5 de octubre de 2025
Las conversaciones por WhatsApp entre Matías Horacio Rosas y María Laura Calandra, halladas en el celular del considerado cabecilla de esta organización delictiva, son reveladoras del accionar que los acusados llevaban adelante para cometer las estafas en perjuicio de la Cooperativa y de usuarios. "Es un vicio esto, me doy cuenta. Igual, hay que tener cuidado... La ambición es peligrosa", le había escrito Rosas en uno de esos mensajes a su mujer con relación a las maniobras de defraudación que involucran también a los dos comerciantes, uno de los cuales continuaba sin ser hallado.
Por Fabián Sotes
De la Redacción de EL TIEMPO
El 25 de febrero de este año, dos días antes de que el abogado Luis Conti, en su carácter de apoderado legal de la Cooperativa Eléctrica de Azul Limitada, denunciara en sede judicial que en esa entidad se venía cometiendo una significativa estafa con pagos truchos de facturas de luz, Matías Horacio Rosas le escribió a su pareja María Laura Calandra: "Las notas de crédito estaban autorizadas por Fossati, chau... Y se estresó y se fue, je". Y ella, en alusión al ex Presidente del Consejo de Administración de la Cooperativa que meses después sería denunciado por presuntos hechos de corrupción durante su gestión, le respondió: "Claro, exacto. Está solo".
Desde el miércoles pasado ese varón de 47 años -un licenciado en Administración de Empresas Agropecuarias y responsable hasta hace ocho meses del área de Facturación de la CEAL- y su mujer, empleada en el sector de Recursos Humanos de la Cooperativa, están detenidos. Y lo mismo sucede con Neefer Eduardo González, el dueño de la heladería situada en Mitre y España, quien también fue apresado hace cuatro días.
En el marco de la investigación penal que lleva adelante por estas estafas en perjuicio de la CEAL y usuarios la fiscal Paula Serrano desde la UFI 6, todavía sigue sin concretarse la detención de otro comerciante también implicado en esas maniobras defraudatorias: Mario Miguel Garavelli.
Dueño de una agencia de loterías y quinielas que está en Roca y Leyría, a pesar del dictado de la medida cautelar ese hombre aún no había podido ser hallado por la Policía. Al menos hasta anoche; mientras estaba todavía pendiente de resolución un pedido presentado por su Defensa Particular para que le sea concedida una "eximición de prisión".
Desde febrero de este año, cuando fuera formulada la denuncia por el caso, hasta el miércoles pasado, día en que se concretaron tres de las cuatro detenciones ordenadas por el juez de Garantías Federico Barberena, la fiscal Paula Serrano se dedicó a desarrollar una exhaustiva investigación por la que ahora les atribuye a los empleados de la CEAL y a los dos comerciantes las comisiones de los delitos de asociación ilícita, reiteradas estafas y hasta la falsificación de documentos. Específicamente, facturas truchas que les daban los investigados a usuarios, en su mayoría propietarios de comercios, a quienes les ofrecían "descuentos especiales" para cancelar sus deudas por consumos de energía eléctrica.
Ya se sabe que en el marco de estas maniobras los acusados lograron recaudar en beneficio propio unos 160 millones de pesos durante el período que va desde mayo de 2023 hasta febrero de este año, cuando -auditoría mediante- se descubrió en la Cooperativa lo que estaba sucediendo.
Vale aclarar acá que, además de la CEAL, resultaron damnificados por lo ocurrido los usuarios que aceptaban los ofrecimientos que, en varios de esos casos, les hacía Calandra valiéndose de su condición de empleada de la Cooperativa.
Específicamente, porque la plata que pagaban -por montos inferiores a los de los consumos de energía eléctrica que en realidad debían abonar- al parecer se la quedaban los cuatro integrantes de esta "banda delictiva", según el juez Barberena señalara al ordenar las detenciones de los acusados.
Desde la CEAL ha podido recuperarse gran parte del monto de estas estafas porque después esos usuarios tuvieron que cancelar las deudas por consumos de energía eléctrica, las cuales creían que pagaban cuando les daban la plata a quienes son considerados los "recaudadores" en esta organización delictiva: los comerciantes González y el todavía no hallado Garavelli.
