BETO HOURCADE
Lo manifestó así, en el marco de una charla con EL TIEMPO, el referente del Comedor Magalí. Entre otras cuestiones dio a conocer que actualmente asisten a unas 26 familias, entregando viandas tres veces a la semana. "En Azul hay hambre, no es joda, es una realidad", expresó. Además destacó que el espacio se sostiene gracias al apoyo incondicional de la comunidad y de diferentes instituciones y comercios locales.
Por: Javier Ciappina
21 de julio de 2024
En la esquina de Tandil y Rauch, el Comedor Magalí se ha convertido en un símbolo de solidaridad y compromiso comunitario. Durante los últimos 11 años, Beto Hourcade ha liderado esta noble iniciativa que asiste a las familias más vulnerables de ese sector de Azul y también de otros barrios de la ciudad. Se trata de un esfuerzo que cobra vital relevancia en el contexto económico y social actual.
Desde este espacio, Beto y su equipo asisten a aproximadamente a unas 26 familias, lo que equivale a unas 100 personas, proporcionando un plato de comida durante tres días a la semana. Según dijo Hourcade a este diario, la demanda de alimentos ha aumentado considerablemente en el último tiempo.
Este comedor se sostiene gracias al apoyo incondicional de la comunidad azuleña y de diferentes instituciones y comercios locales, que se solidarizan con la causa y han hecho posible que esta iniciativa continúe funcionando, a pesar de los desafíos que vienen enfrentando desde hace tiempo.
Sin embargo, Beto advierte que la situación es incierta y que cada día se requiere de un esfuerzo renovado para conseguir los recursos necesarios. Por eso hace hincapié en que la mano solidaria que le extienden constantemente los azuleños es fundamental.
En la charla mantenida con Hourcade se evidencia que la labor que desarrolla el Comedor Magalí no tiene que ver sólo con la asistencia alimentaria -la cual es fundamental- sino que también es un faro de esperanza, de apoyo mutuo y de sentido de comunidad.
"Ahora, en vacaciones de invierno, las viandas que reciben en el comedor para muchas de estas familias son el único plato de comida caliente con el que cuentan en el día", destacó Beto Hourcade.
"Siempre se mantuvo gracias a la comunidad"
En el inicio de la entrevista, Hourcade destacó que el Comedor Magalí abrió sus puertas hace 11 años por iniciativa de un grupo de vecinos que él encabezaba. "Fue justo después de haber regresado de una caravana solidaria al Norte de país", recordó.
En el mismo sentido señaló que "ya lo teníamos en nuestro corazón dando vueltas desde hacía un tiempo. Sumamos muchas voluntades y logramos abrirlo; y después sostenerlo en el tiempo, lo cual no es nada fácil".
"Y la característica principal de este comedor es que siempre se mantuvo gracias a la colaboración de la comunidad. Nunca bajaron partidas ni de Nación ni de Provincia ni del Municipio. Por eso es que uno muestra en los medios y publica constantemente en redes sociales. Eso es para contagiar la solidaridad y que la gente nos dé una mano. Sino sería imposible poder hacerlo", subrayó.
Según comentó Hourcade, "en el Facebook del Comedor Magalí hay unos 10.000 seguidores. Cuando organizamos algo, lo publicamos en las redes sociales y la gente responde de muy buena forma. Una cosas es contarlo y otra diferente es vivirlo. Es realmente muy emocionante para nosotros".
"La demanda ha crecido notoriamente"
Por otro lado, el referente del espacio mencionó que actualmente se brinda asistencia alimentaria a unas 26 familias. "Son alrededor de 100 personas. Estamos entregando unas 300 viandas semanales", remarcó.
De igual forma Hourcade dejó en claro que "nosotros ponemos el espacio, las ganas, el tiempo y la voluntad, pero son los azuleños los pilares fundamentales del comedor".
"Los que hemos pasado necesidades en la vida, comiendo de la basura, durmiendo en un auto y pasando frío, sentimos esto como una bendición de Dios", aseguró.
A su vez, el referente del Comedor Magalí hizo hincapié en que "los pedidos de ayuda se incrementan cada vez más. Es lamentable, pero real. Nosotros tratamos de sostener lo que tenemos y si recibimos más donaciones entregamos más viandas".
"Siempre tenemos muchas familias en stand by y nos comunicamos por WhatsApp o por teléfono para que vengan a buscar una vianda si es que tenemos más donaciones. Pero las 26 familias, son fijas", explicó.
Igualmente Hourcade reiteró que "la demanda ha crecido notoriamente. Y no sólo de alimentos sino también de ropa, calzado, la ventana, la chapa, el portón".
