14 de mayo de 2025
Gustavo Sarmiento, nacido en Bahía Blanca y radicado desde los 2 años en Azul, estudió Comunicación Social en Olavarría (UNICEN). Inició su carrera periodística en Radio Azul en 2008. En 2010 se mudó a Buenos Aires e ingresó al diario Tiempo Argentino desde su fundación. Tras el cierre del medio ante el abandono de los entonces dueños, continuó como parte de la cooperativa que lo sostiene hasta hoy. Durante la pandemia, junto a su familia, decidió volver a Azul y proyectar aquí su vida definitiva.
Por Laura Méndez
De la redacción de El Tiempo
El periodista Gustavo Sarmiento, de 41 años, tenía apenas 2 cuando su familia se trasladó de Tornquist a la ciudad de Azul, donde transcurrió su infancia y juventud. Más adelante, se mudó a Olavarría para estudiar la carrera de Comunicación Social en la Universidad Nacional del Centro (UNICEN). Allí comenzó a delinear su camino profesional dentro del periodismo.
En el año 2008 dio sus primeros pasos laborales en el ámbito de los medios locales formando parte del servicio informativo vespertino de Radio Azul. Sin embargo, a fines de 2009 sintió que tenía una cuenta pendiente: radicarse en Buenos Aires (adonde se había anotado para el CBC en diciembre de 2001, mala época para intentar estudiar lejos), el epicentro de la actividad periodística nacional.
Así fue que en enero de 2010 se mudó a la gran ciudad y apenas 2 meses después se enteró del nacimiento de un nuevo diario: Tiempo Argentino. No dudó en presentarse y en marzo de ese mismo año ingresó como parte del equipo fundacional, siempre en Información General.
"Tuve la suerte, la posibilidad, de ver un diario nacer desde cero. De las últimas experiencias en papel que se hicieron", recordó en una entrevista con este medio.
Con el tiempo, el diario enfrentó dificultades económicas que derivaron en su cierre empresarial. Lejos de bajar los brazos, sus trabajadores decidieron organizarse y refundar el medio bajo una cooperativa de trabajo, que hasta el día de hoy sigue vigente y en la cual Gustavo continúa desempeñándose como periodista.
Durante la pandemia, el contexto de aislamiento y el ritmo vertiginoso de la gran ciudad motivaron un replanteo familiar. Junto a los suyos, comenzó a soñar con una vida más tranquila y conectada con sus raíces. Fue entonces cuando surgió la idea de construir una casa en Azul, con la intención de volver a instalarse de manera definitiva en la ciudad que lo vio crecer.
El miércoles 7 de mayo, Gustavo arrancó un programa semanal por Radio Azul (AM 1320) y FM Más Rock (89.5), llamado "Demasiadas pocas cosas", que sale los días miércoles de 18.20 a 20 horas. Y que también se puede seguir por las redes (@demasiadaspocascosasradio).
Toda esta experiencia en una entrevista con El Tiempo.
"El diario quebró porque se fueron los dueños"
Sarmiento recordó cómo vio nacer y posteriormente renacer Tiempo Argentino: "había cinco computadoras en lo que luego fue la redacción hasta que se fue creando y terminamos siendo más de 100 o 150 personas. Fue el último diario en papel creado de cero. Siempre estuve en Información General e hice toco el arco: entré como cronista, que era la categoría más baja, después redactor Junior, redactor y redactor jefe. A fines del 2015 los que supuestamente eran los dueños del diario se fueron, noviembre fue el último mes en el que cobramos, nos quedamos en la redacción como forma de protesta hasta que dijimos: '¿qué es lo que sabemos hacer?, sabemos hacer un diario', entonces decidimos constituirnos como cooperativa, que se mantiene hasta la actualidad".
Aclaró "el diario quebró porque se fueron los dueños. Supuestamente fue una venta que nunca se probó, los dueños eran Sergio Szpolski y Matías Garfunkel. Supuestamente lo vendieron, durante el segundo semestre de 2015, a un empresario correntino Martínez Rojas. Esa venta nunca se comprobó en el Ministerio de Trabajo, no se sabe qué pasó. Mientras en la parte judicial todo se estancaba, en abril de 2016 sacamos el primer número cooperativo".
En ese mismo sentido manifestó que "a partir de ahí empezamos a salir en papel los domingos y el resto de la semana en forma digital".
"Tuvimos que aprender a ser más que periodistas"
Gustavo expresó a modo anecdótico la odisea que significó hacer un diario desde una cooperativa de trabajo.
