Chillar?
-Cuburú motivado por lo que había pasado en Azul, de la mano de Alfredo Pucheu y todo su grupo de trabajo con TV2 decidió cablear al pueblo y hacer un circuito cerrado de televisión. Luego, el Canal 4 comenzó con su programación el 23 junio de 1986. Unos meses antes comenzamos con las transmisiones de prueba, ya que era todo muy nuevo para nosotros y, sobre todo, para la comunidad, donde solamente se veían los canales 8 y 10 de Mar del Plata. Lo que hacíamos era pasar material enlatado y yo hacía la locución. Después empezamos a realizar coberturas locales, tales como entrevistas y filmaciones de partidos. Como se vio que a la gente le gustaba se decidió hacer un programa informativo de una hora, llamado "Chillar y su gente", que ya lleva más de 30 años al aire y en la actualidad se emite todos los lunes. En sus inicios se veía en vivo los sábados, que duró menos de un año. Después se decidió hacerlo los lunes para ofrecerle al televidente toda la información del fin de semana.
-¿Y cómo siguió la televisión en ese entonces?
-Después, de martes a viernes y generalmente a las 20.45, se comenzó a sumar el informativo diario "Canal 4 Noticias", cuya duración rondaba los 15 minutos. Precisamente, en lo que respecta a la etapa de Cuburú, siempre fue en ese horario y tenía como canal de cabecera el 4, que en Chillar se veían también los programas de TN (Todo Noticias). Para no cortar con el programa de las 21, que continuaba en su grilla, se estableció cortar la transmisión del anterior en su último bloque y en ese periodo salir en vivo para contar las novedades en ese escaso tiempo. Después, con la gestión de la CLAPo, que comienza en 2016, por una norma del COMFER todos los canales, en referencia a las emisiones locales, pasaron al Canal 2, desde donde hoy compartimos la transmisión con el Canal Quiero Música. A través de este cambio, contamos con más disponibilidad horaria, por lo que el informativo "Canal 2 Noticias" durante la semana dura media hora.
-¿En qué consistían aquellas transmisiones?
-Hemos realizado programas especiales que iban en otro día y en diferentes horarios. Desde coberturas de los actos de las escuelas hasta cubrir el automovilismo zonal y el fútbol local. Esto último, sobre todo, cuando a Independiente lo seguíamos de local y visitante a principios de los '90, periodo donde peleó un par de campeonatos y uno de ellos lo perdió con Atlhetic, con el tanto de Orlando Peralta. Recuerdo que a veces les dábamos los VHS a los referís para que lo lleven a Azul, donde luego se pasaban en "El Tercer Ojo", el programa que conducían "Manolo" Daulerio y Mario Daher. Y también hacíamos nuestro programa deportivo, donde a veces me acompañaba Cuburú y comentábamos los partidos junto a los jugadores o dirigentes del "Rojo", quienes se acercaban al canal.
-¿Qué recuerda de su primera vez frente a una cámara?
-La primera entrevista la realicé en la Biblioteca Popular, donde charlé con Gustavo Parra, quien presentaba un libro de su autoría. Era una novela fantástica, que casualmente hace pocos días vi el ejemplar en la biblioteca cuando se realizó una reunión del "Café Literario". Y un año después de haber comenzado con este proyecto tuvimos muchísima actividad periodística por los 75 años de Chillar en 1987. Las coberturas las hacíamos en conjunto con los colegas de Azul, quienes también nos daban una mano.
-¿Cómo se preparaba en sus primeras apariciones en el noticiero y cómo lo hace ahora?
-Ha cambiado muchísimo, la verdad. Antes uno tenía que salir a buscar la noticia con los medios que tenía: una cámara y un micrófono. Y si no, a domicilio y con un papel y lapicera. Con el paso del tiempo surgió la llamada telefónica. En estos tiempos, Internet y las redes sociales nos han ayudado bastante. En ese sentido, para las nuevas generaciones es incomprensible que hayamos trabajado de otra manera. Doy un ejemplo de lo que se hacía antes: una tanda comercial se grababa de la primera a la última sin cometer equivocaciones, porque si no había que hacerlo otra vez desde la primera. Era todo muy artesanal.
