Al cumplirse ayer el 169° aniversario del paso a la inmortalidad del General José de San Martín la comunidad local, a través de distintas instituciones tanto públicas como privadas, le rindió homenaje al prócer en la plaza que lleva su nombre. Participaron de la ceremonia abanderados de establecimientos educativos, veteranos de guerra continentales y de fuerzas armadas y de seguridad.

Entre otras autoridades, asistieron el intendente municipal Hernán Bertellys; el presidente del Concejo Deliberante, Pedro Sottile; el titular de la Asociación Sanmartiniana de Azul, Omar Losardo; el presidente del Consejo Escolar, Gervasio Romeo; autoridades educacionales, del Poder Judicial, Guarnición Militar Azul, de las fuerzas de seguridad nacionales y provinciales, Centro de Veteranos de Guerra de Azul “Callvú Leovú”, y referentes de las comisiones vecinales.

La banda “Combate de Perdriel” tuvo a su cargo, entre otras piezas musicales, la interpretación tanto del Himno como así también la “Marcha de San Lorenzo”.

Palabras desde la fe 

Pablo Sabatini, de la Iglesia Cristina y Misionera, destacó los valores cristianos del prócer. “Proveniente de un hogar cristiano, con una sólida formación en valores, consolidó una personalidad con convicciones firmes en cuanto a su fe. Dice Mitre en su historial del General San Martín, que antes y después de cada acción de guerra se postraba ante Dios suplicando protección y dando gracias. San Martín afirmaba con su ejemplo lo que sus palabras decían y su formación cristiana fue un factor que le permitió, a través del ejercicio de la fe, convencer y fortalecer el espíritu de hombres y mujeres en pos de la libertad”, indicó el pastor.

Subrayó del prócer “su vocación de servicio, su renunciamiento al lujo, su rechazo a honores y homenajes, su espíritu de sacrificio”. “Amaba la verdad, rechazaba la mentira. Hoy, cuando la sociedad corre absorbida por el materialismo y a muchos lo que les importa y les preocupa es acrecentar sus arcas personales, debemos evocar a hombres como San Martín, que hicieron esta patria con sacrificios y renunciamientos”, agregó.

Por su parte el cura párroco de la Catedral, Rafael Díaz, recordó las palabras de San Martín durante el casamiento de su hija Merceditas, dirigidas tanto a ella como a su yerno Mariano Balcarce. “Te pido hija que seas una dulce esposa; que todo en torno tuyo sea dulzura para con los criados, para con los pobres y para con los viejos; dulzura también para aquellos que no piensen como tu en cualquier materia que sea. Que vivas en el amor a la verdad y en el odio a la mentira y a toda apariencia, como por ejemplo el lujo. Por ese camino te honrarás y honrarás a tu patria”, mencionó el sacerdote.

Dirigiéndose a don Mariano Balcarce –recordó Díaz- le dijo: “Que en ti siempre pueda alabarse el buen juicio y que tu honradez acrisolada sea lo mejor de tu fortuna. Nunca reniegues de la libertad, pues sería como renegar de la propia razón de ser de la patria. No caigas de rodillas ante lo extranjero tan sólo porque lo sea ni vivas creyendo que todo lo tuyo es malo. Eso es tan permicioso como vivir creyendo a la inversa que todo lo propio es bueno”.

Dirigiéndose a ambos, advirtió el cura párroco, les dijo: “Sean felices y den hijos a la patria, tantos como quiera Dios”. “Si todo argentino tiene el deber de dar soldados a la patria, mayormente lo tiene el que lleva la espada al cinto para que, cuando ordene ‘a la carga’ frente al enemigo, no lo haga solamente con los hijos de los otros”, amplió.

“‘Sean felices viviendo con modestia; así será como si fuesen ricos. Por mi parte gobernando así, nunca debí nada a nadie…’. Por algo San Martín es el padre de la patria. Pedimos a Dios que nosotros, sus hijos, tengamos algo de parecido a aquel a quien hoy recordamos”, concluyó el sacerdote.

Expresiones sanmartinianas

Víctor Mario Peralta Reyes, en representación de la Asociación Sanmartiniana, resaltó características que hacían de San Martín un ser especial. “En esta persona verdaderamente inusual podemos extraer enseñanzas relevantes, valores que se transportan al presente con llamativa vigencia. El doctor Favaloro, estudioso de la obra sanmartiniana, ha destacado en el prócer la virtud del esfuerzo. San Martín es la revelación más exacta de que no hay nada en la vida que se pueda conseguir sin un sostenido esfuerzo y una debida contracción a la tarea empeñada. En épocas donde se observan expresiones de facilismo, de búsqueda del éxito rápido, de vacío de la realidad a través de múltiples mecanismos, se torna cada vez más importante captar las enseñanzas que nos ha dejado el prócer”, sostuvo.

A instancias del libro que escribió el cardiocirujano, Peralta Reyes subrayó “la enorme tarea que significó el cruce de los Andes luego de que San Martín preparara un importante ejército casi de la nada, con escasez de recursos, precarias comunicaciones, venciendo obstáculos de toda naturaleza y demostrando una enorme fortaleza por su delicado estado de salud”. “El cruce de los Andes es revelador de una visión estratégica notable al haber considerado que el foco del poder realista se encontraba en Lima. Esta capacidad de organización para llevar adelante emprendimientos comunes nos debe llamar a la reflexión”, detalló.

“En nuestros tiempos, en diferentes ámbitos de la sociedad se advierte un excesivo individualismo, un descuido del trabajo en equipo, falta de reconocimiento de los méritos del otro, deficiencias que conspiran gravemente contra el éxito de las acciones que resulta necesario afrontar”, manifestó Peralta Reyes, para referirse al interés expresado por San Martín a favor de la educación como prédica constante por la libertad.

“‘Qué era independencia si no la conciencia entrada de los hombres libres’, se preocupó el prócer a través de una magnífica expresión que lo resume todo. Es indudable que, sin educación, no puede haber libertad y eso deben gravárselo a fuego los jóvenes de hoy”, planteó el orador, quien en el mismo contexto citó a un reconocido escritor local.

“En una excelente obra que se titula ‘San Martín educador’, nuestro querido profesor Exequiel Ortega detalla minuciosamente los aportes que hizo San Martín a la educación; tanto en Cuyo como en Perú fundó bibliotecas y adoptó diferentes medidas para capacitar a docentes y mejoramiento de los establecimientos escolares. Pero además debe destacarse lo relativo a su preocupación por educar sus pasiones. Su lectura de los pensadores clásicos lo ayudó para consolarse ante injurias que sufría. Tal vez ese dominio de las pasiones negativas, este control de las emociones destructivas, sea otra valiosísima herencia que nos ha dejado. El mundo actual padece de muchos de estos defectos que constituyen un obstáculo para el progreso de la humanidad. Esta es la vigencia del pensamiento y de la acción sanmartiniana. Hagamos votos para que las generaciones actuales y venideras nunca pierdan de vista este mensaje”, finalizó.

Hernán Bertellys, en compañía de Pedro Sottile y Omar Losardo, en la colocación de una ofrenda floral que recuerda al prócer.

Víctor Peralta Reyes.