"Fue un gran desafío: el diario cooperativo más grande de Sudamérica. Somos más de 100 personas, con áreas nuevas que no existían antes, de hecho las creamos", sostuvo.
Ejemplificó que "el área audiovisual, de redes... gente que antes se dedicaba a la redacción, llámese correctores o redactores, pasaron a tener que hacer otras tareas, por ejemplo, administración, comercial. En conclusión, tuvimos que aprender a ser más que periodistas".
Prosiguió "fue todo un aprendizaje, sumar área de socios, suscriptores, que antes el diario no tenía. Fue todo un proceso". Ya en la etapa cooperativo pasó de redactor jefe a subeditor y desde el 2021 es editor de Información General y docente del Taller Virtual de Redacción Periodística de Tiempo.
"Nos dimos cuenta cómo naturalizamos vivir con ruido constante"
En marzo de 2020, a partir de la pandemia, comienza el home office y el aislamiento social, preventivo y obligatorio, que fue generando nuevos proyectos de vida. El momento que con su familia decidieron cambiar el rumbo.
"En pandemia pensamos en venirnos a vivir acá. Yo tenía un terreno que había comprado en 2012, cuando no había nada por la zona de la cancha de River", contó.
"En Buenos Aires vivíamos en Florida, a cinco cuadras del Puente Saavedra, frente al metrobus era un quilombo... y esas primeras dos semanas que fue aislamiento total, nuestro balcón daba a la Avenida Maipú, pleno Metrobus, y ahí nos dimos cuenta cómo naturalizamos vivir con ruido constante. Esas dos semanas por fin habíamos sentido el silencio. Además allá no ves el cielo, la mayoría no mira hacia arriba. Se extrañaban los colores del cielo. Entonces ahí dijimos, 'veamos si podemos empezar a construir en el terreno en Azul'", señaló.
El 20 de diciembre se vinieron con Natalia, Enzo y Helena, siguiendo con home office y trabajos de comunicación institucional: "pero la intención es empezar a plantar bandera acá y a conectarme con el lugar donde estoy".
Entonces el pasado miércoles Gustavo comenzó un programa en Radio Azul.
"Fue algo que yo ya tenía pensado antes de mudarme, dije 'el día que vaya a Azul quiero volver a una experiencia radial, pero fuera de lo informativo, un programa que sea más de algo que me gustaría a mí escuchar como oyente, o sea, música, historias, entrevistas y demás'. Y así fue".
El programa se llama 'Demasiadas pocas cosas', y está los miércoles de 18:15, -después del programa de las 18- hasta las 20 y sale en la AM y en la FM.
Sobre el contenido especificó: "cada programa es temático, el del primer programa fue especial en homenaje a mi sobrina-ahijada Paloma que falleció el año pasado de manera repentina por un aneurisma. Así que estuvo dedicado a las ausencias, los legados y las luchas. Pero los siguientes programas van a hacer con temáticas muy diversas, desde animales hasta los barrios, el otoño, la Inteligencia Artificial, las palabras. Cosas que me interesan porque cualquier temática tiene alguna buena historia para contar. Todo con entrevistados, informes, incluso que la música de ese día tenga que ver con ese tema. Siempre me gustaron las historias... siento que podrán cambiar los soportes mediáticos, habrá streaming, menos diario en papel, más redes sociales pero lo que siempre va a quedar son historias para contar, entonces a mí me interesa esa faceta. Más allá de que el periodismo vive una crisis, en realidad el modelo periodístico vive una crisis, y también a nivel regional se percibe la ausencia cada vez mayor de ofertas mediáticas, el noticiero dejó de emitirse, en Olavarría ya no está El Popular... Lo cual también es vulnerar la posibilidad de que una comunidad pueda estar informada. O se informa como puede, donde puede, lo cual también va en detrimento de la calidad".
¿Cómo encontró Azul?
También se refirió a cómo encontró la ciudad en diferentes aspectos después de 15 años.
"Hay cosas que se mantienen, hay cosas que no están y hay cosas nuevas. Me parece que es una ciudad disfrutable, sobre todo en familia, por eso quisimos venir".