Sobre esta cuestión el titular del Juzgado de Garantías 2, al dictar las detenciones para los cuatro imputados, señaló que "los numerosos comerciantes que resultaron víctimas" -al declarar en sede judicial- dijeron quiénes eran los imputados que se contactaban con ellos para ofrecerles pagar con descuentos sus facturas y a quiénes después les daban la plata, recibiendo a cambio "los falsos comprobantes" o "las notas de crédito" confeccionadas por Rosas, para lo cual se valía de esa labor que desempeñaba en la CEAL en el área de Facturación. Un cargo que le permitía conocer el estado de deuda de los usuarios, utilizar las claves informáticas del personal que trabaja en el sector de las cajas y estaba bajo su órbita, ingresar al sistema y -finalmente- fraguar los pagos mediante las confecciones de tickets y notas de crédito apócrifos.
"Se advierte el engaño perpetrado por los encausados para captar a las víctimas, para que se interesaran en aceptar la propuesta ofrecida y caer en la creencia equivocada de que estaban pagando sus facturas de luz", escribió el Juez de Garantías que entiende en esta causa, quien con las pruebas reunidas por la Fiscal también observó que con el paso del tiempo "la banda iba poco a poco incorporando más víctimas"; mientras también intentaba "perfeccionar o mejorar su plan".
"Si bien es cierto que probablemente algunos comerciantes podrían haber sospechado de la ilicitud de las maniobras, lo que no se logra disipar de manera definitoria en algunos casos", a criterio del Juez que entiende en esta causa también fue real que, en ese afán de hacer menos detectable la maniobra ilegal, Rosas llegó a confeccionar "notas de crédito y tickets imitadores de los originales".
"El despliegue de las acciones ilícitas enrostradas ha generado un perjuicio económico de tal magnitud que debieron posteriormente todos los damnificados, a raíz del estado público de la presente denuncia, acercarse hasta la CEAL a fin de regularizar sus deudas", afirmó el titular de Garantías 2.
"Tenemos graves problemas"
El 12 de febrero pasado, ya para cuando en la Cooperativa se descubrió esta maniobra ilícita, otra charla por WhatsApp entre la pareja de empleados que ahora está presa es reveladora del accionar delictivo que se le imputa a ambos.
Aquel día Rosas le escribió a Calandra: "Tenemos graves problemas. Descubrieron las notas de crédito".
La posibilidad de que la maniobra que involucraba a los dos pudiera quedar al descubierto, tal como finalmente sucedió, era latente. Y en ese contexto, también la sospecha entre ambos empleados de que alguien hubiera revelado la operatoria, por lo que Rosas y Calandra no descartaron que hayan sido los dos comerciantes imputados.
"Si bien la tramoya la hicimos nosotros" -admitió en uno de esos mensajes- Calandra intentó llevarle tranquilidad a su pareja, al decirle que en un principio desde la entidad se la atribuían a uno de los cajeros de la CEAL la operatoria de emisión de notas de crédito truchas.
Pero después se supo que para la fecha en que algunos de estos tickets y notas de crédito falsos fueron elaborados ese empleado estaba de vacaciones.
El 13 de febrero Calandra le escribió a su pareja, también por WhatsApp: "¿No podríamos seguir sólo con los nuestros? (por los usuarios que ellos habían reclutado en un principio) Ni Mario (Garavelli) ni González. Son 4 millones sólo los nuestros".
"Yo tengo que inventar algo para que figure el pago, no la nota de crédito", le respondió Rosas.
Ya el 20 de febrero la situación era más complicada para la pareja. Y Calandra le escribió a Rosas: "Yo estoy con vos a muerte porque esto es un tema de los dos... Negamos todo".
El celular de Rosas
"Estamos ante una banda organizada en la cual cada uno de sus integrantes tenía un rol a desempeñar, siendo su líder Matías Rosas", escribió también en lo resuelto el juez de Garantías Federico Barberena para ordenar las detenciones de ese hombre, de su pareja Calandra y de los comerciantes González y Garavelli.
Además de ser el supuesto líder de esta banda, Rosas era el poseedor del único teléfono celular -secuestrado durante uno de los varios allanamientos realizados en el marco de esta causa- del que pudo extraerse un inmenso caudal de conversaciones con su pareja.
Esos diálogos dejan al descubierto todo el accionar delictivo. Tanto de ambos empleados de la CEAL como de los dos comerciantes involucrados también en estas maniobras defraudatorias.
"Del análisis del chat obrante en el WhatsApp del aparato celular perteneciente a Matías Rosas, donde consta el voluminoso intercambio completo de mensajes existente entre él y su pareja Laura Calandra desde mayo de 2023, se observa todo el despliegue criminal elaborado por ambos", escribió el titular de Garantías 2 sobre esas evidencias fundamentales para el pulso de esta investigación penal.
