TIENE 55 AÑOS. Un chofer de colectivos fue víctima de un violento asalto sucedido en su casa

Un colectivero de 55 años de edad se convirtió en víctima de un violento robo en su casa de esta ciudad, lugar donde tres delincuentes lo atacaron a golpes, ataron y amordazaron para después robarle dinero y otras pertenencias.

El ilícito tuvo como víctima a un azuleño llamado Walter Alfredo Hourcade, quien se domicilia con su familia en una vivienda situada sobre la calle Prat entre las vías y Malvinas, en Villa Piazza Norte.

Anteayer miércoles, cuando era alrededor de la hora 14 y se disponía a salir de su domicilio, Hourcade ya había puesto su auto en marcha e ingresó al inmueble a buscar el teléfono celular.

En esas circunstancias, en un principio se hicieron presentes un varón y una mujer, quienes dijeron que venían a comprar un motorhome que desde hace varios meses la víctima de este hecho tiene a la venta, ha publicado en redes sociales y se encuentra estacionado en el frente de su vivienda.

Según señaló Walter Hourcade, en un principio el aspecto de la pareja no le hizo sospechar que instantes más tarde ese varón y esa mujer, contando con el apoyo de otro sujeto que después también se hizo presente en su casa, iban a robarle.

Además, cuando se hicieron presentes en su vivienda dijeron su nombre y apellido, que lo buscaban para ver la casilla rodante y que los había mandado un socio de la empresa de transportes de pasajeros donde él trabaja como chofer.

"Estaba a punto de irme de mi casa a hacer unas diligencias y llegó una pareja. Me dijeron que venían de parte de un socio de la empresa de transportes donde yo trabajo a comprarme un motorhome que tengo a la venta, que está parado acá afuera", recordó ayer el colectivero en la charla mantenida en su casa con EL TIEMPO al referirse a ese ilícito que un día antes lo tuvo como víctima.

"Yo se los mostré y ellos se subieron al motorhome. Lo revisaron, lo pusimos en marcha y todo... El tipo hasta me quería dejar una seña en ese momento, pero le dije que esperara hasta mañana, que íbamos a la gestoría y hacíamos todos los trámites", señaló también Hourcade.

Pero instantes después la situación cambió radicalmente. Y se tornó extremadamente violenta para el chofer.

"Entré a mi casa para llamar por teléfono a la gestora así arreglábamos todo y ellos dos entraron conmigo. Y ahí nomás me redujeron", recordó.

El varón que se convirtió en uno de los autores de este violento robo extrajo de entre sus ropas una pistola que le apoyó en la cabeza a Hourcade, a quien obligó a que se dirigiera al dormitorio matrimonial.

Para ese entonces, al accionar delictivo se sumó otro sujeto, quien también formó parte de este ilícito junto con esa pareja que en un principio se hizo presente en la casa donde vive Hourcade con la excusa de comprar la casilla rodante que tiene a la venta.

El peor momento para el chofer lo sufrió mientras lo tenían privado de la libertad dentro de ese cuarto matrimonial al que los delincuentes lo habían llevado luego de que uno de ellos le apuntara con la pistola.

En ese cuarto, según contó también la víctima de este hecho, luego ese sujeto comenzó a darle culatazos en la cabeza, provocándole que comenzara a sangrar y que horas más tarde, una vez denunciado lo sucedido, tuviera que recibir atención médica en el Hospital Pintos por las heridas que presentaba.

En esas mismas circunstancias, mientras lo amenazaban de muerte para que les entregara todo el dinero que tenía, el otro asaltante que después ingresara a la casa agredió a trompadas al chofer, a quien también inmovilizaron y le taparon la boca.

En medio del gran desorden que provocaron los delincuentes en busca de elementos de valor, en la habitación a la que lo llevaron en un principio a Hourcade le ataron las manos por detrás de su espalda y las piernas, con dos cinturones. Y en su boca, para que no hablara, le colocaron a modo de mordaza una bolsa.