Retomando la ciudad admitió que "quedó relegada estas últimas décadas respecto a Tandil u Olavarría"; pero que "hay un montón de cosas por hacer, con mucho potencial, y eso es bueno en algún punto: poder generar proyectos como sociedad. También hay cosas que se van activando de a poco. Por ejemplo, la apertura turística, noto como cierta necesidad o movimiento a veces del propio sector queriendo que se hagan cosas. Azul es una ciudad donde viene más gente de la que uno cree. Me pasa de hablar con gente de allá y te dicen 'Ah, sí, Azul, pase una vez, muy lindo, muy tranquilo'. Hasta me han destacado que es una ciudad más barata que las otras de la zona, como Tandil. Y quizás no nos enteramos de toda la gente que andando por ruta 3 o por ruta 51, está de paso, entró y le gustó. Está bueno empezar a mirarnos como ciudad. Al mismo tiempo noto en los últimos años más presencia de perfiles de redes que cuentan historias de Azul, y está buenísimo, porque primero tenemos que conocer nosotros a la ciudad para después quererla, aprender a valorar lo que tenemos sin dejar de tener mirada crítica de lo que falta, que no es poco, desde ya, pero no esperar que active el de al lado si yo no activo".
"Me parece que obviamente la ciudad también tiene un perfil cultural que está buenísimo que se pueda explotar o se pueda explotar incluso más. Y ver la forma -la verdad, no la sé y no quiero chamuyar- de que haya más presencia de la generación de los 25 a los 40 años, que se ve menos que en otras ciudades como Tandil y también es clave para dinamizar a una localidad".
En ese sentido, manifestó que "está bueno pensarnos incluso como región. Yo nací en Bahía, vivíamos en Tornquist cuando nací, allá, por ejemplo, está el concepto de comarca serrana que excede a un partido único. Está integrada por los diferentes partidos que bordean las sierras. Y estaría bueno, el centro bonaerense pensarse en una unidad donde intervenga Tapalqué con las Termas, donde intervengan Olavarría, Azul. Cuestiones que pueden ayudar a activar más la zona. La sociedad tiene un montón de cosas para mostrar y para contar. Obviamente lo pienso desde el lado comunicacional, no puedo hablar de lo económico, que desconozco".
En cuanto al periodismo también incluyó su perspectiva desde lo local.
"Las ciudades del llamado 'interior' tienen menos variedad de oferta mediática porque hay cosas mucho más difíciles de hacer y más caras, y menos personas. Creo que está bueno que los espacios mediáticos se vayan nutriendo de personal profesionalizado, el aporte que puedan hacer las carreras de comunicación a las ciudades me parece súper importante. También que haya variedad de contenidos, que la oferta mediática no sea solo el choque que hubo en la esquina o el allanamiento o la gacetilla. Preguntarse ¿qué historias hay en la ciudad que se puedan contar? ¿qué lugares?. También las instituciones tienen que pensar en mejorar sus comunicaciones hacia la sociedad, eso hace a la profesionalización".
Proyectos
Para terminar, consultado si tiene proyectos de hacer periodismo independientemente de la emisión semanal de Radio Azul, especificó que "si bien vivir acá te da más tiempo, los días no son tan cortos, se disfruta más el entorno, no es mi intención al menos por ahora meterme en el periodismo de coyuntura. La verdad, yo hice servicio informativo acá, aprendí un montón y estoy en un diario, como que ya estoy muy atravesado por la coyuntura nacional, provincial y demás. Y por eso el programa de radio quería que fuese algo por fuera de la coyuntura y más relajado, porque es demasiado, agobia demasiado lo que atravesamos mediáticamente cada semana como sociedad, terminamos aturdidos entre tanta urgencia".
Amplió "sí hay sectores que me interesan de manera particular. Comunicación turística es un ámbito que me gusta mucho y la comunicación relacionada a la divulgación científica también. A lo largo de estos 15 años en Información General tuve que cubrir mucho de ciencia en los últimos años más, y en el último año y medio más aún defendiendo la importancia de la ciencia y la universidad ante la situación actual. Creo que las universidades, la Universidad del Centro en particular, constituyen un ámbito en el que podrían explotar aún mucho más la divulgación científica. Dar a conocer lo que hace la universidad hacia la gente. Muchos no saben qué están haciendo los equipos de investigación de la Universidad. Y realmente hacen cosas fantásticas. El problema es que muchas veces no se difunde todo lo que hacen o la calidad de científicos e investigadores que hay en las carreras, desde arqueología hasta Exactas, que hacen un montón de laburos. Y para que más personas defiendan a las universidades en este contexto de un ajuste brutal que están sufriendo, lo mejor es que conozcan lo que hacen. Uno defiende más y aprecia más lo que conoce".
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