Mientras que el considerado líder de la banda no borró esas charlas, Calandra -en cambio- se encargó de "limpiar" su teléfono, "resultando claras las maniobras para eliminar información", concluyó el Juez que entiende en la causa
Cuando todavía la maniobra era concretada sólo por la pareja de empleados, en esos chats aparece una charla donde manifiestan la intención de acudir al Frigorífico Devesa para ofrecer a sus titulares un descuento en la factura de energía eléctrica, con intenciones también de quedarse con esa plata.
Pero después ambos coincidieron en que el abogado Luis Conti podría advertir la maniobra. Y Rosas le escribió a su mujer: "Conti es el abogado del frigorífico. Menos mal que no mandé nada".
Aquellos eran tiempos donde la maniobra comenzaba a perfeccionarse. Fundamentalmente, con la emisión por parte de Rosas de los comprobantes de pago y de las notas de crédito truchos. Y le escribió a su pareja: "Ahí pude clonar un comprobante. Uno sale de la Cooperativa y el otro lo hice yo en casa. Iguales casi. Va como piña".
Pericia comparativa mediante, después se comprobaría que eran distintos los tipos de papeles en que esos documentos se imprimían. Algo que se mencionó en la denuncia ante la Justicia que en febrero pasado fuera formulada por estas estafas desde la CEAL.
En junio del año pasado ambos imputados se pasaron por WhatsApp la imagen de uno de los tickets truchos. Y Rosas le dijo a su mujer, ya estando en marcha el accionar delictivo: "La próxima la hacemos, para no levantar sospechas, para pagos mayores de 100 mil y menores de 500".
Referido por testigos que han declarado en esta causa, no resulta un dato menor cómo fue mejorando el nivel de vida de la pareja de empleados de la Cooperativa que ahora está presa.
Una camioneta 0 KM y la adquisición de la quinta ubicada en inmediaciones del "Camino Viejo a Tandil", el lugar donde el considerado líder de esta organización fue detenido el pasado miércoles, daban cuenta de ello.
"Sabemos que en abril se van a Europa", había afirmado al respecto uno de los testigos que declaró meses atrás en esta causa.
Para fines de junio de 2024, las charlas entre Rosas y Calandra giraban en torno a tener otro celular o "un número que no se identifique con nosotros"; mientras también dialogaban sobre la plata que iban obteniendo y cómo en uno de esos casos -el de un comerciante que después declaró en sede judicial- "Calandra le ofreció pagarle la luz a cambio de retirar mercadería de su negocio".
El primer "recaudador"
Surgido también de los chats entre Matías Horacio Rosas y su mujer, se sabe que Neefer Eduardo "Gallego" González comenzó a formar parte de la organización delictiva a principios de julio del año pasado. Y que fue Calandra quien lo contactó y lo llamó, luego de que su pareja Rosas constatara qué deuda en la CEAL registraba el dueño de la heladería que está en Mitre y España.
"Agarró ¿Cuánto? ¿Le digo que me traiga la plata?", le escribió la mujer a Rosas, quien le respondió: "600 (que serían seiscientos mil pesos) por junio y julio". Es decir, para fraguar el pago de sus consumos de energía eléctrica durante esos dos meses, que de acuerdo con lo investigado no sólo incluían la heladería, sino también la casa donde González se domicilia.
Una vez interiorizado de las maniobras de defraudación, el comerciante detenido el pasado miércoles también se sumó a la "banda".
Además de ser un "recaudador", los chats entre los empleados lo ubican captando comerciantes.
Según testigos dijeron, era habitual verlo en la CEAL, donde se reunía con Calandra; aunque ambos trataban de hacerlo en lugares donde no hubiera cámaras. Y también solían encontrarse en las afueras de la sede de la Cooperativa y en la heladería del hombre condenado, décadas atrás, por el desvío de partidas de leche para familias carecientes.
"Me llamó González, tenía miedo que sea una estafa virtual ja...Todo ok, me va a dar la plata de junio... me va a traer 300 (mil)", le escribió Calandra a Rosas a poco de iniciarse ese contacto con el dueño de la heladería. Y su pareja le respondió: "A veces hay que decir que la CEAL está llena de ladrones".
"No sé si tengo ganas de asociarme con González jaja. Lo que hemos hecho solos está muy bien", mencionó Calandra a Rosas el 16 de julio de 2024.
Para esa época, a ambos empleados de la CEAL los invadía la ambición de recaudar más plata. Hablaban de lograr con estas estafas juntar unos "cuatro millones de pesos por mes" para cubrir los gatos que tenían.
