Por Juan José Zurro

Enfilando para la sala, sonriente, me dice “Hola maestro, ¿que tal?”, no sin antes mirar con atención mi remera del boxeador Victor Galindez como anticipo de algunos temas que íbamos a conversar.

A pocos metros del escenario, ya en la prueba de sonido De La Serna baja y con mucha cordialidad empieza sentida y corta entrevista con Diario El Tiempo:

-Rodrigo, ¿Cómo te fue ayer en Tandil?. ¿Cómo viven los artistas la crisis económica que está pasando el país?

-Mira la verdad que no puedo hablar mucho cómo viven los artistas porque yo estoy en un situación de privilegio, vengo de filmar seis meses en España, pero seguí con mucha preocupación el devenir de los acontecimientos dramáticos que se viven en el país. Yo, estando a la distancia con un trabajo asegurado, no puedo hablar por los demás pero sé lo que estamos sufriendo como pueblo y lo que está sufriendo el país, los artistas, los trabajadores de todos los órdenes, los que aún conservan su trabajo, los que no.

Uno lo vive con mucha preocupación, con mucho dolor, es como una especie de déja vu, pasar por esto otra vez. A mis 43 ya es como la tercera o cuarta vez que mi cuerpo y espíritu lo experimentan, entonces es mucho más doloroso, exponencialmente más doloroso lo que sucede. Ayer en Tandil estuvo maravilloso, nos acompañó el público increíblemente, les agradecí a todos y a todas por haber estado, haberse permitido arrimarse en un momento, que te repito, es muy duro para todos y para todas. Así que fue un volver al encuentro con la gente después de mucho tiempo de estar afuera, al encuentro con las guitarras, con mis amigos, con la música y la cultura, de la cual me siento muy orgulloso de pertenecer. Fue todo una fiesta, una fiesta cultural criolla.

-Sos actor de TV, cine y teatro, estamos frente a un escenario. ¿Puede haber un De La Serna director o dramaturgo en un futuro?

-Es una posibilidad, hicimos la adaptación en El Farmer de Andrés Rivera junto a Pompeyo Audivert y también codirigí esa pieza que ahora vuelve al ruedo otra vez. Ojala pueda volver acá, este Teatro es maravilloso para hacer El Farmer, así que ya director algunas cositas he hecho, me encantaría por ahí cine si, como no, en algún momento…

-Como yo escribo sobre boxeo quería preguntarte sobre aquella preparación para una película que finalmente no se hizo sobre un boxeador que tiene mucho que ver con Azul ya que fue rival enconado de Goyo Peralta, Ringo Bonavena. ¿Cómo fue esa excursión tuya en el boxeo?

-Estuve preparándome mucho. Mi maestro fue Charly Rodríguez, quien es costarricense pero se preparó en Cuba, estuvo en la Selección Argentina de boxeo amateur, fue boxeador profesional en categoría crucero pero llegó muy tarde a ese campo y ahora de dedica a enseñar. Mi acercamiento al boxeo fue con él y fue una experiencia maravillosa, no tenía dimensión de la hondura filosófica de este deporte, no tenía dimensión de eso…Es una pelea contra uno mismo en realidad. Uno, en el boxeo, pierde más por sus defectos que por las virtudes del adversario por lo tanto, es de mucho autoconocimiento, es un camino de autoconocimiento muy profundo. Hay que estar bien de cuerpo, de alma y de mente, ya que uno se expone mucho. Es difícil el boxeo, muy difícil, pero me encantó practicarlo durante años.

-Estuviste a punto de debutar como amateur en un festival en Balcarce, puede ser?

-Si, estuve a punto de debutar. Se pinchó la pelea dos días antes. Te voy a ser sincero…respiré aliviado. Me estaba volviendo loco, tenía pesadillas ya que iba a matar a alguien o me iban a matar. No es para cualquiera, uno va a la arena, no es una joda que salís al escenario a hacer una obra de teatro: subirte a un ring no tiene comparación. A esto último no lo pude vivir.

Se despide De la Serna, con su habitual simpatía, comentando un poco mas de boxeo, de lo grande que fue Goyo Peralta en sus peleas con Foreman, con deseos de volver a Azul con la obra El Farmer sobre los últimos días de Juan Manuel de Rosas. Y con corto pero sentido abrazo como este reportaje.