-¿Cuánto tiempo de preparación lleva hacer el programa?
-Siempre lo hicimos en vivo y su armado dependía de las coberturas que se habían realizado. Antes era más rutinario. Hoy, a través del teléfono, podés informar una noticia de último momento con relación a esta comunidad. Es decir que puedo dar una noticia leyendo desde el móvil. Por lo general, me ocupo del armado del programa y del material, siempre consensuado con el dueño del canal. En su momento era Cuburú y ahora el Directorio de la CLAPo.
-¿Cómo afectó la pandemia al ritmo del informativo?
-Transmitirlo fue muy difícil. Sobre todo, para el noticiero de los lunes, donde no podíamos contar con invitados. Aunque nunca dejamos de emitirlo, sólo lo hacíamos media hora en vez de una. Además, pasamos casi dos años realizando notas telefónicas, saliendo poco y, por lo general, cubríamos la pantalla con imágenes de archivo mientras hablábamos con el invitado.
-¿Qué tiene de especial seguir al frente del noticiero?
-Vivimos un momento muy especial porque habíamos logrado un lindo equipo de trabajo entre gente joven y más experimentada, como era mi caso y el acompañamiento de Guillermo Villagras. Pero su fallecimiento nos marcó en todo sentido. Con él nos complementábamos muy bien, hacíamos producciones juntos e, incluso, nos reemplazábamos. Ahora estoy trabajando con gente mucho más joven, con una generación muy lejana a la mía. Sin embargo tenemos muy buena relación y es esa juventud la que obliga a uno a estar actualizado. Mediante este equipo, como así también con los anteriores compañeros que han pasado por el Canal 4, siempre decidimos mantener una línea de trabajo: hacía donde apuntamos, qué nos gusta pasar y qué omitir. Se mantiene una línea de veracidad y un cierto nivel y así lo entiende la gente de la Cooperativa. Mantenemos una impronta en la seriedad para no recaer en el límite, que sutilmente se suele llamar "amarillismo".
-¿Qué información es necesaria a la hora de cubrir las noticias del pueblo?
-En general, todo lo que ocurra en Chillar al televidente local le interesa. Mantenemos una audiencia tradicional que mira y así nos lo manifiesta. En los programas les brindamos un resumen de todo lo que pasó en el día. Hemos sumado un segmento de lo que sucede en el Partido de Azul y a nivel provincial y nacional. Al no contar con el noticiero de Azul, realizamos un bloque con todo lo que es oficial de parte del Municipio. Además, hago un segundo bloque en referencia a las actividades locales.
-¿Qué cambió con el tiempo a la hora de hacer una nota-entrevista con un protagonista de Chillar?
-Realizar una entrevista con un protagonista local en algún aspecto se ha naturalizado, pero el mismo nunca hace la nota relajado totalmente. La gente va al programa con mucha confianza, ya que la impronta del medio es no salir con una pregunta desplantada ni otra cosa por el estilo. Hoy tiene seguridad al hablar y en esto han ayudado mucho las redes sociales con la interacción. Además, cuando uno entrevista a mucha gente de otros lados vinculada a la política o la actividad deportiva ya viene con mucha tranquilidad y se sienta a hablar sin acuerdos previos. Como impronta del medio, el límite de lo ético siempre está presente.
-¿El equipo de trabajo cómo funciona en eso que describe?
-Todos mantenemos la atención como para que el envío salga bien. Nunca vamos a "cancherear", ya que siempre estamos con ese nerviosismo propio de que lo va a ver un grupo importante de gente y que merece, dentro de los límites, lo mejor de nosotros. También, como un desafío interesante, está la barrera generacional. Respecto del lenguaje, por ejemplo, cuando uno de 60 y pico de años va entrevistar a otro de 20. Creo que interactuamos bien y podemos llevar el mensaje con claridad. Sólo cambió en cuanto al formalismo, de cuando uno se presentaba al canal de traje o incluso el lenguaje con el "tuteo". En eso considero que, con el paso del tiempo, se fue relajando.