"El objetivo es cuatro (millones) todos los meses, llevamos cerca de tres...", le escribió Rosas a su mujer.
Otra de las charlas entre ambos, en torno a un correo electrónico que recibiera Rosas, hizo que él le refiriera a su pareja: "Es un mail que deja antecedentes, pero además es excelente: describe la realidad de la CEAL en la parte administrativa. Lo volví a leer, no se dan cuenta que dejan librado a mi sentido común la posibilidad de rehacer un montón de facturas. Yo jefe estaría realmente alarmado". Y después de decirle a Calandra que captara al propietario de un supermercado chino -previo pago de 1.800.000 pesos- Rosas también le aclaró: "Igual, a nosotros nos convienen los de 500 o 600 mil. Es más fácil manejar menos plata".
El cambio de sistema en la facturación de la Cooperativa influyó de alguna manera en la concreción de estas maniobras. Y fue tema de charla también entre Rosas y Calandra: hablaron de "tener cuidado y cortar por uno o dos meses (con las estafas) y luego seguir para lograr escriturar la casa".
El varón acusado también solía jactarse de los directivos de la CEAL por la falta de control. Y se lo decía a su pareja: "Igual, mientras podamos hacer lo que hacemos voy a bajar el perfil. El boludo en todo me haré".
En otro tramo de lo resuelto para dictar las detenciones de los cuatro imputados, el juez Barberena escribió: "Del análisis de los mensajes puede advertirse que, pese a que a mediados de febrero dentro de la entidad perjudicada ya se rumoreaba la existencia de notas de crédito fraudulentas" y "había reuniones entre distintos sectores de la CEAL para tratar de verificar la correspondencia de aquellas con las facturas reales", ambas situaciones no impidieron que Rosas y Calandra intentaran seguir "con la operatoria criminal en pos de aumentar la recaudación". Y en ese contexto, los dos "hablaban de la necesidad de mantener la relación con 'Mario' y con 'González' para que la empresa criminal rindiera frutos".
Precisamente, de esa época en la que el dinero proveniente de estas estafas fluía de manera continua es otro mensaje que le mandó Rosas a su mujer Calandra, donde le contaba que había captado a dos comerciantes más y le decía: "Es un vicio esto, me doy cuenta. Igual, hay que tener cuidado... La ambición es peligrosa".
El dato
Mientras se resuelve un pedido de excarcelación de tipo "extraordinaria" que presentara su abogada Fernanda Giménez, quien además patrocina en esta causa a Matías Rosas, María Laura Calandra continuaba en carácter de detenida en la Unidad 52, el penal de mujeres de Azul al que había sido trasladada el pasado miércoles por la tarde (foto). Mientras tanto, su pareja y González siguen en la sede de la DDI Azul, a la espera de cupos para que sean llevados a cárceles de la zona en el marco de esta causa penal por la que también están privados de sus libertades.
Los supermercados chinos: "Ahí está la papa"
La agencia de juegos de Garavelli, en Roca y Leyría, escenario de un allanamiento que policías hicieron en mayo. Comerciantes damnificados declararon que pagaban sus facturas de luz en ese local. DDI AZUL/PBA/ARCHIVO
De acuerdo con lo investigado, Neefer Eduardo González habría sido quien le sugirió a María Laura Calandra captar también a los propietarios de los supermercados chinos existentes en Azul para ofrecerles "descuentos" en los pagos de los servicios de energía eléctrica.
"González solito salió con los chinos", le escribió la mujer a su pareja Matías Horacio Rosas; quien al enterarse de la propuesta le contestó: "Ahí está la papa".
Después, al momento de dialogar sobre el monto a pedir al dueño de uno de esos comercios, Rosas le dijo a su mujer: "600 mil y algo más el mes que viene".
"El más interesante es el de Perón y Leyría", le expresó vía WhatsApp el empleado de la CEAL a su pareja, por lo que también le dijo a Calandra que le pidiera 1.300.000 pesos, tras aclararle que el dueño de ese supermercado chino al que contactaron tenía el mismo apellido del que posee el local -situado también sobre la referida avenida, pero en cercanías al cruce con Colón- al lado de la sede de la ANSES; aunque "se llaman diferente".
Al chequear los datos con los que contaban en la Cooperativa, a los empleados eso les permitía saber qué deuda tenía cada negocio y, de esa manera, ofertarle cifras inferiores en su afán recaudador. Y después, una vez que uno de los comerciantes aceptaba, los chats entre Calandra y Rosas daban cuenta también de qué porcentaje les correspondía a ellos de lo que recaudaban y cuánto a González y a Garavelli.
