Declarado coautor de una estafa y de dos estafas en grado de tentativa por medio de "cuentos del tío", hechos cometidos "en concurso real de acciones" y formando parte de una asociación ilícita, un azuleño fue condenado a cinco años de prisión, informaron fuentes judiciales a EL TIEMPO.

La sanción de lo que había sido este juicio abreviado, tramitado en uno de los tribunales orales con asiento en el Palacio de Justicia local, incluyó que el encausado fuera condenado también por provocar un accidente de tránsito que derivó en que la conductora de una motocicleta, a la que había atropellado con el auto que manejaba, resultara con lesiones de extrema gravedad, las cuales derivaron en que después tuvieran que extirparle el bazo (ver cuadro aparte en esta misma página).

En la previa a que se iniciara la feria judicial de invierno, este proceso se había sustanciado en el Tribunal Oral en lo Criminal número 2 y contó con la intervención de la magistrada Alejandra Raverta.

Adrián Peiretti, el fiscal a cargo de la UFI 13 que representara a la Acusación, había solicitado la realización de este juicio abreviado donde, además de la ya referida pena de prisión para el imputado -patrocinado por el abogado tandilense Néstor Adrián Castro-, en lo que tiene que ver específicamente con aquel siniestro vial que protagonizara fue inhabilitado por el plazo de dos años "para conducir vehículos automotores", se mencionó en el fallo.

El autor de todos estos ilícitos -que tiene actualmente 30 años de edad- había sido detenido durante una serie de allanamientos que, en el marco de las investigaciones por esos "cuentos del tío" por los que ahora resultó condenado, se llevaron a cabo en Azul y en localidades del conurbano bonaerense el 22 de diciembre de 2019.

Voceros judiciales lo identificaron como Enzo Paul Enrique Gorosito, quien actualmente está preso en la Unidad 7 de Azul.

Entre los demás imputados que tiene esa "asociación ilícita" que integraba figuran familiares suyos, a los cuales -ese mismo día en que él fuera arrestado en esta ciudad- policías detuvieron en una localidad del Partido de Moreno y en la ciudad de San Miguel. Concretamente, dos varones y una mujer identificados como Francisco Javier De Trueba, Víctor Carlos De Trueba y Rosa Daniela Iacobucci.

Para con esos coimputados en esta investigación penal por lo que fueran aquellos "cuentos del tío", en el fallo la jueza Raverta señaló que se excusaba de seguir interviniendo en esta causa "por haber emitido opinión" al pronunciarse a favor de la condena para el azuleño.

"Cuentos del tío"

En esta organización criminal uno de los De Trueba es considerado hasta el momento el cabecilla de esa banda que, según quedara demostrado en el juicio abreviado, cometió en Azul una estafa y dos intentos de estafa.

A través de "cuentos del tío", esos hechos tuvieron como damnificadas a vecinos con los cuales se comunicaban por teléfono para engañarlos y despojarlos del dinero que tenían.

En ese contexto se ubica uno de los episodios delictivos por los que Gorosito fue condenado. Había sucedido en esta ciudad el 1 de noviembre de 2019, cuando los integrantes de esta organización delictiva "defraudaron patrimonialmente" a una vecina, a quien llamaron a su teléfono fijo.

En esa comunicación uno de los estafadores se hizo pasar por su hijo y le dijo que "reuniera todo el dinero que tenía guardado" para dárselo a "un amigo de confianza que enviaría a su domicilio" con el fin de "cambiarlo en el banco por billetes nuevos".

Según quedó probado, en su auto Chevrolet Corsa fue Gorosito el que instantes después se hizo presente en la casa de la mujer estafada, quien le entregó "al menos cincuenta mil pesos en efectivo que se encontraban en el interior de una bolsa", se menciona en la resolución.

Previamente a cometida esta estafa, ese primer día del mes de noviembre del año 2019 el ahora condenado y los demás imputados quisieron llevar a cabo un hecho similar, el cual tuvo como damnificada a otra vecina que vive en Azul.

Cuando la llamaron por teléfono, la mujer advirtió que estaba siendo engañada, por lo que cortó esa comunicación que mantenía con quien le decía que era su hijo.

Otro de los intentos de estafa por los que Gorosito fuera condenado sucedió en Azul el 8 de agosto de 2019, cuando en horas del mediodía los autores de estas maniobras delictivas llamaron a un vecino azuleño a su teléfono fijo.

