NOVEDADES DE LA ASAHO
Una alternativa para una mayor calidad de vida al alcance de toda la población está representada por un adecuado consumo de hortalizas y frutas, fundamentalmente en países como Argentina, cuyo consumo diario es inferior a un tercio del recomendado por la OMS. En tal sentido, la Asociación Argentina de Horticultura, cuenta entre sus fines el de difundir la producción inocua y de calidad de frutas, hortalizas y aromáticas y medicinales, su adecuado acondicionamiento, su comercialización y consumo.
Un adecuado consumo de frutas y hortalizas constituye una alternativa para lograr una mejor calidad de vida, sobre todo en países como Argentina.
Por Ana María Castagnino (UNICEN UCA) y Javier Marina (UNICEN).
EL DATO:
ASAHO como entidad miembro de la Red BPA, tiene entre sus fines informar acerca de las importantes novedades que surgen en el sector de la Horticultura, la Fruticultura, la Floricultura y las Aromáticas - Medicinales. Al respecto, la nota completa sobre el tema RED BPA argentina puede visitarse en la página de la Asociación: http://asaho.org/?page_id=499, correspondiendo la presente nota al Boletín de Noticias de ASAHO - NotiASAHO 140.
Actualmente es una necesidad reconocida por entidades públicas y privadas, como la
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la oportunidad de mayor calidad de vida que brinda un
adecuado consumo de frutas y hortalizas que, según la
Organización Mundial de la Salud debiera ser de 700 gramos diarios por persona, sumando 400 gramos de hortalizas y 300 de frutas.
Consumo insuficiente Según FAO, el consumo nacional es insuficiente (aproximadamente de 200 gramos), al que se suman los resultados obtenidos por
Centro de Estudios Sobre Nutrición Infantil (CESNI, 2016), que indican significativos cambios en el consumo en las últimas dos décadas y una tendencia decreciente en el consumo de hortalizas del 21 % y de frutas en 41 % en dicho período. Además, según la
Encuesta de Nacional de Nutrición y Salud (ENNyS) solo seis de cada diez niños argentinos están bien nutridos, y que el resto presentan carencias, excesos o desequilibrios en su ingesta.
Según la
Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHo) de 2012, representativa de toda la población argentina, indicó que el consumo promedio diario es de 135 gramos de hortalizas no feculentas y 93 g de frutas, es decir, un valor total de ingesta de 228 gramos, que sólo alcanza a cubrir un tercio del consumo recomendado.
Buscando mejorar la calidad de vida Estos datos difieren en gran medida de los sugeridos por la OMS mencionada, y actualmente también sugeridos por las
Guías Alimentarias para la Población Argentina (GAPA), elaboradas por el Ministerio de Salud de la Nación, que también recomiendan un consumo total de 400 gramos de hortalizas no feculentas y 300 gramos de frutas, por día por persona.
A esta realidad se suma una muy baja diversidad en el consumo de vegetales, ya que seis hortalizas componen más de las dos terceras partes de la canasta familiar: papa, cebolla, lechuga, zapallo, zanahoria y tomate; mientras tan solo cuatro frutas: mandarina, manzana, banana y naranja (CESNI, 2016).
El conocimiento de esta realidad constituye el primer paso para, que las instituciones, las empresas y las familias, enfoquen sus objetivos generando acciones tendientes a contribuir a un consumo adecuado de alimentos, que permita una mejor calidad de vida.
Huertas familiares Esto es posible, si se tiene en cuenta el enorme potencial productivo regional y nacional, no solo a nivel de emprendimientos comerciales, sino a través de la autoproducción, la cual es posible inclusive en las ciudades, recurriendo a las técnicas de huerta, canteros, techos y muros verdes, entre otras. Esta última modalidad (huerta familiar), según INTA, tiene la ventaja de permitir un ahorro importante, superior a 3.000 pesos anuales para una superficie productiva de tan solo 10 metros cuadrados. La horticultura urbana puede ser hasta 15 veces más productiva que la convencional, ya que un espacio de apenas un metro cuadrado puede proporcionar entre 10 y 20 kilogramos de comida al año. En tal sentido, la horticultura Km. 0, minimiza la intermediación, disminuye el transporte, permite el consumo de productos más frescos. Los horticultores urbanos gastan menos en transporte, envasado y almacenamiento, y pueden recurrir a variadas estrategias de venta.
En este contexto, constituyen un desafío todas las acciones que contribuyan a dar respuesta a la necesidad que representa la mejora de la alimentación en toda la población, y particularmente en las personas más vulnerables como son los niños y los adultos mayores.
(Nota realizada desde la Secretaría de Prensa y Publicaciones de la Asociación Argentina de Horticultura)