"Me apoyaron una pistola y me llevaron a la habitación, donde me pegaron uno o dos culatazos que me hicieron sangrar la cabeza. Después me ataron los pies y las manos. Y me pedían plata. Decían que yo tenía 80.000 dólares, cosa que no era cierta", recordó ayer el colectivero sobre las características que tuvo ese violento robo que sufrió este miércoles que pasó en su casa, cuando habían transcurrido unos minutos de la hora 14.

"Actuaron a cara descubierta, sin guantes ni nada", contó Hourcade con relación a los tres autores de este ilícito.

Teniendo en cuenta la manera en que llevaron a cabo este robo, los investigadores creen que podrían no ser de Azul y que a la casa de la víctima fueron contando con información de que podrían hallar una importante cantidad de dinero.

Dólares, pesos y más elementos de valor

Según el propio colectivero señaló, durante el ilícito los delincuentes le robaron unos 2.500 dólares y más de 20.000 pesos.

"También se llevaron las monedas que tenía de cambio para usar por mi trabajo, la documentación completa del colectivo que manejo, la llave de mi auto, un termo, el router, el teléfono celular, un reloj que era de mi abuelo, cuchillos de oro y una pistola que era de mi papá", recordó el chofer.

Varios de esos elementos los delincuentes -uno de los cuales "me agarró y me pegó dos o tres trompadas en el piso para que les dijera dónde tenía plata"- hallaron dentro de esa habitación a la que el hombre fue llevado, el lugar donde lo mantuvieron cautivo durante el tiempo que duró este ilícito.

Una vez que se apoderaron del dinero y de los demás elementos, los asaltantes llevaron a Hourcade hasta el baño de su casa, donde lo dejaron encerrado e inmovilizado -"para que no pueda moverme ni hablar"- como estaba.

El colectivero no pudo darse cuenta si a los autores de este robo que sufrió los esperaba alguien más en las inmediaciones de su casa para darse a la fuga en un vehículo, aunque los investigadores sospechan que una situación así pudo haber sucedido.

"Una vez que me dejaron encerrado en el baño y se fueron alcancé a zafarme los pies. Después, abrí una ventana del frente de la casa y me auxiliaron unos chicos que justo pasaban por acá y un vecino", contó también el azuleño que fuera asaltado.

Instantes más tarde Hourcade concurrió a la comisaría primera a radicar la denuncia por lo que le había sucedido, ocasión en la cual, debido a que estaba herido a causa de esos culatazos que recibiera en la cabeza, fue trasladado al Hospital Pintos para ser asistido por personal médico, teniendo en cuenta también que es diabético.

Al respecto, el chofer comentó que durante el hecho les dijo de la enfermedad que padece a los asaltantes, quienes igualmente lo continuaban amenazando y golpeando. "Y uno le decía al otro que trajera una picana para seguir agrediéndome", recordó la víctima de este hecho.

"Nunca pensás que una cosa así te puede pasar en Azul. En un principio tuve la intención, como no los conocía, de dejarlos esperándome afuera de mi casa. Pero la verdad, me inspiraban confianza y los hice pasar", afirmó también el colectivero con relación a ese ilícito que sufrió.

Un día después de lo sucedido, en la charla mantenida ayer en su casa con EL TIEMPO expresó: "Traté de tomar con tranquilidad lo que me pasó por mi enfermedad. La plata no creo que la recupere nunca más. Ahora lo que espero es que el día de mañana me llamen para decirme que en algún allanamiento recuperaron todas las demás cosas que también se llevaron".

No bien en la Policía se tomó conocimiento del robo sufrido por el chofer en su casa, a ese inmueble concurrieron peritos de la Policía Científica, quienes realizaron diferentes tareas en el dormitorio, lugar de donde se llevaron algunos elementos para analizar y tomaron rastros tendientes a identificar a los autores de este violento asalto.

EL DATO

El sumario que en sede policial se inició por lo sucedido está radicado ahora en la Unidad Funcional de Instrucción número 13 que en los tribunales de Azul conduce el fiscal Adrián Peiretti. Como "robo calificado por el uso de arma, agravado por su comisión en poblado y en banda, y privación ilegítima de la libertad" había sido caratulada en un principio esa causa penal.