El comerciante aún no hallado es considerado una pieza fundamental en eso de captar a los propietarios de los supermercados chinos.
"Todos los supermercados chinos estuvieron involucrados en el pago a través de la asociación ilícita", escribió el Juez que entiende en esta causa al ordenar hace cuatro días las detenciones de los investigados.
Pagaban "mediante cadete o con intervención del obrar de Mario Garavelli en forma directa". Y después, esos comerciantes "debieron volver a pagar el servicio para evitar los cortes, ya que ninguno de los pagos que habían efectuado, efectivamente, ingresó a las arcas de la CEAL", concluyó el titular de Garantías 2.
Según consta en los chats entre Rosas y Calandra, el 21 de agosto del año pasado comienza el contacto con Garavelli para sumarlo también a la organización delictiva. Fue cuando la mujer que está detenida le escribió a su pareja que al día siguiente tenía que ir a entrevistarse con el comerciante a la agencia de juegos que posee en una de las esquinas de Roca y Leyría.
El 2 de septiembre de 2024 Calandra le escribió a su pareja: "Listo, hay siete chinos. Me mandó Mario (Garavelli)". Y Rosas le contestó: "Después coordiná con Mario qué factura de él quiere. Quiniela (por la agencia) y casa. No hay problema, se las bajamos".
Ya con los cuatro imputados implicados en esta maniobra delictiva, otro diálogo entre los empleados de la CEAL -apartados de sus cargos no bien el caso fuera denunciado en febrero pasado- es revelador de lo que recaudaban por mes, destacando la pareja en esa charla la plata que ellos juntaban con los contactos obtenidos sólo por ambos.
"Tenemos 3.5 millones. Ese número me gusta mucho. Muy fácil de pasar desapercibido", le escribió Rosas a su mujer, concluyendo que "no necesitamos a González ni a los chinos".
En la causa se hace mención a declaraciones de comerciantes que admiten haber concurrido a la agencia de loterías y quinielas de Garavelli a pagar las facturas de los locales que poseen.
Para el juez Barberena, ese hombre aún no hallado era otra pieza "fundamental" en la concreción de estas estafas.
"Se encargaba de la recaudación de los siete supermercados chinos de la ciudad, que representaba un incremento considerable en los ingresos de la 'empresa'", concluyó el magistrado garante para ordenar también su detención. Una medida cautelar aún no concretada y que, de persistir Garavelli evadido de la Justicia, podría derivar en el dictado de su captura durante los próximos días.
Los teléfonos de los comerciantes
El 8 de marzo policías de la DDI Azul interceptaron en la calle a González, cuando circulaba en su auto, para incautarle el celular. DDI AZUL/PBA/ARCHIVO
En los celulares incautados en poder de Neefer Eduardo González y Mario Miguel Garavelli los investigadores no encontraron elementos de interés para el pulso de esta pesquisa.
No bien se hicieron los primeros allanamientos el pasado 28 de febrero, el dueño de la heladería no estaba en Azul: había salido del país un día antes y estuvo más de una semana en los Estados Unidos. Un viaje que, según se presume, estuvo vinculado también con evitar verse involucrado en esta investigación penal.
Al regresar, el 8 de marzo de este año policías de la DDI local interceptaron al comerciante -actualmente de 66 años de edad- en la vía pública mientras se trasladaba en su auto, en el marco de un procedimiento donde le fue incautado el móvil.
Pero después, al ser analizado, se constató que ese teléfono no contenía ningún chat que pudiera comprometer al dueño de la heladería ubicada en Mitre y España en esta causa.
Con relación a Garavelli, pasaron algunos meses hasta que también figurara involucrado en la investigación penal por estas estafas.
En ese contexto, policías allanaron la agencia de juegos que posee y su domicilio particular a fines de mayo de este año.
El celular que le secuestraron en una de esas diligencias se correspondía con un número de abonado activado en marzo pasado: un teléfono que empezó a usar tres días después a que le incautaran a González el suyo y que, también, estaba vacío de contenidos que pudieran involucrarlo en estas estafas.
La sospecha que persiste es que el móvil que usaba anteriormente a esa fecha el hombre -de 50 años de edad y aún no habido- lo descartó, al enterarse también del estado público que había tomado la denuncia por estas maniobras de defraudación en perjuicio de la CEAL y de usuarios.
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