8 de octubre de 2023

MÁS HISTORIAS DE PUÑOS

MÁS HISTORIAS DE PUÑOS. Hugo Lucero y Juan Carlos Sosa, también abrazaron el boxeo amateur

En una nueva entrega del especialista Juan José Zurro, recordamos la carrera de los pugilistas, quienes se subieron al cuadrilátero en la década del '80 y '90, respectivamente.

Por Juan José Zurro - Especial para EL TIEMPO

Si seguimos el recorrido de la campaña de Juan Carlos Álvarez, Azul se encuentra, como se dijo anteriormente, con muchos boxeadores. Basta ver las noticias en los diarios de la época. Allí nos encontramos con las actuaciones de Hugo Lucero, Montenegro y Flamengo como figuras destacadas en cada festival realizado en la ciudad.

Lucero miró boxeo desde chico y debutó como amateur en 1982. Nunca fue profesional. Hizo varias peleas, pero un accidente en moto lo alejó del boxeo como actividad. Luego de retirado, se dedicó a la enseñanza y a la organización de festivales, lo que, hasta el día de hoy, lo encuentra en actividad.

Como organizador tuvo a su cargo muchas veladas. Desde una jornada histórica en Mamut en los '90 con Carlitos Etchevers y Alberto Moroni (con el ring justo metido en la pista) hasta torneos de barrios en Azul, más la culminación con el último gran evento: la pelea por el título mundial de Yéssica Bopp en el Club Chacarita en 2017. La única pelea por el título del mundo en Azul y en la zona.

Su carrera como boxeador amateur tuvo su noche de gloria cuando el 8 de octubre de 1983 participó de la velada en Mar del Plata en la que Ubaldo "Uby" Sacco retiró a Horacio Agustín Saldaño, "la Pantera tucumana".

La ida hacia la ciudad balnearia empezó con dificultades, ya que en la terminal de Azul, Octavio Andrada le avisó a Lucero que viaje solo, porque tendría que salir más tarde en auto. Lucero así lo hizo y estuvo esperando a su mánager hasta los momentos previos de subir al ring. En el mismo festival se enteró de que su rival era Sandoval, una figura amateur de Mar del Plata que llevaba mucha gente a sus presentaciones. El azuleño, al no tener entrenador, le preguntó a uno de los médicos del festival si podía acompañarlo en su esquina. Y así fue rumbo al ring, con el marco de una gran cantidad de público que ya estaba esperando la pelea de fondo entre Sacco y Saldaño.

Con pantalón y botas blancas marca Corti, donadas por su amigo Ricardo Lima, Lucero subió al ring. Enfrente, la figura local. Abajo y en las tribunas, el público de Mar del Plata alentaba a Sandoval. Empezó el combate, y ante el nerviosismo previo por no tener entrenador, más la noticia de peleas con buen prospecto local, nuestro representante local se jugó entero a terminar rápido la pelea. Sandoval, en los primeros instantes, daba saltitos alrededor de él. En una milésima de segundo y con toda su fuerza concentrada, Lucero sacó una derecha a la cabeza de su rival, que llegó justa y agarró a Sandoval en el aire. Cayó el marplatense a la lona, y Lucero se dio vuelta caminando para su rincón, implorando para sus adentros: "Que no se levante más, por favor". Y así fue: nocaut en el primer round ante la figura local en un festival de renombre. Noche histórica para Lucero, que hoy la recuerda con mucho orgullo.

La pasión por el boxeo hizo que luego fuera entrenador, organizador y referí en diferentes festivales de la ciudad por muchos años.

Siempre involucrado con este deporte, logró que todos sus pupilos lo recuerden con mucho cariño. No solo fue su entrenador, sino también un compañero, un amigo, un referente.

Llegaron los '90

El año 1990 quedará grabado para siempre en la memoria del boxeador Juan Carlos Sosa González. Fue en aquella temporada, más precisamente en el mes de diciembre, que pudo debutar como boxeador amateur. Fue en la calurosa noche del viernes 14, en la ciudad de Pehuajó, que se presentó Hugo "Pajarito" Hernández frente a Juan Alberto Contreras. En ese festival hizo su debut el azuleño Sosa, donde empató y también cumplió su sueño de niño.

Se reconoce como boxeador desde nacimiento, ya que desde chico supo de esa pasión que sentía en su pecho por querer ser boxeador.

Integrante de una familia numerosa, Sosa hizo un ring con cables a los doce años en un terreno al lado de su casa, en la esquina de, por aquel entonces, las calles Uriburu (hoy De Paula) y Catamarca. Un vecino del barrio, un exboxeador de apellido Macías, al ver como el pequeño Sosa quería hacer boxeo, le regaló tres pares de guantes para que practique el deporte.

En vez de jugar a los vaqueros y al fútbol, Sosa, nacido en 1965, quería tirar guantes. En aquellos primeros años de conciencia boxística pudo construir en su casa un pequeño lugar donde practicaba el deporte. Allí se hizo una punching ball con la cámara de una pelota de fútbol y un resorte atravesado a una tabla de telgopor. También llenó de trapos la pierna de un pantalón de su papá y fabricó una bolsa de boxeo casera. Todo en aquella piecita, donde pegó en la pared que daba a su cama la foto de Carlos Monzón en guardia.

El sueño de Sosa quedaría truncado durante varios años por un soplo funcional en el corazón. No se podía dar licencia con ese diagnóstico. Tenía 16 años y entrenaba en Velocidad, los estudios salieron mal y el duro trabajo rural lo alejó de la actividad. Primero con la motosierra en el monte, alambrando y levantando fardo, y luego manejando camiones. También en tres etapas en el frigorífico.

A los 23 años, luego de una pequeña estadía en Neuquén, volvió a Azul y retomó la práctica del boxeo. Busco el apoyo de la Comisión Municipal de Box, presidida en aquellos años por Miguel Ibarra, para finalmente poder boxear.

Sosa planteaba firmar un documento en que él se hacía responsable de cualquier inconveniente que pudiera originarse por su soplo. Logró el aval de la comisión, y así fue como debutó en aquella noche de calor de diciembre de 1990 en Pehuajó. Una etapa como boxeador amateur de pocas peleas, pero con la satisfacción de haber cumplido su sueño.

En otra presentación en Bolívar, con sus compañeros Carlos Rodríguez y David Echeverría, bajo la dirección técnica de Ricardo Lima, pudo ganarle por puntos al local Juan Yedro.

Ganó, empató y perdió. Cumplió su sueño. Tuvo como compañeros de gimnasio a "Polvorita", al correntino Romero, a Pedro López, al "Pulga" Álvarez, a Rodríguez y a Ignacio Lavín. Hizo seis peleas, nunca peleó en Azul. Sí lo hizo en Las Flores, Tandil, Tapalqué, más una época de parate en festivales en Azul. Su sparring fue Fabián Montenegro.

Luego de retirarse, tuvo su gimnasio en la calle Colón y también trabajó en el gimnasio de Octavio Andrada. Allí formó a una de las primeras boxeadoras: "Taty" Petch.

Sosa supo involucrarse con su pasión también como árbitro de boxeo, con la que pudo darse la satisfacción de poder estar en un mismo ring con la futura campeona del mundo Yéssica Bopp, en Lamadrid.

'Hoy en día' sigue vigente como árbitro en festivales que se realizan en la ciudad.


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