En ese entonces el sujeto que se comunicó con ese hombre le dijo que era un amigo suyo que vivía en Benito Juárez y en ese entonces estaba en el Banco Nación de Azul hablando con el gerente, ocasión en la cual le pedía que le entregara todo el dinero que tuviera para depositarlo porque "estaba perdiendo valor". También le indicó que a la tarde pasaría a buscar la plata; aunque en aquel entonces el vecino al que habían contactado por teléfono los delincuentes se dio cuenta de que intentaban engañarlo, lo que hizo que aquella estafa finalmente tampoco pudiera concretarse.

"Asociación ilícita"

Según se menciona en el fallo, Gorosito y los demás consortes de causa "formaron parte de una organización criminal dedicada a la comisión de estafas reiteradas en perjuicio de personas de la tercera edad, actuando con planificación previa, logística, división de tareas entre sus miembros y utilizando una modalidad específica, mediante llamados telefónicos a distintos números de abonados fijos de las localidades de Azul, Moreno y la zona".

Una vez que se contactaban con sus víctimas, "mediante ardid" fingían ser familiares o conocidos de las mismas, "con el propósito de que pusieran a su disposición el dinero en efectivo que tuvieran en su poder", escribió la jueza Raverta en el fallo.

En ese esquema, uno de los De Trueba es considerado -tal lo ya referido- el "jefe de la mencionada organización criminal" y quien, en carácter de tal, daba "las directivas a los restantes integrantes" para que realizaran los llamados telefónicos "ardidosos".

Los demás acusados que aún no fueron juzgados "le prestaron colaboración fingiendo ser familiares de las víctimas" a De Trueba. Y el condenado en este proceso abreviado por el que está en la cárcel resultó ser "quien participó en los hechos cometidos en la localidad de Azul, siendo el encargado de retirar el dinero producto de los ilícitos".

EL DATO

"La reiteración de hechos delictivos" cometidos por Gorosito fue considerada por la jueza Raverta, teniendo en cuenta lo acordado por las partes en la previa a solicitar este juicio abreviado, como una circunstancia agravante potenciadora de esa condena a cinco años de prisión que le dictara. Ese mismo monto de pena para el encausado, como máximo a imponerle por todos estos hechos, había sido convenido por su Defensa Particular y la Acusación en caso de que el azuleño resultara condenado, tal como finalmente sucedió, en este proceso abreviado donde fue declarado coautor de los delitos de "estafa, estafa en grado de tentativa y asociación ilícita en concurso real" en la causa principal; y "estafa en grado de tentativa" por uno de los sumarios penales acumulados.

"Lesiones gravísimas culposas, agravadas por la conducción imprudente de un vehículo automotor"

El 9 de agosto de 2019 Enzo Paul Enrique Gorosito protagonizó el siniestro vial por el que -además de los "cuentos del tío" formando parte de una "asociación ilícita"- fue condenado en este juicio abreviado a prisión y a dos años de inhabilitación para manejar.

Por ese hecho fue declarado autor del delito de lesiones gravísimas culposas, agravadas por la conducción imprudente de un vehículo automotor.

Según quedara probado, poco antes del mediodía de aquel 9 de agosto de 2019 manejaba un Chevrolet Corsa que, en el cruce de Amado Diab y 25 de Mayo de esta ciudad, "sin respetar el derecho de paso que establece el Código de Tránsito a quien circula desde la derecha", embistió a una moto que por la avenida guiaba la mujer que resultara víctima de aquel hecho, identificada como Rosalía Vanesa Manzanas (36).

En ese entonces, la Manzanas manejaba una moto marca Brava de 150 cc, que, tras ser embestida por el auto, provocó su caída sobre la cinta asfáltica, resultando con lesiones consideradas de extrema gravedad y por las cuales tuvo que ser hospitalizada.

En el fallo se señaló que aquel día la conductora de la moto sufrió diferentes traumatismos, "lesiones de quemadura de asfalto en la cara y brazos" y una fractura en el pómulo.

Pero la más grave de todas esas heridas que la conductora de la motocicleta sufrió implicó que perdiera uno de sus órganos, ya que después tuvieron que operarla para extirparle el bazo.

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