-Ha hecho muchas labores trabajando en televisión, desde ser camarógrafo hasta conductor ¿Qué cosa extraña hizo por ir a cubrir una noticia?
-En los medios del interior se da esto de interesante: que la misma persona haga varias funciones. En los comienzos del canal me tocó grabarme el informativo solo y después ir del otro lado y pasarlo en vivo. Sin embargo, eran hechos excepcionales y a veces pasaba que había superposición de acontecimientos. Recuerdo que trasmitíamos las carreras zonales con Jorge Pouyannes y yo estaba subido arriba de un camión para grabar una carrera. Después, como no íbamos a editar, eso que se grababa salía tal cual quedaba. La cobertura de esos eventos la vivía como una fiesta. Cuando nos tocaba cubrir el fútbol o el automovilismo había uno que se encargaba de llevar el equipo de mate, otro las facturas e, incluso, las pepas de girasoles. Al primero, por lo general lo filmaba Cuburú arriba de la camioneta, yo dentro del campo de juego y también formaban parte del equipo Pouyannes y Enrique Pené, entre otros. Solíamos ser entre tres y cuatro los que íbamos a esos eventos.
-¿Qué es lo que más le atrae de este trabajo?
-Me gusta mucho. Lo empecé como un hobby y luego se convirtió en una actividad de trabajo a la que le dedico tiempo y me lleva bastante. Fundamentalmente, lo tomo como una vocación de servicio. Hay que estar presente donde se produce el acontecimiento. A veces en horarios incomodos o con un clima que no es bueno. Pero superando todo eso hay que estar y hay que cubrir, sea un sábado o un domingo, de mañana o de noche. Y para eso hay que tener disponibilidad. También considero que la gente necesita de nuestra participación.
-¿Cuál fue el compañero que más influyó en su formación?
-En los primeros años me fui formando solo. A veces, algún eventual reemplazo me lo hacía Jorge Pouyannes. Después, ya más acá en el tiempo, fue un placer haber trabajado con "Guille" Villagras a pesar de haber sido poco tiempo, alrededor de dos años. Lo disfrutamos mucho. Teníamos una afinidad muy especial para cubrirnos y con poca charla previa estábamos en condiciones de salir al aire con un buen material.
-¿El cable puede quedar obsoleto frente a los nuevos medios digitales como el streaming, por ejemplo?
-Es un momento de gran incertidumbre. En los 40 años que llevo vinculado a esto siempre hubo cambios. Ahora, al haber tantos avances, como que no logramos estabilizarnos en referencia globalmente a los medios. Esos avances son tan avasallantes que obligan a la gente a optar, porque es imposible que pueda mirar todo lo que le llega. Como medio, uno tiene que elegir y desechar noticias. Y como usuario, uno tiene que elegir lo que quiere ver. En ese sentido la TV, mientras se cubra lo local correctamente, va a seguir teniendo una gran inserción en la comunidad. No es lo mismo la mirada que pueda tener alguien que sube contenidos a las redes sociales que la que pueda tener un medio en sí, en cuanto al enfoque periodístico y la manera profesional de trabajar.
-¿Cuántos años más va a estar en este medio?
-Creo que estamos en los límites. Uno se tiene que dar cuenta cuando ya no tiene ganas; aunque todavía esto último no me pasa. Cuando uno empieza a tener dificultades, en cuanto a adaptarse a los tiempos, a las exigencias de los medios... Por algo uno se jubila a los 65 años (risas).
-¿Qué le recomendaría a un eventual y futuro sucesor suyo?
-El medio tiene una forma y una impronta de trabajar para la comunidad que al público le ha caído bien durante estos años. Por eso considero que debería mantenerse en esa línea. Sobre todo, del respeto al televidente; de informar con seriedad y de cubrir todo lo que suceda en el pueblo aunque sean actividades chiquitas, que también son importantes y merecen su repercusión en los medios.
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