Tres personas mueren cada día asesinadas en la provincia de Buenos Aires, y la mitad de ellas conocía previamente a su homicida.

Los datos se desprenden de un informe de la Procuración General de la Corte bonaerense, en base a las causas penales iniciadas durante 2018 por crímenes cometidos en la provincia de Buenos Aires. Según las estadísticas, el año pasado se cometieron 1023 asesinatos en 982 hechos, lo que significa 2,8 casos por día. Por estos casos se encuentran imputadas 1.340 personas, pero un 15% no tiene un autor identificado.

Con estos números, la provincia de Buenos Aires posee una tasa de homicidios de 5,95 cada 100 mil habitantes, un número más alto que el promedio nacional (5,1 según la ONU), pero muy inferior a los que se registran en la región. De hecho, Brasil posee una tasa de 30,5; Colombia del 24,9; Uruguay del 8,2; Perú del 7,7; y Ecuador del 5,8. El Salvador, el país más violento del mundo, tiene una tasa de homicidios de 61,8 cada 100 mil habitantes.

Algunos números 

Uno de los datos más llamativos es que casi la mitad de las víctimas (el 48,6%) tenía una relación previa con su homicida: el 61,2% eran conocidos; el 22% familiar directo; y un 16,8%, pareja.

Este número queda más claro cuando se analizan las causas de los crímenes: el 26,9% de los hechos fueron por conflictos interpersonales, mientras que el 9,8% fueron femicidios; y el 6% por hechos de violencia intrafamiliar. Solo el 18,1% de los casos registrados ocurrieron durante un robo.

En 2018 el 84,4% de las víctimas fueron hombres y solo el 15,6%, mujeres. Esto hace que, si se considerara solo al sexo masculino la tasa de homicidios ascendería a 10,2 cada 100 mil personas. En el caso de las mujeres, bajaría solo a 1,83. En este caso, las causas varían notablemente entre un grupo y otro: el 63,8% de las mujeres asesinadas fueron víctimas de femicidio, mientras que solo el 14% sufrió un robo. Entre los varones predominan los conflictos interpersonales (30%) como principal causa.

¿En dónde ocurrieron los hechos? 

De los casi mil casos registrados, el 60,5% ocurrieron en la vía pública, el 31,4% en una vivienda particular y el 3,8% en comercios. El 53% de los hechos se cometieron con un arma de fuego, y un 26% con armas blancas.

El 90% de los hechos, además, se cometieron de noche: el 58,2% ocurrió entras las 20 y las 6 horas.

Si se analiza la edad de los imputados por los crímenes, el 89,8% son mayores de edad, mientras que apenas 10,2% son juzgados por el Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil (es decir, que tienen entre 16 y 18 años). En la mitad de los casos en los que intervienen menores, además, se registra un cómplice mayor de edad.

Conurbano violento 

La mayoría de los homicidios de 2018 se concentraron en el Conurbano bonaerense, donde los delitos violentos son mucho más elevados que en el interior. En efecto, el 87,5% de los crímenes se registraron en los departamentos judiciales del área metropolitana. Esto implica que la tasa de crímenes en el área metropolitana avance a 6,61 víctimas cada 100 mil habitantes, mientras que en el interior sea de 3,52.

El departamento judicial que registra una mayor tasa de homicidios es el de Moreno-General Rodríguez, con 12,3 casos cada 100 mil habitantes. Le sigue Lomas de Zamora (7,68); Mar del Plata (7,07); Quilmes (6,96); La Matanza (6,95) y San Martín (5,95).

En el interior provincial, además de Mar del Plata, se registra en San Nicolás 5,9 homicidios cada 100 mil habitantes, seguido por Necochea (4,9), Pergamino (4,42); Azul (4,11); Junín (3,1) y Trenque Lauquen (1,9).

En cuanto a la progresión del delito, el departamento judicial de Necochea manifestó un incremento del 500%: pasó de solo un caso en 2017 a 6 en 2018. En Trenque Lauquen el incremento fue del 150% (de 2 a 5 hechos, mientras que en Junín trepó 125% (de 4 a 9 casos). Completan el cuadro Mercedes, con un incremento del 58,3% (siete casos más) y Mar del Plata, con una suba del 42,1%. En el otro extremo, Azul exhibió una baja del 5%.

En los últimos años, la Procuración exhibió una caída de los homicidios del 31,2% entre 2014 y 2018: pasó de 1428 casos en 2014 a 982 en 2018. No obstante, en comparación a 2017 hubo un pequeño rebote del 0,3%. (DIB)

Marcelo Moreno, fiscal de La Plata. (DIB)

La cifra negra de los homicidios

Suele decirse que las estadísticas sobre los homicidios no tienen una “cifra negra”. Es decir, una subvaluación por falta de denuncias, ya que se trata de hechos públicos que son judicializados “de oficio”. El fiscal de La Plata, Marcelo Romero, explica por qué esto no es así.

-¿Es posible que haya una “cifra negra” de homicidios?

-Hay un eufemismo que utiliza la policía y a veces acá en el Ministerio Público cuando estamos ante una muerte violenta, sospechosa de criminalidad, pero también en casos de muertes naturales cuando el médico de cabecera no expide el certificado de defunción.

¿Cómo se caratulan estas tres opciones (una persona asesinada, un presunto suicidio o una abuela que murió en su cama)? “Averiguación de causales de muerte”. Esto es correcto porque en el caso de una muerte natural no sabemos si se murió de un paro cardíaco, si la envenenaron o si la quisieron asaltar. En el caso del suicidio no sabemos si fue así o si alguien mató a la víctima y simuló la escena. Y en un homicidio no sabemos si es doloso o culposo. Por eso siempre se coloca la carátula de “Averiguación de causales de muerte”.

-¿Cómo se computan estadísticamente estos hechos?

-Esto ingresa en el sistema informático del ministerio público (SIM), y luego se computa como estadística como “Averiguación de causales de muerte” y no como “Homicidio”. En una época la policía se abusaba de eso, y ya era un homicidio menos porque el hecho quedaba como “Averiguación de causales de muerte”.

Después que cambia la carátula la información se actualiza, pero quizás ya fue receptada para la estadística.

-¿Esto puede tergiversar los datos?

-Es una falla del sistema, tal vez no querida, porque no es incorrecto hablar de “Averiguación de causales de muerte”, porque a lo mejor en los primeros minutos no se puede decir que fue un homicidio o un suicidio. El tema es que esta anotación que se utiliza para englobar todas las muertes judicializadas. Incluso en el caso de muertes naturales, sobre todo después del caso Belsunce, en el que muchos médicos ya no firman los certificados de defunción. Y entonces tiene que hacerse una autopsia.