"Ahora, en vacaciones de invierno, las viandas que reciben en el comedor para muchas de estas familias son el único plato de comida caliente con el que cuentan en el día. En épocas de clases los chicos comen en la escuela. Pero en el comedor, el aumento de la demanda es muy notorio", aseveró.
"Duele mucho tener que decir que no"
En otro tramo de la entrevista brindada a este matutino, Beto Hourcade expresó que "cuando alguna persona me contacta por redes sociales porque necesita algo, yo le aclaro de antemano cómo es la situación: si nos donan, tenemos; si no nos donan, no tenemos. Si tenemos alimentos de más, la llamamos para que venga a buscar la vianda o se la llevamos y se acabó la historia. Siempre vamos de frente". De igual forma resaltó que "realmente duele mucho cuando hay que decir que no, más aún cuando uno ha pasado necesidades y hambre. Duele mucho".
"Ojalá la gente pudiese darnos más ayuda pero uno entiende la situación en la que vivimos. Nosotros no tenemos problemas en cocinar para más personas. No nos interesa ni el gas ni la luz ni el gas. Eso es lo que menos nos preocupa", manifestó Hourcade, quien paso seguido añadió que "obviamente que cuesta pagar los servicios, pero soy un agradecido a Dios por tener salud y poder tener este comedor. Tengo 64 años y puedo seguir haciendo esta labor, con eso me alcanza y me sobra".
Según refirió el titular del Comedor Magalí, "más de una vez, cuando uno termina la jornada, es imposible no agradecerle a Dios y que no se te caiga una lágrima por lo que hacemos".
"Yo nunca me olvido cuando tenía entre 8 y 10 años, que me corrieron de seis escuelas y correteaba por el Barrio Güemes buscando la comida que tiraban porque no tenía otra cosa. Y un vecino me daba lugar en el auto para que pudiese dormir. Jamás se olvidan esas cosas", aseguró.
Beto Hourcade señaló que, más allá de la vianda, al Comedor Magalí muchas familias acuden en búsqueda de ropa, calzados, colchones y pañales.
"En Azul hay hambre"
Sobre el final de la charla con EL TIEMPO, Hourcade sostuvo que, más allá de la vianda, al Comedor Magalí muchas familias acuden en búsqueda de ropa, calzados, colchones, pañales.
"Todo lo que recibimos lo entregamos equitativamente, con la premisa de que la persona realmente lo necesite. Si se trata de ropa, por ejemplo, le damos tres mudas para cada uno. No queremos que después las vendan o las dejen tiradas", advirtió.
El referente del Comedor Magalí dio a conocer que la mayoría de las familias que asisten al lugar no pertenecen al barrio en el cual está ubicado este espacio. "Hay una señora que se viene caminando desde el barrio San José", exclamó.
Por último Hourcade repitió que "cuando apoyo mi cabeza en la almohada no dejo de agradecer a Dios por el hecho de poder hacerle bien a alguien. ¿Cuánto tiempo perdemos muchas veces de gusto dando vueltas por ahí? Realmente este es el mejor tiempo invertido".
"Ojalá algún día cambien las cosas en esta bendita Argentina, podamos salir adelante y que la gente pueda estar comiendo en la casa con su familia, que se puedan comprar la ropa y las zapatillas. Ojalá llegue ese tiempo. Por ahora hay muchas necesidades insatisfechas. Y no hay que ir al Norte del país o al Gran Buenos Aires para verlo. En Azul hay hambre; no es joda, es una realidad. Nosotros podemos dar una mano, pero hay muchas carencias. Los que están, los que se fueron y los que vienen tienen que hacer algo por la gente. Para eso los eligieron", concluyó.
EL DATO
Durante la charla con este medio, Beto Hourcade informó que quienes deseen colaborar con el comedor Magalí pueden comunicarse a través de las redes sociales o al siguiente número telefónico: 2281-414046. Y agradeció a todos los vecinos, instituciones y comercios que colaboran con el Comedor Magalí: Sociedad Rural de Azul, Fundación Marolio, Amalia Gilardoni, Rubén Pastorino, Nora Padrón, Gisel Hatrick Prezioso. Darío Ortega, Maricel Hourcade, José Gentile, Pepe Sánchez, Yesica Hourcade, Daniel Eduardo Marino, Florencia Hait, Emanuel Claudel, Soledad Hourcade, Day Almeida, Juan Picone, Carnicería La Adela, Panadería Los Ángeles, Cristian Cabrera, Automotores Picone, Erik Hourcade, Emanuel Hourcade, Farmacia Fidalgo, Gise y Gabriel, Carlos Calandrelli, por dejar colocar el chango solidario en Golópolis.
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